martes, 1 de mayo de 2012

Cádiz

Hacia muchos años que no estaba en esta preciosa ciudad, concretamente desde 1.992, en que visitamos la exposición Universal de Sevilla, y también Cádiz.

Vale la pena darse un paseo, aunque sea de unas horas por ella.

Hay que decir que, aunque en linea recta Matalascañas y Cádiz están bastante cerca, entre ellas está el Parque Nacional de Doñana y, como se puede suponer, no hay una carretera que lo atraviese; hay que hacer una gran vuelta, pasando por Sevilla, de mas de 250 km.

Así que de buena hora, salimos hacia Sevilla, y de allí, tomando hacia el suroeste, llegamos a Cádiz.

Cádiz, la "tacita de plata", está situada en un tómbolo o barra arenosa, que se une al continente a través de la Isla de León, donde se encuentra la ciudad de San Fernando.

Una gran parte del suelo entre marismas, pertenecientes al Parque Natural de la Bahía de Cádiz, y playas, no es urbanizable.

El Parque Natural de la Bahía de Cádiz es un grande e intrincado laberinto de dunas, cañas, salinas y playas, de gran valor ecológico, ya que toda esta costa suroccidental, de Cádiz a Huelva y el Algarve portugués, es un paraje natural extraordinario.

El nombre de Cádiz procede de sus fundadores, los fenicios, que la llamaron Gadir, que quiere decir castillo, fortaleza, en general recinto amurallado. Los romanos latinizaron el nombre en Gades y los musulmanes en Qadis.

Todo esto nos lleva a saber la gran antigüedad de su historia y de su fundación.

La privilegiada situación de Cádiz a caballo entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterraneo, le dio gran importancia estratégica y comercial, desde remotos tiempos.

Fue uno de los asentamientos fenicios mas antiguos de occidente; a los fenicios les sucedieron, cartagineses, romanos, visigodos; un periodo de cerca de un siglo (522-620) perteneció a Bizancio, en el intento del emperador Justiniano I de restaurar el imperio romano, siendo después reconquistada por los visigodos, hasta la invasión musulmana de 711.

En 1.262 es reconquistada por Alfonso X el Sabio, y repoblada con gentes del norte de España.

Después del Descubrimiento de América en 1.492, se convierte en un importante puerto, del que sale el descubridor, Cristóbal Colón, para sus segundo y tercer viaje a América, en 1.493 y 1.502.

A lo largo del s. XVI sufre dos importantes ataques de los ingleses; uno del pirata Francis Drake en 1.587, que causo graves daños a la Armada Española, y otro de la flota anglo-holandesa en 1.596, en la que habían embarcado también las tropas de Robert Devereux, conde de Essex, que saquearon e incendiaron la ciudad.

Después de estos terribles acontecimientos la ciudad fue fortificada.

En 1.717, la Casa de Contratación, cuya sede había estado en Sevilla desde el Descubrimiento de América, fue trasladada a Cádiz, debido a las dificultades de navegación, por el aumento de sedimentos, por el río Guadalquivir, lo cual supuso que el monopolio del comercio con América se trasladara a Cádiz, proporcionándole un gran desarrollo.

El terremoto de Lisboa de 1.755 la afecto seriamente, provocando grandes daños a personas y bienes.

Durante la invasión napoleónica, la ciudad fue atacada por un gran ejercito de mas de 60.000 efectivos, siendo uno de los mas importantes sitios de la guerra de la Independencia.

El asedio duro mas de dos años y medio, en los cuales las tropas francesas invasoras hicieron toda clase de destrozos y desmanes.

Otro de los grandes acontecimientos que sucedieron en Cádiz, fue la promulgación en 1.812, de la primera Constitución española, de marcado carácter liberal; por desgracia solamente estuvo en vigor dos años, pues, a la vuelta del exilio en Francia, durante la Guerra de la Independencia, el rey Fernando VII la derogo; el rey, con la ayuda de los franceses que enviaron a España a los Cien Mil Hijos de San Luis, reinstauro el absolutismo y persiguió y mando fusilar a muchos de sus ponentes y defensores.

Precisamente en estas fechas se han festejado los 100 años de la Constitución de Cádiz, llamada "la Pepa", por haberse promulgado el 19 de marzo de 1.812, festividad de San José.

