
El guía que habíamos conocido la noche anterior vino a buscarnos temprano. Era un chico con mas conocimientos y agilidad mental y verbal que nuestra guía permanente.
Conozcamos un poco la ciudad, antes de visitarla.
Cuenca, llamada por su fundador Santa Ana de los Ríos de Cuenca, tiene una población de mas de 600.000 habitantes, la tercera del país en número, tras Quito y Guayaquil.
Está situada en la zona centro sur de la Cordillera de los Andes, y tiene la ventaja sobre Quito de que ocupa una gran llanura, rodeada de gigantes andinos en la distancia.
El centro histórico esta limitado, en uno de sus lados por el río Tomebamba, aunque otros tres ríos, Yanuncay, Tarqui y Machangara, discurren por diferentes sectores de la ciudad.
Tiene un clima templado, podría decirse primaveral, todo el año, con una variación entre 15-25ºC, lo cual hace la zona idónea para el cultivo de flores, principalmente orquídeas, de las cuales Ecuador es un gran exportador.
Pero la principal riqueza de la ciudad y de las provincias que administra, Azuay, Cañar y Morona Santiago, son las divisas que proporciona la emigración, que se ha dirigido a Estados Unidos, y a Europa. España ha recibido en los últimos diez años un millón de ecuatorianos.
Esta emigración ha promovido, sobre todo, la construcción de viviendas, generalmente unifamiliares, que han aliviado un poco el enorme paro de mas del 50% de la población en edad de trabajar, uno de los grandes lastres de la ciudad y del país.
Otra fuente de ingresos en Cuenca, que en algunos momentos históricos fue la mayor industria de la ciudad, es la fabricación del sombrero de paja toquilla, mal llamado sombrero Panamá, ya que siempre se ha fabricado en Ecuador.
Cuenca fue fundada el 12 de abril de 1.557, por Gil Ramírez Dávalos, por encargo del Virrey del Perú Andrés Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete.

En Méjico vivió dieciséis años a su servicio, hasta que en 1.550, el marqués fue nombrado Virrey de Perú; también lo acompaño en su nuevo destino, siendo designado Mayordomo de Palacio y Capitán de la Guardia, y posteriormente a la muerte del Virrey, Corregidor y Justicia Mayor de Cuzco.
El nuevo Virrey, Andrés Hurtado de Mendoza, marques de Cañete, que llego a Lima en 1.556, también le otorgo su protección.
Al año siguiente de su llegada a Perú, fue encargada, por el Virrey a Dávalos, la fundación de una ciudad, cerca de donde se encontraba la ciudad inca de Tomebamba, entonces desaparecida en las luchas fratricidas entre Atahualpa y su hermano Huascar, de gran importancia durante el imperio incaico, y mas tarde para los españoles, por estar a medio camino entre Cuzco y Quito.
La fundación se efectuó, como hemos visto, el 12 de abril de 1.557. La nueva ciudad fue llamada Santa Ana de los Ríos de Cuenca, en honor a la española Cuenca, lugar natal del Virrey.
En el año 1.999 fue designada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Y con justicia, ya que en su centro histórico, de gran simetría, diseñado como todas las ciudades coloniales españolas en forma de damero, se encuentran gran cantidad de museos, iglesias antiguas, calles adoquinadas y numerosas casas con fachadas de estilo republicano, en las que se ve la influencia europea, constituyendo todo ello un conjunto bello y homogeneo.
Empezamos nuestro recorrido por algo que, siendo obligatorio en todos los viajes guiados, suele hacerse cuando ya se han visitado otros sitios de mayor interés: un taller de cerámica de un afamado artesano local, E. Vega, que realiza piezas de variada inspiración, a veces indígena, también colonial, o de su propia imaginación con cierta gracia, pero que no por eso deja de ser perfectamente prescindible y que, nos fue dicho, era para aprovechar su ubicación.
En efecto la tienda, con vivienda adjunta, ocupa la parte baja de un estupendo chalet, que destaca en el entorno, con una magnifica vista de la ciudad, ya que esta al lado del Mirador de Turi desde el que se abarca todo el amplísimo valle de Cuenca, con los lejanos gigantes andinos cerrando el horizonte.
A este Mirador nos dirigimos a continuación. Turi es una parroquia rural de Cuenca, situada en una colina, a la que se llega por la carretera que rodea la ciudad. Desde el Mirador se ve, en toda su amplitud, la ciudad de Cuenca, donde brillan con el sol las cúpulas azules de la Catedral Nueva, uno de sus edificios mas hermosos y destacables.

