miércoles, 12 de enero de 2011

Ecuador. Capítulo V. El Cotopaxi

Esta espectacular vista del volcán Cotopaxi, es la que deseariamos haber visto, pero....los nevados andinos se muestran pudorosos, se envuelven en nubes y brumas, se ocultan.

Aún así resulta emocianante verlos y pisarlos.

El científico alemán Alexander von Humbolt dijo de este impresionante volcán en 1.802, durante su visita por Sudamérica:

"Tiene la forma mas hermosa y regular de todos los picos colosales de los Andes. Es un cono perfecto cubierto por una capa blanca de nieve"-.

Y de su descripción y de las fotos tenemos que fiarnos, pues durante nuestra visita, y tal como suele ser en las altas montañas, permaneció casi por completo velado por una espesa capa de nubes que solo dejaban ver, según deambulaban por su cono, una parte del glaciar.

Salimos de buena hora del hotel, nuestra base seguía siendo Quito, ya que el volcán dista 89 km, en dirección sur, de la capital.

Esta enorme montaña de 5.680 m, la segunda en altura del Ecuador, y uno de los volcanes activos mas altos del mundo; está precedida, viniendo desde Quito, por una serie de volcanes, a uno y otro lado de la carretera, que hicieron a Alexander von Humbolt llamarla la Avenida de los Volcanes.

Si el tiempo hubiera estado despejado, hubiéramos podido ver en la carretera Panamericana por la cual circulábamos, el primero de los volcanes, el Iliniza (5.248 m), que estaba cubierto de nubes como todos los demás, y a derecha e izquierda varios más.

Los grandes gigantes, se yerguén como guardianes, a lo largo de unos 300 km, en la cordillera de los Andes, que recorre todo el centro de Ecuador.

Tengo que hablar ahora de los árboles de este país. En un momento determinado de su historia, hace entre cien y ciento cincuenta años, alguno de los presidentes de Ecuador, considero que tenia que reforestarse el territorio, devastado por la tala de arboles. No pensó, desde luego, en especies arbóreas autóctonas, sino que eligió, entre las del mundo, el eucalipto de origen australiano, y las coníferas.

El primero se ha revelado como contraproducente, pues, aunque crece rápido, consume una enorme cantidad de agua, sobre todo en sus primeros años, que se resta para el desarrollo de otras especies, y también impide el crecimiento del sotobosque. Además, a una determinada altura, por encima de los 3.000 m, que en el centro de Ecuador se consiguen con toda facilidad, no puede desarrollarse.

El pino americano y canadiense tampoco ha resultado adecuado, pues, en muchas zonas, no se han aclimatado bien y gran cantidad de los plantados han perecido.

Estas dos grandes aberraciones han llenado la sierra, y también zonas de la costa, que no vimos, de arboles extraños a los lugares y que no dan demasiado rendimiento para la explotación, que se centra en la producción de leña, en la fabricación de postes altos y bajos para las minas y más recientemente, explotada por empresas extranjeras, en la producción de pulpa para la fabricación de papel.

Volviendo a nuestra excursión fuimos progresando por la Panamericana, hasta llegar al Parque Natural del Cotopaxi.

Este espacio protegido fue creado en 1.979. Tiene mas de 33.000 hectáreas; lo conforma un enorme páramo, antes del cual esta el Área Recreativa del Boliche, que tiene distinta administración que el parque; está cubierta, por un gran bosque de pinos, que fueron plantados por orden del presidente Lucio Andrade en 1.928, en vistas a la reforestación, esperando que estos arboles se adaptaran a las alturas, y que dan un aspecto mas alpino, que andino al paisaje.

Hace algunos años, las coníferas fueron atacadas por un hongo, que tiñe de marrón sus troncos y ramas estropeándolos y matándolos, y que además, ha perjudicado a las otras especies presentes.

Los pinos ocupan el 50% del Área; según se va ascendiendo, ya en el Parque Natural del Cotopaxi, los arboles desaparecen y la vegetación es autóctona, la propia del páramo andino, lo que hace el paisaje más autentico; mas cerca del volcán la vegetación desaparece, y solo hay algunas pocas y pequeñas plantas aisladas, que se las arreglan para sobrevivir en esas grandes alturas.

