domingo, 29 de septiembre de 2013

Jerez de la Frontera. Caballos y vino

                                                                      

 Para nuestra última excursión a Jerez de la Frontera tuvimos un día pasado por agua, pues no dejo de llover ni un momento desde que salimos hasta que llegamos. Como el viaje tenía dos puntos concretos en cuanto a la visita, no tuvo demasiada importancia ya que en ningún momento se pretendía andar por la ciudad.

Recorrimos en el bus la costa desde Torremolinos hasta el último pueblo de la provincia de Málaga,  Manilva, para adentrarnos después en el Parque Natural de Los Alcornocales.

El Parque Natural de los Alcornocales, con una superficie de mas de 167.000 ha, es uno de los mayores Parques Naturales de España, declarado como tal en 1.989. Su parte mas extensa pertenece a la provincia de Cádiz, aunque tiene una pequeña parte en la provincia de Málaga. En el hay 17 municipios y viven unas 380.000  personas, aunque casi la totalidad de su territorio está ocupado por masas arboreas de bosque autóctono mediterraneo, con diferentes aprovechamientos tanto forestales, como ganaderos, de caza y recolección de setas y brezo, etc. aunque su producción mas destacable es el corcho, procedente del alcornoque.

La situación geográfica del parque, donde se unen el Océano Atlántico con el Mar Mediterraneo y casi Europa con África ha marcado su devenir, tanto natural como cultural, dada la antigüedad de su poblamiento.

Tiene una gran variedad de paisajes, de fauna y vegetación mediterranea, y gran patrimonio cultural.

                                                                               

En su territorio tiene el mayor bosque de alcornoque de España y uno de los mas grandes del mundo, en excelente estado de conservación, aunque manteniendo la explotación del corcho.

También hay otras masas forestales importantes de quejigos o robles andaluces (Quercus canariensis), con los troncos o ramas colonizados por líquenes, prueba de la poca o nula contaminación ambiental, musgos y helechos mefíticos, y en menor extensión también hay pequeños bosques de acebuches y de roble melojo.

Aunque el día estaba pasado por agua, y solo vimos el parque a través de las ventanas del autocar, se podía percibir su belleza, con sus bosques, prados, ríos y montañas.

Ejemplares de ganadería de toros bravos, a veces solos y otros en pequeños grupos, se podían ver a lo lejos. Según parece, además de disfrutar de tan magnifico territorio, tienen una función de guardianes del parque, pues pocos humanos se atreven a entrar en sus posesiones.

Después de atravesar el Parque, llegamos a Jerez de la Frontera, donde íbamos a hacer dos visitas. La primera, al espectáculo de doma equina llamado "Como bailan los caballos andaluces", en la Real Escuela de Equitación Española, y la segunda a las Bodegas "Tío Pepe"; atractivo programa, en verdad.

Jerez, que sin duda tiene otros grandes atractivos, dada su importancia histórica, lo dejaremos para otra visita, pues solo vimos algunos de sus monumentos al pasar.

Mientras seguía lloviendo con fuerza, llegamos a las instalaciones de la Real Escuela de Arte Ecuestre, que se encuentra en el extenso parque del Palacio del Recreo de las Cadenas, conocido también como Palacio de los Duques de Abrantes, y comprende además del Palacio, dos Museos, una guarnicioneria y el picadero, donde se realiza la exhibición.
                                                                           
                                                    
El Palacio de Abrantes es un gran edificio de estilo ecléctico, diseñado, entre 1.861 y 1.868, por el arquitecto francés Charles Garnier, autor de la Opera de París y el casino de Montecarlo, entre otros, por encargo del empresario vinatero de origen francés Julian Pemartin y Laborde, abuelo del gran escritor y dramaturgo José María Pemán, que, posteriormente fue adquirido por los Duques de Abrantes, Carmen de Carvajal, XII duquesa de Abrantes y su marido Francisco de Borja Zuleta de Reales, conde de Belalcazar, de quienes el edificio tomo el nombre.
                                                                     

Al lado derecho, después de la puerta de entrada, están las demás instalaciones, entre las cuales el picadero, donde se realiza el espectáculo.


                                                                                     

La Real Escuela de Arte Ecuestre de Jerez fue fundada por don Alvaro Domecq en 1.973, tras ser animado a su creación por el rey Juan Carlos I, tras presenciar el espectáculo "Como bailan los caballos andaluces", que continua al día de hoy.

 En una primera etapa la Escuela se desarrollo bajo la gestión personal de su creador. Mas tarde el Ministerio de Información y Turismo se hizo cargo de la misma, comprando "El Recreo de las Cadenas" al duque de Abrantes, construyéndose entonces, el picadero cubierto, obra del arquitecto  José L.Picardo. Hoy día su sostenimiento y desarrollo corresponde a la Junta de Andalucía, aunque tiene algunas aportaciones privadas.

