jueves, 29 de noviembre de 2018

Bougatsa, pastel griego



Un poco de historia sobre este rico postre, actualmente uno de los mas populares de la gastronomía griega.

Es un pastel originario de Oriente Medio, incorporado a la cocina griega a través de su larga pertenencia al imperio Otomano. En Grecia se elabora con pasta filo, variante que se desarrollo entre los judíos sefardíes de Tesalónica. También tiene una versión salada que cambia la crema pastelera por queso o carne picada.

Ingredientes

                                                         

700 ml de leche
2 yemas de huevo
3 cucharadas de maizena
3 cucharadas de harina
1 taza de azúcar
2 cucharadas de mantequilla
1 cucharadita de azúcar vainillado

1 paquete de pasta filo
mantequilla blanda
azúcar glas

Elaboración


Para la crema

Poner la leche en una cacerola con la harina y la maizena previamene disueltas en unas cucharadas de leche fría. Hervir a fuego mediano hasta que espese, agregar la mantequilla, las yemas de huevo  y el azúcar, sin dejar de remover hasta espesar mas, sin dejar que hierva.
                                                             

Para el pastel

Precalentar el horno a 180ºC.

Mientras se calienta el horno, disponer una hoja de pasta filo sobre papel sulfurizado y con ayuda de un pincel de cocina pintar la hoja filo con mantequilla derretida.

Repetir el proceso con todas las hojas filo que se quieran emplear; yo utilice cuatro.

Sobre la ultima hoja filo echar la crema paselera fría y exenderla con una espatula.

Colocar otras cuato hojas filo con el msmo proceso que las primeras.

Cerrar los bordes metiendo el sobrante lateral de hojas filo debajo.
                                                           

Meter en el horno 35 minutos, al cabo de los cuales sacar la bougatsa y dejar enfríar 15 minutos.

Espolvorear con azúcar glas y con papel de horno hacer unas tiras a modo de rejilla y espolvorear con el azúcar glas para que queden bonitos cuadrados que serviran como guía para cortar el pastel, operación que, naturalmente es optativa.
                                                                                   

jueves, 22 de noviembre de 2018

Grecia, 8º día. Atenas, Museo de la Acropolis


El viaje llegaba a su fin, teníamos la mañana libre, ya que el traslado al aeropuerto se haría después de comer, así que aprovechamos para ver otra de las muchas joyas de Atenas, podría decirse de obligada visita, el Museo de la Acrópolis, donde están magníficamente expuestos los hallazgos y restos arquelógicos encontrados en la misma Acrópolis.

El Museo de la Acrópolis es un necesario complemento de la visita a la propia Acrópolis, que ayuda a apreciarla y comprenderla mas.

Un antiguo museo se había establecido en el interior de la Acrópolis, con los materiales encontrados, cuando los turcos se retiraron de Atenas, en 1.833, después de 377 años de dominio.

Este pequeño museo, y otro mas amplio que hubo después, no podía contener todo lo que se iba descubriendo en las excavaciones arqueológicas, de manera que se decidió hacer un museo fuera de la Acrópolis; este nuevo y magnifico museo se inauguro en 2.009 y su elevado coste, que asciende a unos 130 millones de euros, ha sido financiado entre Grecia y la Unión Europea.

Tras el desayuno fuimos andando desde el hotel hasta el museo, subiendo, trayecto que ya conocíamos, hasta llegar a la calle Dionisio Aeropagita, pasando al lado del palacete de la Embajada de España, y una escalinata que lleva directamente a la entrada del museo.

Se trata de un edificio de arquitectura contemporánea, con estructura de hormigón, acero y cristal que le proporciona una gran transparencia. Su diseño trata de aprovechar al máximo la luz natural, para resaltar las 4.000 piezas expuestas.

El concurso internacional para adjudicar el proyecto fue ganado por el arquitecto estadounidense-suizo Bernard Tschumi y su socio el arquitecto griego Mijalis Fotiades.

El museo tiene tres plantas.

Al entrar en la planta baja, el visitante se encuentra con los restos arqueológicos encontrados en el solar donde está construido el Museo, datados entre los s.s. IV a VII d.C, situados mas abajo del nivel de la planta, que se pueden contemplar perfectamente.
                                                     


En esta planta, está la "Sala de las laderas de la Acrópolis" donde hay varías maquetas de la colina de la Acrópolis y sus laderas, en las que puede apreciar la evolución de los diferentes edificios que la ocupaban desde la época clásica hasta  nuestros días

Desde esta planta se asciende por una leve pendiente, que quiere recordar la subida a la Acrópolis. En sus vitrinas se exponen hallazgos provenientes de los santuarios que estaban excavados en la roca.
                                                                       

En el primer piso se encuentra la "Sala de las obras arcaicas" dedicada a las obras arcaicas de entre los s.s. VIII a V a. C., donde al entrar en la sala salta a la vista el" Frontón de la leona", que perteneció al edificio mas antiguo de la Acrópolis, el Templo Viejo o Hekatompedon, templo dórico construido en el mismo lugar que luego ocupo el Partenón clásico.
                                                                 

En la sala se exhiben majestuosas esculturas de los periodos arcaico y clásico, que un día adornaron los primeros grandes templos de la Acropólis; las estatuas están dispersas a lo largo de una gran galería, que evoca una muchedumbre en el ágora
                                                                     

                                                                           

                                                                                 

Entre ellas destacan, por citar algunas de las que mas me impresionaron, la Atenea Polias, que se veneraba en el Templo Viejo o Hekatompedon


 Una de las varias que alli se exhiben, la Kore del peplo, con enigmática sonrisa
                                                               

y el Moscóforo, estatua de mármol de 165 m de altura, que representa a un muchacho portando un carnero a los hombros, considerada una de las obras maestras del periodo arcaico


La segunda planta no está dedicada a exposición, sino que está ocupada por una cafetería, pero desde la que se tienen inmejorables vistas del lado sur de la Acrópolis y del palacete de la Embajada de España.

Una parte de esta planta está ocupada por cinco de las seis cariátides, figuras femeninas esculpidas, que hacen función de columna, con un entablamento que descansa sobre su cabeza, y que formaban parte de la Tribuna de las Cariátides del templo Erectión en la acrópolis. La cariátide que falta se encuentra expuesta en el Museo Británico de Londres, a donde fue llevada a principios del s,. XIX por Lord Elgin.
                                                                               

                                                                           
Seguimos subiendo hasta la tercera planta, donde se halla la "Sala del Partenón", la galería de mármoles del Partenón,  donde se exhiben, por primera vez en su orden original, los famosos relieves del friso que representaba la procesión de las Panateneas.

El giro del edificio en ese nivel permite contemplar los mármoles en la posición exacta que ocupaban en el Partenón.

Aunque el legado de Lord Elgin comprende, expuesto en la sala dedicada en exclusiva a Partenon, buena parte del friso y las metopas del mismo, en el Museo de la Acropolis han reservado el sitio necesario cubierto actualmente por copias en yeso de los que hay en Londres, para el hipotético caso de que sean devueltas a Grecia. Por el momento, tanto en la correcta conservación de los mármoles, como en el numero de visitantes, interesados en la cultura griega, gana, de forma abrumadora,  la capital de la Gran Bretaña.

Tras ver esta sala, con la sensación de habernos sumergido, unas pocas horas, en el fantástico mundo griego y contemplar una vez mas la Acrópolis desde este privilegiado lugar, regresamos al hotel desde donde se salia hacia el aeropuerto.