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lunes, 22 de marzo de 2021

Ravena


Hoy íbamos a ver una de las ciudades emblemáticas de nuestro recorrido, deseada de conocer por mi desde, podíamos decir, siempre, pero que ahora, por fin, se presentaba la ocasión.

Llegamos la noche anterior sin tiempo para nada mas que tomar posesión del hotel, cenar y descansar, así que, a la mañana siguiente después del desayuno, nos dirigimos andando al complejo bizantino, que estaba cerca.

Antes de conocerlo digamos dos palabros sobre Rávena y su historia.

Rávena pertenece a la región de Emilia-Romaña, como Bolonia, situada entre los Apeninos y a pocos km del mar Adriático, ya que en efecto, a 8 km se extienden los lidi ravennati, una serie de playas inmensas, con el verde de los prados próximos a la costa; tiene una población de cerca de 160.000 habitantes.

Se puede llamar a Rávena la ciudad de los mosaicos bizantinos y paleocristianos, que la han hecho famosa, que revelan su historia y su participación en la historia de Italia.

Los orígenes de Rávena son imprecisos, pues se atribuye a diferentes tribus, etruscos, tirrenos, tesalios y umbros, y la primera ocupación del territorio, varios milenios a.C.; estas gentes vivían en casas construidas sobre pilotes, en unas pequeñas islas que emergían en una laguna pantanosa, como es el caso, mas conocido y posterior, de Venecia.

Fue incorporada a la República Romana en el 89 a.C. y tuvo cierta importancia como región fronteriza. por ser una ciudad casi inaccesible, debida a sus pantanos . 

El emperador Augusto hizo construir, a unos 5 km, en la cercana localidad de Classe, un  puerto que primero tuvo función miliar y luego civil, y que llego a ser muy importante durante el Imperio Bizantino. Este puerto se fue colmatando entre los s. VIII y IX con la acción del mar y de los ríos que allí desembocaban, de manera que Classe perdió su importancia, hasta desaparecer como ciudad, en el s. X. De su glorioso pasado sobrevive la iglesia de san Apolinar in Classe, de la que hablare en su momento.

A principios del s. V (407), Rávena se convirtió en la capital del Imperio Romano, a donde había sido trasladada  por el emperador Honorio (395-423) por razones de seguridad, y cuando este sucumbió, siguió siendo importante durante el dominio de los ostrogodos, con su rey Teodorico I al frente, y del Imperio Bizantino, cuyo emperador Zenón (425-491) la recupero para él, en 476.

En la Edad Media Rávena tuvo un largo periodo de declive y aislamiento, que acabo en 1.400, cuando paso al dominio de Venecia. 

A partir del s. XVI Rávena perteneció a los Estados Pontificios durante los siguientes tres siglos, periodo durante el cual se procedió a la apertura del puerto-canal Corsini en 1.738, durante el pontificado de Clemente XII, (1.642-1.740) Lorenzo Corsini de nombre civil, canal navegable de 8 km que une el puerto con el centro de la ciudad y que sigue en uso, habiéndose ampliado en varias ocasiones, ya que ahora tiene 11 km, la construcción de la carretera de Forli y la deviación, al sur de la ciudad, de los ríos Ronco y Montone, que provocaban peligrosas inundaciones.

Tras otras muchas peripecias históricas Rávena, primero entro a formar parte del nuevo reino unificado de Italia en 1.861 y cuando este desapareció, tras el referendum convocado después de la Segunda Guerra Mundial en 1.946, sobre la forma del Estado, fue proclamada la Republica.

Después de la Segunda Guerra Mundial Rávena experimento un gran crecimiento económico y social debido al descubrimiento de yacimientos de gas metano, de manera que alrededor de la ciudad, hacia el Puerto Corsini, se extiende una amplia zona industrial dedicada a la química y la petroquímica.