Aunque su mas conocida actividad es la del espectáculos de Doma, se ocupa de muy diversas tareas, como la de la selección de caballos de raza española, la formación de jinetes, la conservación y promoción de la Doma Clásica y Vaquera etc.

Pues bien, llegada la hora del comienzo de la exhibición ya habíamos ocupado nuestros asientos y
estábamos expectantes.


El espectáculo "Como bailan los caballos andalucas" consta de seis números:
  1. Caballos de Campo
  2. Al son de la Garocha
  3. Trabajos en la mano
  4. Enganches
  5. Paso de dos y
  6. Son y ritmo
                                                                          
Esta exhibición de Doma Clásica y Vaquera es un ballet ecuestre, con música andaluza y española y vestuario de gala, a la usanza del s. XVIII. También se presentan otros trabajos de equitación tradicional , en los que participan diversos enganches.


El  espectáculo resulto muy bonito e incluso emocionante. Ver a esas preciosas y enormes criaturas, que son los caballos, tan perfectamente domados y dirigidos por sus jinetes, es digno de admiración.


Solo, en el número de "Enganches", hubo un pequeño accidente, sin consecuencias, al soltarse una rueda de uno de los coches, que fue atendida inmediatamente, sin que el espectáculo sufriera apenas.

Satisfechos con el espectáculo, salimos a los jardines.

 Seguía lloviendo, pero nuestra siguiente parada era también a cubierto. Íbamos a visitar una de las antiguas bodegas, sino la mas antigua de Jerez, donde se elabora el vino que le ha dado renombre universal, las Bodegas González Byass.
                                                                     

La bodega fue fundada en 1.854 por Manuel González Ángel, un ciudadano de Jerez, que conocía el negocio del vino a través de su trabajo como bancario, y le veía grandes posibilidades, pero que no sabía nada de viñedos, producción de vino, etc., por lo que un año después se asocio con su agente en Londres, el inglés Robert Blake Byass, asociación de la que surgió el nombre: González Byass.

La sociedad duro hasta el año 1.980, en que se disolvió. Hoy día diversos miembros de la familia González siguen ocupando puestos directivos.

Es la principal empresa bodeguera del Marco del Jerez, territorio vitivinícola de las provincias de Cádiz y Sevilla, donde se produce y se cría la uva del jerez, en dos áreas diferenciadas para cada tarea.

La solera del Tío Pepe, una de las marcas de la Bodega González Byass mas conocida, sistema de envejecimiento del vino, que usa vasijas llamadas botas, fue establecida en 1.844 y no se ha interrumpido nunca desde entonces. Debe su nombre a un tío del fundador, en cuyo honor se elaboro un vino fino seco, que dio fama mundial a la bodega.

Bien, pues llegamos a la Bodega González Byass mientras seguía lloviendo. Allí nos atendió un empleado de la misma que, con toda amabilidad, nos enseño algunas de sus dependencias.

La bodega González Byass es una auténtica joya. Es la mas antigua de las que podemos denominar bodegas-catedrales de Jerez, llamadas así por su parecido a templos religiosos, tanto por su altura, como por sus dimensiones, cumpliendo la idea del viajero y escritor británico Richard Ford:  "para el mejor vino la mejor casa".

Empezamos la visita por el pabellón Real Bodega  La Concha, diseñada por el ingeniero francés Gustav Eiffel, conocido por ser el creador de la Torre Eiffel de París, con un concepto de arquitectura original y revolucionaria para la época.

                                                                         
Fue inaugurado en 1.862, con  motivo de la visita de la reina Isabel II de España a las bodegas González Byass.

Su estructura carece de soporte central, ya que el peso de la cúpula se asienta sobre nervios de hierro apoyados en el muro semicircular, que le da aspecto de concha.

En su interior hay 214 botas y puedo decir que es muy bonito.
                                                                           

Accedimos luego al interior de la bodega,


que recorrimos mientras nos explicaban la elaboración  de los vinos de Jerez, muy distinta de los otros vinos como p.e. el Rioja o el Ribera del Duero.
                           
Lo importante para la elaboración de los diferentes vinos de Jerez es conseguir después de la cosecha de uvas, su molienda, prensado y encabezado (adición de alcohol para elevar la graduación), que en la barrica crezca lo que se conoce como flor, un  hongo que forma una capa y que da al vino propiedades únicas y, al mismo tiempo lo protege de la oxidación. aunque al contrario de lo que sucede con el vino tradicional, el oxigeno puede, en algunos casos, como para el vino amontillado, ser apropiado.

La manera de envejecer el vino también es diferente y debido a sus características no puede tener fecha de envasado ya que se trata de ir trasvasando el vino desde la bota mas alta, hasta la última de la pila. En cada piso el vino va madurando y convirtiéndose en el exquisito jerez que conocemos.

