martes, 7 de febrero de 2012

Burgos. 2. Monasterio de las Huelgas

La casa de nuestra amiga está muy cerca del Monasterio de las Huelgas, que nos proponíamos visitar esta mañana.

Fuimos andando, no mas de cinco minutos. Tuvimos suerte pues en el momento de llegar empezaba una visita guiada, única forma de recorrer el monasterio.

El Monasterio de Santa María de las Huelgas, su nombre completo, es uno de los mas importantes monumentos de Castilla, tanto por el complejo arquitectónico, como por su historia, como por las piezas y tesoros que hay en su interior, ya que es el panteón de muchos reyes de Castilla, región que fundo España, y la mas importante del país durante varios siglos.

Ejemplos de su esplendor son la gran notoriedad y cantidad de monumentos que existen en su territorio, en cuyos rincones, no dejan de sorprender las muestras de su glorioso pasado.

El Monasterio de la Huelgas fue fundado en 1.189 por el rey Alfonso VIII, y es desde entonces una congregación de monjas cistercienses.

Alberga obras de gran valor, entre ellas las vidrieras mas antiguas de España.

Aunque estuvo retirado de la ciudad, un poco alejado de la ribera del río Arlanzón, en un terreno llano, hoy día, esta se le ha acercado y se encuentra integrado en ella.

La esposa de Alfonso VIII, Leonor Plantagenet, hermana del conocido rey de Inglaterra y Cruzado, Ricardo Corazón de León, fue la promotora de la fundación, que tenía por objeto principal acoger a mujeres de la nobleza, que se consagraban a la vida religiosa, siendo sus primeras abadesas de sangre real.

La abadesa de las Huelgas llego a disfrutar de gran poder, pues solo dependía del Papa y estaba por encima de la curia episcopal.

Todo el poder y los privilegios de la abadesa, que tenía un amplio territorio que gestionar, además de sus ocupaciones religiosas, se mantuvieron hasta el s. XIX, de manera que la desamortización no afecto a la institución.

El monasterio es un amplio conjunto, con aspecto de fortaleza, al que se fueron agregando dependencias a lo largo de los siglos. Todo el recinto estuvo amurallado.

Las obras comenzaron en el s. XII, y continuaron en el XIII.

La parte mas antigua corresponde al magnífico claustro románico, conocido como Las Claustrillas, al que sigue la iglesia de estilo gótico primitivo, y luego el claustro de San Fernando ya plenamente gótico, cuyas bóvedas están decoradas con yeserías mudéjares.

La iglesia gótica, sigue el modelo cisterciense.

En el interior destaca la bóveda, en la que los arcos que se cruzan forman una bóveda cupuliforme.

Tiene un Retablo Mayor barroco del s. XVIII, adornado con columnas salomónicas, con la Asunción de la Virgen como tema principal, y un calvario en la parte superior.

Adosado al muro sur se encuentra un importante órgano barroco.

Es sabido que el rey Alfonso VIII quiso destinar su nueva fundación a panteón real, para que allí fuera enterrado él, junto a su mujer, la reina Leonor y los demás miembros de la familia real.

Muchos de estos sepulcros fueron profanados y desvalijados por las tropas francesas de Napoleón, durante la guerra de la Independencia. Solo se salvo del pillaje, el sepulcro del infante Fernando de la Cerda, pues por mucho que intentaron abrirlo no lo consiguieron. Su ajuar fue recuperado enteramente, y los ropajes, únicos en el mundo del s. XIV, se exhiben en el Museo de Telas Medievales, emplazado en el mismo Monasterio.

En el Monasterio se llevaron a cabo ceremonias importantes, tales como la coronación de los reyes Alfonso XI, y su hijo Enrique II de Trastamara, o la de armar caballeros, entre los cuales figuran nombres tan conocidos como Fernando III el Santo, Eduardo I de Inglaterra, o Pedro I el Cruel, que había nacido en la torre defensiva del monasterio, entre otros muchos.

