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miércoles, 1 de febrero de 2017

Murcia


El día se presentaba interesante ya que hoy íbamos a conocer la capital de la provincia: Murcia, ciudad que había visitado en otra ocasión, hace años y que tenia interés en volver a recorrerla.

Antes de hacerlo sepamos algo de sus orígenes y de su historia.

Murcia, a orillas del río Segura, en el centro de la comarca de la Huerta de Murcia, es la capital de la provincia, y cuenta con cerca de 450.000 habitantes.

Hay vestigios arqueológicos de poblamiento de la región desde la Edad del Bronce, pero fue durante la conquista y romanización de la zona cuando comenzaron los asentamientos mas duraderos en el fondo del valle del Segura, procediendo Murcia, tanto su nombre como su origen, de alguna de las numerosas villas romanas establecidas alrededor del río Segura, de nombre Murtia.

Hay, también vestigios arqueológicos de poblamiento tardoromano y visigodo después de la caída del Imperio romano.
  
La explotación agraria a gran escala, así como el aprovechamiento hídrico de la zona, que establecieron los romanos, fue aprovechada por los musulmanes después de la invasión de España en 711; ellos perfeccionaron la compleja red hidrológica, con acequias, brazales y regaderas, que el geógrafo árabe Al-Himrayi describió así:
                          
      "Conducciones de agua hechas por los antiguos que riegan el norte y el sur de Mursiya"

Mursiya fue, en efecto, el nombre árabe de la futura Murcia; después de cuatro siglos de dominio musulmán, Murcia fue conquistada para los cristianos por el infante Alfonso de Castilla, futuro rey Alfonso X el Sabio en 1.243, comenzando la historia que la ha llevado hasta nuestros días.

Con los Reyes Católicos, que establecieron, a partir de 1.482 en Murcia la base para las campañas militares sobre el reino nazarí de Granada, y los siglos posteriores comenzó un  gran desarrollo de la región, que se vio poblada por gentes venidas del norte dispuestas a trabajar en su huerta.

Mas prosperidad obtuvo tras la Guerra de Sucesión, entre el ya rey Felipe V de Borbón y el aspirante a ocupar el trono el archiduque Carlos de Habsburgo, en la que Murcia tomo partido por Felipe, que resulto ganador de la contienda y como muestra de agradecimiento colmo a la ciudad de mercedes y ventajas fiscales y económicas.

Durante la invasión napoleónica de España, en 1.808, Murcia fue territorio de paso para los ejércitos de uno y otro bando.

Al estallar la guerra de la independencia se constituyo una Junta Suprema Central, que fue presidida por el político ilustrado conde de Floridabalnca, que salió de su retiro en Murcia, para liderarla.

En 1.810 la ciudad fue saqueada brutalmente por las tropas francesas del general Sebastiani, que cometieron todo tipo de desmanes, como era habitual, y dos años después, en 1.8123, volvió a ser saqueada por los soldados franceses del general Soult.

Tras la derrota de Napoleón en España y su retirada, el s. XIX y parte del XX se vieron abocados a diversos enfrentamientos políticos y militares, que acarrearían muchos desastres, y que acabarían en la Guerra Civil (1.36-1.939).

Hoy día Murcia es una prospera ciudad que ha vivido un gran auge demográfico y económico, que la situán entre las mas importantes de España.

Empezamos nuestra visita por el céntrico Museo Salzillo, dedicado monográficamente al escultor barroco murciano Francisco Salzillo (1.707-1.783), el mas representativo imaginero del s. XVIII español, uno de los mas grandes del barroco.
                                                                 

Francisco Salzillo (1.707-1.783), cuya vida transcurrió enteramente en Murcia, se dedico en exclusiva a la temática religiosa.

Aprendió en el taller de su padre, el también escultor Nicolás Salzillo, donde trabajaron, a sus ordenes, algunos de sus siete hermanos.

El museo se encuentra en la Plaza de San Agustín, junto a la iglesia de Jesús, que forma parte del mismo. Su fundación data de 1.941. En 1.962 fue declarado Monumento Histórico-Artístico.
                                                                       

La iglesia de Jesús incorporada al proyecto desde 1.955, sufrió una gran reforma en la cual se perdieron las pinturas murales, pero conservo la curiosa planta circular, cuya construcción se extendió de 1.675 a 1.696, con capillas laterales que hoy día ocupan los diferentes pasos procesionales, todos ellos obra de Francisco Salzillo
                                                             

Todas las esculturas son magnificas, veamos una muestra, y dedicadas monográficamente a la Pasión de Cristo.


