lunes, 29 de abril de 2019

Falstaff en el Teatro Real de Madrid

                                                               

 El pasado 28 de abril, tuvimos ocasión de ver la opera Falstaff de G. Verdi, en el Teatro Real, el mismo día que se celebraron elecciones generales en España.

Hacia tiempo que no asistía a una opera de Verdi, así que mi expectación era grande, tanto por Verdi, como por la puesta en escena.

Giuseppe Verdi (1.813-1.901) fue el mas notable e influyente compositor de ópera italiana de su época, puente entre el bel canto de Rossini, Donizetti y  Bellini, y la corriente del verismo y Puccini, autor de alguno de los títulos mas populares del repertorio operístico.

El genial compositor fue un patriota en lo político, un experimentador en lo profesional, un hombre luchador y generoso que transmitió a través de su música no solo la belleza, sino las complejidades del alma humana

Nació el 10 de octubre de 1.813 en Le Roncole, Busetto, entonces parte del Ducado de Parma, que  pertenecía a Francia y que luego  paso a los Habsburgo, y mas tarde a los Borbones, para unirse en 1.860 al nuevo Reino de Italia. Una muestra de la convulsa historia de Europa a lo largo del
s. XIX.

En su pueblo recibió las primeras lecciones de música, para continuar con las mismas en Busetto.

Se convirtió en organista de su pueblo y luego, cuando tenia 19 años, se traslado a Milán, donde intento entrar en el Conservatorio de Música, sin conseguirlo.

La celebridad le llego con su tercera ópera Nabucco, cuando contaba con 29 años.

Falstaff fue la última obra compuesta por Verdi, su segunda comedia, dentro de su extensa producción, y su tercera ópera basada en dos obras del dramaturgo ingles William Shakespeare: "Las alegres comadres de Windsor" y "Enique IV".

Falstaff, pues, es una comedia lírica operística  con música de Giusseppe Verdi y libreto de Arrigo Boito, (1.842-1.918), poeta, narrador y compositor italiano, estrenada el 9 de febrero de 1.893 en el Teatro de la Scala de Milán.
                                                                         
                                                                 
En total Verdi trabajo durante tres años, para completar la ópera.

La noticia de que Verdi iba a componer otra opera fue recibida con entusiasmo en Italia, sin embargo, Falstaff no tuvo tanto éxito como otras obras del compositor. Para algunos era evidente que Falstaff carecía de melodías vigorosas, como ya había sucedido con los trabajos precedentes de Verdi.

Después de unas cuantas representaciones en Italia y otros países europeos, la obra cayó en el olvido hasta finales del s. XX, en que fue rescatada por el director Arturo Toscanini, y desde entonces es representada con frecuencia.

Hace diecisiete años que Falstaff no se veía en el Teatro Real. Esta nueva producción se ha hecho en colaboración con el Teatro de la Moneda de Bruselas, la Opera Nacional de Burdeos y la Tokio Nikikai Opera Fundation, teatros donde se podrá ver después del estreno en Madrid.

Antes de entrar en el argumento, tengo que mencionar el traslado que hace el escenógrafo, desde la época de Shakespeare a la actualidad, como por otro lado es habitual en nuestros días.

 Aunque el primitivo Falstaff es un aristócrata ingles, compañero de armas y aventuras del príncipe Hal, futuro Enrique IV de Inglaterra, es olvidado por este al llegar a rey.
                                                                               


Falstaff, viejo gordinflón arruinado, siempre metido en la taberna, rodeado de algunos "amigos", entregado a la bebida y a la gula, aunque intentando mantener cierta dignidad, tiene la idea de acabar con sus problemas económicos, seduciendo a alguna mujer rica, para quedarse con la fortuna de sus maridos; pone en marcha su plan enviando a dos matronas adineradas, sendas cartas de amor... idénticas.
                                                                 
 Las señoras que son amigas, se dan cuenta y deciden vengarse, sometiendo a Falstaff a una encerrona, organizada por las dos, la  hija de una de ellas y algún otro colaborador. Como es habitual en bastantes óperas se monta un gran lío.
                                                                           

Falstaff se ve burlado por unos y por otros y se derrumba, mientras reivindica su capacidad para el engaño, que ha sido imitada y desarrollada por sus, en principio, engañados.

