martes, 16 de agosto de 2011

Mallorca. La capital: Palma de Mallorca

Salimos de buena hora hacia Palma de Mallorca.

Hoy íbamos a dedicar el día a conocer esta ciudad, deseado destino turístico nacional e internacional.

El sol brillaba y se esperaba un buen día, como todos los que tuvimos la suerte de disfrutar, durante nuestra estancia en la isla.

Como ya he comentado, nuestra base en Can Pastilla, está muy cerca de Palma de Mallorca; esta localidad se encuentra en la misma bahía de Palma.

Llegamos, pues en poco tiempo, y nos dejaron al lado del puerto deportivo, frente al impresionante conjunto que forman la Catedral, el palacio de la Almudaima y el palacio episcopal.

Antes de hacer nuestro recorrido, conozcamos un poco de la geografía e historia de esta perla del Mediterraneo.

Palma de Mallorca está situada al oeste de una extensa bahía de su mismo nombre, de manera que es visible, en la distancia, desde los diversos pueblos, con magnifica playa, de la misma bahía, como nuestra base, Can Pastilla.

La Sierra de Tramontana y la llanura del Pla, son sus otros limites.

Es una ciudad de mas de 400.000 habitantes, cifra que se ha duplicado en los últimos 30 años, y ha hecho desarrollarse un urbanismo un tanto salvaje, no siempre acorde con el orden y la belleza. De hecho me sorprendió bastante, el tremendo contraste entre la parte antigua y el desarrollo decimonónico, y la actual, con los barrios contiguos, que son francamente feos. Es el tributo a pagar, parece ser, por un desarrollo tan grande y tan rápido.

Fue el cónsul romano Quinto Cecilio Metelo Baleárico, conquistador del archipiélago para Roma, el que fundo la ciudad con el nombre de Palma, en 123 a.C. Parece que las ruinas romanas pueden estar bajo el casco histórico, aunque es difícil determinarlo con exactitud, al estar la ciudad construida encima.

A la caída del Imperio Romano, el pueblo germánico de los vándalos, invadió la isla. La siguiente invasión fue la de los musulmanes, que permanecieron mas de tres siglos en Mallorca, hasta la conquista de la misma por Jaime I en 1.229, que la convirtió en un próspero enclave, capital de su propio reino.

Este reino, que duro cincuenta años, fue incorporado posteriormente a la corona de Aragón. Durante esos cincuenta años fue llamada Ciudad de Mallorca, recuperando su antiguo topónimo romano de Palma de Mallorca, en el s. XVIII, por el que es conocida en todo el mundo.

A principios del s. XVI la Guerra de las Germanías y los frecuentes ataques de los piratas berberiscos y turcos, provocaron la disminución del comercio; estos ataques, junto con los gastos para dotarla de fortificaciones, llevaron a su decadencia, que duro cerca de dos siglos.

Finalmente la ocupación de Argelia por Francia, en el s. XIX, acabo con la piratería berberisca.

Durante la Edad Media, su situación geográfica hizo que tuviera un intenso comercio con las Señorías italianas, el norte de África y el Imperio Otomano, que le propiciaron una edad de oro, con la Lonja como centro de contratación.

Actualmente los dos principales motores económicos de la ciudad son el turismo y la construcción, que han relegado a un segundo plano otras fuentes de riqueza anteriores, como fueron la agricultura y la industria.

Los inicios de turismo se remontan a comienzos del s. XX, aunque fue a partir de los años 60 y 70 cuando se produjo lo que se ha dado en llamar el boom turístico de sol y playa, propiciado por la gran cantidad de playas de la isla y su suave clima mediterraneo.

Con el tiempo diversas industrias relacionadas con el turismo han adquirido gran desarrollo, de manera que han traspasado las fronteras insulares y están implantadas en otros lugares de España, como cadenas hoteleras, agencias de viajes y otros servicios relacionados.