Habíamos parado en la entrada del Parque, donde hay un pequeño y desatendido museo, que trata de explicar lo que hay dentro del parque, tanto en cuanto a flora como a fauna. Da la impresión de que no está cuidado desde hace tiempo, y algunos de los animales disecados que muestra, parecen polvorientos y apolillados. Sin embargo, excepto algunas aves, estos fueron los únicos animales que vimos durante nuestra visita.

Una pena..., pero en el parque lo importante es la naturaleza, que se nos mostraba, aunque envuelta en brumas y nieblas, con todo su esplendor, una vez liberada de los pinos foráneos y enfermos, de mas abajo.

La forma actual del Cotopaxi es el resultado de su actividad volcánica durante los últimos 5.000 años.

Después de la entrada en la historia, con la llegada de los españoles a estos territorios, en 1.534, se han constatado diversas erupciones, con episodios de cenizas y avalanchas de lodo y piedras, conocidos por los vulcanologos con el nombre de lahar, ( palabra que significa alud en lengua javanesa) que provocaron en 1.742, entre otros desastres, la parcial destrucción y decadencia de la provincia y ciudad de Latacunga, antes muy rica y fértil, región que volvió a ser afectada por otra erupcion de 1.788.

Sin embargo la mayor erupción histórica del Cotopaxi sucedió en el 1.877. La enorme fuerza explosiva formo grandes columnas de ceniza, a las que sucedieron ríos de lava, que, al fundir el glaciar, provocaron inmensos raudales de agua con grandes bloques de hielo, lodo, piedras y peñascos, que arrasaron todo lo que encontraban a su paso.

Nuestra primera parada fue para acercarnos a la Laguna de Limpiopungo.

El entorno es impresionante. Hay una enorme planicie, producida por las avalanchas de barro, y en ella entre enormes alturas, los volcanes Cotopaxi, Rumiñahui, Sincholagua, Pasacocha, se encuentra la pequeña laguna, de aguas serenas y oscuras y seguramente gélidas. Allí vimos diversas aves que tenían la laguna por residencia.

El volcán Rumiñahui se refleja en ellas, en tiempo despejado.

Seguimos en el bus hasta el aparcamiento desde el que se ve el refugio de montaña, que acoge a los montañeros dispuestos a subir el Cotopaxi hasta el cráter, o hacer una caminata por las empinadas cuestas.

De acuerdo con la guía decidimos subir un trecho, acercándonos al refugio. Caminamos unos cuarenta y cinco minutos.

Era difícil caminar por la grava que rodaba, y sobre todo por la altura, a la cual debe uno acostumbrarse. Ya llevábamos unos días en Quito, pero no se pude decir que estuviéramos aclimatados a esas alturas. De nuestro grupo nos "atrevimos" a subir cuatro en total, el resto se quedo esperando en el aparcamiento. Nuestra guía G., poco experta en cuanto a visita cultural, resulto una experimentada trepadora, y nos llevo por la senda de grava, por otro lado perfectamente clara, con pericia.

Las nubes que cubrían el cono del volcán no se despejaron, pero vimos un poco mas de cerca el glaciar, y con mas perspectiva la inmensa llanura, y algunos de los otros volcanes.

La bajada fue peor, pues la grava resbalada según la pisabas. Al fin nos reunimos con el grupo y seguimos, sin mas paradas, hasta dejar el Parque Nacional.

Íbamos viendo, sin poder separar los ojos de la ventanilla, todo aquel amplísimo, desolado y sobrecogedor paisaje desprovisto de vegetación. En la extensa llanura se ven grandes bloques de piedra, de los que arrastro el lahar.

Varios ríos fluyen por la planicie, el río Pita, el río Santa Clara y varios mas, que han modificado su curso varias veces, a causa de las erupciones. Vimos algún río de aguas rápidas, pero no sabría decir cual era.

Habíamos pasado toda la mañana ocupados con el volcán.

Teníamos la comida en la Hacienda La Ciénega, pero antes hicimos otra interesante visita.

