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sábado, 1 de marzo de 2014

5º día: Amsterdam


Hoy teníamos un día muy ocupado para visitar Amsterdam.

Hace unos veinte años había conocido esta fascinante ciudad y ahora tenía ilusión por verla de nuevo.

Antes de recorrerla sepamos algo de ella.

Amsterdam es la capital de los Países Bajos, aunque en este país la gobernación y la sede de la corona están en La Haya.

Tiene unos 750.000 habitantes, aunque con su área metropolitana pasan del millón y medio, y forma parte de la gran conurbación holandesa (Randstat), de la cual forman parte La Haya, Rotterdam y Utrech, una de las áreas metropolitanas mas grandes de Europa.

El nombre de Amsterdam aparece por primera vez en un documento de 1.275, que exime a los habitantes del lugar del pago del impuesto de portazgo, por haber construido un puente con presa (damm), sobre el río Amstel.

El lugar había sido fundado por pescadores, que según la leyenda provenían de la provincia de Frisia en el norte del país, considerándose su fundación oficial, la del documento citado mas arriba.

La importancia de Amsterdam,, como centro comercial entre las ciudades holandesas y alemanas creció y se consolido durante el s. XIV, cuando formo parte de la Liga Hanseática.

En el s. XVI todos los territorios que hoy día forman los Países Bajos y Bélgica pasaron a pertenecer al Imperio español, ya que el rey Carlos I de España los heredo de su abuela María de Borgoña, titular de los mismos.

Casi todo el s. XVI estuvo ocupado por la Guerra de Flandes o Guerra de los 80 años, en que las provincias del norte de los Países Bajos, que se habían separado de la Iglesia católica y habían pasado a ser protestantes, después de la reforma del monje agustino alemán Lutero, se revelaron contra el dominio español, consiguiendo su independencia.

A principios del s. XVII Amsterdam, durante el llamado Siglo de Oro holandés, se convirtió en una de las ciudades mas ricas de Europa, debido a su importante puerto, a la creación de su imperio colonial y a ser el uno de los principales centros financieros de Europa.

Esta prosperidad declino en el s. XVII debido a las guerras entre Holanda, el Reino Unido y Francia, que fueron seguidas por la invasión del ejercito francés de Napoleón Bonaparte, y que arruinaron Amsterdam.

A la caída del imperio napoleónico, tras la batalla de Waterloo, fue fundado el Reino Unido de los Países Bajos en 1.815, que comprendía Holanda, Bélgica y Luxemburgo y que tan solo duro quince años, pues la separación de Bélgica se produjo en 1.830.

Durante la Primera Guerra Mundial Holanda permaneció neutral, pero aun así la población padeció hambre y escasez en el suministro de combustibles.

En la Segunda Guerra Mundial, el intento de Holanda de volver a ser neutral fue eliminado, al invadir Alemania su territorio en mayo de 1.940, provocándose graves persecuciones de la población judía, y grandes penalidades entre toda la población.

Acabada la guerra, Amsterdam se fue recuperando, hasta conseguir, hoy día, altas cotas de bienestar.

Sin embargo ha perdido la importancia comercial que tuvo, en favor de Rotterdam y el poder político a favor de La Haya, pero sigue siendo el centro intelectual de los Países Bajos, el centro mundial de la talla de diamantes, y de importantes servicios como es su aeropuerto, que recibe miles de turistas a lo largo del año.

Se puede decir que Amsterdam, esta construida en el mar, ganada al mar, anclada sobre un millón de pilotes de madera, y como todo el país depende de la fortaleza de sus diques.

 La ciudad esta situada en la desembocadura y orilla sur del río Ij, afluente, que fue, del Zuidersee .El río Amstel la divide en dos.

El centro histórico de la ciudad fue construido en el s. XVII, en que se hicieron los  canales concéntricos alrededor del casco antiguo, que le prestan su fisonomía. Entonces se abrieron nuevas calles con las casas típicamente holandesas, que la han hecho famosa, y la hacen ser llamada la "Venecia del Norte".

                                                                    
Conducidos por una experta guía, empezamos por conocer el centro del comercio mundial de flores, una de las fuentes de riqueza de Amsterdam.
                                                                                           

Flora Holland es la mayor empresa de subasta de flores del mundo. Se encuentra en Naadlwijk, a pocos km de Amsterdam, cerca del aeropuerto, cuyo el tráfico aéreo se puede ver.

