martes, 26 de julio de 2011

Mallorca: Valldemosa. Miramar. La Granja de Esporlas

Con un precioso y soleado día de invierno empezamos el conocimiento de Mallorca por Valldemosa.

Valldemosa dista unos 26 km de Can Pastilla; está situado en un frondoso valle, cubierto de exhuberante vegetación, en la Sierra de Tramontana, y allí nos dirigimos, para visitar esta famosa y bonita localidad.

La Sierra de Tramontana, es la cordillera principal de Mallorca, y del archipiélago, tanto por su longitud, como su altura.

Ocupa, practicamente todo el noroeste de la isla y debe su nombre al viento que sopla en esa dirección.

En junio de 2.011 la Sierra de Tramontana ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad, por la UNESCO

Su principal altura es el Puig Major, con 1.447 m. de altura; tiene además varios montes que superan los 1.000 m.

Su litoral es abrupto, con pronunciados acantilados y pocas calas.

El hombre ha habitado estos parajes desde la Prehistoria, dejando numerosos testimonios de su presencia, de gran valor etnológico, como los bancales donde se ha cultivado el olivo, carboneras, casas de nieve para el aprovechamiento del hielo, hornos de cal y numerosos caminos, que sirvieron de vías de comunicación y que hoy día son aprovechados por los excursionistas, que desean conocer algunos de los mas espectaculares paisajes de la isla de Mallorca, con la inmensidad del mar siempre presente.

Llegamos a Valldemosa donde, para empezar, trabamos conocimiento con dos de su promotores turísticos, uno actual y conocido de todos, el actor norteamericano Michael Douglas y otro, mas antiguo, el archiduque Luis Salvador de Habsburgo, desconocido hasta entonces para mi, pero no menos importante en lo que podríamos llamar la presentación de Mallorca al mundo.

Empezaremos por el actor.

Después de una espectacular y preciosa vista del pueblo, que aparece "colgado" en la montaña, la primera parada fue para visitar el Centro Cultural Costa Nord, que, creado por Michael Douglas, abrió sus puertas al público en 2.000; en la sala de proyección del Centro, el actor nos conduce por la Sierra de Tramontana, en un documental de producción propia, que resulta, incluso, emocionante.

Acabada la proyección se visita una reproducción de algunas de las estancias del velero Nixe, con el cual el archiduque Luis Salvador de Habsburgo recorrió el Mediterraneo, y en el cual le gustaba vivir.

En el año 2.004 Michael Douglas vendió el centro cultural al gobierno mallorquín. Sin embargo él y su mujer actual, la también actriz Catherine Zeta-Jones, continúan siendo huéspedes habituales de conciertos y conferencias, del mismo.

La vinculación de Michael Douglas con Mallorca se produjo a través de su primera mujer, Diandra, con la estuvo casado 18 años.

Diandra, hija de un diplomático austriaco, había vivido desde niña en Mallorca, donde su padre había elegido residir, por ser gran aficionado a los barcos de vela.

Bajo la influencia de Diandra, el matrimonio Douglas adquirió la finca de S´Estaca, a la que Diandra dedico todo su interés, restaurándola y poniéndola en valor, y que disfrutaron juntos durante su unión.

Después del divorcio la finca está a disposición seis meses al año, para cada uno.

El otro prototurista, que hizo conocer Mallorca en el mundo, fue, como ya he dicho, el archiduque Luis Salvador de Habsburgo-Lorena.

Este curioso personaje, que vivía sobretodo en su velero Nixe, era gran conocedor de las islas del Mediterraneo, pero cuando llego a Mallorca, en 1.897, a la edad de veinte años, quedo fascinado por la costa norte de la isla, en la que estableció su residencia, permaneciendo en ella diez años seguidos; tan solo la dejo a causa de la Primera Guerra Mundial, en la que se vio obligado a abandonarla, muriendo poco después del comienzo de la conflagración mundial, en 1.915.

Los intereses del archiduque, entre los cuales destacaba el sentido de la aventura, eran además, la exploración y conocimiento del mundo, la ciencia, la naturaleza, el mar, la geografía, etc. Se dice que hablaba y conocía catorce lenguas, entre ellas el griego y el latín.

En esos años, el archiduque, escritor, navegante, pintor e ilustrador, escribió nueve libros sobre las islas Baleares, entre otras obras.

Durante su estancia en Mallorca adquirió muchos terrenos, haciéndose con, practicamente, la costa entre Valldemosa y Deia, donde mando construir y restaurar varias residencias, entre ellas La Estaca (que compraron posteriormente Diandra y Michael Douglas), Miramar y Son Marroig, su residencia mas habitual.

En S´Estaca fue donde vivió con Catalina Homar, campesina analfabeta y gran amor de su vida, con la que hizo de pigmalión, y que pasó, después de recibir educación, a ser administradora de sus posesiones.