Después de llegar al aparcamiento, desde el cual ya teníamos la primera y espectacular vista del complejo Catedral-Palacio de la Almudaima-Palacio Episcopal, que se reflejan en la aguas artificiales del lago del Parque del Mar por un lado, y el puerto deportivo por el otro, comenzamos a conocer la ciudad subiendo hasta el Ayuntamiento, en la plaza de las Cortes.

En la zona de la derecha subiendo, estuvo situado una de los mayores conjuntos medievales de Palma, el convento de Santo Domingo, que ocupo el extenso solar donde hoy se encuentran el Palacio March, el Circulo Mallorquín, hoy sede del parlamento autonómico, y el resto de edificios porticados.

Entre los edificios del conjunto conventual, que se empezó a construir en el s. XIII, destacaban la iglesia gótica, sus dos claustros, y la sala capitular, todo ello lleno de riquezas arquitectónicas, artísticas, y joyas de todo tipo.

Con la aparición del liberalismo y el comienzo de las leyes desamortizadoras, el convento estaba en el punto de mira de su privatización. Después de diversos avatares y a pesar de las enérgicas protestas de la Sociedad Económica de Amigos del País, el convento fue subastado, y su demolición empezó en 1837, quedando durante muchos años sin completar, pero en avanzado estado de ruina. Hoy día la zona esta restaurada y no quedan vestigios del Convento de Santo Domingo.

Cuando se conocen hechos como este, fruto de la especulación y el fanatismo, y que se pueden lamentar durante siglos, da pena de los seres humanos, y su cortedad de miras.

Llegamos a la Plaza de las Cortes donde pudimos ver el Ayuntamiento de la ciudad, en obras del alero en ese momento, que nos impidieron apreciarlo debidamente.

Pongo una foto, con alero incluido para que se vea lo bonito que es.

La construccion del edificio empezó a mediados del s. XVII y duro un siglo. Reproduce el modelo de casa señorial mallorquina de tres pisos. En la parte superior de la fachada hay un reloj, conocido popularmente como En Figuera.

En el costado derecho del Ayuntamiento esta la sede del Consell de Mallorca, empezado a construir en el año 1.882, una de las mejores realizaciones del estilo neogótico.

Discurrimos un rato por las estrechas y tortuosas calles del centro histórico que rodean la catedral, donde vivía antaño la nobleza mallorquina y en las cuales quedan palacios, iglesias y conventos de aquella época.

Llegamos a la gran catedral.

Antiguamente el mar llegaba hasta los pies de la muralla, mientras que ahora está el Parque del Mar y una carretera que pasa por delante del conjunto.

La Catedral de Mallorca dedicada a la Asunción de la Virgen María fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1.931. Es un gran templo gótico, que se asoma al mar sobre las murallas góticas y renacentistas, que en otro tiempo defendieron la ciudad, de invasores y piratas. Ella misma tiene, dentro de su belleza, aspecto de fortificación,

Fue comenzada en el 1.229, al poco tiempo de la conquista, por el rey Jaime I, y consagrada, casi un siglo y medio después, en 1.346 por Jaime III, aunque los trabajos prosiguieron hasta comienzos del s. XVII, y, en rigor, se siguió y se sigue reformando y restaurando cada poco tiempo.

Es conocida la restauración que efectuó a comienzos del s. XX el arquitecto Antonio Gaudi, que duro diez años, por encargo del obispo Campins, para dotarla de mas luz, ya que era oscura, y de algunos elementos modernizadores. En la reforma desaparecieron espacios anteriores, como el Pasillo de los cirios, de estilo mudéjar, y la mitad del coro.

La última aportación es actual y ha corrido por encargo a Miquel Barcelo, artista mallorquín de fama internacional, que entre 2.001 y 2.006, redecoro las paredes, las vidrieras y el mobiliario, de la capilla de San Pedro.

La catedral tiene muchos elementos destacables. Además de las reformas modernistas y recientes, tiene el rosetón mas grande del mundo en su estilo.