Además de los pasos procesionales, en número de diez el visitante puede recorrer otras secciones del museo, como la de la Historia del Museo, la biblioteca especializada en escultura barroca española, la  historia de la Cofradía de Jesús, fundada en 1.600 y sobre todo, los dos belenes, que son dos joyas: el Belén de Salzillo, con 556 figuras de barro de 30 cm de altura, compuesto por pequeñas maravillas, realizado entre 1.776 y 1.800, empezado por Salzillo y continuado por su discípulo Roque López.
                                                                         

 y el Belén Napolitano, reunido por los hermanos Emilio y Carmelo García Castro y adquirido por la Fundación Católica en 2.014 para su exposición permanente en este museo


Una vez visitado el museo Salzillo detenidamente, paseamos por las calles de Murcia hasta llegar a su principal monumento, la Catedral.
                                                             
                                                                                       
La Ccatedral de Santa María, sede de la diócesis de Cartagena se encuentra en la Plaza del cardenal Belluga, en pleno casco antiguo de Murcia.

Después de casi siglo y medio de obras, la catedral fue consagrada en 1.467. Con el devenir de los siglos posteriores, el templo vivió reformas y añadidos, como varias capillas, y los mas importantes como son la torre-campanario elevada entre los s.s. XVI al XVIII, y una nueva fachada del s. XVIII, lo que hace que se hallen en ella diversos estilos arquitectónicos en el exterior, pues el interior es totalmente gótico.

 Muchas maravillas alberga esta gran catedral, que sería largo describir, por citar una, dire que la que me gusto, es la Capilla de Junteron, una de las grandes obras del renacimiento español, fundada en 1.515 y costeada por Gil Rodriguez de Juanteros, arcediano de Lorca y Protonotartio apostólico, que desempeño cargo, en la curia romana del Papa Julio II.

En la entrada a la cripta de planta rectangular hay una lamida que reza:

                                                    "Aquí viene a parar la vida" 

Tras recorrer y admirar la catedral, fuimos a comer y de vuelta a La Manga del Mar Menor.                                           

domingo, 8 de enero de 2017

La Manga: Alrededor del Mar Menor


Para familiarizarnos con el entorno, hoy recorrimos el litoral norte del Mar Menor, desde Los Alcazares hasta San Pedro del Pinatar, visita muy bonita siempre cerca del mar, y de los cultivos intensivos, del lado campestre, principalmente de melones tempranos, crecidos en invernaderos.

Nuestra primera parada en Los Alcazares fue interesante.

Los Alcazares situado en el centro de la ribera norte del Mar Menor, está incluido desde 1.983, en que logro su segregación de San Javier y de Torre-Pacheco, y se constituyo como municipio, en la Comarca del Mar Menor y cuenta con mas de 15.000 habitantes, que se multiplican por diez durante el verano.

Sus origenes se remontan al Imperio romano, como atestiguan los hallazgos arqueológicos que confirman la existencia de una villa tardo romana con termas, probablemente realacionadas con las propiedades curativas atribuidas a las aguas del Mar Menor, que se pueden contemplar en el Museo Arquelógico Provincial de Murcia.

Los romanos procedieron al dragado de zonas de la laguna e instalaron en el centro de la misma, pesquerías e industrias de salazón, donde se elaboraba la salsa garum, muy apreciada en todo el imperio, y que tenía un alto precio.

No está atestiguada la presencia visigoda en la zona de Los Alcazares, aunque se supone que continuaron con el poblamiento romano; sin embargo, tras la invasión musulmana se creo en este territorio una fortificacion, "Al Kazar", castillo, fuerte o fortaleza, en árabe, de la que deriva el nombre de Los Alcazares.

Los hallazgos arqueológicos de esta época acreditan que fue el núcleo urbano de mayor antigüedad de las riberas del Mar Menor, siendo utilizado por los musulmanes como balneario, para aprovechar las propiedades terapéuticas de las aguas del Mar Menor y tambien como puerto, que estaba situado en el centro de la bahía.

Tras la reconquista cristiana del rieno de Murcia por Fernando III de Castilla y su hijo, el infante Alfonso, futuro rey Alfonso X, el Sabio, en el s. XIII (1.266), hubo que reforzar las estructuras defensivas, con torres vigia a lo largo de la costa,  debido a las continuas incursiones de los piratas berberiscos provenientes del norte de Africa.

Pasado el peligro corsario, hacia finales del s. XVIII, la zona estaba habitada por pescadores y trabajadores de las salinas.

A finales del s. XIX la zona volvió a ser residencia veraniega, de huertanos y burguesía cercana, construyéndose los antiguos y típicos balnearios de madera sobre el Mar Menor y el Hotel Balneario de la Encarnación (1.905), del cual hablare mas adelante.