La bodega es esplendida, tanto por su estructura, con columnas, como por las botas extraordinarias que se exponen  al público, y los recuerdos de su fundador.
                                                               

Paseamos ampliamente por ellas, antes de acabar en un bonito restaurante, especie de pecera de metacrilato, donde teníamos la comida. En este caso fue excelente, acompañada de vino de jerez, y con ricos platos.                                                                   


A la salida continuaba lloviendo, pero la excursión había valido la pena.                                                                                                      

domingo, 22 de septiembre de 2013

Manzanas asadas


                                                                             

Las manzanas asadas son un postre delicioso, ademas de sano.

 Se pueden hacer con cualquier variedad de este fruto, pero a mi las que mas me gustan para asar, son las manzanas reinetas.

Ingredientes                                                              


1 manzana grande por persona
1 cucharada de café, de azúcar, para cada manzana
una bolita de mantequilla, tamaño avellana, para cada manzana
agua fría
mermelada al gusto

Elaboración

Con un aparato especial o con un cuchillo muy afilado quitar el corazón de cada manzana, sin calar al fondo.

Lavar y secar cada manzana.

Poner en una fuente para horno 3 cucharadas de agua.

En el agujero de cada manzana, echar el azúcar y la mantequilla.

Poner a horno 150ºC previamente calentado durante 10 minutos, unos 30 minutos, aunque esto depende de la clase de manzanas.
                                                                               

Se sirven frás o templadas, rellenando el agujero con mermelada al gusto, o con natillas.
                                                                               

domingo, 15 de septiembre de 2013

Ceuta


                                                                   
Gran madrugon hoy, para nuestra primera visita a Ceuta, ciudad española y africana

Nos levantamos mucho antes que el sol, a las cinco de la madrugada. El viaje de hora y media larga transcurrió en la oscuridad.

Por fin llegamos a Algeciras, gran puerto en la provincia de Cádiz, el primer puerto europeo en viajeros y el segundo en mercancías. De la ciudad solo vimos la gran refinería de CEPSA, el puerto y la primera linea de casas de pisos.
                                                         

A las 9 embarcamos en el ferry que hace la travesia del Estrecho de Gibraltar. A la izquierda del barco se podía ver muy bien el Peñón de Gibraltar, con su conocida silueta.


Una negra nube ocupaba un buen trozo de cielo, pero el resto del mismo era azul y soleado.
                                                               

Tras casi una hora de viaje llegamos a Ceuta.

Antes de recorrerla sepamos algo de ella.

El emplazamiento geográfico de Ceuta es privilegiado, como sucede con las ciudades que ocupan un istmo, cuya longitud es de 19 km2, que va desde el Monte Hacho hasta el continente africano; también pertenece a Ceuta la Isla de Santa Catalina, mas islote que isla.
                                                                                 

Paralela a la costa corre la Sierra de Anyera, llamada en la parte ceutí, la Sierra de la Mujer Muerta, nombre que alude a su silueta, vista desde la ciudad.

                                                                  
En el territorio de Ceuta hay siete colinas, que son el origen de su nombre, del latín Septem Frates, que derivo en Septa, de ahí Ceuta, entre las que destaca el Monte Anyera, el mas elevado del territorio, con 349 m. de altitud.

Considerada como la divisoria entre las aguas de los dos mares que la rodean, el Océano Atlántico y el Mar Mediterraneo, hay, a cada lado de la ciudad, sendas bahías.

         
La historia de Ceuta es antiquísima. Por ella han pasado diversos pueblos que la nombraron de diferentes maneras, tratando de describirla, tanto por su belleza, como por su topografía. El que ha derivado en el actual es el que le dieron los romanos, Septem Frates, como ya sabemos.

Los primeros en llegar fueron los fenicios; fue, después, una ciudad cartaginesa, base naval durante la primera Guerra Púnica; a los cartagineses sucedieron los romanos. Tras la caída del Imperio Romano fue arrasada por los vándalos en 423, y ocupada posteriormente por los godos y los bizantinos, en su empeño de restaurar el Imperio Romano de Occidente, empresa que fue de corta duración, ya que los visigodos la recuperaron.

En el 711 fue invadida por los musulmanes, que la conservaron hasta 1.415, en que fue devuelta a la cristiandad por el rey Juan I de Portugal, que nombro gobernador de la ciudad a Pedro de Meneses, I Conde de Vila Real, cuya estatua adorna una de las plazas de la ciudad.

Fue portuguesa hasta que paso a integrarse en España durante el reinado de Felipe II, con la unificación de la Península Ibérica. Cuando esta unión acabo, separándose Portugal definitivamente de España en 1.640, durante el reinado de Felipe IV, los ceutíes decidieron seguir siendo españoles, por lo cual el rey concedió a la ciudad los títulos de Noble, Leal y Fidelísima. Sin embargo la ciudad no olvido sus orígenes y conservo el recuerdo de Portugal en su escudo.