El centro histórico de Rávena muestra muchos rasgos de su antiguo esplendor gracias a la excelente conservación de sus monumentos paleocristianos y bizantinos, que fueron incluidos en el Patrimonio, de la Humanidad por la UNESCO en 1.996.
                                                                                

Nos trasladamos a pie al primer monumento que íbamos a visitar, ya que estaba cerca del hotel, era el complejo del Mausoleo de Gala Placidia y la iglesia de San Vitale, muy cercano uno de otro, podemos decir que en el arte paleocristiano y bizantino el punto fuerte de la ciudad.
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Empezamos por el Mausoleo de Gala Placidia (386-440), hija del emperador Teodosio y hermana del emperador Honorio, entonces en el poder, que fue, puede decirse, como moneda de cambio y de actividades diplomáticas durante toda su vida. Ella misma, ferviente defensora del cristianismo, decidió levantar el mausoleo, y sin embargo sus restos no reposan en él, y quizás nunca lo hicieron.
                                                                            

Su construcción data de entre los años 425-435. Una de sus características es que no parece un lugar destinado a los difuntos sino a las oraciones por los difuntos; la edificación estaba adosada al nartex de la desaparecida iglesia de la Santa Cruz, que mas tarde se dedico a San Lorenzo, y otra es que los restos que reposan allí fueron colocados mucho tiempo después de su construcción.

Hay que destacar que mas que por su arquitectura es famoso mundialmente por sus preciosos mosaicos de transición entre el arte paleocristiano y bizantino.

El exterior es un edificio de ladrillo y piedra, con cubierta de teja, que resulta encantador, aunque lo mas impactante es el interior cuyo crucero se cierra con un cúpula,


 y con bóvedas de cañón en las naves laterales, todo ello decorado con ricos mosaicos, que representan temas y símbolos cristianos.
                                                                                        
                                                                   

En el interior hay tres sarcófagos, aunque, parece, que debido al mucho tiempo transcurrido y a los avatares de la historia, ninguno es de Gala Placidia. Pasamos un buen rato contemplando este extraordinario monumento, para, a continuación llegarnos a la iglesia de San Vital, otra de las joyas del recinto. 



La iglesia de San Vital, que es basílica desde 1960, es uno de los templos mas importantes del arte bizantino. Construida en 527, su sencillo exterior con factura de ladrillo, se podría decir que no anuncia su magnifico interior, formado por una pieza central rodeada de columnas y coronada por una una cúpula, todo ello revestido de excepcionales  mosaicos.
                                                                            

Por destacar algunos de los mas conocidos, en el ábside, a la izquierda se encuentran el emperador Justiniano I y su séquito,
                                                               

 y a la derecha, su esposa la emperatriz Teodora con su cortejo de matronas y ministros.
                                                                                    

Se desconoce el nombre del arquitecto o arquitectos que diseñaron el templo, respetando muchos de los elementos de la tradición que exigía un rígido protocolo, como la asistencia de las altas jerarquías del poder político  o la separación de sexos, reflejado simbolicamente en los mosaicos, o la existencia de dos puertas de entrada, una para hombres y otra para mujeres.

Aunque la decoración de la iglesia ha sido dañada a través de los siglos,  el presbiterio se conserva intacto                                    
                                 

y todo el templo es de un enorme valor, pues se trata del único edificio bizantino intacto, con el que se puede llegar a imaginar como serían el palacio del emperador  y otras grandes edificaciones de la capital, Constantinopla.

Después de estos extraordinarios monumentos nos dirigimos a otro, singularmente evocador. Se trata del Baptisterio Neoniano, la construcción mas antigua de Ravena, el mejor y mas completo baptisterio de los primeros tiempos del cristianismo, que retiene rasgos del arte greco-romano en la representación humana.

Su construcción data de la regencia de Gala Placidia, tutora de su hijo de corta edad, Valentiniano III (419-455), emperador de Roma, que embelleció la ciudad durante su mandato, concluido por el obispo Neone, de ahí su nombre, a finales del s. V.

