viernes, 29 de mayo de 2020

XXI Exposición Edades del Hombre, Toro, visita a la exposición


Bien pues ya estabamos en la Colegiata dispuestos a ver la exposición.
                                                                           

Como es frecuente la magnificencia de la Colegiata, el continente, supera al contenido, que no por eso deja de tener un gran papel didáctico y artístico como exposición.
                                                                         

El tema de la Exposición de las Edades del Hombre este año, lleva, como ya vemos por la portada del capítulo, el nombre de  Aqva y está dedicada al agua, dada la importancia antropológica, bíblica y sacramental que tiene este elemento natural, imprescindible para la vida.
                                                                             
Aqva está dividida en seis capítulos relacionados con el agua como hilo conductor de la muestra, tanto por su relación con la Teología y la vida, como por el eje que marca el río Duero, que se muestran en las 137 piezas de la exposición, provemientes de todas las Diocésis de Castillla León y de Portugal.

Uno de los objetivos de la muestra es poner de manifiesto la relación entre cultura y arte, y ayudarnos a amar nuestro Patrimonio y a reconocer en él nuestra historia y nuestras raíces.

Los cuatro capítulos que se muestran en la  Colegiata son:

I. Agua de vida

Se exhibe el agua desde la perspectiva natural y antropológica, con obras de la mitología y la filosofía, así como la explotación de los recursos hidráulicos del río Duero; asimismo  se muestra el agua en estado líquido y como nieve. Para ilustrar el líquido elemento se exponen cuadros de  Antonio Pedrero (1.939), de Enrique Seco San Esteban (1.938) y de Antonio Lopez (1.936), entre otros, junto a algunas fotos temáticas.

2. Preparando caminos

Se integran episodios del Antiguo Testamento, como la creación, el diluvio universal, el paso de los israelitas por el Mar Rojo, con algunos profetas del Antiguo Testamento hasta llegar a San Juan Bautista, ya del Nuevo Testamento y la relación de Cristo con el agua como elemento vital.

 Ilustrando el capítulo hay obras como El diluvio Universal del pintor barroco español Juan de Zamora (1.647-1.671), que viene del Palacio Arzobispal de Sevilla o El paso del río Jordan con el Arca de la Alianza, de otro pintor barroco español, Juan Montero de Rojas (1.613-1.683) del Museo del Prado, Madrid


3. Los cielos se abrieron

Este capítulo tiene como protagonista a San Juan Bautista, en el momento culminante del bautismo de Jesús. con varias representaciones, tanto de arte tradicional, como contemporáneo, realizadas por grandes artistas como los pintores Juan de Juni, Zurbarán, o los escultores Gregorio Fernandez, Luis Salvador Carmona (1.708-1.767) autor de la reproducción siguiente, que viene de la parroquia de San Sebastian de Estepa, Sevilla, recién restaurada
                                                                               

u otra escultura que representa al mismo santo, del escultor Juan de Montejo, escultor de finales del s. XV, de la iglesia de San Juan, de Alba de Tormes
                                                                                 

Esta pequeña muestra da fe de la calidad, que es extraordinaria y de la cantidad, no tanto, ya que hubo  muchas mas representaciones de todos los temas.

4. Cristo fuente de agua viva

 En este capitulo se muestran diversos episodios de la vida de Jesús relacionados con el agua, desde escenas que transcurren en torno al lago Tiberiades u otras en que el líquido elemento es referencia, símbolo o motivo que transmite el mensaje de Cristo. Ejemplos del tema son La vocación de san Pedro, del pintor Bartolomé de Cárdenas (1.575-1.628), cedida por la iglesia del Convento de San Pablo, de Valladolid                                                                               


En el cuadro de Pieter van Lint (1.609-1.690)  Jesús cura a un enfermo (paralítico) en la piscina de Betesda, cuya sede es el Kunthistorisches Museo de Viena, ahora en la exposición de Toro, el agua reviste propiedades sanadoras  
                                                                                           

De la misma forma  es destacada la sangre y el agua del cuadro, que sale del corazón de Cristo crucificado.

