sábado, 22 de marzo de 2014

Sopa de judías coloradas (Bruine Bonen soep)

                                                                   

Sopa tradicional de Holanda, que admite muchas variantes, como el tipo de carne o tocino, que puede ser     de salchichas o bacón, también sin nada cárnico.

Queda deliciosa y alimenticia

Ingredientes
                                                                             

500 g de judías coloradas
4 clavos
6 granos de pimienta
1 hoja de laurel
50 g de aceite
1 cebolla grande
2 puerros
1 loncha de bacon o tocino
Pimienta negra molida
Sal
Unas gotas de salsa Worcestershire
1 cucharada sopera de curry
Pan fritos en cuadraditos

Elaboración

Poner las judías coloradas a remojo la noche anterior.
 Meter las judías escurridas en la olla express
Cubrir de agua.
Añadir  los clavos, los granos de pimienta y la hoja de laurel.

                                                             
Cocer a presión 1/4 de hora.
Mientras la olla baja de presión, calentar el aceite; sofreír  a fuego mediano la cebolla picada y los puerros, durante 7 minutos.
Sacar a un plato y poner en la  misma sartén, con un poco de aceite el bacon cortado en trocitos a dorar.
Quitar los clavos, granos de pimienta y laurel.
 Añadir la cebolla y los puerros.
                                                 


Pasar por la batidora.
                                                                         

Añadir sal, pimienta y la salsa Worcestershire.
Espolvorear con curry.
                                                                       

Servir con los picatostes y el bacon frito.
                                                                 

                                     

sábado, 15 de marzo de 2014

6º día. Molinos, queso y agua; paseando por Holanda



 Nuestra excursión para hoy era muy variada.

Empezamos por el Museo de Molinos en el Kalverringdijk, en el pueblo de Zaanse Schans, a unos 10 km de Amsterdam, al aire libre.

El día era esplendido, sobre todo considerando el clima de esta parte de Europa; el paisaje, hasta llegar allí, tan verde y relajante como en toda Holanda, y los molinos muy interesantes.

El pueblo de Zaanse, es mas bien un barrio de la ciudad de Zaandam, atravesada por el río Zaan, que le da nombre, cerca del Canal del Mar del Norte.

Zaandam, que tuvo carta de ciudad desde 1.811 está vinculada a la primera Revolución industrial en los Países Bajos y también a la caza de ballenas.

El futuro zar de Rusia Pedro I (1.672.1.725), mientras recorría varios países de Europa, paso un tiempo en Zaandam, trabajando como carpintero y estudiando la construcción de barcos, en lo cual estaba muy interesado, conocimientos que empleo al volver a Rusia, para empezar la construcción de la futura Armada rusa.

Y es en Zaanse Schans donde se ha instalado un museo de molinos de viento, que fueron parte importante del desarrollo del país en la era pre-industrial, como ayuda a los aserraderos de la madera para construir barcos, para la construcción de polders y para la molienda de cereales y semillas productoras de aceites.

Al llegar el desarrollo industrial los molinos perdieron su función y quedaron sin uso, siendo reemplazados por fabricas y factorías, que necesitaron de la construcción de viviendas para los obreros y demás personal que trabajaba en ellas

Ante la destrucción o deterioro de los molinos, con peligro de desaparición, se decidió agruparlos en este lugar; para los molinos que necesitaban de restauración, pero que se encontraban en relativo buen estado, se fueron utilizando piezas de recambio de otros molinos que estaban mas estropeados, y así se fue creando este gran museo.

                                                                 
Cerca del lago que rodean los molinos, y con la misma idea de conservación, se ha hecho un pequeño pueblo con casitas antiguas, que también corrían el peligro de desaparecer. Casi todas están pintadas de verde y rodeadas de jardincillos bien cuidados. Las mas grandes y mas adornadas están dedicadas a oficinas o algún pequeño museo.

 Es un paseo encantador, sobre todo si se deja atrás, como hicimos nosotros, una enorme fabrica en activo.
                                                                   




                                                                                 

Los molinos rodean el  lago.

                                                                                                      
Entramos en uno de ellos, el molino de aceite  De Zoeker, cuya primera construcción data de 1.676. Después de numerosos avatares, cambios de uso y hasta una tormenta, con grave peligro para su desaparición, desde 1.968 ocupa su actual emplazamiento y está nuevamente en activo, de manera que pudimos ver su funcionamiento para la obtención de aceite de cacahuete.