Fue construido encima de unas termas romanas y se trata de un edificio de ladrillos de planta octogonal, que simboliza la Resurrección.
                                                                          

 En la cúpula del interior, está representado en magníficos mosaicos el Bautismo de Cristo por San Juan Bautista, orlado seguidamente por los doce apóstoles, y otras representaciones religiosas en las paredes recubiertas de mosaicos igualmente.
                                                    

 La pila bautismal ocupa en centro del baptisterio data de la Edad Media, pero recientes investigaciones arqueológicas han demostrado que la primera pila tenia las mismas dimensiones que la nueva y que contaba con una circulación constante de agua.



Allí nos entretuvimos otro buen rato, para seguir, luego, el recorrido por otro de los monumentos de Ravena, el mausoleo de Teodorico, personaje muy apreciado por mi después de leer Las Sagas islandesas de Teodorico de Verona, anónimo del s. XIII, inspirado en muchas leyendas germánicas, traducida del islandés por nuestro compatriota Mariano González Campo, (Murcia 1.968), licenciado en filología islandesa y residente en ese país, que leí con gran placer.
                    

Situado en las afueras de Rávena, junto a la necrópolis reservada a los godos, que eran arrianos, fue encargado, como su tumba por el rey Teodorico el Grande en 520, poco antes de morir en 526, tomando como modelo el mausoleo de Augusto, en Roma, donde el sarcófago imperial estaba debajo de una cúpula. 

Se encuentra ubicado en un parque de las afueras de la ciudad, espacioso, con grandes parterres de hierba y algunos arboles, que me pareció muy adecuado para el reposo eterno del rey Teodorico.
                                                                      

Se distingue de los otros edificios de Rávena porque no está construido de ladrillo, sino con bloques de piedra de Istria; tiene planta octogonal y está dividido en dos plantas. El piso bajo albergaba funciones religiosas o protocolarias, mientras el piso superior fue utilizado como cripta funeraria, donde, en una tumba circular de pórfido rojo, se supone que debieron descansar los restos mortales de Teodorico. 

La falsa cúpula está construida en mármol de Dalmacia y pesa alrededor de 300 toneladas 


                                                                                 

Dichos restos fueron extraídos durante la dominación bizantina de Ravena, tras el edicto de Justiniano en 561, contra los arrianos.

Hay que recordar que todos los godos y otras muchos pueblos bárbaros eran arrianos, creencia cristiana que fue declarada herejía en el Concilio de Nicea de 325 y ratificada como herejía en el Concilio de Constantinopla de 381; tras el desalojo de los restos del gran rey, el mausoleo de Teodorico se convirtió en una capilla católica.

Después de comer fuimos a visitar el ultimo monumento que íbamos a ver en Ravena; en la ciudad hay otros muchos que ver, pero para una primera visita, era suficiente.

Fue la iglesia de San Apolinar in Classe, llamada así por estar situada en Classe, el puerto histórico de Ravena, de cuyo centro hoy día dista 5k y 8 k del mar.

Fue construida por orden del rey de los ostrogodos, que ya conocemos, Teodorico el Grande, en 505, para el culto arriano y tras la conquista bizantina de Ravena en 540, paso a ser habilitada para el culto católico a mediados del s. VI, consagrada en 547 y dedicada a san Apolinar, ciudadano de Antioquía, que fue enviado según la leyenda por el apóstol Pedro a evangelizar Rávena entre otros lugares, y fue el primer obispo de Rávena y mártir durante el reinado del emperador Vespasiano en el año 70.

Ninguna de las primitivas iglesias cristianas se ha conservado tal como se construyo y esta no es una excepción; sin embargo y a pesar de los añadidos y alteraciones es de las mejor conservadas, y permite hacerse una idea de lo que fueron los edificios religiosos de aquellos tiempos.

Al llegar delante de esta iglesia, de exterior bastante modesto, aunque grande, es difícil imaginar la grandiosidad de su interior, tanto en extensión, ya que es enorme, como en su extraordinaria decoración.


