
La Sierra de Aracena forma parte de Sierra Morena, cordillera que separa la Meseta de Andalucía; se encuentra dentro del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, creado en 1.989, que comprende 28 municipios, con mas de 40.000 habitantes, dentro de la Reserva de Dehesas de Sierra Morena.

La Sierra de Aracena posee una gran masa forestal, entre la que destacan las encinas y los alcornoques, muy castigada, hoy día, por la tala, que está dando paso a un denso y variado matorral.
También tiene bosques de castaños y bosques de ribera, en las de los ríos Rivera de la Cal y Rivera de Huelva, que vierten sus aguas en el río Guadalquivir, el río Murtigas, afluente del río Guadiana, y el río Odiel, que recorren la sierra.
Es, además, una región ganadera, en la cual el cerdo negro pasta las bellotas de las encinas, proporcionando el mas que apreciado jamón de bellota, también llamado jamón de Jabugo, localidad de esta sierra, o jamón de Huelva, que es su denominación de origen. Tuvimos ocasión de ver, al pasar, algunos ejemplares de cerdo negro entre las encinas.

Para llegar se tarda una hora, mas o menos, pasando por pueblos de tan sonoro nombre como Bollullos Par del Condado, La Palma del Condado, productor de excelentes vinos, Valverde del Camino o Zalamea la Real, donde hicimos una parada técnica, mientras contemplábamos la bonita silueta del pueblo.

Esta comarca, con las minas al aire libre, se sitúa en la franja pirítica del suroeste peninsular, que históricamente ha albergado las principales minas de oro, plata y cobre del país, y guarda un impresionante patrimonio industrial, que lo convierten en uno de los lugares mas interesantes, no solo de la provincia de Huelva, sino de Andalucía y de España.
En estos parajes se constata la presencia humana desde mucho antes de su entrada en la historia; tartesios, fenicios y cartagineses la habitaron, antes de la llegada de los romanos, que fueron los que desarrollaron la minería en la zona.
Es una comarca llana, dentro del monte, en la que se ubica la cuenca hidrográfica del río Tinto, hacia el cual vierten la totalidad de los numerosos arroyos y torrenteras de la zona.
La actividad minera ha transformado el paisaje, la orografía, la flora y la fauna y hasta el clima, convirtiendo el inicial bosque mediterráneo en un paisaje diferente: el paisaje minero.
Después de los romanos, que, como he señalado, desarrollaron la minería intensiva, esta fue casi abandonada, reduciéndose a algunas pocas actividades de extracción de cobre, oro y manganeso, hasta el s. XIX.
Todo cambio en la zona, cuando en el año 1.873, un consorcio internacional compro las minas al gobierno de la I República Española, incapaz de hacerse cargo de la explotación de las mismas, y del traslado del mineral extraído, debido a la postración en que había quedado el país, después de la terrible invasión francesa de Napoleón y de la Guerra de la Independencia.
El consorcio salido de la unión de la Casa Matheson y del Deutsche Bank of Bremen, funda la Rio Tinto Company Limited, y se dedica a explotar la enorme riqueza minera de la zona. Para la tarea tuvieron que invertir grandes cantidades de dinero y soportar los primeros años con muy pocos beneficios, que mas tarde se convertirían en enormes ganancias.
Ya en el s. XVIII, algunos ingleses habían sido arrendatarios de concesiones mineras, pero la gran explotación llego con la Rio Tinto C.L., que se encargo de construir la vía férrea, que unía la explotación con el puerto de Huelva, por el cual salí a de España la producción minera.
La enorme producción minera convirtió a la Compañía en el mayor centro minero del mundo, y en una de las mayores empresas de Europa.
El pueblo de Minas de Río Tinto se convirtió en una pequeña colonia inglesa. Se construyo el lujoso Barrio de Bellavista, solo para personal inglés, que estaba aislado y protegido por una cerca con garita, con casas de estilo victoriano, pistas de tennis, Club Scout e iglesia presbiteriana.
Los ingleses crearon, en este pueblo, el primer equipo de fútbol de España, , deporte, hasta entonces desconocido en el país, el desaparecido Rio Tinto Football Club, que sería el decano de los equipos españoles. Hoy día, ese título lo ostenta el Recreativo de Huelva, club de fútbol también fundado por los ingleses.
La influencia inglesa llego también, como hemos visto, a Huelva, que cambio su fisonomía y su composición social.
El impacto paisajístico fue notable, con las inmensas minas a cielo abierto, que pudimos contemplar, no diría yo que bello, pero si impactante.

Después de la nacionalización de las minas en 1.954, su explotación ha correspondido a diferentes empresas, Compañía Española de Minas de Río Tinto, Unión de Explosivos Río Tinto, etc, siendo propiedad, actualmente. de la Compañía Minas de Río Tinto S.A.L.
A lo largo de estos años ha sufrido diferentes crisis; hoy día parecen repuntar gracias a la economía global y el creciente precio de los metales, sobre todo del cobre.
Bien, pues pasamos con el bus, despacio por toda la zona, contemplando las gigantescas canteras, la maquinaria,


Unas palabras sobre Aracena, antes de conocer alguno de sus atractivos.