Sobre la puesta en escena de Falstaff, hay, como suele acontecer hay opiniones dispares; obra del ya conocido en el Teatro Real, el escenógrafo francés Laurent Pelly (Paris, 1.962), por la dirección de  "La fille du regiment", "Hansel y Gretel" y "El gallo de oro", de las cuales he visto la primera y la última, y que en su momento, me gustaron.

En esta ocasión, tanto la ambientación, trasladada desde el s. XV, la época del rey Enrique o el s. XVI cuando escribió la obra, en que está inspirada, Shakespeare, hasta nuestros días; de vez en cuando se oyen anacronismos tales como hablar del miriñaque de las damas y otros mas.

Como ya he comentado mas arriba, no estoy de cuerdo en la, podemos decir, actualizacion de las óperas, practica habitual ahora, que desvirtúan no solo el relato, sino la intención del autor. Supongo que consideraciones como el gasto de la producción y, porque no decirlo un cierto esnobismo e imitación o seguimiento de lo que han hecho otros y famosos directores de escena, cuenta para esta practica.

El caso es que Falstaf transcurre en un bar de mala muerte, en lo que podría ser un barrio de la periferia, y allí Pelly recurre a una realización tópica sin atisbo de imaginación, que por cierto había exhibido en El gallo de oro, y que resulta un tanto monótona y poco atractiva.
                                                                             
Mucho mejor es la dirección de orquesta del joven director italiano Daniele Rustione (Milán, 1.983) con una música limpia y expresiva, que se adecua perfectamente a los cantantes.
                                                                       
El barítono italiano Roberto de Candia, canta e interpreta a Falstaff de manera adecuada al personaje,
burlón, hedonista y al mismo tiempo digno.
                                                                                 

Tanto él como Simone Piazzola, también barítono italiano, que canta a Ford, son buenos cantantes y actores.

Los demás cantantes a la altura requerida y el excelente coro del Teatro Real tan bien como de costumbre

Una buena representación, a pesar de algunos de los inconvenientes que he citado.

lunes, 22 de abril de 2019

Lanzarote, capítulo 4, Puerto del Carmen, Yaiza, El Golfo, Salinas de Janubio


Teníamos un amplio programa para el día de hoy que empezamos visitando el primer enclave turístico que se hizo en Lanzarote, y el mas importante de la isla, Puerto del Carmen.

En mis diversos viajes a Lanzarote el primero fue esta localidad, entonces no tan construida y ocupada como hoy en día. Cuando comenzo el turismo en esta zona, solo había un hotel, Los Fariones, inaugurado en 1.966, y poco mas, luego llegaron los apartamentos, que empezaron a trepar por las laderas de los montes cercanos y algún otro hotel, hasta llegar a la casi saturación de hoy día.

Puerto del Carmen pertenece al municipio de Tías, del que está a algo mas de 4 km; se extiende a lo largo de 7 km de costa, con playas, hoteles y capacidad para mas de 30.000 personas.

Se encuentra cercano al Aeropuerto de Lanzarote y resguardado, dentro de lo posible, de los vientos alisios que soplan constantemente en la isla.

La zona estaba habitada antes de la conquista y fue conocida, a partir del s. XVI como Tiñosa, como aparece en varios mapas de aquella época. En ese siglo fue utilizado como puerto natural, que adquirio cierta importancia con el comercio de la barrilla, planta silvestre (Mesembryanthemum crystallinum), en las Islas Canarias, que se utilizo para la obtención de sosa cáustica, para fabricar jabón. y que fue una fuente económica de aquellos tiempos.

Ya en los comienzos del s. XX perdió su importancia como puerto, en favor de Arrecife.

A partir de la década de los 60 del siglo pasado, la suerte de la zona de Tías, considerada una de las mas pobres de la isla, cambio por completo, y la nueva actividad económica, el turismo, la ha convertido en la zona mas boyante de Lanzarote.

