sábado, 22 de noviembre de 2014

Un paseo por Madrid: de la Estación de Atocha a la plaza de Oriente



Hace ya casi un año hicimos un largo paseo, que como indica el título, nos llevo desde la Estación de Atocha hasta la Plaza de Oriente, pasando por algunos de los mas emblemáticos monumentos de la capital de España.

Madrid, que tiene la capitalidad del Estado desde que el rey Felipe II se la dio en 1.561, es hoy día una gran urbe con mas de 3.000.000 de habitantes.

Debido a sus muchos siglos de existencia capitalina y a pesar de las destrucciones de todo tipo, incendios, guerras y desastres variados, tiene un gran legado histórico y cultural, del cual revisitamos una parte.

La primera intención de los tres, ya que íbamos con nuestro primo A., había sido ir a Toledo en el tren AVE, que sale de la estación de Atocha, y llega a Toledo en 31 minutos, pero...resulto que había una huelga sindical de trabajadores de RENFE (Red Nacional de Ferrocarriles Españoles) convocada ese día y solo funcionaban los trenes de los llamados servicios mínimos, por lo cual desistimos del intento.

Cambiamos el plan por el recorrido que da título a esta entrada. Siempre es interesante revisitar, aunque sea parcialmente, Madrid.

La renovada estación de Atocha es un inmenso nudo ferroviario del que salen trenes de diferentes categorías; la mas utilizada del país, con cerca de 90 millones de pasajeros al año, entre los servicios de Cercanías, Metro, autobuses y el resto de servicios ferroviarios.
                                                                

La estación, un simple embarcadero inaugurado en 1.851, y ampliada como Estación del Mediodía en 1.891, con un incesante aumento de pasajeros de corta, media y larga distancia, hizo que se fuera transformando progresivamente en el complejo de transporte por tierra que es hoy día, incorporando edificios e instalaciones ferroviarias, durante el s. XX, hasta que en 2.005 se escinde en dos estaciones: la Estación de Atocha, para trenes de alta velocidad y larga distancia, y la Estación de Atocha-Cercanías que acoge los trenes de Cercanías, Media Distancia y Larga Distancia pasantes, gracias a los túneles que lo comunican con el Paseo de la Castellana.

El gran complejo ferroviario de la estación ha modificado urbanisticamente la zona, convirtiéndola en una transición entre el Casco Antiguo y el Ensanche, al separar definitivamente los barrios de Retiro y Pacífico.

Como nota triste y terrible, hay que recordar su protagonismo como objetivo y escenario de los atentados terroristas del 11 de marzo de 2.004, que produjeron 191 muertos y cerca de 1.900 heridos, aun sin esclarecer, a pesar de la sentencia judicial.

El diseño y ejecución de la Estación de Atocha se deben al arquitecto español Alberto de Palacio Elissage (Sare, Francia, 1.856-1.939), autor y coautor de otras obras, tanto en Madrid como en otros lugares de España, como el Banco de España en la Plaza de Cibeles, el Puente Colgante de Portugalete, el Palacio del Cristal del Parque del Retiro en Madrid, entre otros.

Ante el insuficiente tamaño de la estación para acoger las lineas de alta velocidad, en 1.992 se procedió a una gran remodelación , realizada por el arquitecto Rafael Moneo (Tudela, 1.937), que incluye dentro del complejo un intercambiador de autobuses, .
                                                                

La estación original se conservo, y paso a ser un gran vestíbulo, que da acceso a todas las diferentes estaciones del complejo; donde antes estaban vías y andenes se instalo un jardín tropical, un gran invernadero con plantas y especies diversas, así como un estanque, que ocupan, hoy día, gran cantidad de  tortugas y algunos peces de colores.
                                                                          

En el vestíbulo hay oficinas de venta de billetes de larga distancia, restaurantes de comida rápida, tiendas y espacios para exposiciones itinerantes.

Después de salir de la estación, cruzamos al otro lado de la Plaza del Emperador Carlos V, donde se encuentra el Ministerio de Agricultura, hoy día también de Alimentación y Medio Ambiente, imponente edificio, que ocupa el solar donde se pensó ubicar una Escuela de Artes y Oficios, que nunca se llego a hacer.

En 1.883 se encargo  la construcción de una sede para Ministerio de Fomento, al arquitecto Ricardo Velazquez Bosco (Burgos,1.843-1.923) autor de varias obras en Madrid como la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y el Palacio de Velazquez, en el Parque del Retiro, que fue el pabellón  para la Exposición Nacional de Minería, de 1.883, entre otras obras.

El edificio del Ministerio es del estilo "eclecticismo enfático", practicado por este arquitecto, con volúmenes rotundos, pórtico con ocho columnas coronadas por un friso, culminado, a su vez, por un grupo escultórico, estilo muy alejado del "modernismo".

Tanto el Ministerio como la Estación de Atocha, y el Museo Reina Sofía, se encuentran en la Plaza del Emperador Carlos V, antes Glorieta de Atocha, como sigue siendo mas conocida por los madrileños, que debía su nombre a la antigua y desaparecida Puerta de Atocha.


A esta plaza van a dar nueve vías, entre paseos, avenidas y calles. 

En el centro de la glorieta, se encuentra instalada la replica de la Fuente de la Alcachofa, la original está en el Parque del Retiro, a donde fue llevada en una de las remodelaciones de la Plaza, en 1.880; para luego hacer una replica en bronce (la original es de mármol) y colocarla en Atocha en 1.986 a iniciativa del alcalde de la época, Profesor Enrique Tierno Galván (Madrid, 1.918-1.989); otro cambio en esta remodelación fue el desmontaje y desaparición de un horrible "escalectrix", que estuvo afeando la zona cerca de veinte años.

La Fuente de la Alcachofa es obra de Vicente López, (Valencia, 1.772-1.850) que diseño un conjunto barroco con adornos vegetales, dioses marinos y efectos de agua grabados.

