domingo, 9 de mayo de 2010

Espárragos con salsa holandesa


Esta es una de las manera más selectas de servir los espárragos.

La salsa holandesa, que es deliciosa desde mi punto de vista, tiene la dificultad de tener que evitar que se corte, para lo cual hay que hacerla despacio y vigilando.

Vayamos pues a la receta. Primero veremos como preparar los espárragos

Ingredientes:

  • 1 k de espárragos blancos, que sean gruesos
  • 1/ cucharadita de sal
  • 1 terrón de azúcar

Elaboración

  1. Lavar a fondo los espárragos.
  2. Cortar los extremos leñosos.
  3. Pelarlos con un pelador de verduras, procurando que sea de arriba a abajo
  4. Poner a hervir 2 l de agua
  5. Atarlos en un haz
  6. Poner 2 l de gua a hervir
  7. Añadir la sal y el azúcar
  8. Cuando el agua hierve poner el haz de espárragos
  9. Cocer tapado 15 o 20 minutos según el grosor de los espárragos
  10. Para cocerlos se puede emplear una olla especial, alta y con un cestillo, en la cual la punta de los espárragos queda fuera del agua y se hace al vapor al ser mucho mal blanda que el resto, o bien atados y de pie como se ve en la foto, en una olla alta, o también el una cazuela plana, donde estén bien extendidos.



Para la salsa holandesa




Ingredientes

  • 2 yemas de huevo
  • 1 cucharada de agua
  • 1 cucharadita de zumo de limón
  • 100 g de mantequilla
  • 1 pizca de sal
  • 1 pizca de pimienta blanca
  • 1 pizca de pimienta de cayena

Elaboración

  1. Batir las yemas de huevo con el agua, el zumo de limón y la sal en un tazón
  2. Ponerlo al baño maría caliente, pero sin que llegue a hervir
  3. Batir esta mezcla hasta que este cremosa, teniendo cuidado de que no cuaje el huevo, pues se estropea la preparación.
  4. Fundir la mantequilla a fuego lento
  5. Dejarla reposar sin removerla para que se separe el suero de la grasa
  6. Añadir la mantequilla fundida, sin el suero, a la crema de yema, primero gota a gota, luego a cucharaditas, finalmente a cucharadas
  7. Sazonar con pimienta y cayena


Para presentar el plato:

  1. Escurrir los espárragos entre unos paños
  2. Quitarles el hilo
  3. Servirlos en una esparraguera o sobre una servilleta
  4. Servir con la salsa holandesa



Opcionalmente se pueden añadir unas patatitas nuevas cocidas.

domingo, 2 de mayo de 2010

Elche ...

El día siguiente amaneció con sol, y despejado, el inconveniente era el aire, que soplaba algo fuerte. Desde el balcón del hotel se veía una única palmera agitándose hacia todos lados.

Después de desayunar emprendimos nuestra segunda excursión. Íbamos a visitar Elche por la mañana y Alicante por la tarde.

Valencia está al norte de Gandía; Alicante y su provincia, al sur; en consecuencia el autobús emprendió el camino del sur.

El día permitia ver el paisaje, magnífico en cuanto a las condiciones naturales.

Cerca de Gandía hay un gran monte el Monduver, que domina el paisaje

Por un lado, en el caso de hoy, yendo hacia el sur, la costa está a la izquierda y las lomas, colinas y montañas a la derecha.

En la costa se suceden las urbanizaciones, parecidas a una muralla, que aisla las playas del resto del paisaje.

En la parte montañosa, muchas de las colinas y lomas están "adornadas" por construcciones que las cubren casi por completo. Según nuestra guía, la mayoría de esas urbanizaciones pertenecen a extranjeros, generalmente europeos, que. huyendo del clima de sus países de origen, se han instalado allí. Nos hablo de una colonia de finlandeses, que tiene su propia escuela. Estas gentes viven sin relacionarse, mas que lo justo, con el entorno.

Bien, pues de buena hora llegamos a Elche, cabecera de la comarca del Bajo Vinalopó.

Bajamos en una calle lindando el Parque Municipal donde ya vimos, solo de pasada dos de los monumentos locales, el Castillo-Palacio de Altamira o Alcazar, construido en el s. XV, sobre uno anterior de los s.s. XIII y XIV que pertenecio a los Condes de Altamira.

y la Torre de la Calahorra, bastión que estuvo en la muralla almohade, durante la dominación islámica, que data del s. XII.

