lunes, 8 de junio de 2020

Bodega Valbusenda y Peleagonzalo


Para el dia de hoy habiamos reservado un tinte localista, con la visita a los alrededores, y sus lugares mas interesantes.

Teníamos al mediodía la visita guiada a las bodegas Valbusenda, y por la tarde un paseo hasta el cercano pueblo de Peleagonzalo, de sugestivo nombre.


Valbusenda es una empresa familiar creada en 2.003, que decidió apostar por la tierra del vino, como es llamada la comarca de Toro desde hace siglos, creando unos viñedos, donde antes no los había, y una bodega para la elaboración del apreciado vino de Toro con D.O.

La primera idea era construir una bodega, pero, el proyecto se amplio, creando un complejo enoturístico que incluye la bodega, un hotel-spa de 5*, un jardín Ampelográfico y un Viñedo de Formación, dedicado al estudio de los diferentes modos de plantación, todo ello pensado para complacer a los cinco sentidos, olfato, gusto, tacto y oído, una fantástica experiencia.

la Bodega de Valbusenda abrío sus puertas en 2.008 en un terreno que ha conservado su nombre, a escasos metros de la rivera del río Duero, la Vega de Toro.
                                                                             

Los vinos de esta zona tiene una larga tradición, cuyos orígenes son anteriores a los asentamientos romanos.

En la Edad Media el vino de Toro gozaba de privilegios reales, de manera que en el s. XIII era el preferido de los monarcas castellanos.

Fue el vino que llevaban en sus bodegas las tres carabelas con que Colón descubrió América.

Durante el s. XIX se exportaron grandes cantidades de este vino a Francia y a Europa, para suplir la falta de vino, debida a la plaga de la filoxera.

La D.O. del vino de Toro data de 1.987.

Tras esta somera explicación dirigamonos a la propia bodega, donde una amable directiva de la empresa nos fue mostrando las instalaciones.

                                                                                     
                                                                           




Una vez explicada la elaboración del vino desde la vendimia, la fermentación, las clases de barricas que se utilizan para su conservación, y la maduración de las distintas categorías de vino, pasamos a una bonita sala donde hicimos una cata de parte de las variedades, que allí elaboran.

Me sorprendió que en esta bodega intentan, como diría yo, aplacar el vino de Toro, que es recio y de gran sabor, quitándole parte del tanino, que es una de sus características. A mi me gusta fuerte, pero los tiempos mandan, y al parecer se prefiere ahora un vino menos sabroso y mas transparente.

La sala en que acaba a visita y se procede a la cata es espectacular, como toda la bodega, decorada con gusto.


Sin embargo, he ido a otras bodegas y a otras catas y en esta, a pesar de que estaba bien cobrada, y probamos diferentes vinos elaborados allí, los aperitivos que la acompañaban eran escasos y rancios. Tienen que cuidar mejor a los visitantes.
                                                                           
Tuvimos mas y mejor ocasión de degustar el vino de Toro en el hotel donde, al atardecer lo tomábamos, con  queso y jamón del bueno, mucho mejores, todos ellos, que los de la cata.

Por la tarde seguimos con el recorrido de los alrededores y nos llegamos andando hasta el pueblo de Peleagonzalo, que se encuentra  a algo mas de 1 k y 1/2 del hotel.

Peleagonzalo tiene, actualmente cerca de 320 habitantes, y aunque tiene municipio propio, está rodeado totalmente por el de Toro. Pueblo con gran contraste de paisajes, entre las laderas de los montes y la llana vega, que llega hasta el Duero, tierras de regadío y de secano, con monte bajo, poblado de encinas, jaras y pinares, donde en otoño se recolectan níscalos y piñas.

La fundación de Peleagonzalo, que se hallaba originalmente a orillas del Duero, se enmarca dentro de las repoblaciones que hicieron, a partir del s. X, los reyes leoneses, alguna de las cuales estaría a cargo de un tal Pelagius o Pelayo González, que le dio nombre a este pueblo.

En sus alrededores tuvo lugar un acontecimiento histórico de gran importancia, la batalla de Toro, en la que se enfrentaron los ejércitos de Isabel la Católica y los de su supuesta sobrina Juana la Beltraneja, ya en esos momentos esposa de Alfonso V de Portugal, y por lo tanto reina del mismo país, por la sucesión del trono de Castilla, que dio la victoria al lado isabelino.

El emplazamiento original de Peleagonzalo se vio bruscamente finalizado, con una riada del río Duero acontecida en diciembre de 1.860, que destruyo, no solo el pueblo, sino también otros pueblos situados en la ribera del río.

 Peleagonzalo fue reconstruido en el lugar que ocupa hoy día, en el cerro de San Benito, a un km del río, siendo inaugurado casi dos años mas tarde, en 1.862.
   

Su monumento mas significativo es la iglesia de San Miguel Arcángel, construida en 1.551, situada  al lado del Ayuntamiento.

Sus fuertes y gruesos muros impidieron que se destruyera del todo, durante la terrible riada de 1.860, de manera que pudo ser reconstruido en el nuevo emplazamiento del pueblo. También se conservaron los retablos, altares y ajuares diversos, que reunía el templo en el interior.




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Dentro del pueblo se han canalizado los manantiales de agua natural y existen varias fuentes, apreciadas por los locales y los visitantes.
                                                                                   
                                                                                 
Disfrutamos mucho del paseo, viendo todas estas cosas, los campos de cereales, los montes y los variados bosques a lo lejos, por un esplendido día; otros magníficos lugares de nuestro gran y precioso país.

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