La fuente original fue encargada por el rey Carlos III, para su proyecto de Salón del Prado, antecedente del Paseo del Prado, destinado a la urbanización de la zona oriental de Madrid.
                                                                               

Al ir dejando atrás la Glorieta de Atocha para entrar en el Paseo del Prado, pasamos al lado de la estatua de Claudio Moyano, al final de la Cuesta de Moyano,  muy popular y conocida por sus casetas de venta de libros viejos y de segunda mano.

El representado en la estatua, Claudio Moyano (Provincia de Zamora, 1.809-1.890) fue un político español liberal, alcalde de Valladolid, Rector de su Universidad, y diputado en Cortes, que reformo y mejoro el sistema educativo español a través de una ley, por la que es conocido, la ley Moyano.
                                                                               

Ya habíamos llegado al Paseo del Prado, del que recorrimos menos de la mitad, uno de los mas importantes bulevares de la capital, que va desde la Plaza del Emperador Carlos V o Glorieta de Atocha hasta la Plaza de Cibeles.
                                                                               
                                                                             
Aunque el Paseo del Prado es lugar delicioso, con grandes instituciones como p.e. el Museo del Prado, un poco perjudicado por el incesante tráfico que discurre entre los arboles, no era el momento para recorrerlo, pues nos queríamos encaminar hacia la parte mas antigua de la ciudad, el Madrid de los Austria.

Esta zona de Madrid corresponde al trazado medieval de la ciudad y a la expansión urbanística emprendida por los monarcas de la casa de Austria, Carlos I, y sobre todo por su hijo Felipe II, que estableció la capital y corte del reino en Madrid.

Así que cruzamos hacia el otro lado del Paseo, para cambiar los amplios espacios por los que veníamos andando, por la estrecha calle Lope de Vega.

Esta parte del Madrid de los Austria, ha sido, hace unos cuantos años, bautizada como Barrio de Las Letras, pues es la zona donde vivieron, en casas vecinas, algunos de los mas insignes escritores del Siglo de Oro Español (s. XVII), como Miguel de Cervantes, Francisco de Quevedo, su contrincante literario Luis de Góngora, que vivió en la misma casa que Quevedo, Pedro Calderón de la Barca, Lope de Vega,etc.


Subiendo por la calle Lope de Vega, encontramos el Monasterio de San Ildefonso y San Juan de Mata, mas conocido por su antiguo nombre de Convento de las Trinitarias Descalzas de San Ildefonso, conjunto arquitectónico barroco, cuya primera construcción data de 1.609, aunque   
el que vemos hoy día se debe a ampliaciones y remodelaciones posteriores.
                                                                      

Fue fundado en 1.609 por Francisca Romero, hija de un general de los ejércitos de Felipe II, que destaco en Flandes.

En esta primitiva y modesta iglesia fue enterrado Miguel de Cervantes en 1.616. Recientemente, y después de largas investigaciones, se han identificado los restos mortales del insigne escritor, en la cava de la iglesia, y se ha hecho un pequeño monumento conmemorativo.  

 En 1.673 comenzaron obras de ampliación a cargo del maestro Marcos López, interrumpidas quince años mas tarde por el fallecimiento del mismo, y acabadas con un nuevo arquitecto, José del Arroyo, en 1.688. Consta de una iglesia y el convento que la rodea.

En el convento profesaron, Isabel, hija natural de Cervantes y Sor Marcela de San Félix, (1.605-1.687) dramaturga y poetisa española, hija de Lope de Vega y de su musa y amante, la actriz Micaela de Lújan.

A la muerte de Lope de Vega la comitiva fúnebre se desvió para pasar frente al convento, para que su hija pudiera verla desde una ventana.

Calle adelante nos encontramos con la casa donde estuvo la vivienda de Francisco de Quevedo
                                                                     
En ella vivieron tanto Quevedo, como su enemigo literario y personal, el insigne poeta Luis de Góngora, que al arruinarse, se fue de alquiler a esa casa. Enterado Quevedo la adquirió y posteriormente lo desahucio, por impago del alquiler, tanto era la inquina que se tenían.

Cervantes y Lope de Vega, eternos rivales literarios y nada amigos, también vivieron en el mismo entorno; por ironías del callejero, la calle donde vivió y murió Cervantes se llama hoy día de Lope de Vega, y en la que vivió Lope se llama Cervantes.

Parece fabuloso que en tan pequeño entorno se pudiera reunir, y en un solo tiempo y ciudad, tanto genio y talento literario.

 Seguimos luego hasta llegar a la sede de la Real Academia de Historia, en la cercana calle León, perpendicular a la de Lope de Vega, por la que veníamos.  
                                                                                       

La Real Academia de Historia fue creada por decreto del rey Felipe V, el primero de los Borbones en España, en 1.738, con la finalidad según reza el decreto de

"aclarar la importante verdad de los sucesos, desterrando las fábulas introducidas por la ignorancia o por la malicia, conduciendo al conocimiento de muchas cosas que oscureció la antigüedad o tiene sepultado el descuido".

recomendaciones que convendría tener presentes siempre, y mas en esta época convulsa de nuestro país.

En 1.836, el gobierno de Mendizabal, concedió a la Academia gran cantidad de códices, documentos y libros, además del caserón Nuevo Rezado, procedente todo ello de la ley de Desamortización de los bienes eclesiásticos, de Mendizabal, que habían pertenecido a los monjes Jerónimos del Monasterio de El Escorial.

El edificio tenía la finalidad de albergar los libros de rezos de los jerónimos. Su construcción comenzo en 1.788 a cargo del arquitecto Juan de Villanueva, con grandes proporciones, valiosos materiales y austera ornamentación.

Después de diversas reformas, en diferentes años, la sede de la Real Academia de la Historia fue declarada Monumento Nacional en 1.945.

