sábado, 29 de julio de 2017

Las Navas del Marques y Avila, segunda visita


En la primavera pasada fuimos, con nuestro primo A., gran conocedor de Madrid y de Castilla, de nuevo, a Ávila donde habíamos estado no hacia demasiado; pero siempre es gratificante visitar esta antigua, bella e histórica ciudad.

Antes de llegar a Ávila hicimos una interesante parada en otra localidad emblemática por su importancia histórica y sus monumentos, Navas del Marqués, en la misma provincia de Ávila.
                                                                   

Las Navas del Marqués está situada en la Sierra de Malagón, en el Sistema Central, y comunica las sierras de la provincia de Ávila con la sierra de Guadarrama. Cuenta con una población de cerca de 5.300 habitantes

Aunque se sabe que el territorio estuvo habitado desde la alta Edad Media, por los descubrimientos de varias tumbas rupestres, probablemente de pastores que utilizaban estas tierras, al tratarse de "tierra de nadie", enclavadas entre el norte cristiano y el sur musulmán, de la villa, como tal, no se tienen noticias documentadas hasta finales del s. XIII.

Las Navas debe su nombre a don Pedro de Dávila, I marqués de Las Navas, mayordomo del rey Felipe II, entre otros altos cargos, que mando construir el Castillo-Palacio de Magalia hacia 1.540, sobre los vestigios de una villa romana, como atestigua la inscripción, encima de una de sus ventanas: "Magalia Quodam" (=en otro tiempo casa rústica), que dio nombre al lugar.

El edificio, declarado Patrimonio histórico artístico, se encuentra, hoy día, en buen estado, y es desde 1.976 propiedad del Ministerio de Educación y Cultura, que lo utiliza para seminarios, congresos, reuniones de empresa y eventos culturales.

Fue rehabilitado en 1.950, por el arquitecto Luis Martinez Feduchi (Madrid 1.901-1.975); en 1.980 se hizo una segunda restauración

El Palacio de Magalia tiene la apariencia de un castillo defensivo, como evidencia el torreón circular de época anterior, pues data del s. XI, y el interior de un palacio renacentista, proyectado en el s. XVI.

En el conjunto destacan la fachada principal, con balcones volados, ventanas renacentistas y puerta de entrada con arco de medio punto.
                                                             
                                                                     
En el interior sobresalen, el espacioso zaguán, el patio con majestuosos escalones de piedra y techo artesonado, con dos galerías, la inferior de veinticuatro arcos de columnas jónicas con los escudos Dávila y Córdoba, apellido de la esposa de don Pedro, doña María Enriquez de Córdoba, y la superior con igual numero de columnas de estilo dórico.
                                                                         

Está adornado con pinturas, procedentes del Museo del Prado, y mobiliario de gran valor artístico.

Otro de los monumentos interesante de las Navas son los restos del Convento de Santo Domingo y San Pablo, que vimos de lejos, sin acercarnos a él y del cual solo queda la iglesia.
                                                                                     

El convento fue fundado por los mismos don Pedro de Dávila y su esposa María Enriquez de Córdoba en 1.546, y fue entregado a la Orden de Predicadores, o dominicos, aún  sin terminar las obras, al año siguiente.

Diversos y destructivos avatares, como la invasión napoleónica y la desamortización, contribuyeron a su ruina, quedando, como muestra de su antiguo esplendor, la iglesia.

El edificio, es de estilo herreriano, con decoración sobria. Se atribuye su proyecto a fray Juan de Villacastin, discípulo de  Juan de Herrera, el arquitecto del Monasterio de El Escorial.
                                                                           

Tras contemplar el palacio por fuera y por dentro, subir hasta la pequeña altura del promontorio donde está ubicado el castillo-palacio y disfrutar del paisaje que desde allí se ve, seguimos hasta Ávila
                                                                                 

Teniendo Ávila tanto que mostrar, nuestro recorrido fue distinto que en la anterior excursión, a esta misma ciudad.
                                                                         

Comenzamos encontrando la Iglesia de San Pedro, situada en la plaza del Mercado Grande, enfrente de la Puerta del Alcázar, contemporánea de la Iglesia de San Vicente, construida hacia el año 1.100, que tuvo entre sus feligreses a los miembros de las mas destacadas familias de la ciudad, como los Dávila, Estrada, Bracamonte, Henao, algunas de las cuales la eligieron para su eterna morada.

