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domingo, 21 de noviembre de 2010

4º día en la isla de La Palma. Caldera de Taburiente. Más de Santa Cruz de La Palma


Habíamos dejado para el último día la excursión mas espectacular que se puede hacer en La Palma: la Caldera de Taburiente.

Que conste que toda la isla es espectacular; es increíble la variedad de paisajes que pueden encontrarse en un territorio tan pequeño, parece hecha para ir de asombro en asombro...

He puesto el mapa de la isla, para que se vea como es este accidente geográfico, tomado desde el aire.

La Caldera de Taburiente ocupa, como se puede ver, todo el centro de la isla.

La Caldera es un inmenso cráter en forma de herradura, abierto solamente por el Barranco de las Angustias, que desemboca en el Puerto de Tazacorte.

Es uno de los mayores cráteres del mundo, en su genero; tiene un diámetro de 10 km, un perímetro de 28 km, mientras que las empinadas paredes que lo circundan llegan a mas de 2.000 m., el mas alto el Roque de los Muchachos, con 2.426 m de altura.

Su origen es el inmenso cráter de un volcán submarino, que estaría a mas de 4.000 m de profundidad, erosionado por las lluvias torrenciales y los derrumbes, a través de millones de años.

Además del extraordinario paisaje, otra de sus características, única en el Archipiélago, es que en sus profundidades, nacen y discurren dos corrientes de agua que confluyen en el río llamado Dos Aguas, desde donde se canalizan para el consumo humano y el regadío.

Tiene también numerosas fuentes, que al unirse forman caprichosas cascadas, dando una nota de contraste en un paisaje volcánico.

Fue declarado Parque Nacional en 1.954, uno de los primeros en tener está consideración, y Reserva Mundial de la Biosfera en 2.002.

La mayoría de la flora endémica está presente en una u otra parte de la Caldera. Las laderas están cubiertas casi completamente por grandes masas de pino canario; acompañando a este árbol endémico hay jaras, arbusto también endémico y otras muchas especies.

Es un panorama tan poco usual, que hasta que no se ve , casi que no puede hacerse uno idea.

Muy interesante tiene que ser hacer senderismo dentro de la caldera, pero en esta ocasión no íbamos preparados para ello, así que nuestra excursión fue mas turística y convencional que deportiva. Esa actividad será para otra visita.

Subimos, pues, hasta el Roque de los Muchachos, y allí recorrimos unos 200 m, hasta lo que hubiera tenido que ser un mirador, pero oh! estaba en obras..., como sucede tantas veces con los monumentos humanos, o en este caso, naturales. Por lo tanto no podíamos tener una visión del conjunto.

Aun así la vista es sobrecogedora; esos enormes murallones volcánicos, con las franjas características de colores, según los minerales que predominan en una u otra, esos roques que surgen de las piedras, el mar de nubes suspendido de los picos...todo el conjunto es extraordinario.

Y para poner otra nota de color una humilde flor amarilla; no si endémica o no.

Antes de llegar ya habíamos parado en un mirador desde el que se ve la masa boscosa, que cubre buena parte, y las paredes casi verticales

A lo lejos, como desde otros puntos de la isla, se ve la silueta, con aspecto irreal del Teide, suspendida en el mar de nubes.

En fin como fin de viaje era de lo mejor.

Mientras subíamos pudimos admirar en una cresta, todos alineados, los diferentes telescopios instalados en el Observatorio del Roque de los Muchachos.

Este observatorio astronómico, inaugurado en 1.985, pertenece al Instituto Astrofísico de Canarias (IAC).

El IAC es un consorcio público en el que participan distintas instituciones españolas y de otros diecinueve países, con el objetivo de aprovechar la extraordinaria calidad del cielo de las islas, gracias a su transparencia, para la observación astronómica.

El Observatorio del Roque de los Muchachos, al estar a mas de 2.400 m de altitud, no se ve afectado por el mar de nubes, fenómeno característico en todas las islas. Por encima del mar de nubes la atmósfera es muy limpia y poco turbulenta, condiciones óptimas para la observación.