Atahualpa, después de numerosas tretas, gano la enconada y larga guerra que sostuvieron por el imperio, y mando ejecutar, no solo a Huascar, cuyos restos fueron arrojados al río Yanamayo, sino a toda su familia, sirvientes y partidarios incluidos.
Muy cerca de ese lugar mítico, que ahora es una calle de la ciudad, está la fabrica de sombreros de paja toquilla de Horacio Ortega, que visitamos a continuación.


Cuando el presidente de E.E.U.U. Theodore Roosevelt visito las obras del canal, en noviembre de 1.906, uso dicho sombrero, lo cual aumento su conocimiento y su popularidad; durante el s. XIX el panamá, fue considerado el príncipe de los sombreros de paja.
Entre sus portadores mas famosos están Napoleón III, el Príncipe de Gales, futuro Eduardo VII, W. Churchill, Humphrey Bogart, Frank Sinatra, y un largo etc.
La fabricación y exportación a todo el mundo del sombrero de paja toquilla se convirtió en el mayor motor económico del país, siendo su año mas rentable 1.944. Todavía hoy día tiene un pequeño peso en el PIB.
Hay dos procesos principales en su fabricación, el tejido y el blanqueo, dependiendo su calidad del número de hebras de paja entrecruzadas por pulgada cuadrada, que pueden variar desde 300 a entre 1.200 a 2.000.
Esto hace que el tiempo de fabricación varíe desde cuatro o cinco días, un mes, dos meses, seis meses y hasta un año.El precio varía también considerablemente, según la trama, alcanzando valores elevados conforme la trama es mas fina, que puede ser hasta poco visible a simple vista.
Ya dentro de la empresa de Horacio Orterga, nos fue explicada la historia y el proceso de fabricación del sombrero y la trayectoria de la empresa, mientras visitábamos el Museo "Magia del Sombrero" instalado en 2.008. Una agradable ecuatoriana, mostraba la manera de tejer la paja toquilla.

Después de estas dos visitas, con compras incluidas, fuimos a conocer la ciudad propiamente dicha, en su aspecto monumental.
Llegamos al Parque Calderón que linda entre otros monumentos, con la Catedral Nueva de la Inmaculada Concepción, en un lado de la plaza y con la Catedral Vieja de El Sagrario en el otro.
El Parque, que mas bien es plaza, tiene unos arboles soberbios, en especial los ocho altos pinos, que fueron plantados en 1.912 por el presidente de la República, Luis Cordero.

Empezamos la visita por la Catedral Nueva o de la Inmaculada, imponente edificio de estilo ecléctico, con influencias románicas, góticas, renacentistas, barrocas..., cuyas cúpulas azules recubiertas de azulejos traídos de Checoeslovaquia, se ven desde numerosos puntos de la ciudad.
Esta grandiosa obra fue promovida, por el obispo de Cuenca Miguel León Garrido, controvertido prelado, que se implico mucho en los avatares políticos de su ciudad natal, de inclinaciones muy conservadoras.
Enterado el obispo de la gran iglesia que se proyectaba en Quito, que fue el origen de la Basílica del Voto Nacional, quiso hacer una nueva catedral en Cuenca. La Catedral Vieja, Iglesia del Sagrario, se había quedado pequeña y, además amenazaba ruina. La Nueva Catedral fue consagrada en 1.967, pero aun se encuentra sin finalizar.