Tuvo relevancia política ya que, en su atrio, los reyes juraron respetar los fueros de Castilla en la Edad Media, periodo principal de su historia.

Se supone que fue edificada sobre un antiguo templo; su estilo es románico, en el que destaca el rosetón cisterciense, que corona la fachada principal


                                                           

Tiene triple cabecera con ábside por cada una de las naves. Una iglesia magnifica, en suma.

La plaza del Mercado Grande donde esta situada la Iglesia de San Pedro, está documentada desde el s. XIII; en ella se celebraba semanalmente mercado, donde se vendían, tanto productos locales como mercancías venidas de lejos.
                                                       

En esta plaza había corridas de toros y ocasionalmente festejos extraordinarios, como fue la recepción del emperador Carlos V, rey Carlos I de España.

Por el lado opuesto a la iglesia de san Pedro se encuentra una de las puertas de Ávila, la Puerta del Alcázar, la mas solemne de toda la muralla.Tiene dos grandes torreones unidos por un puente, elemento singular y único en las murallas europeas.
                                                                 

Allí mismo, al pie de las murallas se encuentra una escultura de Santa Teresa, junto a la Puerta, dedicada a la santa.
                                                                               

                                                                                 

                                                                 
La escultura  realizada en mármol, colocada a los pies de la monumental muralla, es obra del escultor Juan Luis Vassallo Parodi, (Cádiz, 1.908-1.986) ganador del concurso convocado por el Ayuntamiento de Ávila en 1.970, para la creación de un monumento a Santa Teresa.

Después de varios años en que se discutió la mejor ubicación de la escultura, el monumento se inauguro oficialmente en 1.982, por el Papa Juan Pablo II, en su visita a Ávila, para la clausura de IV Centenario del fallecimiento de Santa Teresa.

La santa está representada en su faceta literaria, con una pluma sobre un libro. Por detrás hay otro pequeño grupo escultórico que representa unos ángeles, enlazada por una estela con la de Santa Teresa, en la que está grabada una de sus reflexiones

                                       "que poderoso es el Señor de enriquecer las almas 
                                          por muchos caminos y llegarlas a esas moradas"

Nos dirigimos luego a la plaza del Mercado Chico, uno de los centros neurálgicos de la ciudad, presidida por el edificio de la Casa Consistorial.

La plaza comenzó a formarse en los albores de la repoblación de Ávila, a finales del s. XI.

El Ayuntamiento fue mandado a construir por los Reyes Católicos, para celebrar las sesiones del consistorio, ya que hasta entonces no se disponía de sede para las mismas.
                                                                              

El actual edificio se construyo entre 1.839 y 1.845, proyectado por el arquitecto municipal Ildefonso Vazquez de Zuñiga, reformado y ampliado entre 1.862 y 1.868.

Es de estilo isabelino, con fachada ejecutada en sillería de granito y composición geométrica.

También al lado de la muralla se halla instalado el verraco de las Cogotas, encontrado en el Castro de las Cogotas, en Cardeñosa, Avila, en los años 20 del siglo pasado, escultura zoomorfa de piedra, de la época de los vetones, s. V a. C. cuya finalidad no está clara: los verracos, presentes en diferentes lugares de Castilla, podrían tener un significado religioso, funerario o de utilidad como limite de terrenos dedicados al pastoreo.
                                                                         

El verraco de las Cogotas tiene un estado de conservación excelente. 

En el se pueden apreciar muchos de sus atributos como la frente, los carrillos, los colmillos, las orejas, con partes bien conservadas y otras mas deterioradas, como la izquierda y el dorso. Curiosa y antiquísima representación de un jabalí.

Seguimos hacia la plaza de la Catedral, contemplando uno de los palacios de la misma, el Palacio de los Velada, convertido hoy día en hotel.
                                                                     
  
El Palacio de los Velada, también conocido como Torre Aboin fue mandado construir por Gomez Dávila (1.483-1.561), II marqués de Velada, en 1.514. Después de diversos avatares y retrasos el Palacio fue levantado, y perteneció durante casi todo el s. XVI a la familia Dávila.