A la muerte de Carlos II, durante la Guerra de Sucesión, en 1.704, la Armada inglesa, en colaboración con los nativos, después de haber ocupado el Peñón de Gibraltar, intento hacerse también con Ceuta, pero fue rechazada .

En 1.956 tras la independencia del reino de Marruecos, hasta entonces un Protectorado hispano-francés, empieza una reivindicación del mismo sobre Ceuta, por motivos mas que nada geográficos, pues el territorio de Ceuta nunca ha sido marroquí.

Hoy día es una próspera ciudad de mas de 82.000 habitantes, en la que conviven en armonía españoles, magrebíes, hindúes y judíos, favorecida por su calidad de puerto franco.

Uno de los símbolos de Ceuta, que se ve desde que se llega al puerto, son las Columnas de Hércules, una Abyla, que representa Ceuta, y otra Calpe, Gibraltar, que según la leyenda  estaban en este lugar, separando los continentes, y que Ulises pudo ver a su regreso a Itaca, tras la Guerra de Troya.

Hay dos inmensas esculturas en bronce de Hércules en Ceuta, obra del artista local Ginés Serrán, las mayores esculturas de bronce en el mundo, referentes a la mitología clásica, ya que miden 7 m. de altura y pesan, cada una, cuatro toneladas.

Una de las esculturas colocada en la bocana del puerto sirve de saludo a los viajeros, la otra está en la Plaza de la Constitución. El propio escultor eligió el estrecho de Gibraltar, escenario del mito original, para el emplazamiento de una de ellas.

                                                                  

 El importante patrimonio histórico y artístico de Ceuta, se evidencia tanto en los restos arqueológicos, que nos han dejado los pueblos que allí se asentaron, como en sus monumentos, gran parte de los cuales proceden de su pasado militar.

Subimos en primer lugar al Monte Hacho, desde donde hay una panorámica de todos los puntos cardinales, tanto de Ceuta, a los pies del monte, como del océano, y a lo lejos el estrecho, con la lejana silueta del Peñón de Gibraltar.                                                                


El monte Hacho, se encuentra en la Península de Almina y es la mayor elevación de Ceuta; es también el lugar donde se estableció la primera población, en épocas prehistóricas; está coronado por la Fortaleza de Hacho, construida por los bizantinos,  antes de ser utilizada por musulmanes, portugueses y españoles.
                                                                           

Hoy día es un cuartel del Ejercito Español.

En este privilegiado entorno se encuentra la Ermita de San Antonio, santo muy popular en Ceuta, junto al Mirador del mismo nombre.

Se trata de una ermita construida en el s. XVI, que cada año acoge una romería en honor del santo.
                                                                

Visitamos la ermita por fuera y por dentro, y contemplamos el esplendido paisaje, mientras nos caía un chaparrón encima.
                                                                             

 Esta ciudad, por su emplazamiento geográfico, tiene un clima muy cambiante y tanto llueve como sale el sol, cosa que sucedió varias veces, a lo largo de la mañana.

Después de un breve paseo en autobús por la ciudad, en lo que se llama una visita panorámica, quedamos sin guía, a nuestras expensas para tratar de conocer un poco la ciudad.

Por consejo de una de nuestras acompañantes, que no guía, fuimos a un museo inaugurado en 2.006; fue un buen consejo, pues resulto muy interesante.

Se trata del museo construido sobre una basílica tardorromana, que recoge todos los hallazgos arquelógicos encontrados en Ceuta.
                                                               

El Museo exhibe, no solo los restos de la Basílica Tardorromana, sino también piezas de la Cabilia de Benzú, restos pertenecientes a la factoría de salazones romana, un aljibe medieval y una sala dedicada a la desaparecida Madraza de Yadida.
                                                         


                                                                                  

El recorrido por las interesantes piezas mostradas, incluye paneles informativos y material audiovisual.
                                                                          

La Basílica, declarada Bien Cultural en 1.991, data de finales del s. IV o principios del s. V.

 La parte central de la basílica fue utilizada como necrópolis, que muestra diferentes tipos de sepulturas, algunas de las cuales aún no han sido abiertas. Una pasarela elevada está colocada encima de la necrópolis, para apreciarla bien, Allí se ha encontrado un interesante sarcófago romano.
                                                                          

Su importancia radica en ser uno de los pocos testimonios del Cristianismo y de basílicas, en el norte de África.

Pasamos un buen rato recorriendo el museo, de muy agradable y documentado recorrido.

Tras la visita al museo nos llegamos a la Plaza de África, centro neurálgico de la ciudad, rodeada de bellos edificios de diferentes épocas, como la Catedral, el Santuario de Nuestra Señora de África, las Casas Consistoriales, la Comandancia General, además de una panorámica de las bahías norte y sur.