Desde la apertura de la primera instalación turística de la isla, el hotel Los Fariones en 1.966 atrae turismo  internacional, aunque principalmente europeo.

En la sucesión de playas sobresalen la Playa de los Fariones y la Playa Blanca, entre otras.

En paralelo a la costa se extiende el ancho paseo Avenida de las Costas, con todo tipo de servicios, desde tiendas, cafeterías, restaurantes etc., por  el que paseamos un buen rato


Abandonamos Puerto del Carmen para trasladarnos a Yaiza, municipio limítrofe con Tías y uno de los mas interesantes de Lanzarote.
                                                     

En efecto, en el extremo sur de la isla, conocido como "El Rubicón" se creo, en 1.402, el primer asentamiento colonizador de las islas Canarias, a cargo de los mercenarios normandos Juan de Betencourt y Gadifer de la Salle, vasallos del rey Enrique III de Castilla, y financiados por él, para la empresa de la conquista de las islas Canarias. Por decirlo de otra manera, ahí comenzó la conquista de Canarias.

En "El Rubicón" se encontraba la primera catedral de las islas, dedicada a San Marcial, patrono de Lanzarote, destruida por piratas ingleses en el s. XVI.

En el s. XVIII la zona de Yaiza sufrió las diversas erupciones del volcán Timanfaya, que cambiaron la configuración de la isla y el paisaje de la misma, crónica narrada por el párroco de la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios.

                                                               
En el solar donde está la iglesia hubo una ermita, origen de la posterior construcción acabada en 1.728.

En su interior alberga piezas de gran valor, como el retablo mayor, el artesanado de la nave principal y los cuadros laterales como el de Nuestra Señora del Rosario y el, muy habitual en las iglesias de las islas, del Juicio Final.
                                                                               

                                                                                 
Hoy día gran parte de la zona arrasada por el volcán forma parte del Parque Nacional de Timanfaya, uno de los lugares muy turísticos de la isla.

Hicimos un corto paseo por Yaiza, contemplando alguna casona y alguna taberna, para seguir la exploración de la isla hasta El Golfo, uno de los lugares mas impresionantes de la costa de Lanzarote. 

El Golfo se formo a raíz de las erupciones, en 1.730, del volcán Timanfaya. La laguna que ocupa el fondo del golfo, surgió debido a la inundación del cráter, siendo su llamativo color verde efecto del  alga (Ruppia maritima) que habita en  su interior y del azufre que contienen sus aguas; fue llamada en primer lugar como "La Laguna de los Clicos" referencia a un marisco que se cogía allí, hoy día extinguido, aunque el nombre que le dan los lanzaroteños es, mas comunmente "Lago Verde".
                                                                   

El Golfo es uno de los escasos ejemplos de hidrovulcanismo, actividad volcánica que sucede a poca altitud.

Este lago ha sido declarado Reserva Natural, por lo que el baño está prohibido.

El mar pasa por el medio del cráter, formando una hermosa playa de arena negra, que contrasta con el verde de la laguna y el marrón de las rocas y riscos de los alrededores.

La roca del volcán es de toba porosa, que por efecto de la erosión ha creado espectaculares formaciones, de tal manera que es uno de los mas impresionantes paisajes de Lanzarote, labrados por el fuego, el mar y el viento.
                                                                 

En el Golfo también hay un pequeño pueblo de pescadores, de los que ya no se ven muchos por la isla, dedicado a la pesca y a servir a los visitantes con buena comida, sobre todo de pescado: en uno de esos establecimientos con esplendida terraza sobre el mar, al que podíamos ver con parte de su poder desplegado,
                                                                           

tomamos un buen almuerzo a base, claro está, de pescado y vino blanco de la tierra.

Luego seguimos por la costa hasta llegar a otro punto espectacular: Los Hervideros, a unos escasos
2 km del Golfo.

