
Mi marido y yo habíamos estado en esta ciudad con ocasión de la exposición de las Edades del Hombre, que se celebro allí en el año 1.999, y ya nos había sorprendido por su monumentalidad.
Ahora tuve un día y medio para recorrer tranquilamente sus calles y plazas saboreando su, podemos decir, esencia, y contemplando las maravillas que contiene.
El tiempo estaba frío. Nada que un buen abrigo no pueda hacer soportable.
Digamos dos palabras sobre su pasado.
Palencia, ciudad de unos 85.000 habitantes, tiene una historia muy larga, desde los vacceos, romanos, visigodos, árabes, hasta Castilla, que le dio su carácter y esplendor.
Su nombre ha permanecido casi inalterado desde sus primeros pobladores, Pallantia, que quiere decir "cerro amesetado o meseta", muy apropiado para el lugar que ocupa, geograficamente, en la gran meseta.
Fue la primera universidad de España, con el Estudio General, donde estudio, hacia 1.184 Santo Domingo de Guzmán, que fue luego profesor de la misma.
El título de Universidad se lo debe al rey Alfonso VIII de Castilla, ya por el año 1.208.
Mas tarde está Universidad sería trasladada a Salamanca.
Algunos de sus antiguos habitantes han dejado muestras de su paso, pero sobre todo hay arte románico y gótico, renacentista y barroco, con iglesias y conventos, que ocupan el casco antiguo, uno a continuación de otro. Muestras del glorioso pasado de Castilla.
También hay edificios civiles interesantes, mas modernos, de los s. XVIII, XIX y XX, que forman un conjunto verdaderamente monumental.
La ciudad está cuidada; los edificios antiguos y más modernos restaurados, limpios, bien entretenidos. Da gusto pasear por ella.
Han hecho una serie de rutas temáticas para ayudar al visitante.
Paramos en un hotel muy agradable, buenas instalaciones, buen desayuno, al lado del casco antiguo.


Después de muchas restauraciones, a través de los siglos, hoy día se la ve con un excelente aspecto.
Lo mas sobresaliente de ella es el Retablo Mayor, que no es el original, repartido entre el Museo del Prado, en Madrid, y la National Gallery of Art de Washington. El retablo que hoy vemos allí, de estilo renacentista plateresco, procede de la iglesia del pueblo vallisoletano de Tordehumos; es magnífico.

Muy cerca, en la misma calle esta el Monasterio de Santa Clara, popularmente conocido como de las Claras, edificio gótico, construido entre los s. XIV-XV.
Como todos los edificios antiguos ha pasado por mil vicisitudes y usos, pero, desde mediados del s. XIX, es nuevamente convento de clarisas, como en su fundación.
El Retablo Mayor de estilo barroco tiene siempre expuesto el Santísimo Sacramento.

En este monasterio sitúa el escritor José Zorrilla su leyenda Margarita la Tornera.
Si seguimos por la misma calle encontramos varios edificios civiles, mucho más modernos, el Teatro Principal, construido a principios del s. XIX, según los modelos italianos, restaurado en diversas ocasiones, la última en 1.993.



Esta preciosa plaza, de gran simetría, cubierta en su tres cuartos por soportales de columnas prismáticas, tiene gran sabor castellano; fue creada en el s. XVII, y tiene su aspecto actual después de numerosas reformas.
El cuarto lado de la plaza está presidido por el Ayuntamiento, edificio neoclásico del s. XIX, pintado de rosa pálido, lo cual le da aspecto palaciego.
En el centro de la plaza hay un monumento a Berruguete (1.490-1.561), del renombrado escultor palentino Victorio Macho (1.887-1.966).

Deben tener, pues, escaso turismo. Una verdadera injusticia ya que la ciudad bien merece ser visitada y conocida.
De esta plaza se llega a la calle Mayor.
Arteria principal del casco antiguo, tiene casi un km de largo, recubierta de soportales en su cuarta parte, con columnas prismáticas como las de la Plaza Mayor, solo presentes en la parte izquierda, que sostienen los miradores de las casas mas caras de Palencia.
En uno de los lados porticados está el bonito edificio del Casino de Palencia.
Abastecida de buen comercio, aunque hay las mismas franquicias que en otras ciudades, me pareció que conservaba mucho del comercio antiguo, llamado hoy multimarca, mas interesante para el comprador.

En su estudio se diseñaron buena parte de los edificios levantados en la ciudad a principios del s. XX, el palacio de la Diputación, el nuevo Instituto General y Técnico, la casa García Germán, el colegio de Villandrando, etc.
Este último está situado también en la calle Mayor. Fue fundado a principios del s. XX por una
benefactora palentina, la condesa de Villandrando, para acoger a niñas huerfanas.
La fachada muestra la influencia del gótico veneciano que Arroyo había conocido durante sus estudios en la Escuela de Arquitectura de Barcelona. Está coronada por un gran friso en cerámica, de Daniel Zuloaga (1.852-1-921), que ilustra la vida de la fundadora.


La fachada del convento, en piedra y ladrillo, de gusto italianizante, contrasta enormemente con la iglesia, hoy devuelta al culto, enteramente de piedra, de estilo herreriano.
Todo esta reformado varias veces, pues fue saqueado y utilizado como cuartel durante la guerra de la Independencia por las tropas napoleónicas.
También sufrió los efectos de la Desamortización de Mendizabal, del año 1.836.
Nuestro conocido arquitecto Arroyo fue el último en restaurarlo.
Es un edificio atractivo, que se une a los otros muchos que hay en la calle Mayor.
De allí me fui a visitar el convento de San Francisco, situado en la trasera del Ayuntamiento.
El convento tuvo enormes terrenos y gran importancia social y económica en toda la región, desde su fundacion en el s. XIII.
Edificio histórico, pues aquí se celebraron Cortes generales en dos ocasiones, en el s. XIV; tambien acogió un Concilio nacional en 1.388, presidido por el cardenal Pedro de Luna, luego elegido Papa.
Ha sufrido muchísimo, con el paso de los siglos. Hubo dos grandes incendios en los s. XV y XVI, que hicieron necesaria su reconstruccion. Fue ocupado por las tropas de Napoleón en 1.808, que causaron, como en toda España, grandes destrozos. También sufrió con la desamortización.
Ahora solo queda el Claustro, en restauración, y la iglesia. Aún tan disminuido es uno de los rincones mas bonitos de la ciudad.

Hay una interesante capilla, en estilo gótico con sepulturas de la familia Sarmiento, del s. XV.
Muy cerca, entre la calle Mayor y la iglesia de San Francisco donde estuvo adosada, encontramos la iglesia de la Soledad.
Por su pequeño tamaño mas parece capilla que iglesia. En su interior, la venerada imagen de la Virgen de la Soledad, preside el altar.

Bien, pues mientras visitaba todos estos lugares transcurrió la mañana. Había que hacer un alto para comer.
Había quedado con C. y unos amigos en Casa Lucio, el mejor restaurante de la ciudad, en la céntrica calle Don Sancho.

Bien repuestos nos fuimos un rato al hotel a descansar y ordenar todo lo visto.
En un principio pensé hacer un solo artículo de Palencia, pero lo que hay que ver es tan importante y extenso que dejare otra parte para un próximo relato, empezando entonces por el monumento principal de Palencia: La Catedral.