sábado, 21 de mayo de 2011

Lubina en papillote con mayonesa al curry

Esta es una forma sencilla de preparar la lubina, pescado exquisito, que queda bien con poco aderezo.

La técnica del papillote hace que se conserve mucho el sabor.


Ingredientes


  • 1 lubina de 1.450 g, o 2 lubinas mas pequeñas
  • 8 cebolletas
  • 1 limón, en rodajas finas
  • 3-4 ramitas de tomillo
  • 40 g de mantequilla blanda
  • 1/2 cucharada sopera de zumo de limón
  • 1 o 1/2 cucharada sopera de curry en polvo, según gustos
  • Perejil
  • Sal
  • Pimienta

Para la mayonesa al curry

Ingredientes

  • 1 1 y 1/2 cucharadas soperas de curry en polvo
  • 4 cucharas soperas de vino blanco seco
  • 275 ml de mayonesa
  • Sal.
  • Pimienta.

Elaboración

Colocar el pescado limpio, con o sin cabeza según gustos, en una hoja de papel de aluminio en la que quepa ampliamente, puesta sobre una bandeja de horno.

Picar muy finamente la parte verde de seis cebolletas.

Reservar dos rodajas de limón y poner las restantes en la cavidad del pescado, junto con las cebolletas picadas, el tomillo y sal y pimienta al gusto.

Dar cuatro cortes al pescado por arriba, e introducir en cada raja la mitad de cada una de las dos rodajas de limón reservadas.

Untar el pescado por todas partes con la mantequilla reblandecida.

Sazonar con sal, pimienta, zumo de limón y curry en polvo al gusto.

Envolver el pescado y cerrar muy bien los bordes.

Asar la lubina durante 15 minutos.

Mientras picar la parte verde de las dos cebolletas restantes.

Para la mayonesa al curry

Mezclar el curry con el vino blanco en un cacito,

Llevar a ebullición.

Cocer durante 1 minuto

Cuando este frío, mezclar con la mayonesa, rectificando de sazón, si es necesario.

Poner el pescado en una fuente. Regar con el jugo, espolvorear con el resto de la cebolleta y adornar con perejil y rodajas de limón.

Servir con la mayonesa en salsera.

lunes, 16 de mayo de 2011

Ecuador. Capítulo XV. Islas Galápagos. Cuarto día

El lugar que íbamos a visitar hoy, Bahía Tortuga, no esta demasiado lejos de Puerto Ayora, a solo 3 km.

Nos fue ofrecido ir en lancha o andando. Escogimos esta segunda opción para llegar a la playa y la lancha para volver.

Es una caminata agradable, por un sendero asfaltado, sin ningún problema. Se va viendo algo de la flora de la isla, que se extiende a los lados.

Después de alrededor de una hora llegamos a nuestro destino, Bahía Tortuga.

La Playa de Bahía Tortuga, es uno de los mas espectaculares lugares de la isla Santa Cruz y probablemente, del archipiélago.

Cuando llegamos no había nadie mas; solo las aves,

las iguanas

y la inmensa playa de finas y blanquisimas arenas coralinas.

Fue como un paseo por un mundo recién creado.

El nombre de la bahía se debe a las tortugas marinas que van a desovar en la playa.

Son de la especie Chelonya midas, única de las Galápagos, y la mas numerosa del Océano Pacifico, por la facilidad de anidación en las islas.

En las dunas crece la Nolana galapagensis, planta endémica que ayuda a estabilizar las zonas arenosas, y debajo de la cual tenían establecido su campamento las iguanas marinas, que habitan allí en gran cantidad.

Una punta rocosa y las dunas, separan la gran playa de grandes olas, que es utilizada por los deportistas para practicar surfing, de otra mas pequeña y resguardada, donde es posible bañarse sin el menor peligro.

La playa está rodeada de manglar rojo.

En ella tomamos un baño muy agradable, pues aunque no había un sol radiante, el que se filtraba a través de la nubes, y la buena temperatura ambiente, era suficiente para que no se notara, siquiera, la entrada en el agua.

Al empezar la excursión nos habían provisto de gafas, tubo y aletas para practicar snorkel, deporte de submarinismo de superficie, muy popular en las islas, pero en aquella bahía casi cerrada, donde no se veían rocas, mas que cubiertas de vegetación, ni siquiera lo intente.

Otros compañeros, con mas vista, no habían cogido estos instrumentos, y no habían tenido que cargalos en la caminata de Puerto Ayora hasta la playa.