Hoy día los sectores económicos de su prosperidad, que se desarrollaron durante los s.s. XVIII y XIX, como fueron el comercio marítimo y la pesca, están en declive, aunque aun tienen una fuerte presencia en los recursos de la ciudad, siendo la Zona Franca el mayor polo económico de la zona.

Un sector en crecimiento es el turismo, debido a sus playas y a su importante patrimonio artístico.

Bien, pues llegamos a Cádiz en una soleada mañana, con un tiempo mas templado del que llevábamos soportando los otros días. La luz en la ciudad es tan extraordinaria como en todo este litoral.

No tuvimos suerte con la guía, que era iletrada e ignorante, y perdimos mucho tiempo mientras nos ofrecía explicaciones muy poco interesantes.

Pasamos al lado del monumento a la Constitución de 1.812, que estaba en restauración para los festejos de la commemoración, que se iban a producir poco mas de un mes después.

Pasamos rápidamente por los jardines de Apodaca, que lamente no poder recorrer con calma, con sus maravillosos arboles, y demás elementos.

Este jardín que data de 1.927, es uno de los lugares emblemáticos de Cádiz, tanto por sus increíbles arboles, como por su suelo de teselas, como por sus vistas al mar.

Contemplamos los edificios de los s.s. XVIII y XIX, cuando el gran desarrollo comercial y burgués de la ciudad, que se produjo con el traspaso del monopolio del comercio con América, de Sevilla a Cádiz, casas que miraban al puerto, y que se habían provisto de pequeñas torres para ver la llegada de los barcos que venían de América.

Llegamos, luego, a la plaza de San Francisco, donde están la Iglesia y Convento del mismo nombre, que solo vimos por fuera, y que forman un precioso conjunto.

El Convento fundado en 1.566, ha sido reedificado y reformado a lo largo de los siglos. En el exterior destaca la esbelta torre, de 1.699.

De esta plaza pasamos a otro, en el propio centro, rincón encantador, la Plaza de las Flores, como es conocida por todo el mundo, aunque su nombre oficial sea Plaza Topete, debido a la gran cantidad de puestos de flores que en ella se instalan.

La calle de la Compañía, que va desde esta plaza hasta la catedral es un hervidero de gente, ya que esta llena de tiendas antiguas, bares, y establecimientos muy populares.

En el centro de la plaza se encuentra una fuente con la estatua de un procer romano: Lucio Junio Moderato Columela, natural de Cádiz y escritor de tratados agrícolas, en los que expone sus grandes conocimientos de todo lo referente a los trabajos del campo, que van desde cultivos, hasta ganadería, apicultura, etc.

La estatua, en estilo romano, es obra del escultor gaditano, del s. XVIII, nacido en Ubrique, José Fernández Guerrero.

Por una de las arterias principales de la ciudad, la calle Ancha, llena de buenas casas de los s.s.XVIII y XIX, de cuando la gran riqueza de Cadiz, llegamos a la Plaza de la Catedral Nueva.

Hay que decir que Cádiz tiene dos catedrales, la vieja, hoy día Iglesia de Santa Cruz, y la que la sustituyo como sede catedralicia, la Catedral Nueva, a la cual llegamos en primer lugar.

La Catedral Nueva o de Santa Cruz sobre el Mar, se comenzó a edificar en 1.722, y por motivos distintos, entre los cuales la falta de financiación fue uno de los principales, no se acabo hasta 1.838.

Es visible desde, casi, cualquier punto de la ciudad, con su gran cúpula amarilla, que así la hicieron para simbolizar la riqueza de Cádiz en aquellos tiempos.

Comenzada en estilo barroco, en los 116 años que duro su construcción, se evidencia el cambio de estilos, desde el barroco y rococó, hasta el neoclásico.

Llaman la atención también, los distintos materiales que se emplearon, variados y de diversa calidad, debido a las crisis económicas a lo largo de su construcción.

Esto hace que hoy día la piedra de menor calidad, observable a simple vista, por el diferente colorido, este afectada por la proximidad al mar, y se vaya desmoronando poco a poco, provocando su caída, que, en el interior de la catedral puede dañar a alguien, por lo que se ha colocado una red debajo de las bóvedas, podemos decir crudamente, para la recogida de cascotes.

Tiene cruz latina y tres naves, alrededor de las cuales hay capillas, dedicadas a distintos santos y advocaciones, como la capilla del Ecce Homo de la escultora Luisa Roldán, conocida como "La Roldana"(1.652-1.706), la dedicada a los santos patronos de la ciudad, San Servando y San Germán, o la que alberga la monumental Custodia de plata realizada por el orfebre Enrique de Arfe, (1.475-1545).

