jueves, 11 de noviembre de 2010

3er día en la isla de La Palma. Los volcanes, Los Llanos de Aridane, Tazacorte

Para nuestro tercer día, decidimos ir a la zona de los volcanes. Un paisaje completamente distinto al que habíamos visto anteriormente.

Bordeamos la costa este de la isla en dirección al sur, hacia el municipio de Fuencaliente, donde se encuentra el volcan Teneguía, cuya última erupción data de hace cuarenta años, en 1.971.

Hay en la zona gran cantidad de conos volcánicos, con distintos nombres. En realidad todos son el mismo volcán con distintas bocas eruptivas, de distinta antigüedad.

El nombre del volcán es Cumbre Vieja, llamado ahora Teneguía, como el cercano roque con pretroglifos aborígenes.

La erupción de 1.971 duro desde el 26 de octubre hasta el 18 de noviembre, pocos días si se la compara con la que sucedió en el s. XVIII en la isla de Lanzarote, en el que hoy es el parque Natural de Timanfaya, que duro seis años.

Produjo enorme interés y gran cantidad de gente tanto de las islas, como de todo el mundo, se traslado a La Palma para ver el volcán despidiendo un enorme chorro incandescente de lava y piedras; según nos ha contado alguno de los asistentes, el cercano volcán de San Antonio ofrecía un lugar propicio para la observación, como un anfiteatro.

Tuvo también gran interés para la atención y el estudio de los científicos de la época.

Las coladas produjeron daños materiales en los cultivos de vid de la zona y destruyeron una playa, aunque luego se creo otra. Gracias a la cercanía del mar la lava vertida, al soldificarse, hizo crecer un poco el tamaño de la isla.

Toda la zona, así como una extensión grande de bosque de pinar canario y laurisilva, forma parte del Parque Natural de Cumbre Vieja, creado en 1.987

En 1.994 se segrego de este Parque el Monumento Natural de los Volcanes de Teneguia, para preservar los conos y coladas volcánicas, acaecidas en esta zona, desde las antiguas hasta la mas moderna de 1.971.

Y , por cierto, que tienen que estar protegidos, pues varios de los conos ya fueron eliminados, para hacer un aparcamiento para turismos.

Llegamos a la zona después de varios km de pista, hasta donde no se podía seguir en coche, era cuestión de caminar y trepar; había poca gente.

Empezamos a subir por un sendero, no muy largo, pero empinado e incomodo, no es fácil de subir y menos de bajar, por el picón o lava desmenuzada, que es resbaladizo.

Arriba vimos dos expediciones , con un guía cada una, ya que en el programa de senderismo de la isla están incluidos los volcanes. Luego de escuchar la larga explicación, fueron bajando serpenteando por los senderos.

Llegamos hasta una especie de espigón detrás del cráter, desde el que tuvimos una maravillosa vista de todo el entorno, con la nueva costa y las salinas, únicas en la isla,

y a lo lejos tres islas, Tenerife, con la inconfundible silueta del Teide, La Gomera, redonda y mucho mas baja y el Hierro, que empezaba a estar envuelto en bruma.

El volcán ofrece preciosos panoramas lunares, casi irreales, como un viaje a otro planeta.

Permanecimos contemplando el paisaje un buen rato.

Nuestra siguiente parada, ya a la hora de comer, fue en Los LLanos de Aridane.

Esta población, la mayor de la isla, con mas de 20.000 habitantes, es uno de los principales motores económicos de La Palma, debido a las plantaciones de plátanos y al turismo.

Esta situada en el centro oeste, en un ancho valle del cual toma el nombre, favorecida por el sotavento y la solana.

Los Llanos de Aridane se constituyo en municipio independiente en 1.812, con un territorio amplio, que comprendía El Paso y Tazacorte. Posteriormente estas poblaciones se segregaron, Tazacorte en 1925.

Llegamos al centro ciudad, muy bien conservado, como todo en esta isla, la Plaza de España, donde teníamos para elegir entre varias terrazas, donde tomar algo. Escogimos una con sol y sombra pues el aire era fresquito.

La plaza, de fuerte sabor colonial, esta sombreada por enormes laureles de Indias, árbol tradicional en las islas, que da una gran sombra, por la que no se filtra un rayo de sol.