Seguimos explorando el entorno. Subimos a las rocas cercanas donde había muchos ejemplares de una de las aves mas celebradas de la isla, el alcatraz o piquero de pata azul.
(Sula nebouxi)

Este pájaro, digno habitante de la isla, pues hace honor a su fama de no asustarse por la presencia del hombre, aun de muy cerca, es lindísimo, como se puede apreciar en las fotos.

Aunque parezca mentira sus patas son de ese color, de ahí su nombre.

Se estima que alrededor de 40.000 ejemplares habitan en las islas.

También había pelicanos, que parecían convivir, sin problemas, con los piqueros.

Cerca de las rocas donde habitan piqueros y pelicanos, había un "bosque" de cactos (Cactus cactus).

Esta planta suculenta, capaz de almacenar agua en sus tallos y hojas, es la mas común en el árido interior del archipiélago.

Su curiosa forma de candelabro está elaborada por la naturaleza para orientar el agua hacia la base de la planta, ofreciendo sombra, con sus anchas y espinosas hojas, para impedir la evaporación de la misma. En muchas zonas de las islas esta planta es único alimento de los reptiles, (tortugas, lagartijas, iguanas).

Tienen un inquietante aspecto, de épocas muy lejanas de la Tierra.

Contemplamos, desde estos murallones, la tranquila playa donde nos habíamos bañado, y allí mismo, montamos en la lancha, llamada en estas latitudes panga, para regresar a Puerto Ayora

El mar iba azotando nuestras caras y brazos, con la rápida marcha de la lancha, pero valía la pena mojarse. Pudimos ver alguna tortuga marina, algún lobo marino, nadando por las aguas
abiertas.

Al pasar por los acantilados, se podían ver las colonias de aves que anidan en ellos.

Después llegamos a Puerto Ayora, donde dembarcamos. Los lobos marinos se reposaban como de costumbre en las balsas de madera.

Después de un malentendido sobre el número de equipamientos para el snorquel, que por cierto no habían servido de nada, y de poder observar una cierta cerrazón mental del encargado de contarlos, seguimos hacia el hotel, donde íbamos a comer.

Según nuestro guía galapageño, B., que era un chico despierto, los habitantes de las islas han sufrido una reconversión, a la cual, todavía se están adaptando. La vida anterior que llevaban, antes de lo que podríamos llamar "desarrollo" y mas propiamente, avalancha turística, en aumento en estos momentos, los ha hecho pasar de una vida plácida, disfrutando de templada y buena temperatura constante, de bonitos paisajes , tanto geológicos, como vegetales y animales y de pocas necesidades para alimentarse y vivir, con mucho tiempo para el ocio y la tranquilidad, a la loca carrera por la ganancia, el dinero, el consumo...

Por lo visto les esta costando adapatarse, y se comprenden así ciertas actitudes, y algunas deficiencias de comprensión. Me parece que "su paraiso" se esfuma, si es que queda algo de él.

Para después de la comida se había preparado una interesante visita a los túneles de lava del propio hotel, cuyos terrenos tienen mas de 500 ha.

Todo el terreno esta lleno de hoyos, cuevas y túneles o tubos de lava. Tienen uno de ellos, el mayor, muy bien acondicionado para la visita, con escaleras e iluminación, para verlo bien y sin peligro; aunque hay que tener cuidado de no tropezar...

El túnel o tubo de lava se forma cuando, en una erupción volcánica, como es el tipo en Galápagos, la colada de lava fluye por un terreno de pendiente moderada. La superficie de la colada al entrar en contacto con el aire, mas frío que la lava, se solidifica, creando una excelente aislante térmico para la lava interior, que sigue fluyendo.

La lava puede recorrer así grandes distancias, llegando incluso a desaguar en el mar.

Al descender el aporte de lava, se empieza a formar la cavidad, cuya largura y anchura dependeran del tiempo en que la lava incandesdencente discurra por el tubo, pudiendo formarse una sola galería, como en el túnel que vimos el primer día en la isla, o verdaderos laberintos interconectados, como es el del territorio del Royal Palm.

El recorrido del túnel fue muy bonito.

Se entra por un lado lleno de vegetación, y flores, y se sale por otro distinto.

Un hombre joven, personal del hotel, nos lo mostró y dirigió todo el recorrido.

Al volver a la habitación un pinzón de Darwin, picoteaba cerca de la entrada. Aquí lo dejo retratado.