Al lado de la Hacienda hay un enorme invernadero, dedicado al cultivo de rosas

El cultivo de flores se ha generalizado en Ecuador, después de que fuera implantado en la década de los 70 del siglo pasado. En los 80 pudo empezar a exportar, siendo hoy uno de los sectores importantes, desde el punto de vista económico, del país. Es verdad que la llamada parte del león se la llevan las compañías extranjeras, y que el coste de instalación es mas elevado que en otros países, pero da trabajo y divisas a Ecuador.

Mientras visitábamos el invernadero de las rosas, nos explicaron las severas condiciones que deben reunir las flores para su exportación: deben ser perfectas en todo, sin un solo defecto, y cosa importante es el tamaño del tallo, que es pedido de mas o menos centímetros por los diferentes países; así como también hay preferencias por determinados colores, según el gusto de los compradores.

Como se comprenderá con facilidad los importadores de estas selectas flores son los países ricos, cuyos ciudadanos pagan una buena cantidad por cada flor.

Recorrimos el invernadero, los almacenes donde se clasifican las rosas, el almacén de paquetería, donde hay apiladas muchas cajas con las siglas de los distribuidores e importadores, y por último salimos de allí con una rosa cada uno, con la que luego la guía pudo hacer un bonito ramo para su casa.

Al lado está la Hacienda La Ciénega, donde íbamos a comer.

Este magnifico establecimiento, tiene una preciosa avenida rodeada de grandes arboles,

al final de la cual se ve la mansión.

La hostería, situada en la faldas del Cotopaxi, cercana a Quito, es visitada por mucha gente, entre los cuales hay un importante número que va al volcán, a hacer caminatas y montañismo.

La hacienda colonial, de las mas antiguas y señoriales de Ecuador, que está considerada como una de las mejores del país, perteneció desde el s. XVII al marqués de Maenza y a sus descendientes. Fue convertida en hostería en el año 1.982.

Tiene unas grandes paredes de piedra volcánica de dos metros de espesor, que le han permitido resistir varias de las erupciones y avalanchas del volcán.

Ha sido escenario de diversos acontecimientos de la historia social, política y científica del país.

Allí residió el científico francés Charles Marie de la Condomine, que con otros científicos franceses, españoles y criollos, dirigió la Misión Geodésica, en el año 1.736, con el objetivo de determinar el paralelo ecuador, la mitad del mundo, y que sirvió también, posteriormente, para establecer el patrón metro, y el Sistema Métrico Decimal.

Al coincidir, seis años mas tarde de su llegada, con una de las erupciones del Cotopaxi, se traslado a sus cercanías, alojándose en la Ciénega y entablando una gran amistad con el marqués de Maenza, su anfitrión.

Otro de los ilustres huéspedes del marqués fue el científico alemán Alexander von Humbolt, que en el año 1.802, realizo estudios en toda la zona.

Políticos y presidentes de la recién estrenada república también frecuentaron la casa del marqués de Maenza.

Hoy día es un precioso hotel, con todo lo requerido para celebrar bodas, pues tiene una bonita capilla, banquetes y otros eventos.

Con un lindo jardín, que cuidaba en esos momentos un jardinero

Durante la comida nos sirvieron locro, una deliciosa sopa serrana, de papas, queso y aguacate.

En Ecuador hay siempre en la mesa uno de sus condimentos preferidos el ají, con el cual aderezan todos los platos. Es una especie de salsa muy picante con fuerte sabor a pimiento. Probé un poco con el locro, pero me gusto mas sin este aderezo.

Cuando ya estábamos acabando, apareció un trio musical, que tocó música andina, y pretendió, con mucha educación, vendernos algún disco con sus canciones. Algunos del grupo quisieron llevarse el recuerdo.

Para la despedida de Quito, ya que al día siguiente dejábamos la capital, la empresa que organizaba el viaje nos invito a cenar.

Volvimos al Panecillo, que ya habíamos conocido de día, al Restaurante Pim´s. Aunque la noche estaba algo mas que fresca y estábamos cansados, disfrutamos de una buena cena y de las espectaculares vistas del centro histórico iluminado, que se veían desde aquella altura.

1 comentario:

  1. ¡Sois unos valientes subiendo allí arriba! Tengo a quien salir...

    Una vez más, muy interesante la visita.

    Una petición: podrías contarme un poco más de la historia de sistema métrico decimal?

    Besos

    ResponderEliminar