La Catedral estaba cerrada, solo pudimos ver el exterior, que me recordó algunas iglesias de las Islas Canarias.
                                                                   

La Catedral de la Asunción de la Virgen, su nombre completo, tiene una portada neoclásica de mármol negro. Se empezó a construir en 1.677 acabando las obras en 1.726. En 1.949 se procedió a una reforma del templo, al que se doto de una segunda torre, ya que hasta entonces solo tenía una, y se efectuaron bastantes modificaciones en el interior. Se advierte, en su exterior, también, cierta influencia de la Catedral de Cádiz.
                                                                                
                                                                                 

En medio de la Plaza de África se eleva un monolito neogótico, en recuerdo de los Caídos en la Guerra de África (1.859-60) .

El Santuario de Nuestra Señora de África se alza cerca del mar; data del s. XVIII, en que se construyo el actual edificio, sobre una ermita anterior.
                                                                                 

Está dedicado a Nuestra Señora de África, Patrona de Ceuta, cuya imagen fue enviada a Ceuta, el año 1.425, por el Infante portugués, Enrique el Navegante. Es una talla en madera, de una pieza y estilo gótico, procedente de Centroeuropa,  que sostiene a su hijo, Jesús, muerto.

En el interior y dentro de un retablo barroco, se encuentra el camarín de la Virgen de África. La Virgen sostiene el Aleo, bastón con el que jugaba el primer gobernador de Ceuta, Pedro de Meneses, cuando fue nombrado tal por el rey Juan I de Portugal, ofrecido por el mismo a la Virgen, y que desde entonces emplean todos los gobernadores de la ciudad, en su toma de posesión.

La imagen de Nuestra Sra.de África viste un manto bordado, que es cambiado según los usos litúrgicos, dentro de los varios que posee.
                                                  

Enfrente del Santuario se encuentra la Comandancia General de Ceuta; esta institución militar ya existía en el s. XVIII, y continua funcionando actualmente. El edificio de la Comandancia tiene algo de inspiración portuguesa


Camino de nuestro punto de encuentro con el resto de la excursión, contemplamos las imponentes murallas de Ceuta.

Las primeras murallas fueron construidas por los musulmanes, reconstruidas siglos mas tarde por los portugueses, primero y por los españoles después, entre 1.674 y 1.705. Un gran foso navegable las rodea y tienen subterráneos para refugio y defensa de la ciudad.
                                                                             

Se puede también admirar otro lienzo de la Muralla Norte, las Murallas del Paseo de las Palmeras, que sostienen la calle del mismo nombre, que va desde la plaza de África, hasta la Plaza de la Constitución.

El Paseo de las Palmeras es la calle primera de Ceuta, y en ella hay buenos y bellos edificios de distintas épocas.
                                                                        
                                                                         
Al principio de la Calle se halla la Puerta de Santa María, por donde, según la tradición entro la imagen de Nuestra Señora de África, enviada, como sabemos, a Ceuta en 1.421, por el Infante Enrique de Portugal.
                                                                     

Llegamos después a una de las calles comerciales, llena de gentes diversas y gran animación, desde la que salimos hacia el restaurante, pues había llegado la hora de comer.

Para esta imprescindible actividad, fuimos al Parque Marítimo de Ceuta.
                                                                           

En la zona de Ceuta que se ha ganado al mar, se encuentra el Parque Marítimo del Mediterraneo, obra del artista lanzaroteño Cesar Manrique, que como siempre en sus realizaciones, respeta el entorno, lo pone en valor, y crea espacios muy agradables.

El Parque ocupa 56.000 m2, y tiene lagos de agua de mar, solariums y jardines, instalaciones y servicios.
                                                              

A la entrada se encuentra el edifico principal, a modo de castillo, inspirado en las antiguas murallas ceutíes, que alberga el Casino de Ceuta, un restaurante y una discoteca.
                                                                          

Comimos en uno de los restaurantes del parque, resultando el entorno bastante mejor que la comida.

A la salida nos esperaba otro fuerte chubasco, así que nos apresuramos a montar en el autobús, para hacer el camino de vuelta, puerto, ferry y carretera.                  

domingo, 8 de septiembre de 2013

Antequera

                                                                                  

 Para esta excursión a Antequera, que nos iba a llevar medio día, salimos antes de las 9, con un tiempo fresco pero despejado; ayer llovió por dos días, pero hoy teníamos suerte y no llovía, ya que en nuestro destino las vistas panorámicas, tanto del campo como de la ciudad, son parte importante de la visita.

Atravesamos los Montes de Málaga, siguiendo el curso, ahora a un lado, luego al otro lado de la carretera, del río Guadalmedina, pequeño, y turbio en esta época, debido a las frecuentes lluvias invernales. 