Contribuyo mucho al desarrollo de Los Alcazares la construcción de la primera Base de Hidroaviones del Ejercito español en 1.915, todavía en funcionamiento hoy día, rehabilitada para uso del Ejercito, cuyo Museo visitamos.

Cuenta también Los Alcazares con un  Centro de Alto Rendimiento dedicado a entrenamiento de deportistas de Alto Nivel, así como a concentraciones de Federaciones deportivas, concentraciones de clubs y equipos, seminarios, masters, o cualquier otra actividad deportiva.

Y, para acabar citar que uno de los principales atractivos de Los Alcazares son sus, nada menos que ocho playas, con distintos nombres pero una a continuación de la otra.
                                                                             

Después de salir de La Manga recorrimos los pocos km hasta Los Alcazares donde paramos para visitar el Museo.

El Museo situado junto al histórico aerodromo exhibe maquetas de los distintos aviones que marcaron época, fotografías, cascos, hélices de avión, garitas de vigilancia, calones antiaereso, etc. que dan una idea de la importancia que tuvo la base aerea de Los Alcazares, en la historia aeronáutica militar española.




jueves, 15 de diciembre de 2016

Un viaje con el Imserso a La Manga del Mar Menor, Murcia

                                                             
Nuestro siguiente viaje con Imserso fue a La Manga del Mar Menor, donde pasamos dos semanas, en el invierno de hace dos años.

Hicimos el viaje en avión desde el aeropuerto de Asturias hasta Alicante, sin escalas, para lo cual se tarda algo mas de una hora y media; mas pesado resulta el trayecto en bus desde Alicante a La Manga, otros 144 km para lo cual se tarda lo mismo, 1 hora 35 minutos.

Así, que convenientemente agitados, como podria serlo un batido de fruta o de cualquier otro alimento, después de tan largo viaje, llegamos a nuestro destino, un hotel en el km 3 de La Manga.

Al bajar fuimos recibidos por una furiosa ventolera, pero por suerte el hotel estaba aclimatado y tenia una buena temperatura, y pasamos sin pausa al comedor, donde repusimos fuerzas.

Nos fue asignada una habitación con esplendidas vistas sobre el Mar Menor y  sobre una pequeña parte de las desiguales construcciones de la zona, donde hay edificios altos, de hoteles y apartamentos, al lado de chalets y casas de un solo piso, pero que en conjunto era muy bonito.
                                                             

Hablemos un poco de este extraordinario enclave, podemos decir un capricho orográfico, con una geografía excepcional, ya que el largo cordón litoral de 24  km de longitud, entre el Cabo de Palos y La Punta del Mojón, tiene dos orillas, separadas por entre 200 y 1.200 m, una que da al Mar Menor y otra al Mar Mediterraneo.
                                                                 

Este cordón litoral se formo desde el Cuaternario por la colmatación de sedimentos fluviales procedentes de la desembocadura del río Segura, que chocaban con el cabo de Palos, y se iban depositando sobre las elevaciones de tipo volcánico, y los escollos de los promontorios de la zona, hasta que hace unos 2.000 años se cerro, practicamente por completo, formando la casi laguna del Mar Menor, la mayor del continente europeo; el nivel de este lago salado ha sufrido variaciones a través de los siglos, ya que se sabe que en el s. XVII tenia de 20 a 30 cm superior al actual.

El Mar Menor está comunicado con el Mediterraneo, con el que intercambia las aguas, por unos canales llamados "golas"; hay dos golas naturales, otra totalmente artificial y la central La Estacia, gola natural ampliada, que proporciona acceso al puerto deportivo.  
                                                         

Su máxima altura es el Monte Blanco, de 46 m sobre el nivel del mar.

La comunicación por carretera está establecida por la única vía, llamada Gran Vía, que recorre, desde el cabo de Palos, 18 k hasta las encañizadas, con sus diversas urbanizaciones, para llegar tras la última de ellas, al parque Natural de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar.
                                                          
Tanto el hecho de que para salir de La Manga solo exista esa una única vía, circunstancia imposible de remediar, como la fealdad, porqué no decirlo, de las urbanizaciones, que se va acentuando cuanto mas lejos llega la carretera, me pesaron y me hicieron pensar en lo que podía haber sido, si se hubiera cuidado ese entorno geográfico tan bello, y tan estropeado hoy día.
                                                                 

Administrativamente se encuentra en los municipios de Cartagena y de San Javier en el norte, mientras que el sur pertenece al municipio de San Pedro del Pinatar. 

Respecto a su devenir, hasta el s. XVI La Manga estuvo cubierta por un espeso bosque litoral compuesto de sabinas de las dunas, enebro marítimo y pino carrasco, que fue arrasado por orden de Felipe II, para impedir que los piratas berberiscos, que asolaban el Mediterraneo, aprovecharan su espesura para esconderse en él.