Ya habiamos acabado nuestro parcial, pero interesantisimo, recorrido en las islas Galápagos.

Para la despedida el chef nos ofreció uno de los platos emblemáticos de la costa del Pacífico del cono sur americano; el cebiche.

Pero, tan poco como me había gustado la primera vez que lo probé en Puerto Villamil, me gusto esta segunda vez.

No es algo que yo vaya a hacer en mi cocina.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Verduras moldeadas con arroz


Este plato es parecido a la ensalada de arroz, pero con una presentación mas vistosa.

Es apropiado para la época en que estamos, la primavera y la que viene después, el verano.


Ingredientes

  • 250 g de arroz
  • 250 g de coles de Bruselas
  • 250 g de guisantes desgranados
  • 250 g de zanahorias
  • 3 cucharadas de aceite
  • 1 diente de ajo
  • 2 huevos
  • sal



Elaboración

Hervir en agua con sal las verduras.
Escurrir en un colador
Poner el ajo picado a freír y cuando empieza a dorarse añadir las verduras y rehogarlas.
Una vez rehogadas añadirles los huevos batidos, y revolver.

Poner en una cacerola con agua el doble de agua que de arroz con sal, la manteca de cerdo y la hoja de laurel.

Cuando rompe a hervir el agua echar el arroz lavado en un colador.

Dejar hervir despacio unos quince minutos.

En un molde untado de aceite poner una capa de arroz, alisar y poner encima una capa de verduras, otra de arroz, otra de verduras y otra de arroz, en total tres capas de arroz y dos de verdura.

Aplastar bien con la seta de madera.

Volcar en una fuente.

Servir aparte una salsa mayonesa.

Mayonesa

Ingredientes

  • 1 huevo
  • 200 ml de aceite
  • 2 cucharadas de vinagre, o hasta conseguir el gusto deseado
Yo hago siempre la mayonesa con la batidora de brazo, con lo que me sale bien.

  1. Poner el huevo, la sal, un chorro de vinagre y otro de aceite.
  2. Batir un momento, hasta formación de la emulsión.
  3. Ir añadiendo poco a poco el aceite,,
  4. Probar y rectificar, añadiendo mas vinagre, sal y aceite, si hace falta.

viernes, 6 de mayo de 2011

Ecuador. Capitulo XIV. Islas Galápagos. Tercer día

Cuando salimos a desayunar la garua continuaba cayendo de forma suave y silenciosa pero constante; solo al mediodía, cuando la fuerza del sol es mayor se toma un descanso.

Ya no íbamos a salir mas de la isla Santa Cruz. La verdad es que tiene muchas cosas que conocer, y a parte de ellas íbamos a visitarlas hoy.

Aquí haré un inciso para decir, creo que mas bien recordar, pues ya lo he comentado, que para estas lejanas islas y un conocimiento  mas exhaustivo de las mismas, lo que me parece mas adecuado es un crucero entre islas. Cada una de ellas tiene características distintas, galápagos y aves diferentes, por otro lado la residencia en el barco tiene ventajas de comodidad y no habrá garua ninguna. Si alguna vez volviera por allí... ya se lo que haría.

La isla Santa cruz, es la segunda en tamaño del archipiélago, en el cual ocupa una posición central.
Su nombre se debe a la Santa Cruz, donde Cristo fue crucificado. Sirvió de base a piratas y balleneros durante tres siglos.

Fue colonizada a finales de 1.920 por un grupo de noruegos, que provenían de una desafortunada tentativa de colonización de la isla Floreana, donde pensaban dedicarse a enlatar pescado, proyecto que no pudo realizarse. Los que quedaron cambiaron los peces por la agricultura, estableciéndose en las alturas de la isla.

Con un cielo grisáceo, como es el mas frecuente por esos parajes, pero no frío, comenzamos por bajar a Puerto Ayora, capital de la isla.

Puerto Ayora, es la ciudad mas poblada del Archipiélago, donde residen cerca de 15.000 personas. Es el mayor destino turístico, por su cercanía con el aeropuerto, situado en la casi adyacente pequeña isla Baltra, separada solamente por un estrecho canal de 150 m.

Su nombre, de reciente cuño, se debe a uno de los buenos, aunque cortos, en cuanto a duración de su mandato, presidentes de la República, de 1.929 a 1931.

El minibús nos dejo en lo que podríamos llamar plaza del pueblo, cerca del embarcadero, que ya conocíamos, de nuestro viaje a la isla Isabela.