La visita al interior de este molino fue interesante; dos enormes muelas de 5.000 k de peso entre las dos, están colocadas en un andamiaje que impulsa la fuerza mecánica del molino.
                                                           

 Las muelas dan vueltas sobre una piedra plana, que descansa sobre una base del molino. De tanto en tanto el molinero echa una capa, en este caso de cacahuetes, sin la cascara, pero sin pelar, que las gigantescas muelas aplastan; una vez convertidos los frutos secos en harina, se sigue un procedimiento que sería largo de describir, hasta conseguir el aceite, que sale en pequeña cantidad para la gran masa de cacahuetes utilizada.

Dejamos atrás los molinos, recorrimos unos cuantos km contemplando de nuevo el plano paisaje holandés, con sus polders, canales, diques, vacas de diferentes razas, todas esplendidas, hasta llegar a una fabrica de quesos, Jacob´s Hoeve, empresa que tiene otros tres establecimientos en la comarca.

Esta quesería está situada en el polder junto al canal de Katwoude, cerca de Volendam, que iba a ser nuestra siguiente parada.
                                                                       

Al llegar al establecimiento se nos ofreció una explicación de la fabricación del queso, por una señora vestida con el traje típico de Volendam, el mismo que vestía el resto del personal de la quesería.

Además de los conocidos quesos Edam y Gouda, también fabrican quesos de oveja y cabra, y variedades de quesos con hierbas, como comino, pimienta, fenogreco y pimienta de chile.

Tras la demostración fuimos invitados a pasar a la tienda donde se venden todas las variedades de los quesos allí elaborados, y se nos ofreció una amplia degustación de todas las variedades . Amables señoritas que, por cierto, hablaban con fluidez español, nos atendieron y vendieron, a casi toda la expedición, una buena cantidad de quesos, y algunos instrumentos, como utensilios para cortar el mismo y otros. Era casi imposible resistirse a comprar...
                                                                           

Seguimos, a continuación hasta Volendam, a unos veinte km de Amsterdam, pequeña ciudad  portuaria de unos 22.000 habitantes, muy visitada por su puerto y su casco antiguo.
                                                                       

Volendam es un antiguo pueblo de pescadores, situado en la desembocadura del río Ijseel, a orillas del  Ijseelmeer, gran lago artificial en el centro del país, en el antiguo Zuider Zee (Mar del Norte), una bahía poco profunda del Mar del Norte.

El lago fue creado en 1.932, cuando el Zuider Zee se cerro con el Afsluitdijk (dique de cierre), largo dique de 32 km de longitud por 90 de anchura, por la que circula una autopista de dos carriles y un carril para bicicletas, que ya he citado mas arriba.
                                                                           

El Ijseelmeer es una gran reserva de agua dulce, que sirve  para la agricultura y para el consumo humano.

No puede uno dejar de asombrarse ante las enormes obras hidráulicas, que se han realizado en este país; se puede decir que los holandeses tienen poca tierra, pero mucha cabeza.

Originariamente Volendam fue un pequeño puerto de pescadores de la cercana ciudad de Edam. Cuando en el s. XIV los habitantes de Edam construyeron un dique para hacer un  canal mas corto hacia el Zuider Zee y un nuevo puerto, pues el antiguo había quedado cegado, algunos agricultores y pescadores se establecieron allí, formando la nueva comunidad de Volendam, que quiere decir -presa rellenada-.

                                                                               
Hoy día no hay actividad pesquera, pues el lugar vive del turismo, que le proporciona muchos mas ingresos que su antiguo oficio.
                                                                               
                                                                           
Paseamos, pues, por su casco antiguo, muy pintoresco con sus casas de madera, sus canales, su iglesia también con mucho sabor, hasta llegar a la calle principal con varias tiendas donde se ofrecen especialidades regionales y todos los cachivaches que pueden apetecer los visitantes.
                                                               
                                                                         
En el  puerto, que está al lado, ya se puede apreciar lo grande que es el lago. Desde allí salen barcos que pasean a los turistas, lago adentro.

El puerto estaba muy animado, con multitud de gentes que paseaban, pedaleaban en su bicicleta o bien, como hicimos nosotros, se tomaban una cerveza disfrutando del buen tiempo, de las vistas y de la animación.