En 1.974 se añadieron al primitivo caserón de Nuevo Rezado, el palacio del Marques de Molins, Mariano Roca de Togores, típico palacio madrileño del s. XIX, y un pequeño edifico de viviendas de la calle Huertas, completando así toda la manzana entre las calles León, Huertas, Amor de Dios y Santa María.
                                                                    

El palacio del marques, tras su incorporación, fue profundamente modificado, aunque se conservaron ciertos elementos como la escalera y el salón de columnas, para adaptarlo a las necesidades de la Academia.

He tenido ocasión de estar en años recientes en dos conferencias pronunciadas en dicho salón, ya que la historia, con o sin mayúsculas me interesa bastante.

Seguimos después por la calle de Atocha, arteria ciudadana mucho mas larga y ancha que las anteriores, con una intensa actividad comercial, una de las principales calles de Madrid.

La calle de Atocha va desde la Plaza del Emperador Carlos V o Glorieta de Atocha hasta la Plaza de la Provincia, adyacente a la Plaza Mayor.

El nombre de la calle proviene del camino que, entre olivares y cañizares, llevaba, desde el centro de la ciudad, al Santuario de Atocha, antigua ermita de la venerada Virgen de Atocha.

En los s.s. XVI y XVII el camino que iba desde el poblado de Vallecas hasta la Plaza del Arrabal, es donde ahora se encuentra la Plaza Mayor.

En la confluencia de la calle de Atocha, con la calle de Santo Tomás  se encuentra la iglesia de la Santa Cruz, que ocupa el solar donde estuvo el convento dominico de Santo Tomas de Aquino, fundado en 1.583 por fray Diego de Chaves, confesor de Felipe II, y desamortizado en 1.836.

Después de patronazgo, derrumbes, incendios y otras catástrofes, tras un nuevo incendio en 1.876, el templo fue derribado.

La iglesia actual se comenzo a construir en 1.889 y se acabo en 1.902. con ayuda de una suscripción popular.

El templo, obra del arquitecto Francisco de Cubas, marques de Cubas (Madrid, 1.836-1.899) es de estilo neogótico, en ladrillo y piedra blanca de Colmenar; posiblemente lo mas llamativo de su estructura sea su torre de mas de 80 m de altura, que presenta un voladizo que le da aspecto de fortaleza, y que quiere recordar la torre de la antigua parroquia, edificada en 1.669, llamada la Atalaya de la Corte.
                                                                               


                                                                                               

Enfrente de la iglesia se halla la Plaza de la Provincia, conocida por este nombre desde la construcción del Palacio de Santa Cruz. Continuamos, pues, el recorrido por la Calle Mayor

En el Palacio de Santa Cruz se encuentra el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación del reino de España desde 1.938, en que cambio el antiguo nombre de Ministerio de Estado, que ya estaba en esa ubicación desde 1.901, por el actual. 

El Palacio de Santa Cruz fue construido por orden de Felipe IV en 1.629, para Cárcel de Corte, ya que no existía edifico apropiado para tal fin, en colaboración con el Consejo de Castilla, y con el pueblo de Madrid, al establecerse un impuesto sobre el consumo de vino, para tal uso. Otra de sus funciones fue albergar la Sala de Alcaldes de Casa y Corte.
                                                                       

   
El magnifico edificio en ladrillo y granito, tiene una fachada en forma de retablo, planta cuadrada y dos torres en las esquinas y ha servido de inspiración para otros muchos edificios oficiales.

Seguimos paseando hasta llegar a otra plaza cercana, la Plaza de la Villa, junto a la calle Mayor, de la cual salen tres pequeñas calles que corresponden al trazado medieval de la ciudad, las calles del Codo, la del Cordón y la de Madrid. 

Forman la plaza las fachadas de tres edificios de gran valor histórico-artístico, levantados durante diferentes siglos, como son, por orden de antigüedad,
                                                         

La Casa y Torre de los Lujanes, del s. XV, en estilo gótico-mudéjar, cuyo primer residente fue, a principios del s. XV Gonzalo García de Ocaña, contador mayor del reino, al cual la compro Pedro de Lujan, camarero del rey en 1.450. 

Otro Lujan, Juan la reconstruyo en 1.494, y la familia residió allí muchos años, hasta darle su nombre 
                                                                         

El rey de Francia Francisco I, prisionero de Carlos I, después de su derrota en la batalla de Pavía, residió durante un breve tiempo en esa torre.

Actualmente es la sede de la Academia de Ciencias Morales y Políticas

Le sigue en antigüedad la Casa de Cisneros, palacio plateresco construido en el s. XVI, a instancias de Benito Jimenez de Cisneros, sobrino del Cardenal Cisneros.
                                                               

El edificio mas imponente de la plaza es la Casa de la Villa. Construida en el s. XVII por orden de Felipe IV, sobre el solar de la casa del Marques de Vallecerrato, don Juan de Acuña, Presidente de los Consejos de Hacienda, Indias y Castilla sucesivamente; su construcción comenzo en 1.645 y termino en 1.693.
                                                             
                                                                             
Es un edificio sobrio a la par que magnifico, con zócalo de granito y muros de  ladrillo, con dos torres, en las esquinas, según el proyecto de su primer arquitecto Gomez de Mora (Cuenca 1.586-1.644), al que sucedió José de Villareal, que en 1.658 realizo el trazado definitivo. Fue reformado en 1.789 por el arquitecto municipal Juan de Villanueva (Madrid 1.739-1.811), que añadió la galería de columnas que da a la calle Mayor.
                                                     
Otra reforma mas reciente de 1.966 le devolvió su aspecto original quitando revoques y sustituyendo las tejas de tejado y torres, por pizarra, por lo que hoy día lo podemos ver con magnifico aspecto.

Fue la sede del Ayuntamiento de Madrid desde el s. XVIII hasta el año 2.008, en que la Alcaldía se traslado al Palacio de Comunicaciones, en la Plaza de Cibeles; actualmente su utilización se limita a eventos oficiales y recepciones, aunque está  previsto compartir su uso como Museo Municipal por un lado, y como Instituto de Formación Municipal por otro.

En la Plaza se encuentra la estatua de Alvaro de Bazán, (Granada 1.526-1.588) en el lugar que ocupo una antigua fuente.