Desde allí fuimos andando, unos 15 minutos, hasta la Estación Científica Charles Darwin.

Este importante centro fue fundado en 1.959, bajo el auspicio de la UNESCO y de la Unión Mundial para la Conservación, con el fin de preservar y cuidar las islas, impulsado por la Fundación Charles Darwin de Inglaterra, cuyo director era, entonces, el eminente biólogo Julien Huxley.

En efecto, se necesita mucha colaboración y mucho dinero para realizar esa conservación, ya sumamente amenazada por la historia pasada, corsarios, balleneros, colonos acompañados de los animales domésticos, y mas recientemente turismo en crecimiento, que ha hecho que el archipiélago pase a ser incluido por la UNESCO en la Reserva de la Biosfera en peligro.

La Estación Científica Charles Darwin, empezó a funcionar, después de su fundación y construcción, en 1.964. A ella acuden científicos de todo el mundo, para realizar investigaciones y contribuir a la conservación de la biodiversidad de las islas.

La estación, fundación sin animo de lucro, depende enteramente de las donaciones de personas, fundaciones, empresas y gobiernos del mundo

Entre científicos, educadores, estudiantes y voluntarios cerca de 200 personas trabajan en el Estación, en estrecha colaboración con el Parque Nacional de Galápagos, en cuya construcción, en 1.968, colaboro en gran medida, así como con el Centro de Crianza de Tortugas Gigantes de la isla Isabela, y también en la isla San Cristóbal.

Sus principal misión es la de realizar estudios científicos, y acciones necesarias para la protección del suelo, el mar, la conservación de la flora y la fauna de las Islas Galápagos, en todas sus formas.

También hace educación ambiental entre los habitantes de las islas.

Toda esta encomiable labor necesita de ingentes cantidades de dinero, y se encuentra bastante amenazada por, digamos, la fuerza de los hechos entre los cuales el aumento de población residente y el turismo, son dos de los mas candentes.

La estación presenta información sobre la geología, evolución, endemismo, especies introducidas y asentamientos humanos, aunque su actividad mas evidente es la cría de galápagos de las distintas subespecies, traídos de las islas donde originalmente vivían.

La visita empezó por una breve toma de contacto con un miembro del personal, que nos explico los fines y medios de la estación. El programa mas desarrollado es el de la cría de tortugas gigantes y sus distintas subespecies, como decimos, para repoblar con ellas las diferentes islas.

Los galapaguitos están en corrales rotulados con el nombre de la subespecie, y la isla de que proceden, y con la edad que tienen.

El recinto tiene una gran extensión, con espacios diferentes según las necesidades de su habitantes.

Está lleno de plantas autóctonas; otra de las actividades de la estación es el cultivo y la conservación de las especies endémicas de plantas; el programa regala a los residentes plantones para sus jardines.

Andando por el extenso jardín llegamos a la "residencia" de uno de los grandes atractivos de la estación "El Solitario Jorge". Se cree que esta tortuga gigante es la única superviviente de la subespecie Geochelone nigra abingdoni, una de las once subespecies de tortugas de las islas Galápagos.

Fue encontrado en la isla Pinta, en 1.971 por unos cazadores de cabras, que se dedicaban a eliminar estos animales introducidos, en otro tiempo, por el hombre y que han provocado la casi extinción de las tortugas gigantes en esta isla. Fue llamado así por el personaje creado por el actor americano George Gobel.

Trasladado a la Estación Científica Charles Darwin, para su cuidado, se ha intentado allí que se reproduzca, poniéndole dos compañeras de la subespecie originaria del volcán Wolf , con la esperanza de que se pudieran conservar sus genes.

Los primeros veinte años El Solitario Jorge rechazo, mostrándose agresivo con ellas, la presencia de las hembras. Posteriormente, en 2.008, su actitud cambio, se volvió mas, digamos, colaborador y se reprodujo, pero por desgracia ningún huevo de los puestos por la hembra fecundada, se mostró viable.

Se supone que el Solitario Jorge tiene unos ochenta años, goza de buena salud, y es posible, aunque difícil, que se encuentre alguna hembra de su especie en la misma isla Pinta, donde él fue encontrado.

En esta pequeña isla el programa de erradicación de cabras se ha completado y la vegetación esta volviendo a ser lo que era.

Otro galápago famoso es Super Diego, llamado así por haber sido repratriado del zoológico de la ciudad californiana de San Diego, en 1.977.