                                                                   
Como nos habían dado, podíamos decir, demasiado tiempo libre, tras acabar la cerveza seguimos explorando los alrededores dando un largo paseo, que podríamos llamar marítimo, aunque aquello ya no es mar sino un lago, bordeado de bonitas casas.

Nos preguntábamos que seria aquella gran extensión de agua, pues tampoco parecía un mar, hasta que preguntamos. Ahora ya tenemos la respuesta.

La última visita del día iba a ser a Marken, encantador pueblecito a orillas del mismo lago, a unos 5 km de Volendam.

Hasta 1.957 Marken era una isla, pero después de la construcción de un dique, que la une al continente, se considera una península.
                                                                           

Con esta foto de la NASA, se puede ver mejor su posición.





                                                                     
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La historia de Marken data del s. XIII, cuando unos monjes de Frisia se asentaron en la isla.

Los habitantes de este primitivo núcleo construyeron diques alrededor de la isla, y sus casas en los lugares mas elevados, con el fin de protegerse del agua.

Desde el s. XIV hasta la construcción del Afsluitdijk, el dique de cierre del Zuider Zee, en 1.932, los habitantes de Marken se dedicaron a la pesca. Ahora la población se dedica, por entero, al turismo.

Cuando empezó a faltar terreno para construir mas casas, se comenzo la construcción de palafitos de madera, que permitían el paso del agua sin causar problemas. Cuando se construyo el gran dique fijo, los palafitos quedaron en desuso. Hoy día forman parte obligada de la visita a Marken, ya no pasa el agua por debajo, pues ese lugar se ha aprovechado para ampliar la pequeña vivienda con otra habitación, arreglar un trastero multiuso, etc.                                                                           


Marken cuenta con protección oficial, pues pertenece al patrimonio nacional holandés.

A pesar de ser y haber sido siempre un pueblo pequeño tiene dos iglesias, de dos congregaciones protestantes distintas.

Visitamos todo el pueblo, paseando por sus canales, puentes, palafitos y puerto, todo muy bonito y con cierto aroma a cuento de hadas. 




                                                                               



                                                                                 

Tras recorrer Marken volvimos a Amsterdam, donde en el restaurante del hotel nos ofrecimos una buena cena. 

sábado, 8 de marzo de 2014

Tortitas holandesas de manzana (Appel Pennenkoeken)

                                                                     

Estas deliciosas tortitas se suelen tomar en Holanda con miel o jarabe.

También se puede hacer el relleno con bacón o jamón y entonces se sirven con melaza

Ingredientes
                                                                       

Para 4 tortitas

150 g de harina
1/2 cucharada de té de azúcar
2 huevos
200 ml de leche
1 cucharada sopera de aceite
500 g de manzanas reinetas
100 g de mantequilla

Elaboración

Tamizar la harina con la sal en un cuenco.
Hacer un hueco en el centro y echar en él los huevos
Batir para incorporar los ingredientes y agregar la leche tibia poco a poco, son dejar de batir para hacer una pasta, añadiendo entonces el aceite batiendo sin parar.
                                                                 

Fundir 25 g de mantequilla en una sartén.
Poner en la sartén la cuarta parte de las manzanas peladas y cortadas en rodajas finas.
Freír suavemente hasta que queden doradas
                                                               

Verter la cuarta parte de la sobre ellas y freír otros 2 o 3. minutos.

Dar vuelta a la tortita valiéndose de un plato o tapa. Freír por el otro lado otros 3 minutos.

Repetir la operación otras tres veces, reservando al calor mientras se van haciendo..

Servir las tortitas inmediatamente.

sábado, 1 de marzo de 2014

5º día: Amsterdam


Hoy teníamos un día muy ocupado para visitar Amsterdam.

Hace unos veinte años había conocido esta fascinante ciudad y ahora tenía ilusión por verla de nuevo.

Antes de recorrerla sepamos algo de ella.

Amsterdam es la capital de los Países Bajos, aunque en este país la gobernación y la sede de la corona están en La Haya.

Tiene unos 750.000 habitantes, aunque con su área metropolitana pasan del millón y medio, y forma parte de la gran conurbación holandesa (Randstat), de la cual forman parte La Haya, Rotterdam y Utrech, una de las áreas metropolitanas mas grandes de Europa.

