domingo, 29 de abril de 2018

Grecia 5º día:Tesálonica, Veria, Verjina


Hoy teníamos un día intenso, así que empezamos pronto, después del desayuno, a visitar Tesalónica.

Antes de recorrer varios, y que son muchos mas, de sus monumentos emblemáticos, sepamos un poco de ella.

Tesalónica debe su nombre a la hija de Filipo II de Macedonia que la llamo así, fusión de las palabras griegas Tesalia y victoria, (nike en griego), para commemorar su victoria, en Tesalia sobre los tiranos de Feres, acaecida el día del nacimiento de la princesa.

Hoy día Tesalónica es la segunda ciudad de Grecia, con mas de 350.000 habitantes y capital de Macedonia Central.

La ciudad se levanta en la llanura formada por la desembocadura de los ríos Aliakmonas, Gallikos y Axios, que van a parar al golfo Termaico, que ofrece un excelente puerto natural, y al final del valle de Vardar, está situada Tesalónica.

Tesalónica fue fundada en 315 a.C. por el rey Casandro de Macedonia, quien la nombro así en honor de su mujer, la hija de Filipo II y hermana de Alejandro Magno.

En el s. IV a.C. Filipo II (382-336 a.C.) convirtió Macedonia en la principal potencia de Grecia. El Imperio Macedónico duro hasta la conquista romana en 146 a.C. momento en que paso a pertenecer a la República romana. 

El proconsul romano Cayo Egnatius mando construir la calzada Via Egnatia, que tomo su nombre de él, que iba desde el mar Adriático hasta Bizancio, uniendo las colonias romanas y que convirtió a Tesalónica en un importante centro comercial.

En el ámbito del cristianismo es conocida por haber sido una de las primeras comunidades cristianas fuera de Palestina, a la que San Pablo dirigió dos de sus epístolas, incluidas en el canon bíblico.

Tras la caída del Imperio romano, perteneció al Imperio bizantino. En 1.204 cayó en manos de la Cuarta Cruzada y se convirtió en la capital del Imperio latino, estado feudal establecido por los cruzados, durante cuarenta años, al cabo de los cuales volvió a ser bizantina.

En 1.430 fue tomada por los otomanos y no fue recuperada para Grecia hasta 472 años mas tarde, en 1.912.

Durante la II Guerra Mundial fue ocupada por las tropas alemanas en 1.941, que ejecutaron o mandaron a los campos de concentración a mas de 50.000 judíos, de familias que vivían desde finales del s. XV en la ciudad, hasta su casi completa aniquilación  por los nazis.

Hoy día es una prospera ciudad y un importante centro industrial con refinerías de petróleo, industrias  petroquímicas, agroalimentarias, textiles, de fabricación de maquinaria, destilerías, astilleros, manufactura de tabaco y un creciente sector turístico interesado en sus muchos e importantes monumentos que, dentro del título " Monumentos paleocristianos y bizantinos", fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1.988.

Bien, pues nuestra primera parada fue en la orilla del golfo Termaico para contemplar el bello paisaje y la que se considera un símbolo de la ciudad: la Torre Blanca 
                                                                         

La Torre Blanca es uno de los principales monumentos y, como decía antes, el símbolo mas conocido de la ciudad.

Se construyo, en el mismo lugar donde hubo una torre bizantina mas antigua, por orden del sultán otomano Soleimán el Magnifico, para ser utilizada tanto como fuerte, como prisión.

Durante siglos formo parte de las murallas construidas por los turcos y derruidas por los mismos en 1.866.

Tras la reconquista de la ciudad, en 1.912, por el ejercito griego, fue pintada de blanco como símbolo de purificación, tras las matanzas realizadas por los otomanos. Aunque el color blanco ha desaparecido, conserva el nombre 

Cerca de la torre fue asesinado en 1.913 el rey Jorge I de Grecia, abuelo de la reina  de España doña Sofía de Grecia, esposa del rey Juan Carlos I de Borbón y madre del actual rey de España Felipe VI.

La torre mide 27 m de altura y 23 m de diámetro y luce imponente, por su solidez y por su emplazamiento, con el mar de fondo


Hoy día en la Torre Blanca está instalado el Museo de la historia de Tesalónica.

Nuestra siguiente visita fue al Museo de la Cultura Bizantina, que muestra aspectos del arte, las ideas, la estructura social y la religión durante los periodos bizantino y postbizantino.