Antequera, situada al norte de la provincia de Málaga, en la comarca de la Vega de Antequera,  se encuentra en el centro de Andalucía, donde confluyen las principales vías de comunicación entre las cuatro grandes ciudades andaluzas, Málaga, Córdoba, Granada y Sevilla; con cuatro aeropuertos a una hora de distancia y  comunicada con el puerto de Algeciras por vía ferroviaria, se perfila como  gran centro logístico, con varios parques empresariales. Además la comarca regada por el río Guadalhorce, tiene una próspera agricultura, donde se cultivan olivares, hortalizas y cereales

La geografía de la Vega de Antequera es variada, debido a su situación entre dos grandes unidades de relieve, las Cordilleras Subéticas y el Surco Intrabético. La mayor parte del territorio se extiende por la llanura que forma la Depresión de Antequera, en la que se asientan la mayoría de los núcleos urbanos, incluida la propia Antequera.

Como se puede ver la llanura es extensa y ofrece un esplendido paisaje.

           
 Una de las mayores curiosidades geológicas, aunque no la única, es la Peña de los Enamorados, gigantesca  roca solitaria, de 880 m de altura y naturaleza caliza, que parece la cabeza de un indio tumbado, por lo que también es conocida como "El Indio de Archidona"; su primer nombre procede de la leyenda de unos amores entre un cristiano y una princesa mora, que, al ser acorralados, mientras los perseguían los soldados enviados por el padre de ella para capturarlos, prefirieron arrojarse de la Peña y morir juntos, antes de verse separados.


 La Peña se divisa desde cualquier punto de Antequera, y, por decirlo así, preside toda la llanura.
                                                                       

Por citar otra formación geológica, en el entorno de Antequera destaca el Parque Natural de El Torcal, famoso por las caprichosas formas de sus rocas calizas, que conforman uno de los paisajes kársticos mas grandes e importantes de España y de Europa.

 Antequera, tiene una historia muy antigua, precedida de una Prehistoria con unos ricos e interesantísimos restos arqueológicos de los primitivos pobladores, que ocuparon la zona entre 4.000 y 2.000 años a.C., y que han dejado los dolmenes de Menga, Viera y El Romeral, al lado de la ciudad, sobre los que volveré a hablar.

Seguramente el territorio fue poblado por íberos, fenicios y cartagineses, aunque fueron estos últimos los que han dejado restos arqueológicos en Cerro León.

A los cartagineses les sucedieron los romanos, que le dieron el nombre de Antikaria y la convirtieron en un importante centro económico, sobre todo para la producción y exportación del aceite de oliva. De esta época quedan unos baños romanos, excavados en el suroeste de la ciudad y la escultura del efebo de Antequera, datada en el s. I d.C.
                                                                       
La ciudad fue destruida durante las invasiones germánicas y no resurgió hasta la invasión musulmana, llamándose entonces Medina Antaqira, fortificándose, durante esa época, con una alcazaba y una muralla defensiva.

La reconquista de la ciudad, muy importante en la progresión de los cristianos hacia el reino de Granada, estuvo a cargo del infante Fernando de Castilla, regente de la misma durante la minoría de su sobrino, el futuro rey Juan II, que ha pasado a la historia como Fernando el de Antequera y que después de la muerte de rey de Aragón, Martín I, su tío, sin descendencia, gano entre otros seis aspirantes la corona, en el llamado compromiso de Caspe, jurado en 1.412 como Fernanando I de Aragón.

La campaña guerrera duro de abril a septiembre de 1.410, cuando los moros capitularon.

Una vez concluida la reconquista por los Reyes Católicos, la ciudad tuvo un gran desarrollo tanto económico como demográfico, por su privilegiada situación como encrucijada de las principales rutas comerciales.

Los s.s. XVI, XVII y XVIII fueron de prosperidad y esplendor para Antequera, con aumento de la población y construcción de conventos, iglesias, palacios y casonas que la convierten en una ciudad monumental.

En el s. XVIII se desarrolla en Antequera una floreciente industria textil, basada sobre todo en la lana y en menor medida en la seda, por lo que se le concede el título de "Real Fabrica de Lanas, Paños y Bayetas".

La invasión del ejercito francés de Napoleón, en 1.810, significo, como en el resto de España, un desastre completo por las destrucciones, expoliaciones, y demás actos de guerra y de saqueo que se perpetraron durante los dos años de ocupación.

Otras causas, como las epidemias, y la perdida progresiva de la industria textil, que fue acaparada por la incipiente industria textil catalana, contribuyeron a su decadencia en el s. XIX.

En el s. XX no mejoro la situación en que había quedado Antequera, produciéndose tras la Guerra Civil  (1.936-39) una intensa emigración, favorecida  por los poderes públicos.