Paso después a la familia Aboin, denominación que ha primado durante amplias temporadas en la ciudad.

El edificio, de mampostería con buenos sillares de granito, tiene en los vértice del gran torreón, y a gran altura, los escudos de la familia, sostenidos por cabezas de leones y detalles góticos en su factura.

La fachada que da a la catedral es un añadido posterior al torreón.

Tiene un magnifico patio de dos alturas, cuyas columnas lucen medallones con escudos,

Fue rehabilitado, de un estado ruinoso, en 1.995 y es, desde entonces, un hotel.
                                                                     

Continuamos nuestro paseo hasta pasar por la Capilla de la Nieves, en la calle Reyes Católicos, antes llamada Cal de Andrín, erigida, en s. XVI por doña María Dávila, virreina de Sicilia, según sus últimas voluntades, sobre el solar que había ocupado la sinagoga Belforad.


De planta rectangular, construida con sillería de piedra berroqueña, es de estilo gótico, mostrando también transición hacia el estilo renacimiento.

Tiene una única nave central y una pequeña capilla, y está presidida por un retablo con un magnifico relieve de alabastro, obra de Juan Rodriguez  y Lucas Giraldo, del s. XVI.
                                                             
                                                                             

Pasamos después por delante del Palacio de Polentinos  o Casa de los Contreras, edificado a primeros del s. XVI, por el arquitecto y escultor Vasco de la Zarza, muerto en Ávila en 1.524.

Fue levantado y habitado por el regidor don Juan de Contreras hasta el s. XVIII, en que paso por matrimonio a María de Contreras, Marquesa de Olivares con don Domingo de Colmenares, III conde de Polentinos, cuya mansión familiar fue, hasta finales del s. XIX, en que la adquirió el Ayuntamiento.

Hoy día forma parte de un conjunto de edificios que acogen el Archivo General Militar de Ávila y el Museo de la Intendencia.
                                                                     

En el edificio de estilo renacentista, destaca su portada con rica decoración y el patio adintelado del interior.

Nuestros pasos nos llevaron después al Palacio de Abrantes,

                                                                     
Esta mansión construida entre los s.s. XIV y XVI, fue comenzada por don Pedro Dávila. El palacio es un buen ejemplo de la integración de este y otros palacios de Avila en la muralla; está adosado al lienzo sur de la misma, y formado por cuatro casas de estilos distintos, siendo la mas antigua del s. XIII, la mas cercana a la muralla, a las cuales se fueron añadiendo otros elementos hasta el s. XVI.

El castillo fortaleza permitía la defensa, tanto contra otros clanes nobiliarios de la ciudad, como contra enemigos externos.

En la fachada occidental destacan las ventanas geminadas góticas de la planta superior, así como la portada gótica ojival.

Al mediodía sobresale la galería-mirador, del s. XVI abierta sobre la  puerta y paseo del Rastro, por el que caminamos un ratito.

Acompañaron nuestro paseo la muralla apoyada en la roca natural y algunas ventanas del Palacio Episcopal.
                                                                               
                                                                                   
Desde su privilegiada situación podemos contemplar una de las bellas vistas del sur de la ciudad, con un casi primer plano de la Iglesia de Santiago, un templo románico de entre los s.s. XIV y XVI, con una curiosa torre, añadida en el s. XIX,  así como el Valle de Amblés.
                                                               

Es lugar de celebración de Ferias como la de Artesanía y las Barrio.

Por ultimo llegamos, ya que está alejado del casco histórico, el impresionante Real Monasterio de Santo Tomás, en la Plaza de Granada, una de las joyas de Ávila
                                                                                                                                                           
                                                             
El monasterio dominico de Santo Tomás fue levantado bajo el mecenazgo de Hernando Nuñez de Arnalte, tesorero de los reyes Católicos, su esposa María Davila, fray Tomás de Torquemada y los Reyes Católicos.

La construcción, dirigida por el arquitecto Martín de Solórzano, duro desde el año 1.492 hasta
1.493, aunque posteriormente se añadió, por iniciativa de los Reyes Católicos, un palacio, para su uso veraniego en torno al claustro de los Reyes, y posteriormente como sepulcro del principie don Juan fallecido en 1.497.