El nombre de Amsterdam aparece por primera vez en un documento de 1.275, que exime a los habitantes del lugar del pago del impuesto de portazgo, por haber construido un puente con presa (damm), sobre el río Amstel.

El lugar había sido fundado por pescadores, que según la leyenda provenían de la provincia de Frisia en el norte del país, considerándose su fundación oficial, la del documento citado mas arriba.

La importancia de Amsterdam,, como centro comercial entre las ciudades holandesas y alemanas creció y se consolido durante el s. XIV, cuando formo parte de la Liga Hanseática.

En el s. XVI todos los territorios que hoy día forman los Países Bajos y Bélgica pasaron a pertenecer al Imperio español, ya que el rey Carlos I de España los heredo de su abuela María de Borgoña, titular de los mismos.

Casi todo el s. XVI estuvo ocupado por la Guerra de Flandes o Guerra de los 80 años, en que las provincias del norte de los Países Bajos, que se habían separado de la Iglesia católica y habían pasado a ser protestantes, después de la reforma del monje agustino alemán Lutero, se revelaron contra el dominio español, consiguiendo su independencia.

A principios del s. XVII Amsterdam, durante el llamado Siglo de Oro holandés, se convirtió en una de las ciudades mas ricas de Europa, debido a su importante puerto, a la creación de su imperio colonial y a ser el uno de los principales centros financieros de Europa.

Esta prosperidad declino en el s. XVII debido a las guerras entre Holanda, el Reino Unido y Francia, que fueron seguidas por la invasión del ejercito francés de Napoleón Bonaparte, y que arruinaron Amsterdam.

A la caída del imperio napoleónico, tras la batalla de Waterloo, fue fundado el Reino Unido de los Países Bajos en 1.815, que comprendía Holanda, Bélgica y Luxemburgo y que tan solo duro quince años, pues la separación de Bélgica se produjo en 1.830.

Durante la Primera Guerra Mundial Holanda permaneció neutral, pero aun así la población padeció hambre y escasez en el suministro de combustibles.

En la Segunda Guerra Mundial, el intento de Holanda de volver a ser neutral fue eliminado, al invadir Alemania su territorio en mayo de 1.940, provocándose graves persecuciones de la población judía, y grandes penalidades entre toda la población.

Acabada la guerra, Amsterdam se fue recuperando, hasta conseguir, hoy día, altas cotas de bienestar.

Sin embargo ha perdido la importancia comercial que tuvo, en favor de Rotterdam y el poder político a favor de La Haya, pero sigue siendo el centro intelectual de los Países Bajos, el centro mundial de la talla de diamantes, y de importantes servicios como es su aeropuerto, que recibe miles de turistas a lo largo del año.

Se puede decir que Amsterdam, esta construida en el mar, ganada al mar, anclada sobre un millón de pilotes de madera, y como todo el país depende de la fortaleza de sus diques.

 La ciudad esta situada en la desembocadura y orilla sur del río Ij, afluente, que fue, del Zuidersee .El río Amstel la divide en dos.

El centro histórico de la ciudad fue construido en el s. XVII, en que se hicieron los  canales concéntricos alrededor del casco antiguo, que le prestan su fisonomía. Entonces se abrieron nuevas calles con las casas típicamente holandesas, que la han hecho famosa, y la hacen ser llamada la "Venecia del Norte".

                                                                    
Conducidos por una experta guía, empezamos por conocer el centro del comercio mundial de flores, una de las fuentes de riqueza de Amsterdam.
                                                                                           

Flora Holland es la mayor empresa de subasta de flores del mundo. Se encuentra en Naadlwijk, a pocos km de Amsterdam, cerca del aeropuerto, cuyo el tráfico aéreo se puede ver.

Flora Holland es una cooperativa a la que pertenecen los mayores productores de plantas y flores de  Holanda y en todo el mundo, con mas de dos millones de m2 de instalaciones y mas de 6.000 empleados.
                                                                         

Antes de la implantación del sistema de subasta on-line, en este edificio con muchas salas, se efectuaban las subastas de flores, en una animada y rápida puja. Ahora hay muy pocas salas que mantengan el sistema, incluso sospecho que solo quedan para enseñarlo a los turistas, pues sin desplazarse a ningún lado, desde la oficina o tu propio domicilio es posible subastar lo que sea, en este caso flores y plantas.

En el interior del edificio se almacenan, clasificadas en filas ordenadas, una enorme cantidad de plantas y flores que después de la compra, parten del vecino aeropuerto a sus destinos.