La escultura tiene por nombre Cristo del Amparo, y procede de la iglesia de la Santísima Trinidad. Es una imagen procesional que desfila en la Semana Santa de Toro y que pertenece a la Real Cofradía de Cristo del Amparo.
                                                                                   

Su autoría es anónima, aunque se cree que puede pertenecer a la escuela de Juan de Juni (1.506-1.577) o bien a la familia Tomé, de escultores locales.

Después de recorrer la Colegiata, que además de los reseñados tiene otros muchos objetos de arte usados en la liturgia católica, como por ejemplo la pila bautismal que procede de la localidad zamorana de Quintanilla del Monte


Pasamos a continuación a la la segunda sede de la exposición, la cercana iglesia del Santo Sepulcro

Este templo se halla en la Plaza Mayor, justo enfrente del Ayuntamiento.

 La fundación de la iglesia del Santo Sepulcro data de 1.128. como propiedad de la Orden de Caballeros del Santo Sepulcro, que estaban bien implantados en la ciudad de Toro.

En fecha desconocida se instalo en ella un monasterio. donde en el s. XV se encontraba la residencia del vicario general de esta Orden para Castilla, León, Navarra, Portugal y Galicia, estatus que conservo hasta 1.498, fecha en que la casa paso a manos de la Orden de San Juan de Jerusalén, llamada también Orden de Malta, que mantuvo en ella un priorato.

La iglesia fue construida en estilo mudéjar, como se advierte todavía en el interior, pero ha sufrido numerosas reformas y cambios, de manera que el exterior corresponde a los s.s. XVI y XVII.                                     
 

Tiene una torre antigua, desmochada al, lado.

En el interior se conservan algunos pasos de las procesiones de Semana Santa; muy interesantes son los restos del primitivo templo románico-mudéjar.
                                                                     


En el año 2.001 se descubrió en la bóveda del ábside central, un fresco que representa un pantocrator en estilo gótico lineal.

En esta iglesia se encuentra la exposición de los últimos capítulos de esta edición de las Edades del Hombre.

5. El bautismo nos salva

Se exponen una colección de piezas relacionadas con el sacramento del bautismo como pilas, conchas bautismales, cismeras, aguamaniles, acetres e hisopos para el agua bendita.

Uno de los mas interesantes es el fragmento del mosaico que representa al dios Tritón, que proviene de la villa romana de Carrizo de la Ribera, el mas antiguo de la exposición, ya que data del s. IV, y que hoy forma parte de las obras expuestas, permanentemente, en el Museo de León.
                                                                       
                                                                         

Otra pieza a destacar es la maqueta de "La sentencia", del escultor zamorano Ramín Nuñez Fernández, de 1.925
                                                                             
                                                                         
y el Calvario procedente del pueblo zamorano de Pinilla de Toro
                                                                                     


6. Renacidos por el agua y el espiritú

En este último capitulo de la exposición se muestran cuadros de santos que han estado relacionados con el tema de la muestra: el agua, y por resaltar alguno de ellos, vemos aqui una representación de San Juan de Sahagún, del s. XVIII,  que viene del Santuario de la Peregrina de Sahagún, León
                                                                                             

Para acabar, la exposición se despide con un Cristo resucitado, de Antonio Tomé, escultor zamorano del s. XVIII, que preside el ábside de la iglesia del Santo Sepulcro, una de las dos sedes de Aqva y que parece  bendecir a los visitantes
                                                                                  

                                                                 

Interesante muestra, que, como de costumbre, nos ofrece Las Edades del Hombre.

Tras la visita a oas dos edes había llegado la hora de comer. Nos sentamos en una de las terras de la Plaza Mayor, enfrente del Ayuntamiento y allí dimos buena cuenta de varias tapas, una de las cuales había tenido premio en un concurso de esa especialidad gastronómica, acompañadas de vino de Toro, como era de rigor, tras lo cual volvimos a nuestra base, Valvusenda.

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