He observado que ultimamente no se recurre a este magnifico árbol en los nuevos diseños, cuando es, sin duda, el que mas sombra proporciona.

En su contra juega el hecho de que tiene unos fruticos, que al caer, ensucian las aceras, calles y coches aparcados debajo de ellos, con una sustancia pegajosa.

Alrededor de esta plaza están los edificios principales, como el Ayuntamiento, la Casa de la Cultura,

y la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, del s. XVI, que alberga, entre otros retablos y cuadros importantes, una talla flamenca de la Virgen de los Remedios del mismo siglo. No pudimos ver el interior, ya que a esa hora estaba cerrada.

Detrás de la iglesia hay un pequeño y bonito rincón, la Plaza Chica, con unas altísimas palmeras y una fuente, lugar para sentarse allí y disfrutar del clima y de la tranquilidad del entorno.

Después de pasear por plazas y calles de Los Llanos, nos dirigimos a Tazacorte, distante algo mas de 4 Km.

El entorno de la población es espectacular, rodeada de plataneras que llegan hasta el mar.

Cerca de ella desemboca el barranco de Las Angustias, donde hoy se encuentra el Puerto de Tazacorte, por donde desembarco, el 29 de septiembre de 1.492, Alonso Fernández de Lugo, para conquistar La Palma e incorporarla a la corona de España.

Allí mismo fundo la ermita de San Miguel, que con el tiempo se convertiría en la iglesia del mismo nombre, la mas antigua de la isla, recientemente restaurada, que preside desde lo alto el pequeño centro histórico.

Al lado de la iglesia hay una preciosa pérgola rayada, con azulejos de cerámica y coronada de buganvillas.

El Puerto de Tazacorte tuvo gran importancia durante los s. XVI al XVIII, desde el que se exportaba caña de azúcar, vino y otros productos insulares a la Península y a Europa.

Hoy día es una pequeña y próspera población de algo más de 5.000 habitantes, dedicados a la agricultura y al turismo.

En el centro histórico o barrio del Charco, quedan algunas casonas, como la Casa Massieu van Dalle, que está restaurada, y otras pocas que tienen mas difícil arreglo.

Esta parte se halla separada del resto del pueblo y en un nivel inferior.

Nos quedamos un rato tomando un refresco en una terraza situada detrás de la iglesia, para luego emprender la vuelta a nuestro refugio, donde disfrutamos de otra buena cena en el acogedor comedor del Parador.

Nos quedaba por visitar la Mayor atracción de La Palma, a decir de los conocedores: la Caldera de Taburiente, pero esto sera para el próximo capítulo

sábado, 6 de noviembre de 2010

Conejo en salmorejo, con papas arrugadas, otro plato canario

Esta receta canaria tiene influencias andaluzas.

Es un plato fuerte y sabroso que se debe acompañar con papas arrugadas, para disfrutar con la salsa.

Ingredientes



  • 1 k y 1/4 de conejo en trozos
  • Sal gorda
  • 6 dientes de ajo
  • 1/2 cucharadita de pimentón
  • 1/2 cucharadita de pimienta de cayena
  • Aceite de oliva
  • Vinagre
  • Vino blanco
  • 1 hoja de laurel
  • Romero
  • Tomillo
  • Harina
  • Agua

Elaboración

Poner los trozos de conejo, previamente salados en un recipiente

Para la preparación del salmorejo:

Poner en el mortero sal gorda, los ajos, el pimentón y la pimienta de cayena (estos dos ingredientes se pueden convertir en uno, poniendo pimentón picante).

Machacar todo y añadir un buen chorro de aceite y de vinagre.
Remover
Extender el majado sobre el conejo

Añadir un vaso de vino blanco, una hoja de laurel, romero y tomillo
Se deja reposar todo 8 o 9 horas.