Construido entre 1.989 y 1.993, es un edifico moderno creado para el albergar las colecciones que se exponen en él; une elementos de la arquitectura griega antigua y moderna. Fue diseñado por el arquitecto griego Kyriacos Krokos e inaugurado en 1.994.
                                                                 

Las colecciones se reparten en once salas organizadas por orden temático y cronológico.
                                                                           

Comenzamos por la sala 1ª dedicada a las primeras iglesias cristianas, que tiene una gran muestra de mosaicos y pinturas con los primitivos símbolos cristianos, y esculturas religiosas
                                                                   
                                                                 
El periodo bizantino medio entre los s.s. VIII y XII, con los cambios que hubo en el arte y la arquitectura, está ampliamente representado.

Hay una sala dedicada al arte copto; los coptos pertenecen a una rama jacobita de la iglesia ortodoxa, y aunque no permiten imágenes en sus templos, si realizan pinturas con temas religiosos.

Otra sala trata de explicar el movimiento iconoclasta que se produjo en el s. VIII, cuando el emperador León III declaro que el culto a las imágenes de santos era idolatría; comenzaron, entonces, a destruirse mosaicos e iconos de las paredes de las iglesias, a cerrar los monasterios, a confiscar sus propiedades y a perseguir a todo el que se oponía a sus directrices, y seguía con sus practicas religiosas.

Durante casi un siglo los iconoclastas se mantuvieron en el poder y destruyeron la mayor parte del arte figurativo eclesiástico anterior, mientras por su parte no producían ninguno, debido a lo cual los iconos y mosaicos anteriores al movimiento iconoclasta son muy escasos, y alguno de ellos se encuentra en el Museo de la Cultura Bizantina.

Se pueden contemplar también en este museo desde monedas de diferentes épocas, hasta objetos de lujo, iconos, vestiduras litúrgicas empleadas en los ritos ortodoxos, un sin fin de cosas, en suma.
                                                                   


Recorrer el museo es una buena experiencia para contemplar el arte bizantino, instructivo, interesante y bello.

Tras la visita al museo fuimos al centro de la ciudad, donde encontramos el Arco de Galerio, elevado en 398 y 399,  para commemorar la victoria de este emperador romano sobre los persas sasánidas.

Galerio (260-311) fue un emperador romano miembro de la tetraquía instituida por el emperador Diocleciano, primero como cesar y luego como augusto. Durante su reinado impulso una persecución a los cristianos a los que se les atribuía algunos de los desastres del imperio.

El arco fue uno de los tres elementos, conectados entre si por una calzada, que Galerio mando construir como recinto imperial, los otros dos eran la Rotonda y el palacio residencial. Solo vimos el arco.
                                                                         

El tripe arco es de mampostería recubierta de ladrillo que, a su vez, se  recubrió de paneles con relieves escultóricos, de los cuales se han perdido la mayoría de la parte superior; los bajorelieves narran escenas del triunfo sobre los persas sasánidas y las celebraciones que siguieron.
                                                               

                                                                               
   
Seguidamente visitamos la iglesia Santa Sofia (o de la Santa Sabiduría).
                                                             
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Esta iglesia es una de las mas antiguas de la ciudad y uno de los principales ejemplos de arquitectura de la época media bizantina.

 Aunque ya en el s. III existía una iglesia en este mismo lugar, el templo actual fue construido en el s. VIII inspirándose en la iglesia de Santa Sofia de Constantinopla,

Hoy día está rodeada de jardines y palmeras, que adornan su austero exterior.

En sus cambios de culto a lo largo de su historia hay que citar la captura de la ciudad por la Cuarta Cruzada en 1.204, que la convirtió en iglesia católica, y su paso a mezquita, después de la conquista otomana de 1.430, por el sultán Murad II; pasarían mas de cinco siglos hasta que se convirtió nuevamente en iglesia ortodoxa, hasta el día de hoy.

De su pasado como mezquita podemos ver la base de un minarete.
                                                                               

El interior está dominado por su gran bóveda de diez metros de diámetro, decorada con un mosaico del s. XI que representa la Ascención de Cristo a los cielos.
                                                                       
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Por último, en esta ciudad llena de iglesias y  monumentos, visitamos la iglesia de San Demetrio


Este es uno de los principales templos de Tesalónica, y el mas importante santuario dedicado a san Demetrio, militar de alto rango del ejercito romano, patrono de la ciudad.