En la nave mayor, en la capilla de la Trinidad descansan los restos de los reyes Jaime II y Jaime III.

Las naves están divididas por altísimos pilares octogonales, que ascienden hasta recoger los nervios de las bóvedas de crucería, formando un efecto soberbio. Hay capillas y retablos flamencos renacentistas muy bonitos e interesantes.

Contrasta el aspecto externo con sus contrafuertes arbotantes y pináculos y el diáfano interior, donde se filtra la luz por las vidrieras en mil colores.

En el exterior, tanto la puerta del Mirador decorada con esculturas de Sagrera, y, decoración de motivos vegetales de gran belleza, como la Puerta Mayor apoyada en cuatro majestuosas columnas son dos autenticas joyas.

Estuvimos un buen rato conociendo la catedral; tengo que decir que no me gustaron demasiado las innovaciones, aunque en cambio a mi marido le entusiasmaron. No logro comprender el arte de Barceló. En cuanto a la reforma de Guadi, me llamo la atención el púlpito reformado para que las palabras del oficiante llegaran a todo el recinto.

El Museo Catedralicio, por el cual pasamos, tiene autenticas joyas en objetos litúrgicos, cuadros, esculturas...

Nuestra siguiente visita fue al contiguo el Palacio de la Almudaima, que forma parte del conjunto.

El castillo actual, de origen romano, fue utilizado como alcázar por los musulmanes y modificado después de la conquista por Jaime II, hijo y sucesor de Jaime I el Conquistador, Sancho I y Jaime III.

Durante los primeros años de s. XVI, le fue añadido un piso por orden de Carlos I.

Hoy día pertenece al Patrimonio Nacional y es la residencia oficial de verano del rey de España, Juan Carlos I, si bien reside, con el resto de la familia real, en el palacio de Marivent.

Posee una solida muralla visible todavía y en su interior surge un edificio rectangular con cinco torres almenadas

Fue transformado en palacio real por Jaime II, añadiendo salas, habitaciones, patios, y capillas, para convertirla en un espacio mas lujoso y cómodo.

En el año 1.963 se iniciaron obras de restauración del palacio, que hoy día alberga, además de su función institucional como residencia oficial del rey, la Capitanía General de Baleares y un museo.

Sus estancias están adornadas con muebles, armaduras, estandartes..., y sobre todo con magníficos tapices flamencos de los s.s. XVI y XVII, y españoles del XVII y XVIII, con motivos mitológicos e históricos.

Me gusto mucho un cuadro que representa la batalla de Lepanto, cuando las escuadras aliadas de España y de Venecia, derrotaron en el año 1.571 a los turcos, frenando su expansión y la conquista de Europa.

Los despachos del rey y de la reina, que tiene las mejores vistas de la bahía de Palma; están preparados como si fueran a ser utilizados inmediatamente.

Desde el exterior se pude admirar la fachada que mira al mar, con la preciosa galería y la torre del homenaje coronada por la estatua del arcángel san Gabriel.

Al bajar nos detuvimos un momento en el Patio de Armas, donde hay una linda fuente con un león.

Salimos hacia la catedral de nuevo para llegar al Palacio Episcopal, que es el tercer elemento del conjunto.

El Palacio Episcopal es un obra de gran superficie, cuyo núcleo original se comenzo a construir en el s. XIII, y que como es de suponer, ha tenido muchas modificaciones. La primitiva construccion fue ampliada notablemente en los s.s. XVII y XVIII.

Tiene una importante fachada principal, de estilo manierista;


en su interior hay patios y jardines, además del Museo Diocesano, recientemente restaurado, con muchas obras de arte; cuando pasamos por allí estaba ya cerrado; llevábamos tanto visto durante toda la mañana, que casi fue bueno no poder entrar.