Flora Holland es una cooperativa a la que pertenecen los mayores productores de plantas y flores de  Holanda y en todo el mundo, con mas de dos millones de m2 de instalaciones y mas de 6.000 empleados.
                                                                         

Antes de la implantación del sistema de subasta on-line, en este edificio con muchas salas, se efectuaban las subastas de flores, en una animada y rápida puja. Ahora hay muy pocas salas que mantengan el sistema, incluso sospecho que solo quedan para enseñarlo a los turistas, pues sin desplazarse a ningún lado, desde la oficina o tu propio domicilio es posible subastar lo que sea, en este caso flores y plantas.

En el interior del edificio se almacenan, clasificadas en filas ordenadas, una enorme cantidad de plantas y flores que después de la compra, parten del vecino aeropuerto a sus destinos.

Recorrimos a continuación, en el bus, varios barrios de Amsterdan alejados del anillo de canales que rodean el centro histórico, mientras la guia local, nos explicaba una versión edulcorada de la historia de Holanda.

La pausa del recorrido la hicimos en el canal Singel, donde hay instalado, permanentemente, un gran mercado de flores y algunos otros objetos para el cuidado y cultivo de las mismas, todos ellos expuestos en gabarras, vestigio de los tiempos en que las flores y plantas que se vendían, llegaban al mercado transportadas en esas barcazas.

El mercado de flores flotante, se remonta a 1.862, y se puede asegurar que, en él, se encontrara la flor deseada.
                                                                              

Como nuestra intención no era la de comprar ni flores, ni plantas, nos dedicamos a pasear por la orilla del canal, donde también abundan las tiendas de recuerdos.

El canal Singel está al lado de un cruce de calles muy transitado, la Muntplein o Plaza de la Ceca, en español, que es en realidad un puente, el mas ancho de Amsterdam, que cruza el canal Singel, en el punto en que desemboca en el río Amstel. Todos los puentes de Amsterdam están numerados y el Muntplein lleva el número 1.

Este cruce de seis calles recibe su nombre de la Munttoren, torre que formaba parte, en el pasado, de una de las tres puertas principales de la ciudad medieval.


Tuvimos a continuación ocasión, que pasamos por alto, de comprar diamantes, pues fuimos conducidos a un establecimiento donde se tallaban diamantes, que, después de poder observar parte de ese trabajo, se podían adquirir, convenientemente montados en joyas de diversos tamaños, formas y precios.

La fabrica de diamantes era grande y se componía de diversas salas de exposición de joyas muy variadas y lindas, pero logramos sobreponernos a los deseos que afloran en esos momentos, de comprar algo, lo que fuera, y salimos indemnes, al exterior.

La visita guiada había acabado. Como estábamos cerca de la Plaza de los Museos, Museumplein, y, como ya he dicho, en Amsterdam es posible caminar por el centro sin agotarse, nos fuimos al Rijksmuseum, con la intención de ver su renovado aspecto y su cuadro principal, entre las muchas obras de arte que hay en su interior.

El Rijksmuseum, literalmente Museo del Reino, en español, llamado también Museo Nacional de Amsterdam, fue fundado en 1.800, promovido por el financiero holandés Alexander Gorel, y no siempre ha estado en su actual ubicación, ya que su primera sede fue en La Haya, desde fue trasladado a Amsteram por orden de Luis Bonaparte, hermano de Napoleón, y breve rey de Holanda.

Durante casi todo el s. XIX, el museo tuvo distintas ubicaciones, hasta que en 1.885 paso a la actual, en la que ha permanecido desde entonces.

Mientras tanto su colección, que provenía principalmente de las de los statuders holandeses, se fue ampliando con otras pinturas que ya estaban en Amsterdam y con diversas compras, hasta llegar a la colección que ahora se exhibe

El edificio definitivo fue diseñado por el arquitecto holandés Pierre Cuypers, en estilo ecléctico, pues combino elementos góticos y renacentistas y lo decoro con referencias a la historia del arte holandés.
                                                                                   

Es el principal edificio de la Plaza de los Museos, donde también se encuentran el Museo Van Gohg y el Museo Municipal de Arte Moderno.
                                                                   

Como dato singular hay que señalar que el edificio está atravesado por un pasadizo para peatones y ciclistas, que refiere el doble uso que tuvo cuando su construccíón, pues servía, además de Museo, como conexión entre el centro de Amsterdam, al norte, y los nuevos barrios que se estaban levantando en el sur.