Fue sede del tribunal de la Inquisición.

En el s. XVI se estableció en el monasterio la Universidad de Santo Tomás, que perduro hasta el s. XIX.

La fachada de la iglesia tiene una gran portada con un arco rebajado flanqueado por dos pilares de piedra, que forman, en conjunto un "H", letra inicial de Hispanidad. Además hay diez estatuas de Gil de Siloé y Diego de la Cruz, bajo doseles y pináculos, y en mitad de la fachada un gran rosetón que da luz al coro y a la iglesia, surmontado por el escudo de los Reyes Católicos, sostenido por un águila.

El interior es una joya de la arquitectura gótico-flamigera. El crucero, delimitado por cuatro columnas, forma una suerte de joyero donde está instalado el sepulcro del príncipe don Juan.


Don Juan fue el segundo hijo de los Reyes Católicos y heredero del reino, prematuramente fallecido a los 19 años, cuyo cuerpo reposa por deseo de sus padres, en este Monasterio de Santo Tomás.

El sepulcro de mármol de Carrara realizado por el escultor italiano Domenico Fancelli (Setignano 1.469-1.519), uno de los introductores del Renacimiento en España, es una gran obra, que le valió merecida fama y el posterior encargo del sepulcro de los Reyes Católicos en la Catedral de Granada, entre otros.

En el monumento que es el sepulcro, la cara prismática es en talud, y la estatua yacente está tendida sobre el lecho con las manos juntas en oración, y con expresión de calma y felicidad.

A los pies, en una placa, está el epitafio del príncipe Juan

Juan, príncipe de las Españas, adornado de todas las virtudes e instruido en las buenas artes, amante verdadero de la religión y de la Patria, queridisimo de sus padres, quien en pocos años con su gran prudencia, probidad y piedad, hizo muchos bienes, descansa bajo este sepulcro, el que mando fabricar Fernando el Católico, rey valeroso, defensor de la Iglesia, su muy bueno y piadoso padre, mas Isabel, su madre, purísima Reina cristiana, y depósito de todas las virtudes, mando por testamento la realización; vivió 19 años, murió en 1.497.

La verja de plata que rodeaba el sepulcro fue robada y varios magníficos relieves fueron mutilados por los franceses en 1.809, durante la Guerra de la Independencia, en que además profanaron el sepulcro, de manera que actualmente el paradero de sus restos sigue siendo un misterio.

Después de este emotivo e interesante recorrido por el monasterio, todo él magnifico volvimos a Madrid.                                                                  

sábado, 22 de julio de 2017

Orense


Después de estos días en Bayona volvimos a casa, pasando por otra de las capitales gallegas: Orense, otra preciosa ciudad, donde solo paramos unas  horas para pasear por ella, que bien vale la pena.

Orense está atravesada por el río Miño, situada a 125 m de altitud y con una población de cerca de 109.000 habitantes.

El valle del Miño, en la zona de Orense ha sido habitado desde la Prehistoria como demuestran los hallazgos arqueológicos.

En el punto donde se encuentran las fuentes termales de As Burgas se asentaron los romanos, interesados en la gran abundancia de oro de la zona, que la convirtió en una importante ciudad de Hispania, a la que le dieron el nombre de Auriense , La ciudad del oro, hasta que se agotaron las reservas de este apreciado metal.

En la época romana se construyo un puente sobre el Miño,
                                                                               

 protegido por una pequeña guarnición, que formaba parte de un  ramal de la Vía XVIII, que unía Bracara Augusta, Braga en Portugal, con Asturica Augusta, Astorga en León, origen de la población que habitaba en donde hoy se halla la Plaza Mayor.

A la caída del Imperio Romano, Orense, tras las invasiones bárbaras, formo parte del reino suevo de Braga y continuo siendo un importante centro comercial, debido a su puente, cuyos pilares siguen siendo romanos, hoy día, y que ha sido reconstruido múltiples veces en la historia.
                                                                     

A los suevos sucedieron los visigodos y a estos las incursiones musulmanas y normandas, debido a las cuales el territorio quedo despoblado, no recuperandose, lentamente, hasta el s. XII.