El interior también es imponente. En él se han empleado mármoles de Carrara y gran proliferación de pan de oro. Tiene un baldaquino a imitación del de San Pedro del Vaticano, grandes vidrieras, en las cuales están representadas leyendas indígenas, santos locales, flora y fauna de Ecuador, todo muy impresionante, prueba del empuje de Monseñor León Garrido y del gran fervor de los cuencanos.
Paseamos por la catedral contemplando el gran conjunto.
Pasamos después a la Catedral Vieja, que esta enfrente de la Nueva, de la cual solo vimos el exterior.
Esta Iglesia del Sagrario, uno de los edificios mas antiguos de Cuenca, fue empezada a construir en 1.567; conocida como "Parroquia de los Españoles" durante la época colonial, es hoy Museo de Arte Religioso.

Tiene una curiosa placa commemorativa en el exterior que dice
"Torre celebre mas que las Pirámides de Egipto "
en referencia a la utilización de su torre como punto de referencia clave, para la Misión Geodésica que, en 1.763 determino el meridiano del ecuador.
Una importante restauración ha sido emprendida en el edificio desde 1.999.
Lindando con una de las calles laterales a la Catedral Nueva , se encuentra otro de los edificios mas antiguos y mejor conservados de la época colonial, que formo conjunto con la contigua iglesia del Carmen de la Asunción como convento, convertido, hoy día en Centro Cultural, que incluye museo y salas de exposiciones.


Delante de la iglesia se extiende un pequeño y colorido mercado de flores.
Mientras teníamos un ratito libre, nos llegamos hasta la siguiente gran plaza, donde se ubica la Iglesia de San Francisco, que aunque ocupa el lugar donde se asentaron los monjes franciscanos que llegaron en el momento de la fundación, es de obra moderna de 1.920; tiene una bonita silueta con su alta torre.
La plaza tiene gran sabor, entre colonial y republicano, desde ella se pueden contemplar las cúpulas azules de la Catedral Nueva.

Así llegamos al restaurante donde íbamos a comer "Los Cuatro Ríos", precioso establecimiento instalado en una antigua casona, que ha conservado su gran patio y su estilo de otras épocas.

Después de comer se nos propuso una última visita.
Caminamos hasta la iglesia de San Sebastián, que antaño era el límite de la ciudad colonial, señalado por una gran cruz, que se colocaba delante de las principales iglesias.

Es una bonita plaza, con la iglesia de San Sebastián por uno de sus lados, el museo de Arte Moderno, por otro y alguna casa de estilo colonial por otro.
La plaza tiene una historia galante y trágica del s. XVIII, cuando la Misión Geodésica trabajó por estos lugares, en el establecimiento del meridiano del ecuador. El cirujano de la Misión, un francés llamado Juan Seniergues, que había conseguido una merecida reputación de don juan, cortejando a mujeres cuencanas, sobre todo a Manuela Quesada llamada la Cusinga, de dudoso comportamiento, se vio envuelto en una riña de espadachines, durante una corrida de toros organizada en la plaza de San Sebastian.
Los asistentes, con el Alcalde a la cabeza, que tenia algún pleito de faldas con Seniergues y era su enemigo personal, se enfurecieron contra el francés y practicamente lo lincharon, primero apedreándolo y luego, pinchándolo con picas y palos, lo dejaron medio muerto en el suelo; murió al cabo de tres días. Este trágico suceso tuvo lugar en el año 1.739.
Volvimos seguidamente al hotel, y después de un breve descanso, C. y yo decidimos volver a la ciudad para saborearla un poco mas. En ella se siente uno como en casa, tanto se parece en muchas de sus calles a ciudades españolas.

Al pasar vimos un polideportivo dedicado al mayor atleta que ha producido, hasta el momento, la ciudad de Cuenca y Ecuador, Jefferson Pérez, Campeón Mundial de Marcha Atlética 20 km, en los años 2.003, 2.005 y 2.007. Medalla de Oro en los Juegos Olimpicos de Atlanta 1.996 y Pekín 2.008, del cual todo el país se siente orgulloso.
Volvimos por las margenes del río Tomebamba, disfrutando de preciosas panorámicas.

Aún nos quedaba otra visita nocturna a Cuenca para cenar en el restaurante "Villa Rosita", en el centro histórico, donde apreciamos algunas de las especialidades cuencanas. (*)
(*) Uno de estos días confeccionare un menú ecuatoriano...