Esta población de cerca de 250.000 habitantes, alcanza mas de 700.000 en su región metropolitana.

Su origen está en la ciudad íbera de Illici, fundada en el s. V a.C, nombre que conservaron los romanos cuando fundaron allí una colonia para los veteranos de las Guerras Cántabras, en el s. I a.C., llamándola Julia Illici Augusta.

De la época ibera han quedado diversas muestras, de las cuales la mas conocida es el soberbio busto de la Dama de Elche, que se puede ver en el Museo Arqueológico Nacional, en Madrid.

Durante el dominio musulmán la ciudad ya ocupaba el mismo emplazamiento que hoy día.

Volvió a ser cristiana a partir del año 1.250, después de ser reconquistada por el Infante Alfonso de Castilla, futuro rey Alfonso X el Sabio.

Su desarrollo industrial, con el consiguiente aumento de población, se produjo en los años 60-70 del s. XX, convirtiéndose entonces en uno de los principales fabricantes de calzado de Europa.

Elche tiene dos signos de identidad que la convierten en única en el mundo:
  • El Palmeral de Elche
  • El Misterio de Elche
El primero ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2.000

Una gran extensión de palmeras, dentro de la ciudad, la hace el mayor palmeral  de Europa y uno de los mas grandes del mundo.

Los conjuntos mas conocidos del palmeral, son el Parque Municipal, el Huerto del Cura, el Huerto de Abajo y el Huerto del Chocolatero.

Nosotros visitamos los dos primeros.

En cuanto al segundo, el Misterio de Elche fue declarado Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por la UNESCO en 2.001.

Este drama sacro-lírico, que recrea la Dormición, Asunción y Coronación de la Virgen María, ha sido representado en Elche desde mediados del s. XV, sin interrupción.

Los personajes son interpretados, todos, por varones, para mantener así la tradición litúrgico- medieval de la obra, que prohibía la aparición de mujeres en este tipo de representaciones.

La música es de diferentes épocas, la Edad Media, el Renacimiento y el Barroco.

Empezamos nuestra visita precisamente por la Basílica Menor de Santa María ubicada en la plaza del Congreso Eucarístico, construida en estilo barroco entre los ss. XVII y XVIII, con elementos del barroco italianizante y del rococó.

La primera iglesia se construyo sobre la mezquita, que a su vez se había levantado sobre un antiguo templo visigótico. Esta primera basílica era gótica, y fue derribada para levantar la actual.

Durante la guerra civil (1.936-39) fue parcialmente destruida, siendo restaurada años después.

Tiene tres puertas del s. XVII; la impresionante portada oeste, dedicada a la Asunción de la Virgen, parece un gran retablo de piedra.

En el interior todo esta preparado para escenificar el Misterio de Elche, los días 14 y 15 de agosto de cada año.

Por esta plaza soplaba un gélido airecillo, que fue aun mas incomodo por tener que esperar a un miembro de nuestro grupo, que no había vuelto a la hora fijada. Finalmente y una vez reunidos todos nos encaminamos, en el bus hacia el Huerto del Cura, nuestra siguiente visita.

Este jardín botánico es uno de los mayores atractivos de Elche. Tiene unos 13.000 m2 y mas de 1.000 palmeras, la mayoría datileras. Además de otras especie de palmeras, crecen en él, granados, algarrobos, naranjas y limoneros, entre otros. También se le ha añadido una gran colección de cactos.

Su nombre viene de su propietario, el capellán don J. Castaño Sánchez, que lo había heredado de su padre, y que dedico sus esfuerzos durante toda su vida para conservarlo como palmeral; lo tuvo en su poder hasta 1.918.

Después paso a la familia Orts, que lo posee hasta hoy día, habiendo sido los primeros propietarios dos grandes amantes de la botánica, en concreto del Palmeral, y de todo lo concerniente a la cultura local.

Entre todas las palmeras destaca la que le ha dado gran popularidad: la palmera Imperial.

Este ejemplar empezó, a mediados de s. XIX, a sacar unos hijuelos, cuando ya tenia 30 años, el doble de lo que suelen tener las palmeras, habitualmente, cuando lo hacen, a gran altura de la base. De estos hijuelos quedaron siete, que crecían al mismo tiempo y que han llegado a formar un enorme candelabro vegetal.