Se trata de un edificio de tres naves, siendo la central mas alta y ancha, con una fachada a dos aguas hecha de ladrillo, en la parte de la izquierda se eleva un campanario circular, también de ladrillo, que data del s. IX.

La gran sorpresa espera en el interior, donde la magnífica nave central termina en un ábside semicircular, cubierto de mosaicos policromados, de distintas épocas, y sostenida por doce columnas enfrentadas que sostienen arcos de mediopunto
                                                   

Lo mas destacado de la basílica es el gran mosaico del ábside, que es de distintas épocas, hay mosaicos del periodo ostrogodo y otros del periodo bizantino. 
                                                     

En cambio no hay mosaicos en las paredes laterales.

Es una iglesia grandiosa que deja el ánimo asombrado ante tanto esplendor, tan antiguo y tan simbólico.

Esta fue la última visita que hicimos en esta ciudad, que tiene otros monumentos, debido a la importancia que tuvo en los s.s. V y VI.

Aunque no la vimos quiero reseñar que en Rávena se encuentra la tumba de Dante Alighieri uno de los escritores italianos mas destacados de la historia, cuya actividad política le llevo al exilio en esta ciudad, en la que falleció en 1.321

Seguidamente abandonamos la ciudad, para ir a nuestra próxima etapa Padua, que quedara para otro capítulo.

lunes, 22 de febrero de 2021

Viaje por el norte de Italia. Llegada a Florencia


Hace no mucho tiempo pasamos siete dias en Italia, con un recorrido del centro, noreste y norte, que podemos llamar exhautivo, como se ira viendo a lo largo de varios densos capítulos de mi relato.

Empezamos el viaje en Burgos, ya que el grupo estaba formado por antiguos alumnos y amigos de la Universidad de Burgos, y fue gracias a unos amigos, de siempre, que viven en Burgos, que nos pusieron al tanto del viaje, como lo hicimos.

A la mañana siguiente de nuestra llegada a Burgos, bien pronto, casi de madrugada. nos trasladamos al aeropuerto de Madrid, y de allí, después de casi dos horas de vuelo, llegamos a Florencia, primera parada del viaje.

Desde el aeropuerto nos dirigimos al Mirador de Michelangelo desde el que se tiene una privilegiada vista de Florencia, que disfrutamos un buen rato; era la hora de comer y cada cual tomo lo que es un tentempie.

Antes de discurrir por lo mas emblemático de esta ciudad digamos unas cuantas palabras sobre ella.

Florencia ciudad perteneciente a la región de Toscana, es la ciudad mas poblada de su región, con cerca de 400.000 habitantes y con millón y medio si se considera su área metropolitana.

Fue fundada por los romanos en el 59 a.C. con el nombre de Florentia, donde habitarían veteranos del ejercito, es decir un castro o fortificación; interesado Julio Cesar en  este castro, se diseño  según el modelo romano de ciudad, con las calles cardo y decumano cruzándose en la actual Plaza de la República, y pronto se conivirtio en un importante enclave comercial y tuvo todos los edificios que caracterizan a una ciudad romana, acueducto, foro, termas, teatro y anfiteatro, además de extensos campos de cultivo alrededor. El emperador Diocleciano en el s, III d.C. la declaro capital de la provincia de Tuscia.

Gran parte de las construcciones romanas están sepultadas bajo los edificios de las épocas posteriores, pero poco a poco van saliendo a la luz, debido a las prospecciones arqueologica.

Tras la evangelización, el primer mártir, durante la persecución del emperador Decio (201-251), fue San Miniato, probablemente un peregrino procedente de Grecia o de Siria, que fue decapitado alrededor de 250.

En este lugar se construyo un santuario, al que sucedio una capilla en el s. VIII. La construcción de la actual iglesia comenzó en 1.013 y continuo durante varios siglos; tuvo un monasterio benedictino, que paso a cluniacense, que sigue en nuestros días como una Congregación benedictina Olivetana.