El núcleo original sigue siendo As Burgas, en la ribera izquierda del río Miño.

Durante la Edad Media los obispos de Orense son la autoridad mas importante en la ciudad, y ordenan la construcción del Castelo Ramiro, en un monte que domina la población, desde el que se podían controlar la entrada y salida de personas y mercancías en Orense, y del cual no queda mas que el recuerdo.

Durante los s.s. XVII y XVIII la ciudad vive un largo letargo, que cambia al ser designada como capital de la provincia del mismo nombre.

Durante la invasión napoleónica, que empezó con el pretexto de pasar el ejercito francés a Portugal para combatir a sus aliados ingleses, Orense sufrió las atrocidades, saqueos y asesinatos que repartía el ejercito francés, hasta que después de sus derrotas en Portugal, volvió a pasar por Orense derrotado y destrozado.

Toda España, Galicia incluida, tardo el s. XIX al completo y parte de XX en recuperarse de la
invasión napoleónica, de la desamortización de 1.835 y de las guerras carlistas.

Actualmente Orense es un importante nudo de comunicaciones, con dos autopistas, cuatro carreteras nacionales y cuatro vías de ferrocarril.

La ciudad concentra una gran oferta comercial y de ocio, así como servicios administrativos, educativos y sanitarios de referencia en la provincia.

Tiene un estimable patrimonio cultural del cual disfrutamos al pasear por su centro histórico como la Catedral de San Martín, su principal monumento religioso.

El templo, uno de los grandes monumentos rómanicos de España, fue levantado entre los s.s. XII y XIII. Los añadidos son una variada muestra de los sucesivos estilos posteriores, gótico, renacentista barroco, neoclásico y actual

 
En el interior destaca el magnifico retablo gótico de Cornelis de Holanda, que se realizo entre1.516 y 1.520. Visitamos la catedral por fuera y por dentro admirando sus tesoros
                                                                                   

                                                                                 

Otro corto desplazamiento nos llevo a la Iglesia de Santa Eufemia del Centro, magnífico ejemplo del barroco gallego. La iglesia de grandes proporciones, se empezó a construir en el s. XVII aunque no se acabo hasta el s. XIX; dedicada a Santa Eufemia, patrona de la ciudad donde tiene gran devoción; según la tradición evangelizó la zona y fue martirizada durante el reinado del emperador Adriano



Como quien dice a la vuelta dela esquina encontramos otro templo, la iglesia de Santa María Madre, obra del s. XVIII, de fachada barroca pero con algunos restos altomedievales como las columnas de la parte superior de la fachada




lunes, 17 de julio de 2017

Bayona, la villa



Bayona, municipio de la provincia de Pontevedra, pertenece a la comarca ce Valle Miñor, en plena plena ría de Vigo, y cuenta con algo mas de 12.000 habitantes.

El origen del toponimo que la denomina Bayona, parece ser una combinación entre el nombre del cercano  río Baiña, en el que su primer elemento bai derivario del indoeuropeo ibai que significa vega o río, el segundo elemnto onna, procedería del celta, con el significado de fuente o río, o de un sufijo aumentativo prerromano, es decir una mezcla de los terminos río, vega fuente.





sábado, 15 de julio de 2017

Rabo de toro


La receta de rabo de toro es muy antigua, ya que esta descrita por un gastronomo romano del s.I d.C, mas tarde por un cocinero musulman, del s. XIII, pero que no se popularizo hasta el s. XIX, debido seguramente al auge del mundo taurino, y de sus representantes.

Se trata de un guiso tradicional, en esta receta con algunas variantes, un estofado de carne con verduras.

Ingredientes


800 g de rabo de toro
sal y pimienta
aceite de oliva virgen extra
1 cebolla 1 puerro
1 zanahoria
4 dientes de ajo
2 cucharadas de miel
1 ramita de canela
1 copa de brandy
1 l de vino tinto
1 l de caldo de carne

Para el puré

Ingredientes
                                   

2 patatas grandes
1 pizca de cardamomo molido
100 ml de leche
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra

Para el montaje

Nueces
palitos de hojaldre

Elaboración

Dorar el rabo salmpimentado en  la olla express. Retirar y reservar.
                                                           

En la misma olla y aceite, rehogar las verduras peladas y cortadas. ademas de la miel y la canela.
                                                                               
                                                           
Rehogar todo y agregar el rabo, flamear con el brandy y añadir elvino.
                                                                                     

Cocer en la olla express 2 horas, mirando que la carne se desprenda del hueso para que quede muy tierna.