Este lugar de la costa de gran belleza natural, lo forman las rocas del litoral, cuando la lava procedente de la explosión del volcán Timanfaya llego al mar, y se formaron los acantilados, convertidos en dura roca.
                                                                                 

Allí, con la marea embravecida, se produce un gran espectáculo; cuando las rompientes chocan contra la costa, se cuelan y suben entre las rocas, de manera que parecen que el agua está hirviendo, y de ahí el nombre.
                                                                         

Paseamos por las sendas preparadas para el disfrute de este espectáculo marino, para seguir después, hasta las Salinas de Janubio, muy cercanas a los Hervideros ya que las separan muy poco mas de 6 km, que siguen activas hoy día, apoyadas por la UE, que las ha declarado Espacio Natural Protegido.
                                                                             

Las Salinas de Janubuio se encuentran en una laguna formada por las erupciones volcánicas. que crearon una barrera de lava ente el mar y la laguna.
                                                             

Entre sus valores paisajísticos, la complejidad y originalidad del complejo salinero, y sus instalaciones hidráulicas, hay que unir su función como refugio y nidificación de aves acuáticas.

La construcción de las Salinas comenzó en 1.865 a iniciativa de don Vicente Lleó Benlliure, y continuada la empresa por su sobrino don Jaime Lleó Mira en colaboración con la familia Cerdeña y don Ginés Diaz, que las acabaron en 1.945.

Las salinas ocupan una gran extensión de 490.000 m2, construidas en terrazas; ofrecen un espectáculo fascinante, sobre todo con la luz del sol poniente, que es como las vimos nosotros, con los estanques de rejilla geométrica, cuyo contenido cambia en función de la cantidad de sal y el ángulo de la luz. El color rojizo que muestran se debe a diversos habitantes de los estanques, la artemia, pequeño crustáceo de color rojo, también a un alga de ese color (Dunadiella salina), así como a dos bacterias que aparecen cuando la salinidad es muy alta.

Las salinas son un  refugio de nidificación y puesta de aves acuáticas, migratorias, por lo cual están incluidas en la ZEPA, zonas de especial protección para las aves.

Habíamos acabado nuestra excursión y regresamos a Costa Teguise.                                                                             

lunes, 15 de abril de 2019

Paella con pulpo

                                                                   

El arroz admite muchas maneras de prepararlo, y es un plato de la cocina tradicional española. En esta receta el pulpo le da cierta categoria, al tratarse de un ingrediente muy sabroso y no tiene mayor dificultad que cualquier otra paella. 

Ingredientes

                                                                             

300 g de arroz
1 pulpo de aproximadamente 1k1/2
2 cebollas
2 dientes de ajo
1 pimiento rojo
1 pimiento verde
3 tomates
0,54 cc de aceite de oliva
1 l de caldo de pescado
1 cucharada de pimentón
sal

Elaboración

Poner a hervir agua e la olla express con  cebolla; cuando empiece a hervir meter el pulpo, cerrar la olla y dejar a presión 10 minutos. Apagar el fuego y dejar enfriar.

Sacar el pulpo, escurrirlo y cortarlo en trozos, con unas tijeras.

Pelar y picar la otra cebolla y los dientes de ajo.
                                                                                                                 
Abrir los pimientos a lo largo, quitarles las simientes y cortarlos en tozos pequeños.

Escaldar y pelar los tomates, cortarlos en trozos.

Calentar el aceite en una paellera y rehogar las cebollas y el ajo sin que tomen color,
                                                                       

 añadir el pimiento y el tomate, rehogar un poco,
                                                                             

 añadir el arroz, y rehogar otro poco.
                                                   
                                                                                 
Agregar el pimentón y el caldo de pescado hirviendo.

Echar la sal y remover todo un poco.
                                                                           
Dejar cocer 15 minutos con la paellera tapada.