La fachada de la iglesia es una de las obras maestras del románico florentino. La he visto en otras ocasiones aunque no esta vez, pero recomiendo su visita grandemente.                       


Tras la caída del Imperio Romano, paso por las manos de diversos pueblos gemánicos, ostrogodos, con la conquista por parte de Teodorico I, longobardos y francos, con el invasión de Carlomagno que dejo en Florencia un conde, sustituto del derrotado conde longobardo.

Una prueba de la recuperación ciudadana de Florencia en el s. XI fue, precisamente la construcción de la basílica de San Miniato.

Despues de unos convulsos siglos, por las luchas entre las familias de la misma ciudad, y contra o a favor de otros, como del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico o el Papa, disputa que durante los s.s. XII y XIII, dividió a la ciudad entre güelfos, defensores del poder del Papa, y gibelinos que apoyados por el emperador germánico se oponían a ese poder.
 
Estas luchas no impidieron que Florencia se convirtira en una de las ciudades mas prósperas y poderosas de Europa, ya que llegaron a acuñar moneda, el florín de oro, en 1.252. que permanecería durante tres siglos como uno de los patrones monetarios del mundo.

El arte florentino se abrió al Renacimiento a principios del s. XV, antes, en varias decádas al principado de los Medicis.

Los Medicis, poderosa e influyente familia, ligados a la historia de Florencia, de modestos orígenes, ya que no procedían de la nobleza feudal, ni de ninguna dinastía, hicieron su fortuna lentamente, sin llamar la atención, en base a los negocios y a su Banca, ya que se convirtieron en banqueros del Papa y de otros altos dirigentes políticos de casi todos los reinos europeos de la época. 

Llego el Cuatrocento, en que las clases populares dominadas por una oligarquía, se aliaron con los Medici, y el primer dirigente político de la familia, Cosme I de Medicis (1.519-1.574), derroto a la oligarqía, iniciando el gobierno de los Medicis,
                                                               

 Los Medicis gobernaron, con alguna interrupción, la política florentina durante 350 años, periodo durante el cual Florencia destaco por su poder económico y por ser el centro de la cultura y del arte.

En 1.737 se extinguió la linea directa de los Medicis, y el gran ducado fue heredado por Francisco de Lorena, esposo de la emperatriz de Austria María Teresa de Habsburgo.

En 1.861, tras un  plebiscito, fue depuesto el último duque de Toscana Fernando IV de Habsburgo-Lorena (1.835-1.908) y la Toscana fue anexionada al recientemnete creado Reino de Italia. Florencia fue la capital del reino durante seis años, desde 1.865 hasta 1,871.

En la Segunda Guerra Mundial fue ocupada por los alemanes (1.943-1.944); esta ocupación tuvo como consecuencia la destrucción de los puentes de Florencia, a excepción del Puente Viejo (Ponte Vecchio) de extraordinadrio valor artístico.

Florencia es conocida por su grandioso patrimonio artístico; aunque con obras notables de todos los siglos anteriores, fue semillero de artistas en el Renacimiento, que sería demasiado largo enumerar, tanto arquitectónicas como plásticas. 

He estado varias veces en Florencia, ciudad a la que cuando se ve una vez se quiere volver tantas veces como se pueda. En esta ocasión, y debido a que era una visita corta, ya que teníamos que llegar a dormir a Bolonia, nos paseamos por el centro, lugar mas visitado y conocido de la ciudad, y solo discurriendo entre sus extraordinarios monumentos.

En primer lugar contorneamos la Catedral obra maestra del arte gótico, Il Duomo de Santa Maria Dei Fiore, en pleno casco antiguo, símbolo de la riqueza y poder de la capital toscana durante los s.s. XIII y XIV, Destaca en ella la grandiosa cúpula, obra de Brunellesqui (1.377-1.476), que fue el que la ideo y consiguió que no se derrumbara, con su extraordinario peso.
                                                                                 

Otro elemento a destacar en la catedral es la torre campanario, el Campanile, trazado por Giotto (1267-1.337) y finalizado a su muerte, en 1.359 por F. Talenti.