La estatua de Alvaro de Bazan, I Marques de Santa Cruz, Capitán de las Galeras de España, durante el reinado de Felipe II,  uno de los mas insignes marinos y militares de la historia de España, vencedor de la batalla de Lepanto contra los turcos. que freno su expansión en Europa, fue  realizada por el escultor Mariano Benlliure (Valencia 1.862-1.947), y erigida mediante una suscripción popular, para commemorar el tercer centenario de su muerte (1.888), con el apoyo de la reina regente María Cristina de Borbón, que la inauguro en 1.891.
                                                                     

En la parte trasera del pedestal de mármol, hay grabados los versos que le dedico Lope de Vega, que dejan ver el aprecio y la popularidad de la que gozo:

                                                                  El fiero turco en Lepanto
                                                                  en la tercera el francés
                                                                  en todo el mar el inglés
                                                                  tuvieron de verme espanto.
                                                                  Rey servido y patria honrada
                                                                  dirán mejor que he sido    
                                                                  por la cruz de mi apellido
                                                                  y con la cruz de mi espada
                                        
Mas adelante pasamos cerca de la Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas, conocida también como Iglesia del Arzobispado Castrense y como Iglesia del Sacramento.
                                                                                   

Esta iglesia fue el templo del monasterio cisterciense de las monjas bernardas, fundado en 1.615 por Cristóbal de Sandoval y Rojas, duque de Uceda, valido de Felipe III, cargo que heredo de su padre, el duque de Lerma.

El comienzo de la construcción, diseñada por el arquitecto Juan Gomez de Mora, se retraso mas de medio siglo por la caída en desgracia del valido, y termino definitivamente en 1.744.

La iglesia es lo único que queda del monasterio, que fue demolido en 1.972. Está considerada una de las mejores iglesias barrocas de Madrid y, a  pesar de los avatares que ha sufrido con el paso del tiempo, conserva intactas su estructura y su decoración. Me pareció sobrio, pero armónico.

Esta iglesia con el Palacio de Uceda, a su lado, también llamado Palacio de los Consejos y Capitanía General, comparte el edificio con el Consejo de Estado.

El vistoso y gran edificio de ladrillo y piedra, fue mandado construir hacia 1.619 por Cristóbal Gomez de Sandoval, I duque de Uceda, del que ya hemos tenido noticias en esta misma entrada.
                                                                   

Debido a la caída en desgracia del duque como valido de Felipe IV, se cree que la construcción del palacio se retraso hasta 1.685.

En el reinado de Felipe V, el primer Borbón de la dinastía en España, el palacio fue destinado a sede de los Consejos reales.

Enfrente de este palacio se encuentra el Palacio de Abrantes, donde estuvo la embajada de Italia y hoy está dedicado a Instituto Italiano de Cultura.

El edificio destaca por su estética exterior con pinturas murales en la parte superior de la fachada y un gran alero de madera que sobresale bastante.
                                                                           

Las salas del interior se dedican a actividades culturales como exposiciones, conferencias, recitales, etc.

El edificio primitivo fue construido entre 1.653-1655 por encargo de su primer propietario Juan de Valencia, Espía Mayor del Consejo Secreto de su Majestad, al arquitecto Juan Maza. Paso después por distintos propietarios hasta que en 1.842 lo adquirieron los duques de Abrantes. que tras una profunda reforma, tomo su aspecto actual.

El palacio fue adquirido en 1.888 por el estado italiano, que tuvo en él su embajada, hasta que se traslado a su actual ubicación en el Palacio de los Duques de Amboage, en la calle Juan Bravo, destinando el Palacio de Abrantes, como esta reseñado mas arriba, a Instituto Italiano de Cultura.

Habíamos llegado, practicamente al final de la calle Mayor, que acaba en la calle Bailen, donde se encuentra el último monumento de nuestro recorrido de hoy y el mas importante. el Palacio de Oriente o Palacio Real de Madrid.
                                                                               
                                                                                 
                                                                           
                                                                                   
El Palacio Real se asienta sobre el solar que ocupo el antiguo Alcázar de Madrid, fortaleza medieval transformada en suntuoso palacio por los reyes Juan II, Carlos I y Felipe II, que lo convirtió en residencia real en 1.561, cuando estableció la capital del reino en Madrid, y destruido por un incendio en la Nochebuena de 1.734.

Felipe V, que había inaugurado la dinastía Borbón en España, decidió construir el Palacio Real, para lo cual encargo el proyecto al mejor arquitecto de su época: Filippo Juvarra (Mesina, 1.678-1.736), que murió al cabo de dos años, continuando la obra su discípulo Giambattista Sachetti (Turín 1.690-1.764), proyecto que sufrió numerosos replanteamientos, hasta que fue modificado por el arquitecto de Carlos III, primer monarca que habito el palacio, Francisco Sabatini (Palermo 1.722-1.797).

Carlos III llamo a los mejores pintores de la época para la decoración interior, el italiano Tiepolo y el alemán Mengs, cuya sucesión de frescos, también de pintores españoles, son una de las características mas importantes del palacio, todo ello según el gusto barroco italianizante del rey, presente en todo el conjunto.

Una de las instalaciones mas importantes, siéndolas en realidad todas, es la Real  Armería, la mas extensa colección de armas europea, junto con la de Viena, instalada junto al Alcázar por Felipe II y trasladada al Palacio en 1.891. Este mismo rey, muy amante de la botánica y de los jardines, creo el parque del palacio, llamado el Campo del Moro, que ha sido restaurado varias veces.

Tras contemplar al imponente edificio del Palacio, echamos también un vistazo a la Plaza de Oriente, otra de las bellas plazas de Madrid, donde íbamos a acabar nuestro recorrido.