Añadir el pulpo troceado y dejar reposar otros 5 minutos antes de servir.
                                                                     

                                                                           

lunes, 8 de abril de 2019

Lanzarote, capitulo 3. Teguise, Mirador del Río, isla La Graciosa

                                                                           

Seguimos conociendo la isla, con la visita a tres importantes lugares, Teguise, la primera capital, el Mirador del Río, el sitio mas visitado de Lanzarote, desde el que se ve, en su totalidad, la isla La Graciosa

La Villa de Teguise es una de las localidades mas históricas de Lanzarote, y podemos decir de las Islas Canarias, ya que fue su primera capital, tras la conquista en el s. XV, hasta que la capitalidad paso a Arrecife en 1.852.

Debido al excelente estado de conservación del casco histórico, el tiempo parece detenido en ella, produciendo el mismo efecto mágico de las ciudades fundadas en los s.s. XV y  XVI, tanto en las Islas Canarias como en Ámerica.

La Villa, como acostumbran a abreviar los habitantes de la misma, fue fundada por Maciot de Bethercourt, sobrino del mercenario y aventurero Juan de Bethencourt, conquistador de Lanzarote, junto a Gadifer de la Salle, como  vasallos del rey Enrique III de Castilla, que financio la expedición, y heredero durante unos años del Señorío de Canarias.

Según cuenta la leyenda fue llamada así en honor de la esposa de Maciot, Teguise, hija del último rey indígena, aunque no se tiene constancia documental de esta filiación.

Teguise fue la tercera urbe de las islas, tras San Marcial del Rubicón, al sur de Lanzarote y Betancuria en Fuerteventura.

Se convirtió en la capital de Lanzarote debido a su buen emplazamiento geográfico entre montañas y alejada de la costa, que la protegía de las frecuentes incursiones de los piratas. Sin embargo estos ataques continuaron produciéndose en varias ocasiones con saqueos, muertes y destrucción.

El primer Marqués de Lanzarote, don Agustín de Herrera y Rojas nació en Teguise, hacia 1.536 y en 1.586 dirigió la evacuación de la población hacia la Cueva de los Verdes, ante el terrible ataque del pirata berberisco Arraez, mientras sus secuaces lo asolaban todo.

Una nueva incursión berberisca destruyo la Villa en 1.618.

En la montaña de Guanapay, al pie de la cual se encuentra Teguise, se construyo el Castillo de Santa Bárbara, atalaya idónea de vigilancia, al divisarse desde allí  la practica totalidad de las costas de la isla.

En un principio Sancho Herrera, el Viejo, 1er. Señor de Lanzarote, hizo construir, en el s. XV, una simple torre, para la vigilancia de la costa. A mediados del s. XVI el arquitecto de Felipe II, Leonardo Torriani, acometió una serie de reformas, por orden del rey, que convierten la torre en castillo, que además de atalaya sirviera para refugio de la población, en caso de invasión enemiga.
                                                                                 
                                                                                     

El castillo va perdiendo importancia defensiva en el s. XVII, con la construcción de nuevas fortificaciones en el puerto de Arecife, hasta que en el s. XIX, con la desaparición de los ataques corsarios, pierde todo valor estratégico.

En la actualidad es sede del "Museo de la piratería" y ha sido declarado Bien de Interés Cultural, desde 1.993.

El casco histórico de Teguise se ha conservado casi intacto desde su creación en el s. XV y posterior desarrollo en el XVI.

Recorrimos en poco tiempo los algo mas de 17 km que separan Costa Teguise de Teguise.

Uno de los meteoros casi constante en Lanzarote es el viento. En efecto los vientos alisios se pasean por toda la isla con gran intensidad. Hay que considerar que si no fuera por ellos el calor seria excesivo e insoportable, pero la refrescante "brisa huracanada" también molesta.

Paseamos pues por el entrañable casco histórico, perfectamente mantenido hoy día.

En la Plaza de la Constitución, o de San Miguel, diseñada por Leonardo Torriani, arquitecto de Felipe II, y algo modificada a lo largo de los siglos, destaca la Iglesia Matriz de Nuestra Señora de Guadalupe, fundada en la primera mitad del s. XV, con un templo mas sencillo que el actual, y con una larga historia de saqueos, incendios y destrucciones; ampliada con tres naves en el s. XVIII, volvió a ser incendiada en 1.909 y reconstruida con limosnas del pueblo.
                                                                                   

La torre de piedra de lava y muros blancos, como se ve tanto en estas islas, preside la plaza.