La altura de la torre, de mas de 84 m, está recubierto de mármoles policromos, como la catedral y el Baptisterio, y perfectamente integrado en el conjunto. Hay 414 escalones para subir a lo mas alto, pero la subida no resulta demasiado pesada y tiene la recompensa de tener una de las mejores vistas de Florencia.

El Baptisterio dedicado a San Juan Bautista, patrón de la ciudad está enfrente de la Catedral, 
                                                                              

y es el edificio mas antiguo de la plaza, donde se celebraban los bautizos, tiene grandes dimensiones para albergar a la multitud que se reunía allí los días de bautizo.
                                                                   

Fue construido en el s. V, sobre antiguas construcciones romanas. Tuvo la categoría de catedral, consagrada por el Papa Nicolas II (990-1.061) en 1.059.

Son muy importantes las tres puertas de bronce.

 La puerta sur, la mas antigua, debida al escultor Andrea Pisano (1.290-1.348). tiene 28 paneles que representan la vida de San Juan Bautista, entre otros.
                                                                            

 La puerta norte, obra del escultor y orbefre Lorenzo Ghiberti (1.378-1.455) describe en sus 28 paneles la vida de Cristo y de los cuatro evangelistas. 
                                                                              

La puerta tercera, también de Ghiberti, que Miguel Angel llamo "La Puerta del Paraíso", tiene diez paneles que representan episodios del Antiguo Testamento.
                                                                               

Delante de esta última puerta había el habitual  grupo de espectadores, ya que es la mas conocida y apreciada, y con razón, pues siendo todas notables, está es la mas bella.

Seguimos después hasta otra esplendida obra florentina, la Plaza de la Señoría, con sus palacios y estatuas. 


La   Plaza de la Señoría es el centro político y monumental de la ciudad. Su historia se remonta a la época de los romanos y en los siglos posteriores tuvo diversos cambios y distribución. Hubo allí unas termas romanas y luego una iglesia paleocristiana, como han evidenciado las prospecciones arqueológicas, pero fue a partir de 1.268 cuando empezó a tomar el aspecto con la que la vemos hoy día. 

Cuando pasemos por ella estaba llena de gente; también había coches de caballos, que se pueden alquilar, para dar una vuelta sin cansarse.

El edifico mas destacado de la plaza es el Palazzo Vecchio, cuya torre de la Vacca, se distingue desde varios puntos de la ciudad,
                                                                             

El Palacio Viejo se encuentra en esta magnifica Plaza, entre la Plaza del Duomo y el río Arno. 

Hoy día, es el Ayuntamiento de la ciudad, pero sus usos a lo largo de los siglos han sido variados. 

Los orígenes del actual edificio se remontan al s. XIV, cuando los dirigentes florentinos decidieron construir un palacio para albergar los organismos del gobierno de la Republica.

Su realización fue encargada al arquitecto florentino Arnolfo di Cambio (1.240-1.310), que ya había diseñado la catedral  y la iglesia florentina de la Santa Cruz, entre otras muchas obras en Italia. Arnolfo incorporo también la antigua Torre de la Vacca, utilizándola como parte baja de la torre actual, por lo que no es el centro del edificio, al que da su majestuosidad, con sus 94 m de altura.

 El arquitecto, para ahorrar tiempo y dinero también aprovecho los cimientos de las construcciones anteriores; el edifico refleja el estilo austero de las fortificaciones medievales

El Palacio fue construido en el lugar donde estuvo el Teatro romano, y sobre las ruinas del Palacio de Fanti y del Palacio de Justicia, que lo habían precedido.