Este doble uso ha condicionado y dificultado su empleo como museo, ya que el pasaje, practicamente una calle, divide el edifico en dos, obligando al museo a tener dos entradas, y dos escaleras principales, que hacían que solo en la planta principal, el museo estuviera conectado.

Al haber sido intervenido en múltiples ocasiones a lo largo del s. XX, para subvenir a las crecientes necesidades de visitantes y espacio, la carencia de luz era casi total.

Una obra de gran envergadura se ha acometido, para su adecuación, entre los años 2.001 y 2.013, entre proyecto y realización, que ha sido diseñada por el despacho del arquitecto español Cruz y Ortiz.


Con la reforma se ha conseguido una única entrada, con un luminoso vestíbulo donde se realiza la entrada de visitantes; la configuración primitiva, por otro lado se ha restablecido y la luz ha vuelto.

Cuando llegamos al vestíbulo que vemos mas arriba, no nos fue ofrecida tan tranquilizante imagen pues una multitud lo llenaba.

Nosotros íbamos con la idea de una sola visita: "La ronda de noche" de Rembrandt. No se si seria también la de la gran masa de contempladores del cuadro, porque la sala donde está colgado, estaba llenisima.


Esta obra maestra de la pintura universal fue creada por Rembrandt en 1.642, por encargo del gremio de arcabuceros, que eran empleados municipales, por lo que pertenece al Ayuntamiento de Amsterdam, que lo tiene depositado y cedido al Rijkismuseum.

La representación del cuerpo de milicia era habitual en ese y otros siglos posteriores; de hecho, con la nueva ordenación del Museo, en las paredes laterales de la sala donde se exhibe "La Ronda de Noche" hay varios cuadros, de otros pintores holandeses, con diferentes conjuntos de milicias municipales.

El inigualable cuadro de Rembrandt, destaca por encima de los demás, tanto por la composición, como por el intenso claro-oscuro de la escena, y el retrato de los personajes.

La obra paso por diversas visicitudes a lo largo de los siglos, desde la mutilación de parte de su lado izquierdo, ya en el s. XVIII.

En 1.975 un perturbado mental le asesto varios cortes en zig zag, con un cuchillo, y aunque fue bien restaurado, se pueden ver sombras de los cortes en él. Diez años después, en 1.985 un visitante roció el cuadro con un spray ácido, pero la rápida intervención de la guardia de seguridad y el agua pulverizada que se le aplico hicieron que solo fuera dañado el barniz de la pintura.

El cuadro cuyo nombre completo es "La compañía militar del capitán Frans Banninck Cocq y el teniente Wilhem van Ruytenbourgh", fue llamada desde el s. XIX "La ronda de noche", con el que se le conoce popularmente, aunque la escena se desarrolla de día, debajo de un portalón, ya que el cuadro estaba tan deteriorado y oscurecido por la oxidación y la suciedad el barniz, que apenas se distinguían las figuras, y parecía una escena nocturna.

Fue después de su restauración en 1.947, cuando se vio como era de forma total.

Tras contemplar el cuadro, rotando por la sala para verlo entre la multitud, y a pesar de las muchas obras de arte que alberga el museo, de los grandes maestros holandeses de varios siglos, abandonamos el lugar, para no hacerle sombra a la magistral pintura de Rembrandt.

 Estábamos cansados y era la hora de comer, así que en una terraza de la Plaza de los Museos tomamos unas tapas, y descansamos un rato viendo como la multitud se movía de acá para allá.
                                                                 

Volvimos al hotel andando, paseo agradable, porque caminar por Amsterdam es muy bonito. 


Mas adelante, en la tarde hicimos un típico paseo en barco por los canales, que sirve para completar los paseos entre los canales.
                                                                   

Lo que menos me gusto del paseo fue la vista de los barcos-vivienda, mas de dos mil quinientos actualmente, muchos de los cuales, tengo que decirlo, dan asco. 

Esta curiosa manera de alojamiento surgió después de la Segunda Guerra Mundial, por la escasez de viviendas, que se combino con la modernización de la flota holandesa, con lo que muchos barcos quedaron disponibles a bajo precio,

Pero el gran desarrollo de esta manera de vivir se produjo en los años setenta del siglo pasado, cuando los hippies, se instalaron en ellas.