 Hoy día, recuperada de esos avatares históricos, es una ciudad monumental, con gran patrimonio histórico y artístico de gran valor.

Su población es de cerca de 42.000 habitantes, y sus expectativas económicas y sociales halagüeñas.

Empezamos nuestra visita por la zona arqueológica, compuesta por los dolmenes y la necrópolis, el conjunto megalítico mas grande de Europa, con unos 5.800 años de antigüedad.

De los varios dolmenes, el mas destacado es el Dolmen de Menga, por su tamaño y estado de conservación; ocupa un ligero promontorio sobre el que se excavo una fosa, que se convertiría en una cámara sepulcral.
                                                                       

 Su grandiosidad reside en su propia arquitectura y en el enorme tamaño de las losas que forman el dolmen, tanto las de la pared, como el techo, que precisó de pilares para sostenerlo.
                                                                            

Muy cerca está el Dolmen de Viera, que data de la misma época, con una galería cubierta que comprende un largo corredor de acceso a una puerta horadada en el roca, por la que se entra a la cámara, también cubierta por una enorme losa.

                                                                           

Desde la zona de los dólmenes se tiene un estupenda vista de la Peña de los Enamorados. Se puede especular sobre la magia, y el significado religioso que podía tener tan extraordinaria formación geológica, para los hombres de hace casi 6.000 años.

Dejamos a continuación la Prehistoria, para sumergirnos en la Historia, recuerdo de la cual Antequera tiene muchos y grandes monumentos. De hecho es una de las ciudades con mayor patrimonio artístico de Andalucía, y conste que en esa región de España hay mucho, muchísimo.

Subimos seguidamente, en el bus, a la parte alta de la ciudad y desde al allí, según íbamos bajando por sus empinadas calles, contemplábamos el castillo, termas romanas, murallas, iglesias y conventos, etc., hasta llegar al centro de la ciudad,  la Plaza del Coso.

Pero vayamos bajando poco a poco.

A veces se dice que Antequera es la ciudad de España con mas iglesias y conventos. Esto es fruto de su condición de villa fronteriza con los dominios musulmanes, que hizo a las ordenes religiosas establecerse en este territorio, fundando mas de treinta templos y conventos.

La parte mas alta de la ciudad está presidida por la Alcazaba, fortaleza de origen romano, posteriormente  utilizada por visigodos y agarenos, que conserva parte de su muralla, y varias torres, entre las que destaca la Torre del Homenaje, conocida también, como de Papabellotas. Esta torre edificada en el s. XIII, fue coronada con un campanario, que alberga la campana de la ciudad. desde 1.582.
                                                                  

En el lugar donde teníamos esta vista de la Alcazaba, se encontraba una de las muchas iglesias de Antequera, la Iglesia de Santa María de Jesús, en la que entramos.
                                                                            

La iglesia se construyo entre 1.527 y 1.615 ; formaba parte del Convento de los Terciarios Franciscanos y fue destruida en gran parte durante la invasión francesa de Napoleón, que, por cierto, no dejo ninguna parte de España sin arrasar, salvándose en esta iglesia solamente la Capilla del Socorro.
                                                                 

La iglesia ha sufrido numerosas reconstrucciones y reformas, pero la Capilla Mayor con el camarín de la Virgen del Socorro es una verdadera joya, decorada con preciosas yeserías, y columnas renacentistas.

También tiene interesantes esculturas y cuadros.

Después de recorrer el camarín, por detrás de la imagen de la Virgen, y admirar su decoración seguimos hacia otra cercana capilla, la Capilla de la Virgen del Socorro, edificada en 1.715, de original arquitectura, en la que se han empleado, piedra, ladrillo y partes encaladas. La capilla ha tenido cambios y reformas a lo largo de los siglos, la última en 1.963.
                                                                             

Seguimos bajando por las empinadas calles,
                                                 

hasta llegar al mas importante monumento de Antequera, la Real Colegiata de Santa María la Mayor;
                                                                                

la construcción de la colegiata se realizo entre los años 1.514-1.550, a iniciativa del Obispo de Málaga, Diego Ramírez de Villaescusa, que consideraba que el gran aumento del vecindario de Antequera, tenía que disponer de una gran iglesia, y obtuvo del Papa Julio II, en 1.503, la bula o permiso, para levantar la Colegiata.

Obra del arquitecto Pedro del Campo, constituye un primer ejemplo del estilo renacentista, cuando en España todavía imperaba el gótico. La fachada de sillería fue construida con piedras procedentes de Singilia Barba, importante ciudad romana de la época imperial, localizada al noroeste de Antequera.


Es sin duda el edificio renacentista mas importante de la ciudad. Tiene un impresionante fachada, que recuerda un arco triunfal, con clara inspiración italiana. La torre del lado derecho fue añadida en el s. XVII; tanto torre como espadaña no sintonizan con el estilo del resto del templo.