A la fama de este palmeral contribuyo, no poco, la visita que realizo al Huerto del Cura, en el año 1.894, la emperatriz Elisabeth de Austria (Sissi).

El barco en el que viajaba la emperatriz atraco de forma fortuita en el puerto de Alicante, y habiendo oído hablar de este maravilloso jardín quiso visitarlo.

Al ver la palmera, asombrada y encantada, comento que tal ejemplar era digno de un imperio. El capellán Castaño decidió dedicárselo, llamándola Palmera Imperial, nombre que le ha quedado desde entonces.

Al lado de la palmera hay un busto de la emperatriz, que recuerda su visita.


No fue ella la única visitante ilustre, pintores, escritores, políticos y otros personajes célebres, han pasado por allí, y cada uno tiene una palmera dedicada, con un rótulo a su nombre.

Nosotros también paseamos contemplando el bien cuidado Huerto.

Empezamos con una explicación de la guía local en el estanque que está al lado de la entrada, presidido por una copia de la famosa Dama de Elche, siguiendo luego por los senderos y caminos que atraviesan el jardín. Una delicia de paseo


En el Huerto hay varios bustos, entre otros el del gran impulsor del jardín don J. Orts

A la salida nos dieron unos minutos para entrar en la tienda de recuerdos. Al lado está la casa que habito la familia Orts, con una pequeña y preciosa capilla. Todo el entorno respira belleza y paz.

Claro que tuvimos mucha suerte, ya que hicimos la visita practicamente solos. En otra ocasión, mas veraniega, en que había estado visitándolo, la multitud casi no cabía allí dentro y el bullicio era enorme.

Seguidamente fuimos a ver una fabrica de calzado, de las varias que tiene Elche. El recinto de la exposición es enorme y hay allí para todas los gustos tallas y necesidades, desde zapatillas, botas, calzado deportivo, infantil, de vestir ... todo lo que uno pueda querer. También hay complementos como cinturones, bolsos, mochilas etc.

Las señoritas que atendían tenían gran interés en informarnos que todo el calzado y demás artículos expuestos, estaba hecho en España, no en China. No se si creerlo...

Algunos visitantes compraron bastante.

La mañana había acabado.

Fuimos a comer al restaurante del Parque Municipal, que tiene un bonito y oportuno nombre "Dátil de oro".

El Parque Municipal forma parte del Palmeral de Elche y es un jardín muy agradable y bien cuidado. Tiene algunos rincones como el del propio restaurante, una acequia, un molino, etc. que le dan variedad, dentro de la gran cantidad de palmeras

Por el Parque paseamos un rato después de comer.

Continuamos viaje por la tarde hacia Alicante, pero eso será ya para un próximo capitulo

domingo, 25 de abril de 2010

Bizcocho de miel y nueces

Este es uno de esos bizcochos contundentes, denso y sabroso. Las nueces sirven para hacerlo mas sabroso aún y en cierto modo aligerarlo.

Ingredientes


  • 300 g de harina
  • 130 g de mantequilla
  • 80 g de azúcar moreno
  • 100 g de nueces peladas
  • 3 huevos
  • 2 plátanos
  • 1 limón
  • 1 bolsita de levadura en polvo
  • 2 cucharadas soperas de miel
  • 1 cucharadita de canela
  • 1/2 cucharadita de vainilla en polvo
  • 1 cucharada sopera de ron moreno


Elaboración

Preparar un molde rectangular
Untarlo de mantequilla y espolvorear con harina
Batir las yemas con el azúcar y la miel

Incorporar la piel rallada del limón
Poner a derretir la mantequilla en trozos con zumo de limón.
Esta operación se puede hacer en el microondas o en un pequeño cazo, a fuego lento
Echar la mantequilla en la primera mezcla y batir


Tamizar la harina, la levadura y la canela, encima de la mezcla.
Mezclar hasta que la masa esté muy lisa

Machacar los plátanos con un tenedor y con la vainilla
Cortar las nueces en trocitos, mojarlas con el ron y espolvorearlas con harina
Mezclarlas bien con la pasta

Batir las claras a punto de nieve.

Incorporarlas con delicadeza a la pasta

Poner la masa en el molde y a continuación en el horno a 180ºC durante 45 minutos
Verificar la cocción con una aguja de tejer, que tiene que salir limpia.

Dejar enfriar.
Servir frío, solo o con una crema inglesa.

¡Qué os guste!