Super Diego corresponde a la especie Geochelone Hoodensis, de la isla Española; se cree que tiene mas de 130 años .

A su vuelta a las Islas Galápagos, Super Diego se integro en un grupo de dos tortugas machos y doce hembras, únicos supervivientes de su especie, logrando la conservación de su subespecie en peligro de extinción.

Su éxito reproductor ha sido tan grande que cuenta con 1.700 hijos.

Super Diego y su grupo, con sus numerosos descendientes, serán reinsertados en su isla de origen, a finales de 2.011.

Super Diego y el Solitario Jorge están en las antípodas, en cuanto a éxito reproductivo.

En otro recinto estaban las iguanas terrestres (Colonophus Subcristatus); este reptil endémico de las islas, vive en las zonas áridas del interior.

Su alimentación es exclusivamente vegetariana. Pueden pesar entre 7 a 12 k. y varían de las iguanas continentales en su color, que es mas vivo, con trazos amarillentos y anaranjados.

Por su aspecto parecen venir de un mundo perdido en que los reptiles dominaban los mares, los cielos y la tierra. Son verdaderamente atractivas, aunque inquietantes.

Había también bonitas largartijas de lava, que abundan en todos lados, son variedades endémicas de las islas.

Los otros animales que poblaban el jardín eran las aves, con los simpáticos pinzones de darwin y otros de tamaño pequeño.

Habíamos estado toda la mañana en la Estación oyendo información y viendo todos esos fantásticos animales y plantas.

Era hora de comer y para ello nos llevaron a la Escuela de Cocina de Puerto Ayora.

Allí un personal encantador y bien preparado nos sirvió un excelente comida

El resto de la tarde lo pasamos en el pueblo, caminando a lo largo de sus calles y muelles.

Vimos algunas aves acuática, como esta garza real

Tuvimos un disgusto al ver en una de las plataformas de madera donde se ponen los lobos marinos a descansar, a uno con un enorme herida en su cuerpo. Pensamos que podría haber sido una hélice de motora, pero luego supimos que se debía al ataque de un tiburón.

Algunos de nuestros compañeros fueron a avisar a las autoridades del puerto, pero solo fueron escuchados, para oír, a continuación, que los tiburones contribuyen a mantener el equilibrio ecológico, ya que los lobos marinos a su vez, atacan y comen atunes; que era, por tanto una cosa "natural" y que ellos no intervenían nunca... El pobre lobo marino se las tendría que apañar solo, supongo, para morir lentamente.

Después del paseo y siempre contemplado el puerto y el océano, nos tomamos un cafecito.

Volvimos a nuestro hotel en la cumbre de la isla aún con luz, y aprovechamos para pasear, pues la garua se había tomado un respiro, siempre por los senderos acotados.

Había una bonita vista, con las montañas de la isla recortandose en el horizonte.

domingo, 1 de mayo de 2011

Rosquillas

Hoy he hecho un postre de los que hacia mi querida madre, con gran maestría.

Todos los días la recuerdo y lamento su perdida; con la desaparición de la madre se va mucho de nosotros, además del cariño.

Nadie nos ha conocido como ella, incluso antes de conocer nuestro rostro. Con nadie hemos estado tan unidos, antes de nacer y luego por largos años. Es una perdida que no tiene consuelo.

Pero.., dejemos las penas y conservemos los buenos recuerdos.

Estas rosquillas son uno de ellos; muy fáciles de hacer, y aun mas de comer

Ingredientes


  • 1/2 k de harina
  • 1 huevo
  • 4 cucharadas soperas de aceite
  • 4 cucharadas soperas de leche fría
  • 2 cucharadas soperas de anís
  • 6 cucharadas soperas de azúcar
  • 1 cucharadita de moka de levadura química
  • 1 l de aceite
  • azúcar glas

Elaboración

Batir el huevo en un bol o ensaladera
Añadir el aceite, la leche y el anís.
Batir para mezclar bien.
Añadir el azúcar y la levadura.

Añadir poco a poco la harina que admita, que será mas o menos el 1/2 k., hasta la necesaria consistencia.

Formar unos rollitos finos, del ancho de un dedo meñique

y darles la forma de rosquillas

Calentar el aceite.

Freír las rosquillas por tandas, empezando con el aceite caliente y cuando se hayan inflado las rosquillas, poner el aceite mas caliente, para que queden bien hechas por dentro y doradas por fuera.

Sacar y dejar escurrir.

Espolvorear con el azúcar glas cuando aun estén calientes