Hacia el s.IV se levanto una primitiva iglesia cristiana sobre los baños romanos, que ocupaban el emplazamiento donde fue martirizado san Demetrio, en el año 306.

Un siglo mas tarde la pequeña iglesia fue convertida en una gran basílica de tres naves, pero no fue hasta el s. VII cuando alcanzo su tamaño actual de cinco naves.
                                                       

El hecho de pasar a ser utilizada como mezquita tras la conquista otomana, así como los incendios que sufrió, particularmente el de 1.917 la dañaron considerablemente. La ultima restauración y posterior consagración data de 1.949.

Algunos de los mosaicos originales son del s. VIII. A destacar también los frescos del s.  XI, que representan a diferentes santos y son de lo mejor de la decoración del templo.
                                                                           

Durante siglos fue un importante centro de peregrinación de la comunidad ortodoxa, y continua siéndolo en la actualidad.

En el interior se encuentra el relicario del santo, en un templete reservado


La excavaciones efectuadas en las décadas de 1.930 y 1.940 sacaron a la luz las ruinas de unas Termas romanas situadas en el lugar donde, según la tradición, san Demetrio fue encarcelado y ejecutado y se hallo un pozo donde, después de martirizado, los soldados tiraron sus restos.
                                                                 

Toda la iglesia y la cripta es de lo mas interesante, tanto por su antigüedad como por los tesoros que en ella se exhiben.

Con esta visita a la basílica de san Demetrio concluimos nuestro recorrido por algunos de los monumentos de Tesalónica y seguimos ruta hasta Veria, uno de los lugares donde san Pablo, acompañado de sus discípulos Silas y Timoteo, predico el evangelio.

En la antigüedad esta ciudad se llamaba Berea, como consta en el relato sobre los viajes de san Pablo, en los Hechos de los Apóstoles.

Berea o  actualmente Veria era una prospera cuidad situada a los pies del monte Vermio, surcada por el río Tripotamo, en la llanura de Emacia; es considerada la ciudad mas antigua de Macedonia; está a unos 80 km de Tesalónica.

Nuestro propósito, en esta ocasión no era visitar la ciudad, que tiene monumentos dignos de ver, sino, por decirlo así, ir tras las huellas de san Pablo en su tarea misionera.

Así que, como sabemos, los judíos de Tesalonica se irritaron y enfadaron con el apóstol, quisieron apedrearlo y matarlo, de manera que tuvo que huir a Berea para salvarse (Hechos17:10-14)

"...Inmediatamente, de noche, los hermanos, enviaron a Pablo así como a Silas hacia Berea, y estos, al llegar, entraron en la sinagoga de los judíos.

Ahora bien, estos eran de disposición mas noble que los de Tesalónica, porque recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, y examinaban con cuidado las  Escrituras diariamente en cuanto a esas cosas eran así. Por lo tanto muchos de ellos se hicieron creyentes, y también no pocas de las mujeres griegas estimables y no pocos varones.

Pero cuando los judíos de Tesalónica se enteraron de que también en Berea Pablo publicaba la palabra de Dios, fueron también para allá para agitar e incitar a las masas. Entonces los hermanos inmediatamente enviaron a Pablo hasta el mar..."

Hicimos una parada en la llamada tribuna de San Pablo; desde un espacio público, que el municipio, en la Antigüedad ofrecía al que quisiera exponer algún tema, predico el apóstol. Hoy día hay un pequeño monumento que recuerda este acontecimiento.
                                                                     
                                                                       
Nos detuvimos unos momentos para decir una oración, y seguidamente continuamos hasta Vergina, localidad de Macedonia Central, donde se encuentra el yacimiento arqueológico de Egas, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en 1.996.

Veria y Vergina están a menos de 13 km.

Egas fue la primitiva capital de Macedonia, fundada por el rey Pérdicas I de Macedonia, en el s.VII a.C.

Cuando el imperio macedónico estaba en su pleno esplendor, la capital fue trasladada a Pella, en el s.IV a.C.

A pesar de haber perdido la capitalidad del reino, Egas continuo siendo importante como lugar donde se enterraba a los reyes, y su importancia continuo al comienzo del periodo helenístico.

Tras la batalla de Pidna y la derrota del ejercito macedónico en 168 a.C., Roma paso a ser la potencia dominante y Macedonia desapareció como estado y fue convertida en una provincia romana.