La Plaza de Oriente, que debe su nombre a estar situada al oriente del Palacio real, fue un proyecto que tardo en realizarse. Empezó en el s. XVIII, con proyecto de Juan Bautista Sachetti, uno de los arquitectos del Palacio Real, con la idea de dotar al conjunto de una zona ajardinada en su parte oriental.
                                                                                 
                                                               
Durante los cinco años del reinado de José Bonaparte, José I, 1.808-1.813, se acometieron las primeras demoliciones de manzanas en el entorno del palacio, dentro de un plan urbanístico viario para esa zona de Madrid, que le valió a dicho rey el sobrenombre de Pepe Plazuelas, además del que ya tenia de Pepe Botella, que indican la poca simpatía que el pueblo de Madrid tenia por el hermano de Napoleón, invasor y destructor de España, que había ocupado esos años, hasta que se logro expulsar a él. a su hermano y a su ejercito, en la terrible Guerra de la Independencia.

Las lentas obras de adecuación del entorno prosiguieron durante los reinados de Fernando VII y de Isabel II, así como los edificios de alrededor de la plaza, y conclureron en1.841.

Los principales monumentos de la plaza son, además del palacio, el mas importante

  1. El Teatro Real
  2. El Monasterio de la Encarnación en su cara norte
  3. Una colección escultórica 
  4. Jardines histórico-artísticos
  5. La estatua ecuestre de Felipe IV

Repasemos uno a uno tanta maravilla.

1. El Teatro Real se encuentra situado enfrente del Palacio Real; es uno de los teatros de ópera mas importantes de Europa, y podemos decir del mundo, y es uno de los elementos emblemáticos de Madrid.
                                                             

Fue inaugurado en 1.850, con proyecto diseñado por el arquitecto municipal Antonio López Aguado, que fue asumido, a la muerte de este por Custodio Teodoro Moreno, y se mantuvo de forma ininterrumpida como teatro de la ópera hasta 1.925, cuando tuvo que cerrar a causa de problemas estructurales del edificio.

Permanecio cerrado 41 años, hasta que en 1.966 abrió sus puertas como sala de conciertos sinfónicos.

Por último entre 1.988 y 1.997 sufrió una importante remodelación a cargo primero del arquitecto José Manuel González Valcarcel, que falleció en el propio teatro durante una visita a las obras y fue continuada por Francisco Rodriguez de Partearroyo, que concluyo las largas obras y volvió a convertir el coliseo en teatro de la ópera.

Como he dicho mas arriba, después de diversos contratiempos, el teatro se inauguro en 1.850, con la representación de la ópera La Favorita de G. Donizetti.

El edificio es una mezcla arquitectónica de estilos, con una caja escénica de 1.472 m2, que es la joya del teatro y que permite complejos cambios de decorado así como múltiples combinaciones en el escenario y en el foso de la orquesta.

Sus cuatro grandes salones, que rodean completamente el edificio, están decorados con elementos del patrimonio Nacional y del Museo del Prado, mientras que las lamparas se fabricaron en la Real Fabrica de la Granja.
                                                                       

2. El Monasterio de la Encarnación en la cara norte del Palacio fue fundado por la reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III, a comienzos del s. XVII, como convento de monjas agustinas recoletas, al que pertenecieron damas de la alta nobleza, a lo largo de su historia.
                                                                               

 El arquitecto del templo, de estilo herreriano. de gran austeridad, y modelo de otros muchos templos en España, fue fray Alberto de la Madre de Dios, que lo edifico entre 1.611 y 1.615, ocupando el antiguo solar de las casas de los Marqueses de Pozas, que les había comprado el rey.
                                                                 

El rey coloco la primera piedra del edificio, en una ceremonia con gran solemnidad, pero la reina no pudo ver la obra que había fundado con tanto empeño, ya que murió el 3 de octubre de 1.611.

El interior tiene una iglesia suntuosa que no pasamos a ver, ya que nuestra intención era pasear.

En la antigua clausura del convento está instalado un museo con una importante colección de pintura y escultura, perteneciente al Patrimonio Nacional, con obras de Lucas Jordán, Juan van der Harden, Pedro de Mena, José de Mora y Gregorio Fernández.

Debido a las colecciones artísticas que alberga, es uno de los templos mas destacados de Madrid.

3. La colección de estatuas de reyes españoles que se distribuyen por los jardines, es una de las características de la Plaza de Oriente.

En los lados norte y sur de los jardines de la misma, se encuentran diez estatuas que miran a la escultura central, la estatua ecuestre de Felipe IV.

Las estatuas, de piedra caliza, fueron esculpidas a mediados del s. XVIII, durante el reinado de Fernando VI, con el fin de decorar la cornisa superior del Palacio Real, pero ante el temor de que el peso de las mismas pudiera hacer fracasar la cornisa y llegaran a caerse, se decidió distribuir un buen número de ellas por diversos jardines de la ciudad, como el Paseo de Argentina del Parque del Retiro, mas conocido como el Paseo de las Estatuas y los Jardines de Sabatini, cercanos al Palacio Real y las citadas que están en la Plaza de Oriente, y en diversas ciudades españolas.
                                                                           

Las 20 figuras que se pueden ver en la Plaza de Oriente representas a 5 reyes godos,
y a reyes del periodo de la Reconquista.
                                                                       

Las esculturas muestran un valor artístico desigual, pues no solo tiene diferentes autores sino que fueron esculpidas para ser contempladas a distancia, y por lo tanto no siempre están trabajados los detalles, pero no por ello dejan de ser curiosas y atractivas.

4. Los jardines histórico-artísticos pueden dividirse en cuatro partes.

Los jardines centrales, la zona mas monumental de la Plaza de Oriente, dispuestos alrededor de la estatua ecuestre de Felipe IV, con diseño barroco de jardinería.