Ha habido intentos de hacerlas desaparecer, que no han prosperado por la oposición de usuarios y otros ciudadanos. Las autoridades vigilan el estado del barco, por medio de revisiones periódicas y obligatorías y la salubridad de las mismas, pero desde mi punto de vista, no es un espectáculo propio de un país tan rico y civilizado como Holanda. Se ven algunas bien mantenidas, pero la mugre es lo mas visible y frecuente.

El paseo por los canales es muy interesante para ver, sin cansarse, muchas de las magnificas casas de la aristocracia y la burguesía acomodada, como también las curiosas casas estrechas, con su fachada triangular, y otras curiosidades.

Nuestro día acabo con una excelente cena en el restaurante del hotel.                                                     

sábado, 15 de febrero de 2014

4º día: Holanda, La Haya

                                                     
  
                                           

Tras nuestra corta visita a Amberes nos trasladamos al vecino país de Holanda, que en otros tiempos, no tan lejanos, fue el mismo país.

Los avatares de la historia han hecho que estos territorios, que compartieron gran parte de la misma , tengan ahora reyes distintos, autoridades políticas propias y problemas diferentes, en una y otra sociedad.

Ya que íbamos a pasar otros cuantos día en Holanda sepamos algo de este país.

En realidad su verdadero nombre es Países Bajos, nombre descriptivo respecto a la geografía del oeste del territorio, que ocupa casi un 30% y que se encuentra por debajo del nivel del mar.

Holanda es una de sus provincias, cuyo poder marítimo en el s. XVII, hizo que los Países Bajos se conocieran mundialmente como Holanda, nombre extendido al entero país, que se ha conservado hasta hoy día.

Para empezar por la particularidad geográfica que se refiere al territorio de los actuales Países Bajos, hay que saber que gran parte del norte y el oeste país, como he dicho, está por debajo del nivel del mar, mientras que el sureste se eleva, algo, por encima del mismo.

Ya desde la Edad Media, los habitantes de estas tierras recurrieron a un complejo sistema de drenaje de agua, que ha permitido aumentar la superficie del país en un 20%. Se puede decir que es un país construido sobre el agua; pero, lo que les falta de tierra firme, lo tienen de ahinco y perseverancia en drenar las aguas, y en su formidable ingeniería para conseguirlo.

De ahí que la identidad holandesa se haya conformado en esa lucha contra el agua, y haya dado lugar a gran solidaridad entre sus habitantes

Sin un constante drenaje, que se realiza todos los días del año, la mitad de los Países Bajos sería inundado por el mar y por los numerosos ríos que lo cruzan, como son el Rin, el Mosela y el Waal, por citar los mas grandes, pero los únicos.

Después de la última catástrofe, la inundación del Mar del Norte en 1.953, provocada por la rotura de un dique, al coincidir una tormenta con la pleamar, un ambicioso proyecto fue puesto en marcha, el Plan Delta, que unió las desembocaduras del Rin y del Mosela.

Sepamos algo de su historia

Alrededor de 500 los frisios,  tribu germánica que habitaba estas tierras, fueron los primeros en tomar medidas contra el agua, construyendo sus pueblos sobre montículos artificiales de hasta 15 m de altura.

 Los primeros diques fueron construidos hacia el año 1.000 y 400 años mas tarde, ya en el s. XV, se empezaron a recuperar  grandes porciones de tierra, los polders, utilizando los molinos de viento.
                                                                     

Mas adelante en el s. XX, se emprendieron grandes obras de ingeniería hidráulica, como la creación del gran dique de 30 km, el Afsluitdikj (Dique Cerrador), que convirtió el Zuiderzee (Mar del Sur) en un gran lago interno, de 1.100 km2, el Ijsselmeer, que toma su nombre de uno de los ríos que vierten en él y que es una gran reserva de agua dulce para la agricultura y el consumo humano. Por el Dique Cerrador discurre una autopista, así como un carril para bicicletas.

Mas construcciones hidráulicas, que seria largo enumerar, se encuentran en una gran parte del país, pero no puedo dejar de mencionar el Plan Delta creado tras la última gran inundación de 1.953, que construyo, a lo largo de mas de 30 años, la barrera mas grande del mundo contra aumentos del nivel del mar, provocados por tormentas.

 La obra mas destacada del complejo es la Oesterscheldekering, el mas largo de los trece diques del Plan Delta, considerada una de las siete maravillas del mundo moderno.
                                                                     

Respecto a la historia de estas tierras, tiene mucho en común con lo que fue durante mucho tiempo un territorio mas extenso, que comprendía también Bélgica y Luxemburgo.