En los siglos siguientes Egas quedo en el olvido, hasta 1.922 en que un considerable número de refugiados se instalaron en el lugar que fue llamado Vergina, en honor a una legendaria reina del s. XV, que se suicido para no caer en manos de los turcos.

De manera que, en el s. XIX, hacia 1.861, cuando empezaron las excavaciones en la zona, se desconocía el lugar donde había estado ubicada Egas.

Aunque en los años siguientes, ya en el s. XX, se descubrieron los palacios reales y una necrópolis, con un gran numero de tumbas, de las que las mas antiguas datan del s. XI a.C. el  hallazgo mas importante no llego hasta el año 1.977, realizado por el arqueólogo griego, profesor Manolis Andronicos.

En efecto, en el llamado Gran Túmulo de Vergina fueron encontradas unas sepulturas que se conocen con el nombre de Tumbas Reales, donde, con bastante probabilidad reposaron los cuerpos de Filipo II de Macedonia y algunos miembros de su familia.
                                                                         

El túmulo cubre cuatro tumbas, y pese a las discusiones de los expertos durante mas de una década, numerosos autores no dudan en afirmar que el ocupante de una de esas monumentales cámaras fue Filipo II, padre de Alejandro Magno.
                                                                           
                            

Las ceremonias del funeral incluían la cremación del cuerpo, por lo que algunos objetos están quemados en parte, pero lo que se conserva es verdaderamente extraordinario, reflejan el lujo y la excelencia a la que había llegado la civilización helenística.

La tumba mas grande, encontrada intacta, es la que se supone ser la de Filipo II y de su esposa Cleopatra; contenía un rico ajuar con vajillas de plata, objetos de bronce, marfil, madera y oro, restos de armaduras, escudos, espadas y adornos.

 Dentro de un sarcófago de mármol había dos arquetas de oro, cada una de las cuales contenía los huesos incinerados de un varón y una mujer, y su correspondiente corona de oro decorada con hojas, flores y abejas.

Todos estos preciosos objetos se pueden observar a lo largo del recorrido, a pesar de que parte del túmulo fue saqueado en la Antigüedad, y del rito de cremación.

Hay armaduras y escudos

 frescos                                                                                                                                                        

composiciones arquitectónicas,
                                                                 

 muebles, joyas, adornos,
                                                                           

                                                                                       
                                                                       

                                                                               
                                                                             

 etc. fueron desfilando ante nuestros ojos.

Tras la contemplación de tanto arte, y de tanta belleza, lo que nos llevo un buen rato, pues nos dejaron tiempo suficiente para disfrutarlo, fuimos a comer a un restaurante de Vergina, donde nos ofrecieron platos de la cocina griega, musaka y cordero.

Seguidamente tuvimos seis horas de autobús ya que teníamos que llegar a Atenas, que son mas de 500 km.                                                      
quella misma noche
quella misma noche

domingo, 22 de abril de 2018

Bifteki, hamburguesa a la griega


No se trata, precisamente de una receta tradicional, pero eso no quiere decir que esta moderna receta de hamburguesa a la griega no sea muy rica y agradable de comer.

Ingredientes                                                                             


500 g de carne picada de vacuno
2 dientes de ajo
1 cebolla
1 huevo
2 cucharadas de pan rallado
100 g de queso feta
Sal, pimienta
Hojas de menta
Hierbas diversas, orégano, tomillo, cilantro al gusto(optativo)


Elaboración


Picar finamente la cebolla, el ajo
                                                       

y las hojas de menta.
                                                                             

Mezclar en un bol la carne picada, cebolla, ajo y menta, la sal y la pimienta, el huevo y el pan rallado.
                                                                       

Dividir la mezcla en 8 porciones iguales.

Hacer una bola con cada porción y aplanarla un poco, colocar encima una porción de queso feta, y colocar encima otra de los porciones, apretar bien los bordes y después aplanarla lo mas posible.
                                                                 
                                                                           

Freír en la parrilla, 5 minutos por cada lado.
                                                                                     

Servir con pan pita calentado.
                                                                                     

domingo, 15 de abril de 2018

Grecia 4º día: De Kalambaka a Amphipolis, Filipos, Lidia y Tesalónica


Ayer tarde cuando llegamos a Tesalónica tras atravesar Tesalia y llegar al centro de Macedonia, la región de Grecia mas al norte, después de cenar cogimos un bus municipal, ya que el hotel está
 a 3 km del centro, que nos llevo a la bahía de la ciudad.