Teníamos tiempo libre antes de ir a comer. Me fui a pasear por los alrededores, por una rambla muy bonita cercana al mar. Hay en ella palacios, restos de una antigua iglesia gótica restaurada, edificios institucionales, por un lado y el puerto y el puerto deportivo, por el otro.


Después de este corto paseo que disfrute mucho, fuimos a comer.

El lugar elegido por la organización, no tenia ningún interés, la comida tampoco.

El restaurante estaba en un antiguo aeroclub perteneciente al Ejercito del Aire, hoy día dedicado a eventos y banquetes; paso lo mismo que en Can Picafort, durante la excursión a Formentor y Alcudia: fuimos amenizados por una animadora que cantaba tonadas de verbena popular.

Tras la comida fuimos a otro de los lugares emblemáticos de Palma, el castillo de Bellver.

El Castillo de estilo gótico, construido en el s. XIV, por orden del rey Jaime II, se encuentra a 3 km de la ciudad, sobre un monte, a 112 m sobre el nivel del mar, en una zona boscosa, desde el que se puede contemplar la ciudad, el puerto, la Sierra de Tramontana y el Pla, o llanura central, vista que pudimos disfrutar desde lo mas alto del castillo.

Ya su nombre -Bella Vista- lo dice.


Tiene la particularidad de ser uno de los pocos castillos de Europa de planta circular, inspirado, quizás, en el Herodión de Cisjordania, construido por Herodes El Grande, entre 23-20 a.C.

Es un castillo con grandes fortificaciones, que fueron modificadas a lo largo de los siglos, p.e., cuando la artilleria hizo inútiles las almenas, que fueron eliminadas.

Fue empleado como residencia, por su constructor Jaime II, por Sancho I y Jaime III reyes de Mallorca, y mas tarde, cuando el reino de Mallorca fue absorbido por la corona de Aragón, por algunos reyes de Aragón.

Tuvo también huéspedes involuntarios, como los prisioneros, entre los cuales cabe destacar en el s. XIV la reina Violante, segunda esposa de Jaime III, así como los hijos de este rey, Jaime e Isabel.

Durante la guerra de la Independencia fueron encarcelados en el castillo presos que provenian de la batalla de Bailen.

Y posteriormente llegaron allí presos políticos, entre los cuales el mas ilustre fue el ministro Gaspar Melchor de Jovellanos,
por orden de Godoy, que lo mando detenido a Mallorca. 

Estuvo en el castillo seis años (1.802-1.806); a él se debe la primera descripción del castillo, del cual encargo los primeros planos y dibujos, así como la descripción botánica y geológica del pinar circundante.

Desde 1.976 alberga el Museo de Historia de Palma de Mallorca, cuyo mas importante deposito es la colección de escultura clásica, con algunas magnificas piezas, del Cardenal Despuig, que había residido mucho tiempo en Italia.

En el patio se desarrollan gran cantidad de actos protocolarios, conciertos y otras actividades culturales.
Visitamos el museo en el cual además de la colección Despuig, hay una sala con alusiones a Jovellanos, que es donde se supone que vivió durante su estancia en el Castillo.

Contemplamos el magnifico patio, prueba del exquisito gusto de los reyes de Mallorca,


y subimos hasta el piso mas alto para disfrutar de la vista panorámica.

El guía nos indico donde estaba el palacio de Marivent, la residencia de hecho, de la familia real, al lado del mar y entre pinares.


La visita al Castillo de Bellver y la panorámica de Palma de Mallorca fue un bonito y digno final para un día denso e interesante.

Ahora ya sabíamos porque se llama a Palma de Mallorca "Perla del Mediterraneo".

2 comentarios:

  1. Definitivamente, tengo que volver.

    Besos

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  2. Palma de Mallorca es muy bonita, sobre todo la zona del gótico y del Renacimiento, la bahia, el puerto... etc.

    Nos quedaron muchas cosas por ver. Dire lo mismo que tú: tengo que volver.

    Besos

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