A nivel del senderismo que hoy practica tanta gente y por la importancia que tuvo desde su construcción, hay que citar los mas de cuarenta miradores, tres capillas, una docena de merenderos y algunos refugios, unidos por una red de caminos, que en la actualidad, a pesar de estar bastante deteriorados, constituyen preciosas rutas aprovechadas por los amantes de este deporte.

Hay que mencionar que el archiduque hizo esta red de caminos para el disfrute de quien quisiera usarlos, no solo para él y sus invitados, sino para el que deseara pasear por ellos y conocer sus dominios. Tenía una hospedería donde se daba refugio gratuito durante tres días y un guía, a todo visitante.

En Miramar, lugar que visitamos, recibía a gran cantidad de científicos y artistas, así como a sus familiares, entre los cuales la mas conocida fue su prima Sissi, la emperatriz Elisabeth de Austria, que lo visito varias veces.

Valldemosa, con unos 2.000 habitantes, es un precioso pueblo, que da la sensación de estar remansado en una quietud secular. Tiene calles empinadas y estrechas; en una de ellas se conserva la casa natal de Santa Catalina Thomas, nacida en Valldemossa en 1.531, que fue monja agustina, muy venerada en Mallorca.

También tiene una iglesia del s. XIII, muy reformada en el XVIII; pero sin duda la gran atracción de la localidad es La Cartuja.

La Cartuja es un imponente edificio, que los monjes cartujos no pudieron acabar, pues la Desamortización de Mendizabal, del año 1.835, llego antes de que hicieran una segunda torre en la iglesia, que estaba proyectada; de ahí que solo haya una, y es que estos grandes edificios conventuales tardaban siglos en completarse.

El origen del conjunto se debe al rey Jaime II, que la mando construir como residencia de su hijo, de aquí que se la conociera como Palacio del rey Sancho.

En 1.399 fue donada, por el rey Martín el Humano, a los monjes cartujos, que la habitaron hasta 1.835, cuando paso a manos civiles, por la desamortización, quedando el conjunto en manos de nueve propietarios privados, a excepción de la iglesia.

Ha tenido visitantes y residentes ilustres, entre los cuales los mas conocidos son el compositor Federico Chopin y su amante George Sand, que acompañada de sus dos hijos, pasaron tres meses en Valldemossa, durante el invierno de 1.839.

Aconsejados por el médico de Chopin, que pasaba una dura etapa en la enfermedad que padecía, se establecieron en la Cartuja durante el invierno de 1.838-39, alquilando varias de las celdas que habían pasado recientemente a manos privadas. No tuvieron suerte con el clima de ese invierno, que fue frío y lluvioso, de manera que antes de concluir la estación se fueron de allí.

En Valldemossa, Chopin compuso 24 de los Preludios, Op. 28 y George Sand, escritora francesa llamada Aurore Dupin, que usaba ese pseudónimo masculino para moverse con mas facilidad en el cerrado ambiente parisino de la época, escribió Un invierno en Mallorca.

En este cuaderno de viaje autobiográfico, Sand narra las vivencias de su viaje y estancia en la isla, en compañía de Chopin y de sus hijos. El lugar y los lugareños no salen muy bien parados; hay que tener en cuenta la extrañeza que pudo suponer para los habitantes de Valldemosa ver a personajes de costumbres tan distintas, disolutas pensarían entonces, de las que regían su vida, que no habían cambiado durante siglos, y el rechazo que todo esto les produjo.

Sin embargo, el relato de George Sand sirvió para divulgar la existencia de Mallorca, y como harían después el archiduque Luis Salvador y mas recientemente el actor de Hollywood, Michael Douglas, sirvió para poner a Mallorca en el mudo.

Empezamos la visita por la iglesia, edificio de estilo neoclásico, decorado por grandes artistas y artesanos de la época, que se empezó a construir en 1.751, sobre otra iglesia anterior del s. XV.

Por el claustro, que es una de las partes mas antiguas del conjunto se llega a la antigua farmacia de los monjes, que es muy curiosa de ver, con sus muchos frascos, redomas y alberos, entre cuadros de santos, todos perfectamente ordenados.

Visitamos después la biblioteca, sala de audiencias, dormitorio, etc., para conocer como vivían los cartujos

y pasillo adelante, las celdas 2 y 4, donde se encuentran los documentos y recuerdos de la estancia de Chopin y George Sand en la Cartuja.

Todas estas estancias dan a una gran terraza desde donde se contempla el valle y las montañas de los alrededores llenas de vegetación mediterranea, olivos, pinos, etc. Una autentica belleza.

Después de pasear un ratito por las calles de Valldemossa nos dirigimos a un lugar cercano, muy amado por nuestro conocido archiduque: Miramar.