Los jardines de Cabo Noval, integrados por una plantación de plátanos, que ocupan terrenos que pertenecieron al Monasterio de la Encarnación; su mayor valor artístico es la escultura del cabo Luis Noval Cerrao (Oviedo, 1.887-1.909) héroe de la guerra con Marruecos, que es obra en piedra y bronce del escultor Mariano Benlliure (Valencia 1.862-1.947).
                                                                       

Los jardines de Lepanto son otra plantación de grandes plátanos y algunos cedros donde esta instalada la estatua de otro héroe de las guerras con Marruecos, el capitán Ángel Melgar (El Romeral, Toledo 1.876-1.909)
                                                                     

5. Monumento ecuestre de Felipe IV, la obra artística mas importante de todo el recinto de los jardines.
                                                                       

Considerada por escultores, académicos y especialistas como una de las mas bellas esculturas ecuestres de España, y de Europa, fue regalada por el duque de Toscana, Fernando II de Medici al rey Felipe IV.

La estatua fue esculpida en Italia sobre dos retratos de Diego Velazquez en los que se baso el escultor italiano Pedro Tacca (1.567-1.640), entre los años 1.634 y 1.640.

Para superar el problema de sus nueve toneladas de peso hubo de ser consultado el cientifico Galileo Galilei (1.564-1.642) que habria recomendado hacer macizos los cuartos traseros del caballo, mientras los cuartos delanteros se dejaban huecos.

Despues de otras ubicaciones, fue instalada en el lugar que ocupa hoy en día, durante el reinado de Isabel II, en que se le añadieron unos grupos escultoricos y una fuente


Se trata de una obra maestra en su genero, tanto por su calidad, como por ser la primera estatua "en corbeta", es decir con las patas del caballo alzadas, sostenido sobre las traseras y por la cola.

Todavia hay diversos jardines paseos y rincones alrededor de la Plaza de Oriente y del Palacio Real, que se me han quedado sin recorrer esta vez, pero ya habia llegado la hora de comer y llevabamos cominando horas, asi que alli mismo en la Plaza De Oriente entramos en uno de los varios cafes-restaurantes e hicimos honor a un cocido madrileño, bien servido que nos supo muy bien.
                                                                                 
                                                                               
                                                                                   


sábado, 15 de noviembre de 2014

Fideua con almejas y setas de temporada

                                                             
 
Esta receta tan sencilla queda muy rica y es propia del otoño en el que abundan las setas.

Ingredientes
                                                        

300 g de fideos gruesos
2 cebollas
200 g de almejas
200 g de setas de temporada
2 dientes de ajo
1 ramita de perejil
1 hoja e laurel
l l de caldo de verduras
3 cucharadas de aceite de oliva
Unas hebras de azafrán
Pimienta
Sal

Elaboración

Poner las almejas a remojo en agua salada 2 horas y enjuagarlas.
Limpiar las setas, lavarlas y cortarla en laminas.
Lavar y picar el perejil.
Pelar y picar las cebollas y los ajos.
                                                     

Rehogar la cebolla en el aceite 5 minutos.
Añadir las setas y los ajos. Salpimentar y rehogar todo 4 minutos.
Agregar los fideos y la mitad del perejil y remover.
Añadir el caldo, el azafrán y el laurel y llevar a ebullición.
Cocer 8 minutos a fuego mediano, añadir las almejas y cocer otros 7 minutos.
                                                                         

Espolvorear con el resto del perejil y servir.
                                                             


sábado, 8 de noviembre de 2014

Alrededores de Madrid: Torrelaguna

                                                                     

En otoño del año pasado, voy con retraso en el relato de mis recorridos por aquí y por allá, seguimos conociendo la Comunidad de Madrid, visitando la villa de Torrelaguna, en el noreste de la provincia.

Íbamos con nuestro primo A., como otras veces, y también nos acompaño un día esplendido, fresco, pero soleado.

Para llegar a Torrelaguna elegimos el autobús, que va pasando por varias y populosas poblaciones, hasta encontrar el campo, y que tardo en recorrer los 53 km, que separan esa villa de Madrid, mas de una hora; sin embargo no se me hizo demasiado pesado, pues además de ser la mañana, en la que se está mas descansado y fresco, me gusta ver tanto las populosas ciudades de las cercanías de Madrid, como el ambiente rural que las sucede inmediatamente.

Sepamos algo de esa interesante villa, importante por mas de un motivo.

Torrelaguna, que cuenta hoy día con cerca de 5.000 habitantes, se encuentra en la comarca del Valle del Jarama, a 740 m de altitud sobre el nivel del mar, rodeada de la Sierra de Somosierra al norte y de  la de Concha al este.

El río Jarama le hace frontera, mas al sur del núcleo urbano con Uceda, población perteneciente ya a la provincia de Guadalajara, mientras que el río Lozoya la limita al norte, sin pasar tampoco por su termino municipal, represado en el embalse de El Atazar.

En cuanto a su historia, precedida por la prehistoria, los hallazgos arqueológicos han establecido que en el territorio que hoy ocupa Torrelaguna, hubo poblados celtiberos y romanos, las antiguas Vercelia y Barnacis.

La actual población tiene su origen en la granja que algunos habitantes de Uceda (Guadalajara), establecieron  en sus fértiles vegas al pie de las sierras, de tal manera que al producirse la invasión musulmana, el burgo ya contaba con siete barrios.

Su nombre procede, seguramente, del híbrido entre torre y el nombre de la tribu beréber Lagunna, que fue la que ocupo esta parte del reino visigodo.

En el año 1.085 fue reconquistada para los cristianos por  Alfonso VI de Castilla e incorporada a la diócesis de Toledo, y permaneció unida a Uceda, hasta el año 1.390 en que  Juan I de Castilla y el arzobispo de Toledo, la declaran Villa Libre.

A partir del s. XIV, diversas familias nobles se establecen en Torrelaguna, aumentando notablemente su prosperidad. Es la época en la que se construye su magnifica iglesia de Santa María Magdalena, de la cual hablare mas tarde.

Durante el reinado de Carlos I, la villa recibe varias prebendas por no haber participado en la Guerra de los Comuneros, como un Fuero local propio, y autonomía judicial de primera instancia, aunque no es hasta 1.749 cuando Carlos III la hace municipio.