El Altar Mayor tiene un templete, de estilo neoclásico dedicado la Immaculada Concepción, cosas muy interesante todas, que fuimos viendo en nuestro deambular por la catedral.

Bajo el Altar Mayor se encuentra la cripta, que está por debajo del nivel del mar, y en la cual se hallan enterrados algunos gaditanos ilustres, como el compositor Manuel de Falla, (1.876-1.946), el mas importante músico español del s. XX, y el también importante escritor, poeta, dramaturgo y académico José María Pemán (1.897-1981).

La cripta es impresionante, se siente uno sobrecogido por su solemnidad.

También son interesantes el Coro, cuya sillería es una autentica obra de arte y los órganos.

Tras la visita a la catedral tuvimos tiempo libre que aprovechamos para ver aunque solo por fuera, la antigua catedral, edificada por orden de Alfonso X el Sabio después de la reconquista de Cádiz en 1.262, y que según las excavaciones arqueológicas, ocupa el lugar donde primeramente estuvieron un templo visigótico, y una mezquita, que precedieron a la catedral cristiana.

Este templo fue destruido en el terrible ataque a Cádiz de la escuadra anglo-holandesa, con el Conde de Essex, Robert Devereux al frente, en 1.596; solo quedo de ella el arco de entrada y la bóveda de la capilla bautismal. Fue reconstruida en el s. XVII en estilo barroco.

Hoy día es una iglesia parroquial.

Volvimos a la Plaza de la Catedral Nueva, y allí en un bar de los varios que hay alrededor, tomamos el aperitivo, con dos de los manjares de esas tierras y mares, manzanilla para beber, acompañada de unas gambas exquisitas.

Habíamos quedado con el resto de la expedición en la plaza de Ayuntamiento, que está al lado de la de la catedral. La suerte quiso que las obras de restauración ocuparan todo su perímetro y el magnifico edificio del Ayuntamiento se veía con dificultad.

Lo recordaba sin obstáculos de mi anterior visita a la ciudad. He puesto una foto sin andamios, maquinas y otros elementos de obras, para que se vea su bonita estampa.

Entre la catedral y el Ayuntamiento se encuentra uno de los barrios mas turísticos y populares de Cádiz, el Barrio del Pópulo, origen de la ciudad.

Está lleno de callejones estrechos, hermosas casas palacio de otros tiempos, donde están las piedras mas antiguas que hay en la ciudad, como el Arco de la Rosa, el Arco del Pópulo, y otros, puertas que fueron de la ciudad, alguno del s. XIII.

En una de las casa palacio, hoy sede del Ateneo de Cádiz, vimos esta placa, en honor y memoria del marino español Jorge Juan, que me resulto atractiva, ya que hace poco he estado en el lugar donde se desenvolvió la Misión Geodésica para determinar el paralelo 0, muy cerca de la capital del Ecuador, Quito, y de la cual él formo parte.

Era la hora de comer, y eso hicimos, sin que de dicha comida haya nada que recordar.

Para completar nuestra visita dimos un largo paseo por el gran Paseo Marítimo, llamado también El Malecón, que al parecer evoca el de La Habana, en Cuba.

El Paseo va desde el Castillo de Santa Catalina, hasta el Castillo de San Sebastian en la isleta, y llega hasta el Teatro Romano.

Una tras otra se suceden las construcciones antiguas, como la parte trasera de la Catedral Nueva, con su preciosa cúpula amarilla, que es desde donde se ve bien, y sus altas torres, y la Catedral Vieja.

Les suceden otros edificios, a veces bonitos, muy bien pintados de alegres colores, otros no tan destacables, como murallones de casas de pisos, que para no ver, siempre se pude mirar hacia el mar.

Entre los Castillos de Santa Catalina y San Sebastian, paralela al Paseo marítimo va Playa de la Caleta, en pleno centro histórico de la ciudad, que ha sido fuente de inspiración de poetas, escritores y músicos, y escenario de varias películas populares, como una del agente 007 James Bond: Muere otro día, del Capitan Alatriste, personaje creado por Arturo Pérez Reverte o Manolete, el gran torero, entre otras.

Nuestra visita a Cádiz había terminado; emprendimos el regreso a la base, teníamos que descansar para la siguiente etapa.

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