Para la inauguración de la iglesia restaurada, se añadió un prisma blanco a la torre para convertirla, así, en el edificio mas alto de Teguise.

En el interior preside el altar mayor una imagen de la Virgen de Guadalupe, que según recientes investigaciones fue traída a Teguise por Diego Garcia de Herrera.
                                                                 

En la misma plaza se encuentra el edificio del Ayuntamiento, construido sobre las ruinas del Convento de Santo Domingo fundado en el s. XVII, del cual se conservan dos arcadas del claustro y los aljibes originales.
                                                                           

Otro de los edificios notables de la plaza es la Casa Spinola, flanqueada por dos leones, añadidos en el s. XX, que fue la residencia de la familia de Feo Peraza en el s. XVIII, pasando mas tarde, ya en el s. XX  a Angel Spinola, por su matrimonio con la última heredera Adelina Feo Curvelo.
                                                                                   

Otro monumento destacable  de la plaza, situado enfrente de la Casa Spinola es la Casa-Palacio del Marqúes de Lanzarote


En el solar donde se encuentra  la casa del Marques de Lanzarote, estuvo la primera casa de la familia de Herrera y Rojas, donde se gobernó la isla desde el s. XV en adelante, hasta que los diversos ataques de los piratas berberiscos, sobre todo la invasión de Morato Arraez de 1.618, la arruinaron, quemando, además de la casa, la parroquia, el convento de San Francisco y los archivos públicos.

Hubo, entonces, que emprender trabajos de restauración que la cambiaron bastante y no fue esta reconstrucción la única ya que, como sabemos la isla fue saqueada varias veces mas, antes y después. 

A finales del s. XVII, el Cabildo de la isla dejo de utilizar la casa del Marques como su sede.

Tras recorrer este bonita e histórica localidad, hoy muy cuidada, seguimos  hasta el Mirador del Río, el lugar mas visitado de Lanzarote. 

Para llegar a este espectacular, en todos los sentidos, lugar hay que atravesar  el municipio de Haría, uno de los mas antiguos de Lanzarote y con mas población residente.
                                                                        

El paisaje en este norte de Lanzarote es distinto que en el resto de la isla, ya que es principalmente verde, debido a su mayor altitud, que aunque escasa, determina una mas pluviosidad. Hay áreas con gran riqueza vegetal, como se nota en la cantidad de palmeras que se ven, sobre todo en Haría.
                                                                                        

Uno de sus mas famosos vecinos fue Cesar Manrique (1.919-1.992) pintor, escultor y polifacetico artista lanzaroteño, que después de recorrer, podemos decir, el mundo, obteniendo un reconocimento universal por sus muchas obras, fijo su residencia en su isla natal, y allí trabajo sin descanso, por hacer compatible el turismo con la conservación del territorio. 
                                                                                 
                                                                 
En Haría construyo y decoro su última residencia, en 1.988.

Bien pues una de sus obras es, precisamente, el Mirador del Río, a donde nos dirigíamos este día.

Tengo que decir que era mi segunda visita, con unos cuantos años por medio, a tal lugar y que en la primera los meteoros fueron mas benevolos.

Había un elemento que auguraba que no tendríamos la visibilidad deseada, la bruma, que ya nos había acompañado por aquellas montañas. Sin embargo y por un corto momento tuvimos suerte y pudimos ver el canal y la isla La Graciosa; el viento era fuerte, en aquellos riscos, y pronto transporto un espesa niebla que lo cubrió todo. Esperamos un buen rato por si se produia una mejoría, que no llego, al contrario el paisaje acabo desapareciendo.
                                                                     
                                                                 
En esta sucesión de fotos se puede apreciar como va avanzando la bruma, que pronto lo cubrió todo; una lástima.

En cuanto al Mirador del Río, es una de las obras mas representativas de Cesar Manrique, en su deseo y entusiasmo por integrar el arte y la naturaleza.