En esta zona se encuentra la mayor concentración de telescopios del hemisferio norte del planeta, con telescopios solares y telescopios nocturnos, entre los que destaca el mayor telescopio óptico del mundo, el Gran Telescopio de Canarias, GTC o GRANTECAN.

Hay también diversas instalaciones, así como una residencia para los científicos.

Es curioso ver todos estos enormes aparatos "adornando" los alrededores de la Caldera.

Después de saciarnos con todo este panorama, bajamos de las empinadas cumbres hasta Santa Cruz para comer y pasar la tarde, ya que nuestro avión de regreso salia a las 8.

Antes de llegar a la capital de la isla paramos en el cercano Santuario de Nuestra Señora de las Nieves, patrona de La Palma, por la que los palmeros sienten gran devoción.

El Santuario, de arquitectura tradicional canaria, está situado en la ladera de un barranco, rodeado de pinos y palmeras, un lugar precioso, podríamos decir una joyita.

Pero no hay solo tesoros naturales alrededor, en el interior se puede admirar, además de la venerada imagen de la Virgen de las Nieves, muchas piezas de gran valor artístico.

La imagen de La Virgen, del s. XIV, es una pequeña talla de terracota policromada, vestida con ricas telas y adornada con joyas, que pueden cambiar según el día o la celebración.

Es la mas antigua imagen mariana de las islas, que ya fue venerada por los primitivos pobladores de la isla, los auaritas o benehoritas.

También son de destacar, en el interior, el altar mayor, enteramente de plata, tallas flamencas del s. XVI, lamparas de cristal y las joyas de la Virgen.

Alrededor del Santuario, en la plaza, destacan la Casa de los Romeros, del s. XVII, donde se hospedaban los peregrinos, la casa Parroquial, del s. XVIII y algunas casas que pertenecían a la nobleza como la Casa Velez de Ontanilla y la Casa Pinto de Guisla.

Desde 1.680 se celebra cada lustro La Bajada de la Virgen, que es trasladada, bajada, desde su santuario en el monte, hasta la iglesia de El Salvador en Santa Cruz de La Palma.

Hoy día la fecha es el primer domingo del mes de julio, aunque a lo largo del tiempo el mes de la celebración ha variado.

2.010 fue año lustral y hubo bajada de la Virgen, todavía quedaban los carteles anunciadores del evento durante nuestra visita.

Seguimos nuestra excursión hasta Santa Cruz.

Era la hora de comer; aunque el cielo estaba casi nublado, hacia calor. Elegimos una de las terrazas, con encanto, para tomar algo, en la Placeta de Borrero, donde había varias para elegir.

Una vez repuestos, continuamos nuestro paseo por Santa Cruz, admirandola una vez mas.

Teniamos el coche en uno de los aparcamientos que hay en la Avenida Marítima, que facilitan grandemente el estacionamiento.

Recorrimos este esplendido paseo, teniendo cuidado al llegar a un punto en que las olas subían por encima del muro, exponiéndonos a una inesperada ducha. El mar se veía resplandeciente.

Seguimos hasta el Museo Naval, instalado desde 1.940; sus fondos cuentan con maquetas de algunos barcos construidos en La Palma, documentos del Juzgado de Indias y cartas marinas del s. XVIII, en pergamino, de incalculable valor, además de la reproducción de la carabela Santa María, con la que Colón llego a América en 1.492.

No dirigimos después al antiguo convento de San Francisco, convertido hoy en Espacio Cultural San Francisco, que reune tres centros dedicados a la divulgación científica y al arte:

  • Museo Insular
  • Biblioteca José Pérez Vidal
  • Archivo General de La Plama
Cuenta asimismo con salas destinadas a exposiciones temporales.

Para entrar en el antiguo convento franciscano, fundado en 1.508, hay un gran pórtico; a mano izquierda está el mostrador para comprar las entradas y acceder al nuevo Museo Insular, abierto recientemente.