Pese a la perdida de gran parte de su vegetación original, La Manga conservo una gran vegetación costera hasta la década de 1.960, cuando, debido al incremento exponencial del turismo, comenzó un caótico e imparable desarrollo urbanístico, que acabo con la mayor parte de sus valores naturales.

En la actualidad la mayor parte de La Manga es terreno urbano y solo se conservan manchas de lo que fue su vegetación originaria, y la fauna, citada en el libro de montería de Alfonso XI, de ciervos y jabalíes, ha desaparecido por completo, así como las tortugas bobas (Caretta caretta) que venían a desovar en sus arenas, y la foca monje (Monachus monachus) que habitaba sus playas, también.

Algunas áreas, como el Parque Natural de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar, las Salinas de Marchamalo y la Playa de las Amoladeras, han sido protegidas, y en ellas es posible hacerse una
cierta idea de los paisajes originarios de La Manga.
                                                                       

El Mar Menor, por su parte, tiene un perímetro de 73 km de costa, en el que se suceden playas transparentes y poco profundas, con 170 km2 de superficie.

En el sur de este pequeño mar se alzan cinco islotes Perdiguera, Mayor, Redonda, Ciervo y Sujeto que evidencian su origen volcánico.
                                                            

La zona de La Manga fue poblada, desde tiempos remotos, por gentes que han dejado vestigios de su asentamiento.

Mas adelante, a partir del s.IV a.C., barcos fenicios, griegos, cartagineses y romanos fondearon en las proximidades de El Estacio, canal navegable que  en griego significa "sitio abrigado", desarrollaron un intenso tráfico marítimo y fundaron pesquerías e industrias de salazones.

Tras la invasión musulmana del s. VIII, los árabes establecieron artilugios de pesca, llamados encañizadas, en las golas o canales naturales de La Manga, que comunican el Mar Menor con el Mar Mediterraneo. Estos sistemas de pesca se siguen utilizando hoy día para la captura del mújol y otras especies del Mar Menor.
                                                                       

Una vez reconquistado el territorio por los castellanos, se erigieron torres de vigilancia y defensivas, contra los terribles ataques de los piratas berberiscos, procedentes del norte de África, que asolaban el mar, de una de las cuales la Torre del Estacio, bautizada como de San Miguel, no queda nada, y de otra, la Torre de la Encañizada, quedan algunos restos.

Después de la Desamortización de Mendizabal (1.855-56) el Estado confisco La Manga y que vendida en pública subasta en 1.863, y a partir de ese momento comenzó a ser urbanizada por la familia Maestre que adquirio el sector norte.

La promoción urbana y turística se produciría un siglo después cuando Tomas Maestre Aznar, abogado y pequeño promotor inmobiliario, compro la totalidad de La Manga y comenzó el ambicioso proyecto urbanístico que la ha transformado y colocado como uno de los destinos turísticos mas importante de Murcia.

El proyecto de Tomás Maestre era un plan general que se proponía construir en los dos extremos, dejando una relativamente extensa zona central virgen, en la que se conservase intacto el paisaje, con sus características, de La Manga.

De manera que en 1.961 comienza este proyecto, del cual es encargado el acreditado arquitecto Antonio Bonet Castellana (Barcelona, 1.913-1.989)

Las obras empezaron en 1.963 y acabaron al cabo de dos años en 1.965, cambiando a pasos agigantados el paisaje de La Manga con numerosas edificaciones al borde mismo del mar, bungalos, centros comerciales, restaurantes e incluso rascacielos.

Surgiría entonces el famoso eslogan turístico de La Manga del Mar Menor "Un paraíso entre dos mares"

La idea inicial del desarrollo de La Manga consistía en convertirla  en un entorno turístico de alto nivel, con una población de 70.000 personas, para lo cual se construyosu puerto deportivo, y alguna otra instalación, pero las dificultades financieras, hicieron que Tomás Maestre, tuviera que desistir del proyecto y vender a otros promotores gran parte de su propiedad, que comprendia, practicamente, toda la restinga.
                                                                

El resultado no se corresponde con este primitivo proyecto. Las expectativas no se han cumplido, no ha llegado a La Manga turismo de calidad, sino de masas, y el privilegiado entorno esta ocupado, además de por antiguos y nuevos chalets, por feos apartamentos de muchos pisos, agrupados en lo que se llama urbanizaciones.

Por poner un ejemplo, toda la lengua de arena carece de paseo marítimo a lo largo de sus 21 km.

Bien, este primer día en La Manga tuvimos que quedarnos en "casita", debido al gran viento, que no ceso y dejar para las jornadas siguientes las exploraciones de la zona y de las excursiones que nos propusieron.