Se encuentra cerca de una antigua batería militar de finales del s. XIX, de la guerra con E.E.U.U., por la soberanía de Cuba.

Ofrece una privilegiada vista sobre el pequeño Archipiélago Chinijo formado por las islas la Graciosa, Montaña Clara, Alegranza, Roque del Este y Roque del Oeste, de las cuales la única habitada es la Graciosa, que ultimamente, el 26 de junio de 2018, ha sido declarada la octava isla del Archipiélago de las Islas Canarias, dejando, por tanto, de ser considera un islote.

Fue al principio de los años 70 cuando Cesar Manrique diseño esta espectacular obra en el Risco de Famara, que se confunde con su entorno, un espacio natural protegido.

El Mirador se ubica entre dos imponentes monumentos naturales, el citado Roque de Famara y el Volcán de la Corona y se integra en el paisaje de manera que pasa casi desapercibido desde el exterior
                                                                           

La obra esta hecha en piedra. En su interior predominan los amplios ventanales circulares que iluminan la gran estancia.
                                                                         

Un pasillo exterior rodea el conjunto, y tiene una terraza en la parte superior a la que se accede por una escalera de caracol.
                                                    

También cuenta con una cafetería en el interior, que ese día estaba llena, con los aburridos visitantes que no alzanzaban a ver nada del exterior.

Mientras hubo visibilidad permanecimos en el balcón; menos mal que pronto, como he dicho la niebla lo cubrió todo, porque no era nada confortable el lugar, debido a una brisa huracanada. 

Para acabar con ese lago capitulo dos palabras sobe la isla La Graciosa. 

Esta pequeña isla esta separada de Lanzarote por un brazo de mar que llaman Río, de ahí el nombre del Mirador. Cuenta con algo mas de 700 habitantes.
                                                                        

Fue la primera tierra del Archipiélago Canario que pisaron los mercenarios normandos Juan de Bethencourt y Gadifer de la Salle,vasallos de Enrique III de Castilla, cuando llegaron al mismo en 1.402.

En 1.945 fue construida la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, en una de sus dos únicas localidades, la Caleta del Sebo.
                                                                          

La Graciosa es solo accesible desde el mar; también posee un helipuerto cerca de este mismo pueblo, el único habitado permanentemente, la población del otro pueblo de la isla, Pedro Barba, el primer asentamiento que hubo en la isla desde 1.880, al calor de la fabrica de salazón de pescado, establecida allí, es turística, es decir que va y viene.
                                                                              

Con esto habíamos acabado la excursión del día y regresamos a Costa Teguise.  

lunes, 1 de abril de 2019

Ensalada de judias verdes y pavo

                                                             

Plato excelente para el verano, que algún día llegara, cuando pase esta helada primavera, hecha con ingredientes sencillos. Se pueden hacer las verduras y pavo antes, y añadirles la vinagreta en el último momento, antes de servirlas.

Ingredientes                                               

                                                                         
400 g de judías verdes
200 g de pechuga de pavo
100 g de setas variadas
100 ml de aceite de oliva
Pimienta
Sal

Para la vinagreta

100 de aceite de oliva
2 cucharadas de vinagre
1 cucharadita de mostaza de Dijon
1cucharada de perejil picado
Pimienta y sal

Elaboración

Cortar las judías verdes.
                               
Poner en una cazuela, con abundante agua con sal y cuando empiece a hervir cocer la judías de 10 a 12 minutos.
                                                                               

Escurrir y reservar.

Cortar la pechuga de pavo en tiras.

Calentar el aceite en una sartén y saltear las tiras de pavo hasta que se doren ligeramente. Salpimentar

Trocear las setas y saltearlas en aceite caliente, sazonar con pimienta y sal y retirar del fuego.
                                                                             

Para la vinagreta.

Batir en un bol el vinagre con la sal y la pimienta. Añadir la cucharadita de mostaza, agitare incorporar el aceite poco a poco sin dejar de dar vueltas y por último el perejil picado.

Servir las judías con las tiras de pavo y las setas y rociar todo con la vinagreta.