Durante la Guerra de la Independencia, Torrelaguna, sufre el saqueo de las tropas de Napoleón, y la destrucción de las murallas medievales y del Convento de San Francisco, que es incendiado hasta no quedar mas que la espadaña, provocando una gran perdida de su patrimonio historico y cultural, como en tantos lugares de la España invadida.

Torrelaguna recibió las visitas de Isabel II en 1.852, con motivo de las obras de abastecimiento de agua potable en Madrid y también de Alfonso XII y Alfonso XIII.

Durante la segunda mitad del s. XX se produjo una fuerte emigración a la cercana capital. que se ha frenado en el s.XX, con recuperación demográfica sostenida en la villa.

El conjunto urbano de Torrelaguna fue declarado en 1.974, Monumento Histórico Artístico Nacional, por sus edificios y estructuras urbanas relevantes, como la iglesia parroquial de Santa María Magdalena y la Plaza Mayor, y sus muchos palacios, entre otros.

La iglesia de Santa María Magdalena, es el  único templo gótico en la Comunidad de Madrid y una de sus principales iglesias.


Fue construida sobre una iglesia anterior, a comienzos del s. XV, e inaugurada en el s. XVII.

La torre campanil fue elevada a instancias del Cardenal Cisneros (del que hablare mas tarde) natural de Torrelaguna, que contrato para su construcción al maestro Juan Campero. En el tercer cuerpo de la torre se encuentran los escudos de la villa y del Cardenal.
                                                                             

La portada de la Resurrección del s. XVI, ya es claramente renacentista, y fue financiada por el Arzobispo Fonseca, cuyo escudo adorna el lateral del pórtico.


Aunque la iglesia abre solo para el culto, restringido hoy día al domingo, y visita guiada el sábado organizada por una Asociación Cultural de Torrelaguna, y nuestra visita no era ninguno de esos dos días, tuvimos la ocasión de ver el interior debido, desgraciadamente, a un terrible suceso acontecido los días anteriores: el asesinato de una mujer de la localidad por su novio, y el día en que estuvimos allí se celebraba el funeral de dicha desgraciada víctima, por cierto con gran asistencia de los habitantes del pueblo.

Alertados por la Oficina de Turismo, donde fuimos  informados sobre la posibilidad de entrar, pues la iglesia se abría para las exequias de dicha vecina, acudimos bastante antes de la hora, y pudimos recorrer la iglesia mientras unas feligresas lo disponían todo para el funeral. Pena de motivo por lo que conocimos el interior.

La iglesia tiene planta basilical de tres naves, con bóvedas de crucería góticas. Destacan entre los diversos retablos de las capillas, el Retablo Mayor, barroco, obra de Narciso Tomé.
                                                                   

 Como cosa curiosa citare que durante unas obras de rehabilitación se descubrieron en la parte posterior de este retablo unos dibujos, que datan del s. XVI, dos rostros de hombre y un bosquejo de ave rapaz.

Otra curiosidad, que nos señalo A. es una pequeña vidriera, en una preciosa capilla, que donaron en el año 1.945, unos tíos tanto de él, como de mi marido a esta iglesia, que tiene una leyenda en la parte baja, con el nombre de los donantes.
                                                                               
                                                                             
Otros muchos rincones y soluciones arquitectónicas destacables hay dentro de esta bella iglesia, como su púlpito labrado en piedra, su magnifica escalera precedida por un arco renacentista, y sus cenotafios, entre los que está el del poeta Juan de Mena (1.411-1.456), arriba a la izquierda,
nacido en Córdoba y fallecido en Torrelaguna.

Del suntuoso sepulcro que le mando construir el Marqués de Santillana no queda nada, excepto una piedra grabada con este epitafio:

                                                         Patria feliz, dicha buena,                                                                                                                           escondrijo de la muerte
                                                         aquí le cupo por suerte
                                                         al poeta Juan de Mena
                                                   
                                           
 Cuando dejamos la iglesia, ya se iba llenando de los ciudadanos de Torrelaguna que acudían al funeral de su vecina asesinada.

La iglesia de Santa María Magdalena se halla en la espaciosa Plaza Mayor de la villa, bello ejemplo de la arquitectura urbana castellana.
                                                                         
Además de la poderosa silueta de Santa María Magdalena, el antiguo pósito convertido en Ayuntamiento, edificio renacentista construido en el s. XV, con el escudo del Cardenal Cisneros,
                                                           


 y el Convento de las Concepcionistas ocupan un ángulo, al lado del cual hay tres viviendas con soportales, que dan el ambiente de la típica plaza castellana.


La Abadía de las Concepcionistas Franciscanas Descalzas, tiene sus orígenes en la época del Concilio de Trento, tercera fundación de la Orden de Santa Beatriz de Silva, patrocinada economicamente por don Hernán Bernaldo de Quirós y su esposa, doña Guiomar de Berzosa, una de las principales familias de la villa, en 1.560 y reconstruida en 1.960, ya que durante la Guerra Civil (1.936-1.939),  una bomba casi la destruyo.
                                                                       

En medio de la Plaza hay un crucero, la Cruz de Cisneros, levantada en 1.802 en el lugar en que nació el Cardenal Cisneros.
                                                                               

Después de pasear por la plaza, caminamos unos 300 m para llegar a las ruinas del Monasterio Franciscano de la Madre de Dios, fundado por el Cardenal Cisneros. Empezó a construirse en 1.512, convirtiéndose en un espacio propio para el estudio de religiosos y seglares, con una importante biblioteca, y lugar escogido por las mas importantes familias de Torrelaguna para ser enterradas en él.

