
Fuimos en primer lugar a las canteras del sur de Assuan, canteras de la época de los antiguos egipcios, donde íbamos a ver un obelisco inacabado, que quedó empotrado en la roca, casi hecho.
Fue desechado por una grieta en la parte superior. Los obeliscos debían ser perfectos, sin ninguna fisura ni defecto, ya que eran la representación del divino rayo solar.
Aunque no está datado, no tiene ninguna inscripción, se cree que lo mandó hacer Hatshepsut. Hubiera sido el mayor obelisco de Egipto... pero se quedó ahí, para ejemplo de las técnicas que utilizaban los egipcios y objeto de estudio para los arqueólogos.
Como todo en esta cultura, es impresionante. Es asombroso que con medios tan limitados, mazas de madera, cuñas, también de madera, bolas de diorita, y, eso sí, mucha fuerza humana, lograran esculpir y mover estas enormes moles.

Luego embarcamos en una motora que nos iba a llevar a la isla de Philae o File.
Montamos, pues, en la motora y navegamos por el Lago hasta Philae. Hay en esta islita un gran templo dedicado a Isis y a su hijo Harpocrates (Horus niño). Hay también otras construcciones como el mamissi, el templo de Hathor y otros, dedicados a divinidades meroíticas, por lo que se supone que fue un condominio de los faraones y los reyes del reino de Meroe.


Es uno se los templos dedicado al mito de Osiris. Ya habíamos visto el templo de Edfú, dedicado a Horus el grande. El de Philae esta dedicado a Isis, hermana y esposa de Osiris y madre de Horus. El culto de Isis es bastante tardío en la civilización egipcia y tiene pocos lugares de culto, a pesar de que Isis forma parte de los ocho dioses primordiales, creadores del mundo.

Está bastante bien conservado y es impresionante como todo el arte egipcio. El mito de Isis está grabado en magníficos bajorrelieves en las paredes, así como otros muchos elementos rituales.
Además de la diosa titular y Horus, su hijo, se adoraron en él otros dioses como Hathor o Imhotep, el médico y arquitecto de Zoser, divinizado. También tienen capillas dioses nubios, como Arensnufis y Mandulis.
El culto de Isis, muy extendido en el Imperio Romano, continuo hasta que fue prohibido por el emperador Justiniano en el s. VI d.C. Al mismo tiempo, hubo allí una iglesia cristiana dedicada a san Sebastián lo que muestra la coexistencia de religiones.



El día aun tenía más "sorpresas". La primera de tipo comercial, nos llevaron, al desembarcar, a una fábrica de perfumes. Allí nos ofrecieron un té y una demostración de los perfumes y remedios que producen. Son gente encantadora que sabe vender, así que acabamos comprando todos, perfumes, remedios y algunos preciosos frasquitos de cristal.

Una muchacha, con pocos conocimientos del tema y bastante rolliza, hizo como que bailaba la danza del vientre, baile bastante difícil, que ella no conocía. A continuación, un pseudoderviche, con traje parecido al de estos, pero de vivos colores, hizo algunos números inspirados en el baile religioso de los derviches, con tintes circenses, aunque con más estilo que su predecesora.
Después de dejarlos con sus contorsiones y bebernos un aguardiente nos fuimos a dormir, para recuperar fuerzas. El día siguiente sería tan intenso como de costumbre.
¡Hasta el próximo capítulo!
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