Yo he simplificado poniendo en la batidora todos los ingredientes del salmorejo juntos, con el vino blanco y un vasito de agua. No se si sera muy ortodoxo, pero a mi me parece mas cómodo y con mas sabor

Sacar los trozos de conejo del adobo.
Pasarlos por harina, si no se hace esto, la carne salta
Freírlos

Ponerlos en otro recipiente que pueda ir al fuego
Verter el salmorejo restante sobre el conejo frito

Dar un hervor de veinte minutos
Servir con papas arrugadas

Papas arrugadas

Para este plato la clase de patatas que quedan mejor son las llamadas en Canarias "papas bonitas", que son oscuras, casi negras por fuera, y amarillas por dentro. En estos tiempos son dificiles de encontrar, hay que conocer en donde se venden.

En Canarias las patatas, cultivadas allí, son todas buenas. Tanto allí como en la Península, si no se encuentran las bonitas servirán las de buena calidad.

Elaboración

Poner las patatas en agua fría, con 250 g de sal gorda por cada kilo
Dejar hervir durante 1/2 hora
Quitar el agua y dejar secar las patatas al fuego cinco minutos.
Servir con la piel.

Y ya está listo. Que os guste.

lunes, 1 de noviembre de 2010

2º día en la Isla de La Palma. Miradores, Bosque de los Tilos, Barlovento, costa norte, grabados rupestres

Amaneció nuestro segundo día en la isla.

Como siempre me despierto temprano, tuve ocasión de ver salir el sol. con el consiguiente cambio de colores e incluso el ferry de la Compañia Armas llegando al puerto de Santa Cruz, que se ve perfectamente desde la terraza de la habitación del parador.

Para este segundo día seguimos otra de las rutas indicadas, conduciendo hacia el norte por la costa este.

Al poco de salir de Santa Cruz, que hay que atravesar por completo, encontramos uno de los miradores, en Masca.

La ciudad se veía desde el otro lado que la vista desde el Parador. El mar se reflejaba en el inmenso mar como si fuera plata dorada, ya que era bastante temprano. Detrás había uno de los barrancos que llegan hasta el mar.

Continuamos hasta otro mirador llamado de las Hespérides, en La Galga, con impresionante vegetación.

Hay en él un mosaico sobre la leyenda de las Hespérides y su posible, aunque improbable relación con la isla. Entre aquella vegetación exhuberante y aquel barranco todo puede ser... y como dicen los italianos "si non e vero e ben trovato".

Carretera adelante y un poco porque lo buscábamos y otro poco por casualidad, encontramos un cartel que indicaba el Bosque de los Tilos. No se si se puede ir desde otro punto, pero nosotros nos metimos por aquel imponente desfiladero y llegamos hasta el Centro de Observación de este fantástico lugar.

Después de discurrir por un estrecho pasillo que tenía un canal con agua al lado, se entraba en un claro del acantilado con un gran e impresionante paredón.

Salimos de allí y después de examinar las posibilidades del Centro de Información vimos un pequeño letrero que ponía Mirador de las Barandas.

Sin pensarlo dos veces nos pusimos a subir por un sendero tortuoso, con pequeños escalones excavados en el monte. El sendero subía y subía sin llegar nunca a la cumbre, y así siguió durante hora y media, mientras sudábamos, resollábamos, y contemplábamos el extraordinario bosque de tilos que crecen sobre las paredes, a veces muy empinadas del monte.

El esfuerzo había valido la pena pues la vista era esplendida, se veían todos los montes llenos de extraordinaria vegetación y el pueblo de San Andres Los Sauces, con su nuevo puente.

Tuvimos la suerte de encontrar a una pareja de naturales del lugar, abuelo y nieto que habían subido en su todoterreno hasta allá para recoger forraje para sus cabras. Llevaban el coche cargado de faya y acebiño, especies que abundan en las alturas, pues los tilos se quedan mas abajo. Iban acompañados de un perro de presa canario, precioso.

El espectáculo era grandioso, completamente cubierto de vegetación, Bernardo, el abuelo nos contó que cuando tenia unos diez años, ahora tiene ochenta, iba por esos montes mas que escarpados que contemplábamos, con su madre, que cargaba otro hijo de brazos y un gran haz de leña de mas de diez quilos, él iba de ayudante. Otros tiempos, otras formas de subsistencia, sin duda mas duras, pero que forjaban hombres como el.

Cuando nos recuperamos de la subida, emprendimos la bajada. Esta nos llevo la mitad de tiempo, solo tres cuartos de hora.