Seguramente lo mas interesante de este Espacio Cultural sea la arquitectura del antiguo convento; en primer lugar se entra al hermoso y austero gran claustro, del s. XVIII.

Hay otro claustro pequeño, muy bonito, del s. XVI, donde crecen los naranjos plantados por los reyes y jefes de estado europeos, en 1.985, con motivo de la inauguración del Observatorio Astronómico del Roque de los Muchachos.

El Museo está localizado en el piso superior, o galería.

Entre otras curiosidades hay una sala dedicada al escritor de novelas radiofónicas Guillermo Sautier Casaseca,


nacido en Santa Cruz de La Palma en 1.910, autor de novelas radiadas, que fueron muy populares en los años 50, 60 y 70 del siglo pasado, como Lo que nunca muere, Ama Rosa, Simplemente María, Las dos hermanas etc., que hicieron derramar muchas lágrimas, en su momento.

También escribió teatro y fue guionista de cine.

El Museo consta de varias secciones: arqueología, etnología, ciencias naturales, arte, náutica, donde se pueden encontrar algunos cuadros flamencos interesantes, y otras cosas de interés.

Salimos, al cabo de un buen rato, de este recinto para dar nuestro último paseo por la ciudad y tomar un refresco.

Ya solo nos quedaba despedirnos de la Isla Bonita, haciendo el propósito de volver, para disfrutar de sus encantos, y acabar de conocer los rincones que aun nos quedaban por descubrir.

jueves, 11 de noviembre de 2010

3er día en la isla de La Palma. Los volcanes, Los Llanos de Aridane, Tazacorte

Para nuestro tercer día, decidimos ir a la zona de los volcanes. Un paisaje completamente distinto al que habíamos visto anteriormente.

Bordeamos la costa este de la isla en dirección al sur, hacia el municipio de Fuencaliente, donde se encuentra el volcan Teneguía, cuya última erupción data de hace cuarenta años, en 1.971.

Hay en la zona gran cantidad de conos volcánicos, con distintos nombres. En realidad todos son el mismo volcán con distintas bocas eruptivas, de distinta antigüedad.

El nombre del volcán es Cumbre Vieja, llamado ahora Teneguía, como el cercano roque con pretroglifos aborígenes.

La erupción de 1.971 duro desde el 26 de octubre hasta el 18 de noviembre, pocos días si se la compara con la que sucedió en el s. XVIII en la isla de Lanzarote, en el que hoy es el parque Natural de Timanfaya, que duro seis años.

Produjo enorme interés y gran cantidad de gente tanto de las islas, como de todo el mundo, se traslado a La Palma para ver el volcán despidiendo un enorme chorro incandescente de lava y piedras; según nos ha contado alguno de los asistentes, el cercano volcán de San Antonio ofrecía un lugar propicio para la observación, como un anfiteatro.

Tuvo también gran interés para la atención y el estudio de los científicos de la época.

Las coladas produjeron daños materiales en los cultivos de vid de la zona y destruyeron una playa, aunque luego se creo otra. Gracias a la cercanía del mar la lava vertida, al soldificarse, hizo crecer un poco el tamaño de la isla.

Toda la zona, así como una extensión grande de bosque de pinar canario y laurisilva, forma parte del Parque Natural de Cumbre Vieja, creado en 1.987

En 1.994 se segrego de este Parque el Monumento Natural de los Volcanes de Teneguia, para preservar los conos y coladas volcánicas, acaecidas en esta zona, desde las antiguas hasta la mas moderna de 1.971.

Y , por cierto, que tienen que estar protegidos, pues varios de los conos ya fueron eliminados, para hacer un aparcamiento para turismos.

Llegamos a la zona después de varios km de pista, hasta donde no se podía seguir en coche, era cuestión de caminar y trepar; había poca gente.

Empezamos a subir por un sendero, no muy largo, pero empinado e incomodo, no es fácil de subir y menos de bajar, por el picón o lava desmenuzada, que es resbaladizo.