Desde el s. VIII hasta la reconquista cristiana, la zona estuvo en poder de los invasores musulmanes. Fue reconquistada por el rey Sancho II de Portugal en 1.231, apoyado por la Orden Hospitalaria de San Juan, para pasar luego a poder de Castilla, durante el reinado de Fernando III, el Santo, y de su hijo Alfonso X, el Sabio.
En el s. XIV, se construyó la iglesia fortaleza de Aracena, que tiene categoría de Real Priorato, levantada por los caballeros de la Orden de Santiago, la cual domina el pueblo, que va creciendo desde el cerro del castillo, hasta el valle.

En el s. XVIII hay un ligero repunte económico, debido al desarrollo de la artesanía.

A finales del s. XIX y principios del XX, la ciudad cobra un nuevo desarrollo y aumenta su perímetro en la zona llana, impulsada por el diputado en Cortes, Francisco J. Sánchez-Calp, Marqués de Aracena, construyéndose numerosos edificios y casa señoriales.
Después de los diferentes acontecimientos trágicos del s. XX, como, entre otros, la Guerra Civil española, hoy día disfruta de gran tranquilidad, que la ha convertido en una pequeña ciudad próspera.
Su desarrollo económico tiene dos sectores principales: el ganadero, con la cría del cerdo negro y su transformación en jamón ibérico, muy apreciado nacional e internacionalmente, y otros embutidos ibéricos, y el turismo, propiciado por la mejora de las comunicaciones, con dos importantes referencias, la Gruta de las Maravillas y el Parque Natural de Aracena y Picos de Aroche.
Nuestra primera parada fue a la entrada del pueblo, para visitar un secadero de jamón ibérico.
En la Sierra de Aracena se cría esta modalidad de cerdo negro, que con la alimentación de bellotas que crecen en sus numerosos encinares, produce ese manjar de jamón ibérico, y otras chacinas ibéricas.
Hay que saber que muy cerca de Aracena, se encuentra el pueblo de Jabugo, localidad que ha dado la denominación de origen jamón de Jabugo, como uno de los mas excelentes productos del cerdo negro.
La altura, el viento y el clima frío y seco de Aracena la convierten en un lugar idóneo para el curado de los jamones y demás embutidos.
Visitamos uno de los secaderos, donde nos fue explicado el proceso, mientras recorríamos la instalación llena de jamones. Al final la inevitable tienda, donde varios visitantes compraron jamón y otros embutidos, preparados al vacío, para el transporte. También nos fue ofrecida una prueba, acompañada de un chupito de vino dulce, no precisamente de jamón, sino de alguna otra chacina ibérica.

Allí íbamos a hacer nuestra segunda y última parada en el pueblo: La Gruta de las Maravillas.

La entrada está en pleno casco urbano, ya que ocupa el subsuelo kárstico de la montaña sobre la que se eleva el castillo-fortaleza de Aracena, origen de la ciudad.

Las diferentes partes de la misma están señaladas con sugerentes nombres, como Sala de las Conchas, por la que se comienza la visita, Gran Salón, Sala de la Catedral, Sala de los Garbanzos, Sala de los Desnudos, en alusión a las formaciones que recuerdan dichas denominaciones.


Las estalactitas y estalagmitas son espectaculares, formado columnas ya gruesas, ya finas y curiosos rincones y techos
La cueva supera los 2 km de longitud, de los cuales son visitables 1.200 m.
Recorrimos todo el trayecto en unos tres cuartos de hora, quedándonos, tan bellas formaciones, un buen rato en la retina.
Fuera lucía un sol esplendoroso.
Volvimos a la Plaza Alta, donde nos había dejado el bus, provista de una gran fuente, llamada Fuente del Concejo, que suministraba agua para el lavadero construido en 1923.

También hay otros muchos lugares que visitar, pues hay que saber que el núcleo histórico de Aracena fue declarado Bien de Interés Cultural en 1.991, pero... eso será para otra visita, ya que en la media hora de la que disponíamos antes de ir a comer, nos fuimos C. y yo a un bar-restaurante, cuyo aspecto nos gusto, y allí nos regalamos con un buen plato de jamón ibérico, unas aceitunas aliñadas a la andaluza y una botella de vino del Condado, elaborado allí al lado, como quien dice, que es un vino blanco riquísimo.

Este pueblo da nombre, también, al puerto de montaña mas alto de la provincia de Huelva, de 837 m de altura.
Hay en él un monumento natural, la peña de Arias Montano, dedicada a uno de sus mas ilustres habitantes, el humanista y lingüista políglota, entre otros conocimientos, Benito Arias Montano, del s. XVI, que después de una vida dedicada a los mas altos cargos, se retiro a este pueblo, donde murió en 1.598.
Además del monumento natural, tiene un bonito arco dedicado.



Alájar se extiende a los pies de la Peña, rodeado de frondosos bosques de encinas, castaños y alcornoques, que disfrutan de numerosas fuentes y manantiales.

Al regreso pudimos ver el río Tinto que discurría por el valle, con su curioso y "tintado" color.

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