Desmigar la carne y pasar el caldo con toda las verduras por la batidora y  despues por el chino.

El puré

Cocer las patatas con sal en un cazo, junto con la mantequilla, durante 20 minutos; retirar entonces parte del caldo de cocción, añadir el cardamomo y la leche, batir bien y emulsionar con el aceite.
                                                                                   

Para presentar el plato, con ayuda de un aro, poneren la base el puré de patatasy encimala carne del rabo. Añadir un poco de salsa y decorar con unas nueces picadas y un palito de hojaldre
                                                                             

sábado, 8 de julio de 2017

Valença do Minho, Portugal


Aprovechamos la proximidad de Bayona y Portugal para pasar el día en Valença do Minho, la localidad mas cercana, que ya habíamos visitado hace años, durante una estancia en Tuy, y que habíamos apreciado.

Valença población de unos 8.000 habitantes, está separada de Tuy, en España, por el río Miño, que hace de frontera entre los dos países, y por ese motivo, debido a los frecuentes choques bélicos del pasado, las dos ciudades están fortificadas.

La zona donde se asienta Valença ha sido poblada desde remotos tiempos prehistóricos, como demuestran algunos yacimientos arqueológicos.

También hay restos romanos, que atestiguan el paso del río Miño por la vía romana que unía las actuales Braga en Portugal y Lugo en España.

Al dominio romano se sucedieron suevos y visigodos, quedando despoblada después de la invasión musulmana de 716, aunque el mas poderoso ataque islámico se produjo cuando el caudillo musulmán Almanzor llego a esas tierras en 997.

Tras el desalojo de los musulmanes por el rey Alfonso VI, con la ayuda de las Ordenes de los Templarios y los Hospitalarios, que se ubicaban en Tomar y Soue respectivamente, y que, después de diversas batallas, consolidaron su reconquista en la Batalla de Lisboa de 1.147.

A Alfonso le sucedió nieto Alfonso VII, durante cuyo reinado el papa Alejandro III, reconoció a Portugal como una nación independiente. Se puede considerar a Sancho I de Portugal como el creador de Valença do Minho, en el XIII.

Fue este rey el que ordeno repoblar la zona y fortificar la ciudad, llamada entonces Contrasta, ya que su posición estratégica era óptima para frenar los ataques de los gallegos e intentar la conquista, nunca realizada, de Pontevedra.
                                                                           

Fue el rey Alfonso III de Portugal el que cambio el nombre de Contrasta, que aludía a su situación geográfica enfrente de Tuy, por el de Valença, la valiente, al que luego se añadió el nombre del río, en 1.262.

A lo largo de los siglos siguientes, particularmente en los s.s. XVI y XVII, se atendió a las fortificaciones, reforzándo la Fortaleza que había sido construido entre los s.s. XII y XIII, ampliándola  y restaurándola dada la importancia geoestratégica del lugar. Mas tarde, en el s. XVI, se fortalecia de nuevo,



En 1.809 fue tomada por las tropas napoleónicas invasoras, al mando del mariscal Soult.

El recinto amurallado donde se ubica la ciudad antigua tiene algunos lugares interesantes, como la Iglesia de Santo Estevao con fachada neoclasica del s.XVI                                                                              

y un poco mas arriba la Iglesia Matriz de Valença Santa María dos Anjos, del s. XIII
                                                                         

Despues de un corto paseo fuimos a comer en un lugar conocido por nosotros de otra visita, que nos gusta mucho, el restaurante de la Pousada de sao Teotonio, rodeado por las murallas históticas de la ciudad, con magnificas vistas al río Miño, con salón acogedor que sirve especialidades regionales
                                                                       


Seguinos recoriendo la ciudad, todo a lo largo de la muralla y las fortificaciones, asi como las calles llenas de tiendas, de color y muy limpio y arreglado todo.

Despues de este día pasado y disfrutado en Valença volvimos a nuestra base en Tuy.