Cansados, pero contentos, seguimos nuestro viaje por la tortuosa carretera, con tramos en obras, aun mas dificiles, pero desde la que se veía el mar y la costa, todo el tiempo.

Al cabo de un rato y después de haber dejado atrás San Andres Los Sauces, que habíamos visto desde arriba, llegamos a Barlovento, la población mas al noreste de la isla.

Paramos, escogimos un bar con terraza, en la que estábamos solos, los pocos parroquianos, todos hombres, estaban en el interior del bar, y allí tomamos unas tapas muy sencillas, pero que nos supieron a gloria.

Esta pequeña población de Barlovento, un poco, a veces, o un mucho otras, batida por el viento es muy apacible y parece tan tranquila... es como pasear, no por otras tierras sino por otros tiempos.

El actual municipio coincide con el cantón prehispánico de Tagaragre; tras la conquista tuvo cierta importancia comercial con la exportación de la caña de azúcar y mas tarde con el vino

Tiene una preciosa iglesia, muy bien mantenida, la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, con un gran panel explicando todo acerca de ella.

Construida en el s. XVI, alberga una talla flamenca del mismo siglo, de Nuestra Señora del Rosario, patrona de la localidad, además de otras interesantes esculturas, y una pila bautismal de cerámica vidriada, muy bonita.

Mas adelante paramos en el Mirador de la Tosca que tiene una vista panorámica sobre la comarca norte de la isla, que abarca los pueblos de Gallegos, Franceses y El Tablado, pertenecientes, ya, al municipio de Garafía, desde el que se puede contemplar la mayor concentración de dragos de gran antigüedad, de todo el Archipiélago .

Estos curioso nombres de Gallegos y Franceses ¿se referiran a algunos pobladores que vinieron a instalarse en esta zona?, o a alguna otra circunstancia...

También se podía ver como la isla desciende, abruptamente hasta la costa norte, con su recortada silueta.

En el coche fuimos adelantando kilómetros, bastante lentamente, pues la carretera era sinuosa, los pinos eran los únicos arboles que cubrían por allí el monte. Me llamo la atención que estaban ellos solos, enormes y solitarios sin ninguna planta mas en el suelo.


En el municipio de Garafía, metiéndose hacia el interior, en un barranco, están las estaciones arqueológicas de La Zarza y La Zarzita, en la cota de los 1.000 m de altura, franja en la que se pasa de la vegetación de faya y brezos, al pinar.

Estos grabados rupestres se conocen desde 1.941, y están en dos lugares cercanos llamados La Zarza, y La Zarcita.

La Zarza


La Zarcita

Nos resulto muy interesante contemplar estos grabados rupestres, en forma de espirales, círculos y lineas, y combinaciones de ellos, esculpidos podíamos decir, en la dura roca basáltica, sin ningún instrumento metálico, con formas tan definidas.

La visión de las espirales, y demás símbolos provoca la impresión de estar en un lugar misterioso y sagrado.

Lo aborígenes de la isla de La Palma, llamados auaritas, habrían llegado a la isla, como el resto de habitantes de las demás islas, en oleadas sucesivas que van desde el s. V a.C., las mas antiguas hasta el s I d. J., las mas recientes, por efecto de la desertización del norte de África y de la presión militar del Imperio Romano.

Eran un pueblo de pastores, que obtenían gran parte de su sustento y cubrían sus necesidades de abrigo, con sus rebaños de cabras y ovejas. Paradojicamente habían olvidado el arte de la navegación.

Se supone que los grabados de La Zarza y La Zarcita tenían un uso mágico, para propiciar ciertos eventos o conjurar males incontrolables.

Al salir de esta especie de templo, estábamos todavía lejos de Santa Cruz; en la isla las comuncicaciones son dificiles, por su extrordinarinaria orografía, Bajamos por la costa oeste, donde está solo el océano, hasta América.

El sol ya estaba bajo y ocupaba toda la extensión de agua. Había todavía algún mirador mas, pero... algo teníamos que dejar para otra visita, así que seguimos sin parar hasta llegar al Parador que nos acogió, como de costumbre, con gran amabilidad.

Una agradable cena nos esperaba como final de un día muy bonito.