Recorrimos a continuación, en el bus, varios barrios de Amsterdan alejados del anillo de canales que rodean el centro histórico, mientras la guia local, nos explicaba una versión edulcorada de la historia de Holanda.

La pausa del recorrido la hicimos en el canal Singel, donde hay instalado, permanentemente, un gran mercado de flores y algunos otros objetos para el cuidado y cultivo de las mismas, todos ellos expuestos en gabarras, vestigio de los tiempos en que las flores y plantas que se vendían, llegaban al mercado transportadas en esas barcazas.

El mercado de flores flotante, se remonta a 1.862, y se puede asegurar que, en él, se encontrara la flor deseada.
                                                                              

Como nuestra intención no era la de comprar ni flores, ni plantas, nos dedicamos a pasear por la orilla del canal, donde también abundan las tiendas de recuerdos.

El canal Singel está al lado de un cruce de calles muy transitado, la Muntplein o Plaza de la Ceca, en español, que es en realidad un puente, el mas ancho de Amsterdam, que cruza el canal Singel, en el punto en que desemboca en el río Amstel. Todos los puentes de Amsterdam están numerados y el Muntplein lleva el número 1.

Este cruce de seis calles recibe su nombre de la Munttoren, torre que formaba parte, en el pasado, de una de las tres puertas principales de la ciudad medieval.


Tuvimos a continuación ocasión, que pasamos por alto, de comprar diamantes, pues fuimos conducidos a un establecimiento donde se tallaban diamantes, que, después de poder observar parte de ese trabajo, se podían adquirir, convenientemente montados en joyas de diversos tamaños, formas y precios.

La fabrica de diamantes era grande y se componía de diversas salas de exposición de joyas muy variadas y lindas, pero logramos sobreponernos a los deseos que afloran en esos momentos, de comprar algo, lo que fuera, y salimos indemnes, al exterior.

La visita guiada había acabado. Como estábamos cerca de la Plaza de los Museos, Museumplein, y, como ya he dicho, en Amsterdam es posible caminar por el centro sin agotarse, nos fuimos al Rijksmuseum, con la intención de ver su renovado aspecto y su cuadro principal, entre las muchas obras de arte que hay en su interior.

El Rijksmuseum, literalmente Museo del Reino, en español, llamado también Museo Nacional de Amsterdam, fue fundado en 1.800, promovido por el financiero holandés Alexander Gorel, y no siempre ha estado en su actual ubicación, ya que su primera sede fue en La Haya, desde fue trasladado a Amsteram por orden de Luis Bonaparte, hermano de Napoleón, y breve rey de Holanda.

Durante casi todo el s. XIX, el museo tuvo distintas ubicaciones, hasta que en 1.885 paso a la actual, en la que ha permanecido desde entonces.

Mientras tanto su colección, que provenía principalmente de las de los statuders holandeses, se fue ampliando con otras pinturas que ya estaban en Amsterdam y con diversas compras, hasta llegar a la colección que ahora se exhibe

El edificio definitivo fue diseñado por el arquitecto holandés Pierre Cuypers, en estilo ecléctico, pues combino elementos góticos y renacentistas y lo decoro con referencias a la historia del arte holandés.
                                                                                   

Es el principal edificio de la Plaza de los Museos, donde también se encuentran el Museo Van Gohg y el Museo Municipal de Arte Moderno.
                                                                   

Como dato singular hay que señalar que el edificio está atravesado por un pasadizo para peatones y ciclistas, que refiere el doble uso que tuvo cuando su construccíón, pues servía, además de Museo, como conexión entre el centro de Amsterdam, al norte, y los nuevos barrios que se estaban levantando en el sur.

Este doble uso ha condicionado y dificultado su empleo como museo, ya que el pasaje, practicamente una calle, divide el edifico en dos, obligando al museo a tener dos entradas, y dos escaleras principales, que hacían que solo en la planta principal, el museo estuviera conectado.

Al haber sido intervenido en múltiples ocasiones a lo largo del s. XX, para subvenir a las crecientes necesidades de visitantes y espacio, la carencia de luz era casi total.

Una obra de gran envergadura se ha acometido, para su adecuación, entre los años 2.001 y 2.013, entre proyecto y realización, que ha sido diseñada por el despacho del arquitecto español Cruz y Ortiz.