Cosme I de Medicis. en el s. XVI ordeno su restructuración y decoración para convertirlo en su residencia, que paso a ser el Palacio Ducal.
 
En el exterior, también magnifico, delante de la entrada estuvo copia de la escultura del David de Miguel Ángel, obra maestra del Renacimiento, cuyo original se encuentra ahora en la Galería de la Academia de Florencia.
                                                                                 

Justo enfrente del palacio se encuentra la Loggia dei Lanzi, en otra esquina de la plaza, con estatuas de enorme calidad, que lo convierten en un excepcional museo.
                                                                      
Construida entre 1.376-1.381 por los arquitectos Benci di Cione (1.31-1.388) y Simone di Francesco Talenti (1349-1.388),. su nombre se debe a que en el año 1.527 acamparon en la logia los lansqueneti, soldados de infantería, del emperador Carlos V, en camino hacia Roma.
                                                                                           

En un principio la logia fue utilizada para ceremonias y asambleas, pero en el s. XVI empezó a utilizarse como galería al aire libre de las esculturas de los Medicis, y en efecto fue Cosme I de Medicis quien en el año 1.555 coloco en la logia el Perseo de Benvenuto Cellini (1.530-1.571), considerada la escultura mas importante del pórtico, estatua en bronce que representa al héroe griego, alzando la cabeza que acaba de cortar a la Medusa  
                                                                     

Otra de las obras sobresaliente es el rapto de las Sabinas, escultura en mármol del flamenco Juan de Bolonia, llamado por los italianos Giambologna (1.529-1.608) 
                                                                                     

Otros monumentos de la Plaza de la Señoría  son el Tribunal de las Mercancías, construido en 1.359.
Sobre la fachada en lo alto se encuentran las copias de las veintitres artes, mas el escudo del Tribunal, mientras los originales se conservan en el interior del palacio.
                                                                                              

Otros edificios notables se integran en esta maravillosa y tan variada plaza, como el Palacio Uggucione, construido por el gran duque Giovanni Uggucione en 1.550
                                                            

y otros edificios mas modernos.

Las estatuas de la Plaza son un elemento decorativo de grandísimo nivel. Las mas antiguas son las que están delante del Palacio Viejo, el David de Miguel Angel, el Marzocco, león rampante, símbolo de la ciudad, Hércules venciendo a Caco, etc.; a destacar la gran fuente de Neptuno,
                                                                       


esplendida obra del arquitecto y escultor Bartolome Ammannati (1.511-1.592) y Giambologna escultor flamenco (1.529-1.608) que fue uno de sus aprendices.

Construida en mármol y bronce fue encargada para festejar el matrimonio entre Francisco I de Medicis (1.541-1.587) y la archiduquesa Juana de Austria (1.547-1.578).

La figura de Neptuno, en mármol de Carrara, refleja los rasgos de Cosme I de Medicis, se yergue sobre un pedestal decorado con figuras mitológicas, en el centro de una fuente octogonal.

La fuente ha sufrido numerosos daños a lo largo de los siglos: fue usada como lavadero; sufrió daños y vandalismo  ya en el s. XVI;, fue bombardeada durante la guerra de unificación de Italia, y fue restaurada en 2.005.por lo que tuvimos el placer de verla en su estado original. 

Para acabar este, ya largo, relato citare la estatua ecuestre de Cosme I de Medicis, muy cercana a la Fuente de Neptuno

La estatua fue encargada, en 1.587 a nuestro conocido escultor Giambologna, por Fernando I de Medicis (1.549-1.609) para honrar a su padre Cosme Primer Gran Duque de Toscana, y realmente luce soberbia.

Después de estas dos visitas la Plaza del Duomo y la Plaza de la Señoría, dimos por concluida la visita a Florencia, en esta ocasión, ya que nos esperaban cerca de dos horas de bus, por una carretera escarpada, con muchas vueltas, de manera que llegamos ya de noche.

Dejamos Bolonia para el próximo capítulo.