Los primeros datos sobre los habitantes de los Países Bajos, provienen de la conquista romana por Julio Cesar, en el s. I a.C., que describe algunas tribus  germánicas como los frisones y otras de origen celta

El territorio permaneció romanizado hasta 300 d.C. cuando, a la caída del imperio romano, fue invadido por francos y sajones.

Perteneció al Imperio de Carlomagno hasta la desaparición de este, pasando, luego, al Sacro Imperio Romano Germánico, tiempos en los que se produjeron los asaltos y destrucciones de los piratas vikingos.

Para proteger a la población contra los saqueos de los hombres del Norte, se propusieron como protectores, duques y condes, como los de Brabante, Holanda, Zelanda etc., que a su vez se hicieron dueños de gran parte del territorio y también lucharon entre si, mientras, a pesar de las diferencias entre ellos, el comercio y las ciudades prosperaron.

En el s. XV, por medio de alianzas matrimoniales y compras de territorio, el Ducado de Borgoña había asumido el poder en los Países Bajos.

 La única heredera del Duque de Borgoña, Carlos el Temerario, María de Borgoña, caso con el archiduque de Austria, futuro emperador Maximiliano, por lo cual el Ducado paso a manos de la dinastía Habsburgo. El hijo de María de Borgoña y Maximiliano, Felipe caso con la Infanta Juana de Castilla, y el hijo de ambos Carlos, futuro Carlos I de España y V de Alemania,  heredo los Países Bajos, que se unieron al Imperio español, que comprendía no solo la Península Ibérica, sino sus inmensos territorios de ultramar.

Durante el s. XVI, los Países Bajos se vieron inmersos en las guerras de religión, desatadas entre católicos y protestantes, a raíz de la separación de la iglesia de Roma, protagonizada por el monje agustino Martín Lutero, como sucedió en gran parte de Europa.

Sin embargo a finales del s. XVI Amsterdam, que se había convertido en una importante ciudad, se libero del dominio español y durante el s. XVII vivió una gran prosperidad económica y artística, así como un gran poder político y colonial.

 Durante este siglo los Países Bajos fueron una potencia marítima, a lo cual contribuyeron en gran manera las actividades de piratería de los corsarios holandeses, piratas protegidos por el poder real, que no solo capturaban los barcos españoles cargados de riquezas de América, sino que invadieron diversos territorios tratando de apropiarse de ellos, como  p.e. el norte de Brasil, el sur de la Península Ibérica, y alguna de las Islas Canarias; no pudieron hacerse con ninguno de estos territorios, como hubieran querido, pero saquearon y asolaron, ciudades e islas.

En el s. XVIII declino el poder de Holanda, por sus sucesivas derrotas en las guerras con Francia en tierra, y con Inglaterra, en el mar.

Tras ser invadidos por Francia, tanto por Luis XIV en el s. XVII, como por los ejércitos de la Revolución Francesa e inmediatamente después por su continuador,  Napoleón, al acabar el Imperio francés con la derrota del mismo en Waterloo, en 1.815 los Países Bajos fueron restaurados como un reino soberano, con un rey de la casa de Orange, antiguo statuder, como titular de la corona, formando el Reino Unido de los Países Bajos que comprendía también Bélgica y Luxemburgo, hasta la separación de Bélgica, en 1.830.

Durante la Primera Guerra Mundial Holanda se mantuvo neutral y no sufrió tanto como Bélgica. Sin embargo, a pesar de su deseo de ser de nuevo neutra, fue invadida por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial y ocupada, tras destruir la aviación alemana, Rotterdam

La postguerra fue dura, con diversas catástrofes naturales y emigración masiva, y posteriormente la perdida de su Imperio colonial, con la independencia de Indonesia en 1.961 y la de Surinam en 1.975.

A pesar de todo esto, en la segunda mitad del s. XX, Holanda se ha consolidado como uno de los países mas prósperos y avanzados del mundo, gracias a una economía dinámica, orientada hacia el mercado internacional, con una gran renta per capita  y una pequeña tasa de paro.

Bien, pues después de nuestra breve visita a Amberes, nos trasladamos en el bus a La Haya, distante 125 km, un poco mas de hora y media de trayecto.

Por supuesto que no se nota el momento del paso por la frontera, como en ninguno de los países de la Unión Europea, pero al poco ya se ven las tierras bajas con sus diques, sus canales y sus polders , muchos de ellos ocupados por hermosas vacas holandesas, limpias, grandes y gordas, que parecen disfrutar de esos verdísimos prados; un paisaje muy bonito, fascinante, al saber como ha sido creado.