Con la reforma se ha conseguido una única entrada, con un luminoso vestíbulo donde se realiza la entrada de visitantes; la configuración primitiva, por otro lado se ha restablecido y la luz ha vuelto.

Cuando llegamos al vestíbulo que vemos mas arriba, no nos fue ofrecida tan tranquilizante imagen pues una multitud lo llenaba.

Nosotros íbamos con la idea de una sola visita: "La ronda de noche" de Rembrandt. No se si seria también la de la gran masa de contempladores del cuadro, porque la sala donde está colgado, estaba llenisima.


Esta obra maestra de la pintura universal fue creada por Rembrandt en 1.642, por encargo del gremio de arcabuceros, que eran empleados municipales, por lo que pertenece al Ayuntamiento de Amsterdam, que lo tiene depositado y cedido al Rijkismuseum.

La representación del cuerpo de milicia era habitual en ese y otros siglos posteriores; de hecho, con la nueva ordenación del Museo, en las paredes laterales de la sala donde se exhibe "La Ronda de Noche" hay varios cuadros, de otros pintores holandeses, con diferentes conjuntos de milicias municipales.

El inigualable cuadro de Rembrandt, destaca por encima de los demás, tanto por la composición, como por el intenso claro-oscuro de la escena, y el retrato de los personajes.

La obra paso por diversas visicitudes a lo largo de los siglos, desde la mutilación de parte de su lado izquierdo, ya en el s. XVIII.

En 1.975 un perturbado mental le asesto varios cortes en zig zag, con un cuchillo, y aunque fue bien restaurado, se pueden ver sombras de los cortes en él. Diez años después, en 1.985 un visitante roció el cuadro con un spray ácido, pero la rápida intervención de la guardia de seguridad y el agua pulverizada que se le aplico hicieron que solo fuera dañado el barniz de la pintura.

El cuadro cuyo nombre completo es "La compañía militar del capitán Frans Banninck Cocq y el teniente Wilhem van Ruytenbourgh", fue llamada desde el s. XIX "La ronda de noche", con el que se le conoce popularmente, aunque la escena se desarrolla de día, debajo de un portalón, ya que el cuadro estaba tan deteriorado y oscurecido por la oxidación y la suciedad el barniz, que apenas se distinguían las figuras, y parecía una escena nocturna.

Fue después de su restauración en 1.947, cuando se vio como era de forma total.

Tras contemplar el cuadro, rotando por la sala para verlo entre la multitud, y a pesar de las muchas obras de arte que alberga el museo, de los grandes maestros holandeses de varios siglos, abandonamos el lugar, para no hacerle sombra a la magistral pintura de Rembrandt.

 Estábamos cansados y era la hora de comer, así que en una terraza de la Plaza de los Museos tomamos unas tapas, y descansamos un rato viendo como la multitud se movía de acá para allá.
                                                                 

Volvimos al hotel andando, paseo agradable, porque caminar por Amsterdam es muy bonito. 


Mas adelante, en la tarde hicimos un típico paseo en barco por los canales, que sirve para completar los paseos entre los canales.
                                                                   

Lo que menos me gusto del paseo fue la vista de los barcos-vivienda, mas de dos mil quinientos actualmente, muchos de los cuales, tengo que decirlo, dan asco. 

Esta curiosa manera de alojamiento surgió después de la Segunda Guerra Mundial, por la escasez de viviendas, que se combino con la modernización de la flota holandesa, con lo que muchos barcos quedaron disponibles a bajo precio,

Pero el gran desarrollo de esta manera de vivir se produjo en los años setenta del siglo pasado, cuando los hippies, se instalaron en ellas.

Ha habido intentos de hacerlas desaparecer, que no han prosperado por la oposición de usuarios y otros ciudadanos. Las autoridades vigilan el estado del barco, por medio de revisiones periódicas y obligatorías y la salubridad de las mismas, pero desde mi punto de vista, no es un espectáculo propio de un país tan rico y civilizado como Holanda. Se ven algunas bien mantenidas, pero la mugre es lo mas visible y frecuente.

El paseo por los canales es muy interesante para ver, sin cansarse, muchas de las magnificas casas de la aristocracia y la burguesía acomodada, como también las curiosas casas estrechas, con su fachada triangular, y otras curiosidades.

Nuestro día acabo con una excelente cena en el restaurante del hotel.