Bien, pues acompañados en todo momento de una eficaz guía, que nos fue ilustrando bastante adecuadamente, empezamos la visita por la iglesia donde se encuentran los mas importantes enterramientos reales.

El de los fundadores, Alfonso VIII y Leonor Plantagenet, está instalado en el centro de la nave y es soberbio.

Algunos sepulcros están muy trabajados y decorados, como el de la reina Blanca de Castilla, que no lo ocupo, pues dejo encargado que su cuerpo estuviera en un sencillo sarcófago, sin adornos.

Otro fastuoso, es el único que no fue profanado y saqueado por los soldados franceses, el del infante Fernando de la Cerda, hijo y heredero frustrado de Alfonso X, el Sabio, pues murió a los 13 años.

Las naves laterales, antiguamente de la clausura monacal, también están ocupadas por sepulcros de miembros de la familia real, de menor rango.

Entre los personajes que pudieron ser importantes, está el del hijo y heredero de Alfonso VIII, Enrique I, que por su pronta muerte a los 14 años, no llego a reinar; un accidente, podríamos decir doméstico, en el que parece que le cayó una teja en la cabeza, y la posterior operación de trepanación a la que fue sometido, acabo con él. Hay sospechas, no demostradas, de que su tía, tutora y regente, doña Berenguela, hermana del rey Alfonso, tuvo algo que ver en lo que podríamos considerar un golpe de estado, para seguir gobernando.

En la historia hay muchos, demasiados casos, de atentados e incluso asesinatos del heredero legítimo, por parte de otros miembros de la propia familia.

Encima de alguno de los sepulcros hay una serie de maravillosos reposteros de la época, que rodean el magnifico  retablo del crucero entre naves de la iglesia, de estilo isabelino, que podría admirarse durante horas, tanto es su detalle y su belleza.

Después de la iglesia pasamos al pequeño claustro románico, del s. XII, llamado Las Claustrillas, que es muy bello, y tan plácido como son las construcciones románicas.

Es mucho mas bonito que el claustro gótico de San Fernando, del s. XIII,

Este claustro debido a desplazamientos arquitectónicos, producidos por las obras del piso superior, en el s. XVIII, que amenazaron acabar con el edifico por derrumbe, tuvo que ver sus ventanas, practicamente, tapiadas para reforzarlo.

En las obras de restauración que se han hecho en el Monasterio, han aparecido, debajo de encalamientos posteriores, yeserías mudéjares, que adornaban la bóveda del claustro, de gran interés.

Visitamos también, otra de las impresionantes estancias del monasterio, como es la Sala Capitular, lugar de reunión de las religiosas, que está, tanto por tamaño, como por arquitectura y decoración, en consonancia con la importancia de la comunidad monástica, que como he apuntado anteriormente provenía de la nobleza, y tenía gran patrimonio, poder y atribuciones.

El estilo de la sala Capitular es gótico, con bóveda de crucería, apoyada en gruesos cuerpos cilíndricos, a los que se han añadido columnitas para hacerlos visualmente mas ligeros.

Está decorado con pinturas, que representan a algunas de las mas importantes abadesas del monasterio, y diversos tapices flamencos.

Seguidamente pasamos al Museo de Telas Medievales, abierto por primera vez en 1.987 y reabierto después de una ampliación, que casi ha duplicado la exposición anterior, en 2.008; instalado en el antiguo almacén o cilla del monasterio. En él se expone la mejor colección existente de tejidos civiles de la Edad Media, reconocida internacionalmente como tal.

Nos fue explicada la vestimenta de los personajes de la realeza, que era muy parecida para hombres y mujeres; consistía en una túnica o saya, que iba recubierta por el pellote, especie de pichi, sin mangas, mas corto para los hombres, y muy largo, de manera que ocultara los pies calzados, para las mujeres, ya que mostrar el pie se consideraba provocativo...o indecente.
Encima se llevaba el manto, y en la cabeza el birrete o la cofia, todo ello realizado en seda, y tejido haciendo dibujos.