Arriba vimos dos expediciones , con un guía cada una, ya que en el programa de senderismo de la isla están incluidos los volcanes. Luego de escuchar la larga explicación, fueron bajando serpenteando por los senderos.

Llegamos hasta una especie de espigón detrás del cráter, desde el que tuvimos una maravillosa vista de todo el entorno, con la nueva costa y las salinas, únicas en la isla,

y a lo lejos tres islas, Tenerife, con la inconfundible silueta del Teide, La Gomera, redonda y mucho mas baja y el Hierro, que empezaba a estar envuelto en bruma.

El volcán ofrece preciosos panoramas lunares, casi irreales, como un viaje a otro planeta.

Permanecimos contemplando el paisaje un buen rato.

Nuestra siguiente parada, ya a la hora de comer, fue en Los LLanos de Aridane.

Esta población, la mayor de la isla, con mas de 20.000 habitantes, es uno de los principales motores económicos de La Palma, debido a las plantaciones de plátanos y al turismo.

Esta situada en el centro oeste, en un ancho valle del cual toma el nombre, favorecida por el sotavento y la solana.

Los Llanos de Aridane se constituyo en municipio independiente en 1.812, con un territorio amplio, que comprendía El Paso y Tazacorte. Posteriormente estas poblaciones se segregaron, Tazacorte en 1925.

Llegamos al centro ciudad, muy bien conservado, como todo en esta isla, la Plaza de España, donde teníamos para elegir entre varias terrazas, donde tomar algo. Escogimos una con sol y sombra pues el aire era fresquito.

La plaza, de fuerte sabor colonial, esta sombreada por enormes laureles de Indias, árbol tradicional en las islas, que da una gran sombra, por la que no se filtra un rayo de sol.

He observado que ultimamente no se recurre a este magnifico árbol en los nuevos diseños, cuando es, sin duda, el que mas sombra proporciona.

En su contra juega el hecho de que tiene unos fruticos, que al caer, ensucian las aceras, calles y coches aparcados debajo de ellos, con una sustancia pegajosa.

Alrededor de esta plaza están los edificios principales, como el Ayuntamiento, la Casa de la Cultura,

y la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, del s. XVI, que alberga, entre otros retablos y cuadros importantes, una talla flamenca de la Virgen de los Remedios del mismo siglo. No pudimos ver el interior, ya que a esa hora estaba cerrada.

Detrás de la iglesia hay un pequeño y bonito rincón, la Plaza Chica, con unas altísimas palmeras y una fuente, lugar para sentarse allí y disfrutar del clima y de la tranquilidad del entorno.

Después de pasear por plazas y calles de Los Llanos, nos dirigimos a Tazacorte, distante algo mas de 4 Km.

El entorno de la población es espectacular, rodeada de plataneras que llegan hasta el mar.

Cerca de ella desemboca el barranco de Las Angustias, donde hoy se encuentra el Puerto de Tazacorte, por donde desembarco, el 29 de septiembre de 1.492, Alonso Fernández de Lugo, para conquistar La Palma e incorporarla a la corona de España.

Allí mismo fundo la ermita de San Miguel, que con el tiempo se convertiría en la iglesia del mismo nombre, la mas antigua de la isla, recientemente restaurada, que preside desde lo alto el pequeño centro histórico.

Al lado de la iglesia hay una preciosa pérgola rayada, con azulejos de cerámica y coronada de buganvillas.

El Puerto de Tazacorte tuvo gran importancia durante los s. XVI al XVIII, desde el que se exportaba caña de azúcar, vino y otros productos insulares a la Península y a Europa.

Hoy día es una pequeña y próspera población de algo más de 5.000 habitantes, dedicados a la agricultura y al turismo.

En el centro histórico o barrio del Charco, quedan algunas casonas, como la Casa Massieu van Dalle, que está restaurada, y otras pocas que tienen mas difícil arreglo.