Caminamos por el Paseo Marítimo donde ya podíamos ver, a pesar de que era de noche, la gran extensión del golfo a cuyas orillas se asienta la ciudad, y tanto en el paseo como del otro lado de la avenida, había una gran animación, con los paseantes, las terrazas de los bares y restaurantes llenas de gente y las tiendas abiertas, un ambiente muy mediterraneo.
                                                                         

Al día siguiente, cuarto de nuestro viaje, el programa era denso.

A temprana hora salimos hacia Amphipolis, pasando por paisajes que comprendían lagos y montañas, entre otros y mas bien lejano el monte Athos, una curiosidad política, administrativa y religiosa, que denomina la región montañosa de la península mas oriental de las tres que se extienden al sur de la península Calcídica, y que hoy día conforman mas de veinte monasterios monasterios ortodoxos con monjes de distintas nacionalidades, que forma un territorio autónomo bajo soberanía griega, autonomía que le permite tener leyes propias, como por ejemplo la prohibición de la entrada de mujeres y la no obligación de cumplir el Acuerdo de Schengen, de libre circulación en la Unión Euopea.
                                                                                 

Después de recorrer los mas de 93 km entre Tesalónica y el león de Amphipolis, en poco mas de una hora, hicimos una primera parada para contemplar esta monumental escultura, situada en las ruinas de la antigua ciudad de Amphipolis.
                                                                              

El león, una obra helenística del s. IV a.C., perteneció, seguramente, a la tumba de un alto dignatario de la Antigua Macedonia, probablemente del general y compañero de Alejandro Magno, Laomedonte de Mitilene.

Tras mirar y volver a admirar la monumental escultura en mármol, reconstruida a partir de restos dispersos encontrados por soldados del ejercito griego, y colocados después cerca del puente del río Estrimón y de la carretera que va de Tesalónica a Kavala, seguimos sin parar, por el momento en ella, hasta el sitio arqueológico de Filipos, en total unos 80 km, mas de una hora de bus.

Filipos fue una importante ciudad, en la Antigüedad, de Macedonia Oriental; fundada en 355 a.C. por Filipo II de Macedonia, en el lugar que ocupaba la colonia tasia de Crenides, a la que cambio el nombre por el suyo propio.
                                                                                 
El objetivo de esta fundación era doble: por un lado tomar el control de las minas de oro vecinas, y por otro establecer una guarnición que vigilara, desde este estratégico punto, un segmento de la gran carretera real que atravesaba de este a oeste Macedonia.

Tras la conquista de Macedonia, Filipo doto a la ciudad de importantes fortificaciones para defenderla de las tribus tracias; también  emprendió el saneamiento de las marismas, donde estableció colonos, y permitio que Filipos conservara su autonomía dentro del reino macedonio, con sus propias instituciones políticas.

El descubrimiento de nuevas minas de oro, cerca de la ciudad. contribuyo a aumentar las riquezas de Filipo II, que llego a acuñar moneda.

Filipos sirvió de punto de partida para Alejandro Magno, hijo de Filipo II, para conquistar el mundo.

En 167 a.C. fue conquistada definitivamente por los romanos.

En el año 46 tuvo lugar allí una gran batalla entre Octavio y Marco Antonio, y el asesino de Julio Cesar, su hijo adoptivo Bruto, aliado con Cayo Casio Longino, que finalmente ganaron los primeros.

Como commemoración de su gran victoria Octavio nombro a Filipos colonia romana y mas tarde, cuando fue nombrado por el Senado, emperador le dio el nombre de Colonia Augusta Julia Philippensis, la eximio de impuestos y le concedió otros privilegios, como la ciudadania romana.

Un hito importante de la historia del Cristianismo y de Filipos es que fue la primera ciudad europea visitada por San Pablo, hacia el año 52, en su segundo viaje misional. El apóstol se traslado allí ya que había una numerosa comunidad judía, y el empezaba su predicación del evangelio en ese entorno, aunque muchas veces los judíos no querían escucharlo, e incluso lo maltrataban y entonces tenia que dirigirse a los gentiles, como el llamaba a los paganos, según nos narran los Hechos de los Apóstoles

"Zarpando, pues de Troas, vinimos con rumbo directo a Samotracia y al día siguiente a Neapolis; y de allí a Filipos, que es la primera ciudad de la provincia de Macedonia, y una colonia. Estuvimos en aquella ciudad algunos días, y un sábado salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración y sentándonos hablamos a las mujeres que se habían reunido". (Hechos 16:12-13).