Por estar cerrada solo vimos el exterior, pero verdaderamente, eso solo, vale la pena.

Para acceder a la gran plaza de la Real Colegiata hay que atravesar el Arco de los Gigantes, levantado por iniciativa municipal en 1.585, evocando los arcos de triunfo del imperio romano y dedicado al rey Felipe II.
                                                                         

Al pie de la Colegiata, en un terreno mas bajo se hallan las ruinas de la Termas Romanas, descubiertas en 1.988, que confirman el pasado romano de Antequera.
                                                                        

Las termas datan del s. I  y estuvieron en uso hasta el s. VIII. Realizadas con grandes sillares y piletas recubiertas de mortero hidráulico (Opus signimun), con un exterior revestido de mármol.

Contemplamos una pequeña muestra del gran yacimiento arqueológico desde la plaza de la Colegiata.

De las muchas iglesias y conventos de Antequera, vimos las torres y campanarios desde la parte alta, para detenernos en pocas, una de ellas fue la Iglesia de San José, joya arquitectónica, en la Plaza de las Descalzas, al lado del Museo Conventual de la Descalzas, que ocupa el antiguo convento de Las Carmelitas Descalzas.

Las carmelitas llegaron a Antequera en 1.632 para fundar el convento, bajo el patrocinio de doña María de Rojas y Padilla, aunque la actual iglesia no se edifico hasta 1.707, durando su construcción hasta 1.734.

En el exterior, que fue lo que vimos, destaca su maravillosa fachada barroca, atribuida a Tomas de Melgarejo, en la que se combinan la piedra caliza roja y gris, con la piedra arenisca y el ladrillo tallado.
                                                                      

Íbamos llegando ya al centro de la ciudad, lleno, también, de iglesias y conventos, hasta encontrarnos en la Plaza de San Sebastian, con fuente y el Arco del Nazareno al fondo.
                                                        

La capilla que corona el Arco del Nazareno, es de las llamadas capillas callejeras, muy frecuentes en Andalucía, situadas en las puertas de entrada y salida de las ciudades. En este caso la capilla es muy importante, ya que se encuentra en donde se unen la ciudad alta con la baja, de la que salen las calles que conducen a la salida de la población y servía al caminante para encomendarse a la protección divina.

El primer arco fue construido en el s. XVIII, siendo sustituido por otro, ya que amenazaba ruina, en 1.963.

Bajando siempre, pasamos por delante de la iglesia de San Agustín, uno de los templos mas antiguos de Antequera, que fue también convento.

Construido entre 1.550 y 1.566, queda del convento la iglesia, de estilo manierista, con curioso balcón, que recuerda mas un palacio que una iglesia, y torre peculiar al estar situada en medio, entre contrafuertes.

A lo largo de su dilatada historia, han sufrido remodelaciones y restauraciones tanto la iglesia como la torre; la torre recientemente en 2.012.
                                                                                 
                                                                
Estábamos en pleno centro histórico, así que seguimos por la calle Infante Don Fernando, la calle principal, donde está el Ayuntamiento, cuyo nombre rinde homenaje al conquistador de la ciudad, desde la cual se tiene una bella estampa de la fuente, de la Alcazaba y de la propia calle.
                                                         
                                                             
Por último llegamos a la Plaza del Coso Viejo, antigua Plaza de las Verduras, por el mercado al aire libre que en ella se instalaba.
                                                           

Remodelada recientemente, la preside en el centro una estatua ecuestre del Infante Fernando de Castilla, conocido como Fernando el de Antequera, conquistador de la ciudad, y mas tarde rey de Aragón, como Fernando I.

Hay una fuente en el fondo que representa a los cuatro elementos, agua, tierra mar y aire y la rodean dos esplendidos edificios, el Palacio de Nájera, hoy día dedicado a Museo Municipal y el Convento de Santa Catalina de Siena.

El Palacio de Nájera perteneció a la familia Eslava, que lo mando construir en el s. XVIII. Tiene una bella fachada de ladrillo, en la que destaca la torre mirador.
                                                               

En cuanto a la iglesia del  Convento de Santa Catalina de Siena, propiedad de la orden religiosa de las Dominicas, es de una hechura muy repetida tanto en España como en América, con una fachada de gran sencillez, en la que destacan sus distintos elementos, como una torrecilla, que sería agregada mas tarde y desentona un tanto, las altas celosías y la gran portada.
                                                                             

Todos estos elementos hacen de la plaza del Coso Viejo un  lugar bello y armónico.

Aquí había acabado nuestra visita, no por cierto exhaustiva, pero sí para darnos una idea de esta monumental ciudad.

Enfrente de la plaza encontramos un café, muy concurrido en esos momentos, pues era la hora del aperitivo, donde descansar y probar algún bocado de la zona, con el rico vino de Málaga.