Esta parte se halla separada del resto del pueblo y en un nivel inferior.

Nos quedamos un rato tomando un refresco en una terraza situada detrás de la iglesia, para luego emprender la vuelta a nuestro refugio, donde disfrutamos de otra buena cena en el acogedor comedor del Parador.

Nos quedaba por visitar la Mayor atracción de La Palma, a decir de los conocedores: la Caldera de Taburiente, pero esto sera para el próximo capítulo

lunes, 1 de noviembre de 2010

2º día en la Isla de La Palma. Miradores, Bosque de los Tilos, Barlovento, costa norte, grabados rupestres

Amaneció nuestro segundo día en la isla.

Como siempre me despierto temprano, tuve ocasión de ver salir el sol. con el consiguiente cambio de colores e incluso el ferry de la Compañia Armas llegando al puerto de Santa Cruz, que se ve perfectamente desde la terraza de la habitación del parador.

Para este segundo día seguimos otra de las rutas indicadas, conduciendo hacia el norte por la costa este.

Al poco de salir de Santa Cruz, que hay que atravesar por completo, encontramos uno de los miradores, en Masca.

La ciudad se veía desde el otro lado que la vista desde el Parador. El mar se reflejaba en el inmenso mar como si fuera plata dorada, ya que era bastante temprano. Detrás había uno de los barrancos que llegan hasta el mar.

Continuamos hasta otro mirador llamado de las Hespérides, en La Galga, con impresionante vegetación.

Hay en él un mosaico sobre la leyenda de las Hespérides y su posible, aunque improbable relación con la isla. Entre aquella vegetación exhuberante y aquel barranco todo puede ser... y como dicen los italianos "si non e vero e ben trovato".

Carretera adelante y un poco porque lo buscábamos y otro poco por casualidad, encontramos un cartel que indicaba el Bosque de los Tilos. No se si se puede ir desde otro punto, pero nosotros nos metimos por aquel imponente desfiladero y llegamos hasta el Centro de Observación de este fantástico lugar.

Después de discurrir por un estrecho pasillo que tenía un canal con agua al lado, se entraba en un claro del acantilado con un gran e impresionante paredón.

Salimos de allí y después de examinar las posibilidades del Centro de Información vimos un pequeño letrero que ponía Mirador de las Barandas.

Sin pensarlo dos veces nos pusimos a subir por un sendero tortuoso, con pequeños escalones excavados en el monte. El sendero subía y subía sin llegar nunca a la cumbre, y así siguió durante hora y media, mientras sudábamos, resollábamos, y contemplábamos el extraordinario bosque de tilos que crecen sobre las paredes, a veces muy empinadas del monte.

El esfuerzo había valido la pena pues la vista era esplendida, se veían todos los montes llenos de extraordinaria vegetación y el pueblo de San Andres Los Sauces, con su nuevo puente.

Tuvimos la suerte de encontrar a una pareja de naturales del lugar, abuelo y nieto que habían subido en su todoterreno hasta allá para recoger forraje para sus cabras. Llevaban el coche cargado de faya y acebiño, especies que abundan en las alturas, pues los tilos se quedan mas abajo. Iban acompañados de un perro de presa canario, precioso.

El espectáculo era grandioso, completamente cubierto de vegetación, Bernardo, el abuelo nos contó que cuando tenia unos diez años, ahora tiene ochenta, iba por esos montes mas que escarpados que contemplábamos, con su madre, que cargaba otro hijo de brazos y un gran haz de leña de mas de diez quilos, él iba de ayudante. Otros tiempos, otras formas de subsistencia, sin duda mas duras, pero que forjaban hombres como el.

Cuando nos recuperamos de la subida, emprendimos la bajada. Esta nos llevo la mitad de tiempo, solo tres cuartos de hora.

Cansados, pero contentos, seguimos nuestro viaje por la tortuosa carretera, con tramos en obras, aun mas dificiles, pero desde la que se veía el mar y la costa, todo el tiempo.