Ningún nombre seria mejor para este espectacular lugar. La recortada costa y el mar se unen para ofrecer un paisaje magnifico. El propio archiduque, en su gran obra sobre las Baleares, lo dice:

"... sin duda, ningún otro lugar de la tierra puede llevar con mas propiedad el nombre de Miramar..."

Desde allá arriba nos señalaron el lugar, que solo es visible por aire o por mar, de S´Estaca, donde se sitúa la casa de Michael Douglas. Es verdaderamete una propiedad reservada.

El origen de Monasterio de Miramar, fue la petición que hizo en 1.276, el gran filosofo, matemático, poeta, lingüista, místico, teólogo, sabio enciclopédico en suma, y beato, Raimundo Lulio, al rey Jaime II, para fundar un colegio de misioneros dedicado a la enseñanza del árabe y otras lenguas orientales, con el objetivo de preparar a los frailes para convertir infieles, al cristianismo.

Raimundo Lulio, laico próximo a los franciscanos, (se piensa que quizás pudo haber pertenecido a la Orden Tercera de los frailes Menores), paso tres años en el monasterio, donde se dedico a preparar a doce frailes, y escribir algunas obras. Se le atribuyen la invención de la Rosa de los Vientos y del Nocturlabio.

A la muerte del archiduque casi todas sus posesiones pasaron a manos de su secretario personal Antonio Vives, familia que mantiene, hasta el día de hoy, la propiedad de Miramar.

El monasterio fue reconstruido por el archiduque, que empleo elementos diversos, algunos provenientes de otros lugares.

La visita, siempre conducidos por un guía culto y buen "explicador" de todo lo que íbamos viendo, comenzo por la sala de mapas del archiduque.

Continuo por el jardín y el claustro, que el archiduque hizo construir a partir unos arcos góticos del s. XIII, provenientes del antiguo convento de Santa Margalida de Palma de Mallorca.

A la casa se accede pasando por las columnas auténticas del antiguo claustro que hizo edificar Raimundo Lulio en el s. XIII, y que fueron encontradas en diferentes puntos de la finca.

En el interior de la casa se halla el mausoleo en mármol, que hizo esculpir el archiduque, en memoria de su primer secretario, al cual sin duda apreciaba mucho.

Pasamos también por la sala de actos de Raimundo Lulio, donde hoy se ofrecen conferencias y se reunen congresos, decorada con algunas obras gráficas relacionadas con el lulismo, entre otros una representación del sistema binario.

El sistema binario es la base de la informática actual.

Interesante visita esta, al Museo de Miramar.

Saliendo de la casa se llega a un mirador, desde el que se ven espectaculares vistas sobre el mar.

El jardín alberga tambien la "Torre del Moro", donde hay, en los parterres, las figuras geométricas diseñadas por Lulio, y un estanque de estilo italiano, con esculturas en mármol, de los tiempos del archiduque; también hay una capilla, de la misma época

Bien aprovisionados de espectaculares paisajes y de extraordinarias historias, había llegado la hora de comer.

Esta necesaria ocupación la íbamos a tener en otro bonito lugar, La Granja de Esporlas.

Este antiguo convento de la Orden del Cister (s. XIII), situado en el corazón de la Sierra de Tramontana, y convertido posteriormente en Palacio Señorial, es hoy día propiedad de don Cristóbal Seguí.

Comimos mas mal que bien, en el precioso marco de la terraza, y dedicamos la tarde a recorrer el complejo, que es digno de la visita.

La Granja, resultado de diferentes épocas y diversos usos, es una mezcla de estilo señorial y rústico, ya que era a la vez residencia y explotación agrícola.

Hoy es un buen exponente de las costumbres mallorquinas a través del tiempo, ya que sus propietarios la han amueblado y decorado con objetos representativos de su función, de la región y de la isla.

Hay en ella todas clase de habitaciones, salas, comedores,

habitaciones de adultos y de niños,

biblioteca, e incluso un gabinete de médico.

La parte de servicios, que comprende cocinas, almacenes, telares, una especie de botica de remedios naturales, en fin todo lo necesario para autoabastecerse, también están representados.

Como nota tétrica hay, por gusto de su propietario por esa clase de objetos, hasta una sala de torturas. Sin duda este sr. es un coleccionista.

El agua circula por ella canalizada, y en forma de cascada.

Todo es muy bonito de ver y muy interesante, además del propio edificio, que tiene magníficas galerías y rincones.

Al final se llega a la inevitable tienda, donde se pueden adquirir productos gastronómicos de la zona, como la famosa sobrasada mallorquina.

Había sido un día cargado de nuevos conocimientos .

Volvimos a nuestra base en Can Pastilla.

Al día siguiente nos esperaban mas conocimientos y visitas

1 comentario:

  1. Valldemossa me encantó. Visto lo que he leído hoy, está claro que tengo que volver...

    Besos

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