Se muestran también diversas almohadas, con las que fueron enterrados los personajes, su almohada preferida, se supone, para el sueño eterno. Así como algunos complementos, como cinturones e incluso la espada de combate del infante Fernando de la Cerda, única que se conserva de la época, cuyo cinturón con esmaltes servía para llevarla a la espalda, y que es una de las piezas mas valiosas.

Expuesta está la cruz del s. XIII, que se llevo a la batalla de las Navas de Tolosa, contra la ocupación musulmana.

La pieza mas importante del Museo es el propio Pendón de las Navas de Tolosa, que era el frontal de la tienda de campaña del caudillo almohade Muhammad Al-Nasir, derrotado por Alfonso VIII en la batalla de las Navas de Tolosa (1.212), de gran importancia para la reconquista cristiana, y que fue cogido como trofeo.

El gran tapiz es magnifico, tejido con hilos de oro, sobre sedas de gran colorido.

Fuera ya del monasterio, en los, terrenos de la huerta, se encuentra la capilla de Santiago, con una preciosa puerta, de arco árabe. La capilla es toda de estilo mudéjar, con un notable artesonado.

Se llega a esta capilla por otro arco árabe, muy trabajado, desde el presbiterio.

Al fondo de la capilla está instalada la imagen articulada de Santiago, del s. XIII, que mueve los brazos, con un dispositivo oculto manejado desde atrás, ya que era utilizada para armar caballeros a los reyes, príncipes e infantes.

Habíamos acabado el recorrido por la parte que se visita del Monasterio. En el jardín, donde hacía el frío propio de diciembre en Burgos, la guía nos explico el número de monjas, pocas, que viven, trabajando y rezando, cuya media de edad es de 70 años. Futuro incierto para el monasterio, como tal.

Disfrutamos mucho de la visita.

Volvimos a casa y propusimos ir a ver el gran belén que, parece ser, se instala en las dependencias de la catedral todos los años.

La niña mayor de nuestra amiga, se animo a venir con nosotros, cosa que nos gusto.

Efectivamente el belén es enorme, y no solo comprende el nacimiento de Jesucristo,

sino, se puede decir, toda su vida, pues empieza con la Anunciación y termina con el Calvario y la Resurrección.

Está muy bien hecho y tiene mil y un detalles, además de figuras móviles, ríos, lagos con peces, y hasta una gran escena egipcia, recordando la huida a Egipto en tiempos de Herodes, con templos, obeliscos y personajes egipcios variados.

Después de comer con la familia de anfitriones en un pueblo de Burgos, a 13 km, Carcedo, donde hay un buen restaurante, en el que se hace carne a la brasa y ambiente muy acogedor, volvimos a Burgos.

Pase una tarde entretenida con los amigos, de toda la vida, que viven allí, con los cuales había quedado.

La velada consistió en la cena navideña, con los amigos de I. A pesar de que no los conocíamos de antes, resulto animada y entretenida.

Al día siguente parecia que quería nevar, cayeron algunos copos, pero luego salio el sol y pudimos regresar a casa sin inconvenientes.

4 comentarios:

  1. Ahora sí que sí ¡tengo que ir!

    El tiempo no ha cambiado, se diría!

    Besos

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  2. ¿A que te refieres con lo del cambio de tiempo? No lo cazo.

    Las Huelgas bien merece, al menos, de una mañana; es grandioso.

    Besitos

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  3. Me refiero al clima, sigue frío, frío.

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  4. Muchísimas gracias por la descripción y la imágenes del Monasterio. Estuve allí el martes 29, pero al no poder hacer fotografías sus comentarios me han sido de mucha utlidad para hacerme una reseña del viaje.
    Desde Aragón, otra vez gracias

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