Durante la Guerra de la Independencia fue destruido por las tropas francesas al mando del general Hugo (padre de Victor Hugo); la posterior desamortización de Mendizabal acabo definitivamente con él, siendo vendidos sus restos a particulares y quedando en muy mal estado, excepto la espadaña que fue restaurada en 1.980, que sigue como testigo de su antiguo esplendor.
                                                                           

A otros 300 m de estas ruinas pasamos por el Convento de las Carmelitas de la Caridad, empezado a construir a finales del s. XIX e inaugurado en 1.902, inicialmente creado como fundación benéfica para la enseñanza de niños pobres, promovida por Isabel II y financiada por los ciudadanos de Torrelaguna, hermanos Montalban, que están enterrados dentro de la destacable iglesia neogótica del convento.
                                                                         

Antes de empezar la visita de la villa, acudimos a la Oficina de Turismo, en la Casa de la Cultura, que ocupa el reformado espacio del Hospital de la Santísima Trinidad, que tiene una interesante historia.
Se cree que en el s. X era mezquita, sinagoga después de la Reconquista y hospital tras la expulsión de los judíos en el s. XV, aunque nada de todo es evidente hoy día .
                                                           
                                                                                                                                                 
Paseamos por la calle mayor y otras calles con sus palacios y escudos,
                                                                                     

hasta llegar al Palacio Arteaga o del Infantado. Construido entre los s.s. XVII y XVIII en estilo clasicista, perteneció durante generaciones a la familia Arteaga, hasta 1.853 en que fue adquirido,en pública subasta por el Canal de Isabel II, que lo convirtió en la Casa de Dirección del Canal hasta 1.992, cuando dejo de tener este uso.
                                                                 

Sus estancias acogieron a personajes ilustres como la reina Isabel II, el general Espartero, y los reyes Alfonso XII y Alfonso XIII.

Atravesando la calle y andando unos metros se encuentra el Palacio de Salinas, edificado en el s.XVI por Luis de Vega, y del cual solo se conserva la fachada original en piedra del edificio renacentista destruido, también, durante la Guerra Civil.
                                                                         

En la fachada destaca la portada, con arco de medio punto, columnas a los lados, decorada con medallones con efigies y surmontada por una ventana con frontón, donde hay un escudo que se supone es del fundador.

En esos jardines se encuentra un busto del Cardenal Cisneros, el mas ilustre hijo de Torrelaguna.
                                                                                   

Es, en efecto, el Cardenal Cisneros no solo una de las personalidades mas ilustres de Torrelaguna, sino de toda la historia de España.

Gonzalo Jimenez de Cisneros, que cambio su nombre por Francisco, en respeto a San Francisco de Asís, en cuya orden profeso, nació en Torrelaguna en 1.436  y murió en Roa, (Burgos) en 1.517.

Hijo de hidalgos pobres, fue enviado  a estudiar a la vecina Alcalá de Henares en su adolescencia y después continuo sus estudios en el Colegio de San Bartolomé de Salamanca, pasando luego a Roma, donde fue ordenado sacerdote.


Después de su regreso a España, tras el fallecimiento de su padre y de diversas peripecias que lo condujeron a la cárcel, por el enfrentamiento con el arzobispo Carrillo, sufrió una profunda crisis espiritual, que lo llevo a profesar en la Orden Franciscana, cambiar de nombre en honor de San Francisco, y encerrarse en el convento de la Salceda, donde llevo una vida exclusivamente monacal, durante siete años.

De allí lo saco la reina Isabel la Católica para hacerlo su confesor, en el año 1.492, por consejo del arzobispo de Toledo, el cardenal González de Mendoza, primer protector de Cisneros.

Nombrado provincial de la orden franciscana acometió una profunda reforma en ella, y mas tarde reformo también el clero secular.

A la muerte del cardenal Mendoza en 1.495, fue consagrado arzobispo de Toledo, Primado de España y Canciller de Castilla, cargos que suponían el mayor poder político, tras la corona.

No solo fue confesor de la reina Isabel, sino también su consejero.

Muerta la reina, proclamados reyes Juana I y su esposo Felipe I de Habsburgo, fue nombrado regente provisional mientras Fernando el Católico se encontraba ausente en Napoles, y su hija pretendía reinar. Pero una vez conseguida la retirada de Juana, Fernando el Católico y Cisneros lograron restaurar el comprometido prestigio de la monarquía.

Al morir Fernando el Católico, Cisneros fue nombrado Regente de nuevo, hasta la mayoría del heredero Carlos I, que aún no había pisado España.

Durante los dos años de esta segunda Regencia, Cisneros, que ya tenia ochenta años, mostró unas dotes políticas y una habilidad extraordinaria, para gobernar.

Cisneros murió en Roa (Burgos) el 8 de noviembre de 1.517, cuando se dirigía a recibir a Carlos I.

En su vida publica intervino en todos los asuntos durante el reinado de los Reyes Católicos y contribuyo de forma decisiva a la creación del nuevo Estado.

Reformo la vida religiosa que había caído en una gran relajación moral y variedad intelectual, y supo ver que toda renovación empezaba por la educación, para lo cual fundo en 1.499 la Universidad de Alcalá de Henares, la primera universidad renacentista, humanista y universal, dotada por el Cardenal con una magnifica biblioteca, una de las instituciones que mas han influido en la cultura española.


La villa de Alcalá de Henares se vio muy favorecida por el desarrollo urbanístico impulsado por el Cardenal, que la quería dotar del entorno adecuado a la Universidad.

Otros personajes relacionados con Torrelaguna fueron María Toribia, del s. XII, mas conocida como Santa María de la Cabeza, y su esposo San Isidro Labrador, que aunque no habían nacido en ella, vivieron allí gran parte de su vida. Santa muy milagrera que tiene en Madrid una calle y una glorieta con su nombre, además de una estatua, en la que está con su esposo, en el Puente de Toledo.

Al ir a coger el autobús para volver a Madrid, teníamos la parada enfrente del Centro Montalbán, institución destinada a Escuela Primaria, que funciono como tal hasta la creación de nuevas escuelas.
                                                                       

Lleva el nombre de su fundador, don Juan Manuel Montalbán, rector de la Universidad de Madrid, que la dejo dotada en su testamento.

Hoy día esta destinada a Salón de Actos, con usos múltiples.

Llegamos a Madrid de noche después de un día bien aprovechado.