miércoles, 26 de agosto de 2009

Capítulo XII. Necrópolis de Saqqara, mastaba y pirámides

Hoy nos esperaba un día muy interesante. En los alrededores de El Cairo están algunos de los monumentos más importante de la cultura egipcia y podríamos decir universal. Pero... vayamos más despacio.

Nos levantamos de madrugada, como habitualmente, y fuimos en bus a la necrópolis de Memphis, la capital del Imperio Antiguo, en Saqqara. Esta necrópolis es la más extensa e importante históricamente de Egipto, pues allí están representadas todas las dinastías desde la primera, hasta las de la época ptolemaica y persa.

El dios Sokar, frecuentemente representado de color verde, con cabeza de gavilán (no confundir con el dios Horus), era el patrono de la necrópolis, de la cual deriva el nombre.

Las primeras sepulturas fueron mastabas; esto es una construcción troncopiramidal de base rectangular; en las más suntuosas las paredes podían llegar a medir 20 m. Las primeras se construyeron de ladrillos de adobe, para pasar luego a la piedra cuando los instrumentos para tallarla se fueron perfeccionando. Hay muchas mastabas en Saqqara pues los nobles y grandes funcionarios adoptaron esta forma de enterramiento, desde la III Dinastía.

Nosotros visitamos la del gran visir del faraón Teti I y Sumo Sacerdote de Ra en Heliópolis Kagemni, que estaba casado con una hija del faraón, la princesa Nebtinubjet.

Fue supervisor de la construcción de la pirámide de Teti, lo cual explica su acceso a los mejores artesanos de la época.

Pues efectivamente, la decoración de las salas es de gran calidad; muestran escenas tanto de su vida política, como cotidianas. Hay representados animales, escenas de caza y pesca, escenas de lucha contra los hipopótamos y cocodrilos. Están reflejados hasta los más mínimos detalles como flores de loto flotando, las redes de los pescadores, ranas, libélulas. Hay también escenas de ordeño de vacas, o de alimentación de cachorros. Kagemni está representado con toda solemnidad ejerciendo su ministerio, recibiendo a los escribas, etc.

Todo este conjunto es espléndido; de una perfección que asombra. Ya de fechas tan antiguas el arte egipcio había llegado a la cumbre, y fue muy superior al de otras épocas.

Enfrente de la mastaba de Kagemni esta la pirámide de su faraón, Teti I, de la VI Dinastía. Los más decididos del grupo entramos en ella, casi reptando por un corredor descendente que llega hasta la cámara del sarcófago, de basalto negro.

En las paredes de la cámara está escrito el Texto de las pirámides, conocido allí por primera vez. Es la más antigua colección de encantamientos que tenían la finalidad de ayudar al rey difunto a llegar al más allá y son base de muchas de las concepciones teológicas y religiosas de los egipcios.

El nombre egipcio de la pirámide de Teti: "Duraderos son los lugares de Teti", no resultó del todo exacto, pues la pirámide está medio derruída, ya que se utilizó como cantera desde la antigüedad.

Cerca de ella están la tumba de su esposa Juit, que originalmente era una mastaba, la de otra esposa , Iput, hija del faraón Unas, y las mastabas de los grandes funcionarios, como hemos visto en la de Kagemni.

Todo esto nos fue preparando para ver una obra única, la pirámide escalonada del faraón Zoser, que está en las proximidades. Es el monumento más importante de la necrópolis de Saqqara, prototipo de las grandes pirámides de Giza.

La pirámide escalonada, Dyeser-Dyeseru "La más sagrada" del faraón Zoser, es una maravilla única en Egipto. Consiste en seis mastabas gigantescas colocadas una encima de otra, y es la primera obra de enormes dimensiones en la que se utilizó la piedra, no sólo en Egipto sino en todo el mundo.

El arquitecto que la diseñó se llamaba Imhotep, "el que viene en paz", bonito nombre en toda época. Fue visir del faraón Zoser, Sumo Sacerdote de Heliópolis, médico, astrónomo y arquitecto. El primer "científico" de la historia. Tal fue su fama que acabó siendo divinizado, dos mil años después de morir, como hijo de Ptah. También se le vinculó al dios Thot.

Tuvo que organizar el proceso de construcción, controlar a cientos de obreros, solucionar el problema del peso de las piedras, que resolvió usando bloques relativamente pequeños, más fáciles de transportar y manejar. Hay que tener encuenta que el único metal conocido entonces era el cobre.

La pirámide formaba parte de un complejo para celebraciones, entre otras el Heb Sed, o fiesta del jubileo del faraón, una fiesta de renovación de la energia sobrenatural del faraón.
El complejo funerario incluía un templo, varios edificios más y estaba rodeado de una muralla con contrafuertes.

La entrada al complejo, es una pequeña puerta, de no más de un metro de ancha, en medio de grandes torres. Dentro hay preciosas columnas de piedra imitando los haces de cañas, que formaron los soportes de los templos primitivos. Se siente con fuerza el impacto de esa civilización. Quisiera uno quedarse un gran rato para disfrutar de esas sensaciones visuales y espirituales, pero... el programa debe continuar de forma implacable, como implacables eran ya los rayos de Amon-Ra.

Hasta el próximo capítulo.