La visita a La Haya también fue breve pero interesante.

La Haya es una populosa ciudad de mas de 500.000 habitantes, que aumentan a mas de un millón contando su área metropolitana, en la provincia de Holanda Meridional, de la cual es la capital, formando parte de la mayor área metropolitana de los Países Bajos (Randstat)  y una de las mayores de Europa.

La Haya es la sede del gobierno de los Países Bajos, pero no su capital, que es Amsterdam.
                                                                         
                                                                                   
En La Haya reside el rey Guillermo Alejandro y es la sede del Senado y del Parlamento o Cámara de Representantes.

También tiene importantes instituciones dedicadas a la justicia internacional como son la Corte Internacional de Justicia, la Corte Penal Internacional, la Corte Permanente de Arbitraje, la Conferencia de Derecho Internacional Privado, la Oficina de Patentes Europea, la Organización para la Prohibición de Armas Químicas y la Europol (Oficina Europea de Policía).

El origen de la ciudad hay que buscarlo en el s. XIII, 1.240, cuando el conde de Holanda Florencio IV, construyo en este lugar un pabellón de caza, que posteriormente fue transformado en palacio por su sucesor, el conde Guillermo II.

Cuando, en el s. XV  los Países Bajos pasaron a pertenecer al Duque de Borgoña, fue nombrado un statúder (lugarteniente), que paso a ser hereditario en el s. XVIII, para la Casa de Orange.

Después de la guerras napoleónicas y de la corta unión entre Holanda y Bélgica, con la fundación del Reino Unido de los Países Bajos, ( 1.815-1.830),  para hacer de barrera contra Francia, se estableció que la capital sería Amsterdam, y la sede del rey y del gobierno estaría en La Haya, como así sigue siendo.

Algunas partes de la ciudad sufrieron graves daños en el Segunda Guerra Mundial, incluido el bombardeo efectuado por error  por la RAF (Royal Air Force) británica, en marzo de 1.945, que destruyo el barrio de Bezuidenhout.

Empezamos la visita por la parte mas antigua de la ciudad, el Binnenhof , conjunto de edificios que, desde 1.446, han sido la sede del Parlamento holandés, y centro político del país.
                                                                     

En torno al pabellón de caza del conde Florencio IV, se levantaron otros muchos edificios, el mas conocido de los cuales es la Sala de los Caballeros (Ridderzaal), donde el rey de Holanda pronuncia su discurso anual de apertura del Parlamento, desde 1.904.
                                                                 

En el transcurso de los siglos ha sido demolido en parte, restaurado de forma inadecuada y vuelto a restaurar en su totalidad entre 1.898 y 1.904 para su actual uso, respetando la arquitectura en la que se creo.

Es una gran sala gótica con, al parecer, bellas vidrieras, pero... para eso tenemos que recurrir a las fotos, ya que nosotros solamente paseamos por los patios sin ver ningún interior, pero el recorrido es bonito e interesante.

En el gran patio del Ridderzaal hay una fuente neogótica, con profusión de pan de oro.

                                                                 
En una de las torres del Binnenhof, la Pequeña Torre (het Torentjet), se encuentra el despacho oficial del primer Ministro.
                                                                               

El Binnenhof tiene a su alrededor un cuidado parque público, muy utilizado por los ciudadanos, cuando el buen tiempo lo permite.

Teníamos tiempo libre, que aprovechamos para callejear por el casco antiguo de La Haya, con sus pequeñas calles que datan de la Edad Media; no podíamos ir muy lejos, pero nos llegamos hasta la iglesia de Santiago, una de las mas antiguas de la ciudad, que, por supuesto estaba cerrada.

                           
El resto del tiempo libre lo pasamos en un agradable café, que aunque tenía una gran terraza, pasamos al interior, pues en esas latitudes, aunque sea oficialmente verano, hace mas que fresco. Siento no acordarme del nombre del café, pero lo que si recuerdo es que tomamos un delicioso brauni, con un igualmente bueno vino blanco, rara combinación, pero ya se sabe, hay tomar lo que a uno le apetece...

Al dejar La Haya pasamos y paramos delante del edificio donde está la sede del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya.
                                                                 

Desde allí seguimos hasta Amsterdam, donde íbamos a pasar las tres noches siguientes.