Al cabo de un rato y después de haber dejado atrás San Andres Los Sauces, que habíamos visto desde arriba, llegamos a Barlovento, la población mas al noreste de la isla.

Paramos, escogimos un bar con terraza, en la que estábamos solos, los pocos parroquianos, todos hombres, estaban en el interior del bar, y allí tomamos unas tapas muy sencillas, pero que nos supieron a gloria.

Esta pequeña población de Barlovento, un poco, a veces, o un mucho otras, batida por el viento es muy apacible y parece tan tranquila... es como pasear, no por otras tierras sino por otros tiempos.

El actual municipio coincide con el cantón prehispánico de Tagaragre; tras la conquista tuvo cierta importancia comercial con la exportación de la caña de azúcar y mas tarde con el vino

Tiene una preciosa iglesia, muy bien mantenida, la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, con un gran panel explicando todo acerca de ella.

Construida en el s. XVI, alberga una talla flamenca del mismo siglo, de Nuestra Señora del Rosario, patrona de la localidad, además de otras interesantes esculturas, y una pila bautismal de cerámica vidriada, muy bonita.

Mas adelante paramos en el Mirador de la Tosca que tiene una vista panorámica sobre la comarca norte de la isla, que abarca los pueblos de Gallegos, Franceses y El Tablado, pertenecientes, ya, al municipio de Garafía, desde el que se puede contemplar la mayor concentración de dragos de gran antigüedad, de todo el Archipiélago .

Estos curioso nombres de Gallegos y Franceses ¿se referiran a algunos pobladores que vinieron a instalarse en esta zona?, o a alguna otra circunstancia...

También se podía ver como la isla desciende, abruptamente hasta la costa norte, con su recortada silueta.

En el coche fuimos adelantando kilómetros, bastante lentamente, pues la carretera era sinuosa, los pinos eran los únicos arboles que cubrían por allí el monte. Me llamo la atención que estaban ellos solos, enormes y solitarios sin ninguna planta mas en el suelo.


En el municipio de Garafía, metiéndose hacia el interior, en un barranco, están las estaciones arqueológicas de La Zarza y La Zarzita, en la cota de los 1.000 m de altura, franja en la que se pasa de la vegetación de faya y brezos, al pinar.

Estos grabados rupestres se conocen desde 1.941, y están en dos lugares cercanos llamados La Zarza, y La Zarcita.

La Zarza


La Zarcita

Nos resulto muy interesante contemplar estos grabados rupestres, en forma de espirales, círculos y lineas, y combinaciones de ellos, esculpidos podíamos decir, en la dura roca basáltica, sin ningún instrumento metálico, con formas tan definidas.

La visión de las espirales, y demás símbolos provoca la impresión de estar en un lugar misterioso y sagrado.

Lo aborígenes de la isla de La Palma, llamados auaritas, habrían llegado a la isla, como el resto de habitantes de las demás islas, en oleadas sucesivas que van desde el s. V a.C., las mas antiguas hasta el s I d. J., las mas recientes, por efecto de la desertización del norte de África y de la presión militar del Imperio Romano.

Eran un pueblo de pastores, que obtenían gran parte de su sustento y cubrían sus necesidades de abrigo, con sus rebaños de cabras y ovejas. Paradojicamente habían olvidado el arte de la navegación.

Se supone que los grabados de La Zarza y La Zarcita tenían un uso mágico, para propiciar ciertos eventos o conjurar males incontrolables.

Al salir de esta especie de templo, estábamos todavía lejos de Santa Cruz; en la isla las comuncicaciones son dificiles, por su extrordinarinaria orografía, Bajamos por la costa oeste, donde está solo el océano, hasta América.

El sol ya estaba bajo y ocupaba toda la extensión de agua. Había todavía algún mirador mas, pero... algo teníamos que dejar para otra visita, así que seguimos sin parar hasta llegar al Parador que nos acogió, como de costumbre, con gran amabilidad.

Una agradable cena nos esperaba como final de un día muy bonito.