Fue la comunidad cristiana mas querida por el apóstol, a la que dirigió una de sus Epístolas, y no es de extrañar pues allí logro la conversión de varios gentiles entre los que destaca Lidia, como cuenta el cronista de los Hechos de los Apóstoles

"Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de purpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo. El Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. Cuando fue bautizada con toda la familia, nos rogó diciendo:-Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, venid a hospedaros en mi casa- Y nos invito a quedarnos"

Los filipenses se mostraron generosos con Pablo y le entregaron una buena colecta, y él los volvió a visitar en ocasión de su tercera gira misional.

En primer lugar, y aunque el sol de mediodía era fuerte paseamos por las ruinas de lo que fue esplendida ciudad.
                                

                                      
Después de la época romana, bizantina, otomana y de los francos durante la Cuarta Cruzada, y de varios cambios de poder, fue abandonada definitivamente y probablemente en el s. XV, ya que el viajero francés Pierre Belon. que la visito en el s. XVI no encontró mas que ruinas.

La primera descripción arqueológica data del s.XIX, pero no fue hasta 1.914, cuando empezaron las primeras excavaciones interrumpidas inmediatamente por la I Guerra Mundial y retomadas en 1.920. 

Se excavaron el teatro,  
                                                          

el foro romano, dos basílicas, el ágora, la plaza del mercado, un podio que servía de tribuna para los oradores, que, probablemente, debió utilizar San Pablo, 
                                                              

las termas del sur y la muralla, todo ello de la época romana.

Tras la II Guerra Mundial se prosiguieron las excavaciones. 

Se sacaron a la luz las ruinas del barrio episcopal del Octógono, donde vimos lo que debió ser una basílica cristiana, de la cual quedan solo algunas partes del mosaico del pavimento
                                                                       


                                                                 

Seguidamente nos trasladamos a lo que podría llamarse un memorial de Lidia, la primera cristiana europea, de la ya he hablado.

 En un entorno precioso se ha construido una pequeña iglesia ortodoxa, hay un río que pasa cerca, donde se puede suponer que Lidia y toda su familia fueron bautizados, resulta un lugar muy emotivo.
                                                                     
           
Entramos en la pequeña iglesia, decorada con iconos de San Pablo y Santa Lidia
                                                                  
                                                                              
Mientras, había llegado la hora de comer, para lo cual nos dirigimos a Kavala, populosa ciudad de Macedonia, principal puerto de la región después del de Tesalónica.

El antiguo nombre de Kavala fue Neapolis, como la llamaron sus fundadores, colonizadores procedentes de la isla de Tasos, en el s. VI a.C. El lugar elegido para su ubicación domina la ruta de la costa, y tiene un excelente puerto natural, que fue el puerto de Filipos en época macedónica. En el cercano monte Pangeo hubo minas de oro que la hicieron prospera.
                                                                        

El apóstol san Pablo desembarco en Kavala, acompañado de sus discípulos Timoteo, Silas y el evangelista Lucas, en su primer viaje misionero.

Kavala perteneció al imperio otomano durante 541, de manera que varios de sus monumentos son de aquella época, como el acueducto, mandado a construir por Solimán el Magnifico (1.494-1.566), para suministrar agua a los baños turcos.

Otra de las construcciones otomanas fue el Imaret, institución turca que servía de hospedería para jóvenes estudiantes del Corán y como casa de beneficencia para necesitados, hoy día restaurado y convertido en hotel. 

Como personaje importante nacido en Kavala hay que citar a Mehmet Ali (1.769-1849)  constructor del Imaret de esta ciudad, y pachá de Egipto desde 1.805, hasta su muerte.

El lugar está coronado por el castillo veneciano, construido durante la época en que estos dominaron la zona. claro.

Una de las actividades económicas en Kavala es la pesca: hay numerosos restaurantes que sirven pescado y en uno de ellos, con una agradable terraza comimos.
                                                                           

Un corto paseo para contemplar la bahía, el mar y el castillo veneciano, completo el mediodía. 
                                                                                

A continuación emprendimos el regreso a Tesalónica, 153 km, en los que atravesamos montes, bosques, un lago, el mar allá abajo, por casi toda la ruta, y pequeños pueblos pintorescos.
                                                                              

Volvemos a Tesalónica, cansados pero contentos de lo interesante y variado que ha sido el día.
                                                                               

Mañana recorreremos la ciudad.