viernes, 22 de marzo de 2019

Lanzarote, capítulo 2. Arrecife, San Bartolome, La Santa


Las visitas de hoy comenzaron por Arrecife, capital de la isla desde 1.852, en que desplazo a Teguise, antigua capital, y centro portuario importante en el archipiélago.

Aunque Arrecife es el municipio mas pequeño de la isla, sin embargo es el mas poblado, con mas de 60.000 habitantes; el centro de la ciudad se corresponde con su frente marítimo, en el cual el núcleo fundacional es El Charco de San Ginés, una laguna de agua marina que penetra dentro de la población.
                                                                                 

Siguiendo la linea de la costa, después del Charco, se encuentran los dos puertos de Arrecife, el puerto pesquero Puerto de Naos, y el puerto principal, tercero en importancia en las Islas Canarias, Puerto de los Mármoles, comercial, de mercancías y cruceros.

Antes de construirse el Puerto de los Mármoles, los marinos que conocían este litoral advertían de las precauciones que habían de tomarse para acercarse al puerto, pues sus canales estaban llenos de espigones submarinos que hacían peligrar la navegación. De ahí el nombre de Arrecife.
                                                                     

La historia de Arrecife está íntimamente ligada al mar, de manera que antes de población fue puerto; en 1.477 las naves de Diego de Herrera, señor de Lanzarote, cargaban y se abastecían en este, entonces, desierto lugar.

La isla, como las demás islas del archipiélago era asaltada y saqueada por los piratas, tanto europeos como africanos, de manera que para defenderla se construyeron en la costa, donde ahora se encuentra Arrecife, varios fuertes.

En 1.574 comienza a construirse el Castillo de San Gabriel, donde, desde 1.972, está instalado el Museo Arqueológico y Etnográfico;
                                                                         

el fuerte se encuentra en un pequeño islote, al que se accede por el Puente de las Bolas, del s. XVIII, el mas antiguo de Arrecife, llamado así por las dos bolas que lo rematan.
                                                                   
                                                                           
El castillo de San José es una fortaleza posterior, mandada a edificar por el rey Carlos III, como baluarte defensivo contra los ataques piratas, y también como obra pública que diera trabajo a la población, que padecía una hambruna causada por una prolongada sequía y las erupciones del volcán Timanfaya, entre 1.730 y 1.736, que arrasaron la gran mayoría de los cultivos y cambiaron la fisionomía al actual aspecto de la isla de Lanzarote
                                                                 


Hoy día es sede del Museo Internacional de Arte Contemporáneo, fundado, como otros espacios, por el pintor, decorador y artista lanzaroteño Cesar Manrique (1.919-1.992), al tanto le debe la isla.

Otro de los monumentos importantes de Arrecife es la Iglesia Matriz de San Ginés Obispo, cuyo origen es una ermita erigida en 1.574, donde se veneraba una imagen de San Pedro Apóstol y un cuadro de San Ginés de Clermont, que según la leyenda popular, apareció flotando en La Charca de San Ginés,
                                                                     
En 1.798 se convirtió en iglesia parroquial y se erigió el templo actual, bella combinación de piedra volcánica negra y muros albeados.
                                                                         

La torre de la iglesia se inspiro en el campanario de la Parroquia Matriz de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife. Es una impresionante torre cuadrada con cúpula blanca que domina la bella plaza de Las Palmas y el casco antiguo de la ciudad.

Sin duda otro de los atractivos de Arrecife son sus playas. La mejor es la Playa del Reducto, playa urbana, de fina arena blanca, con una bahía casi cerrada, que le proporciona aguas tranquilas, un conveniente Paseo Marítimo, que la bordea, con alrededor de medio km, y con toda clase de servicios.
                                                               

Otras playas de Arrecife son la Playa del Cable, bastante ventosa, y la Playa de la Concha.

Por todo este litoral estuvimos paseando un buen rato, con un excelente tiempo, con poco viento, que se agradece sabiendo que Lanzarote es bastante ventoso, y contemplando el mar y todas las construcciones, puertos, puentes, etc. Fue una mañana deliciosa y bien empleada; estaba todo tan bonito y tan bien colocado que no entramos en ningún lugar, ni museos, ni castillos, ni iglesia, solo con pasear se estaba bien.

Proseguimos la excursión hasta San Bartolomé, localidad situada a 6 km de Arrecife.

San Bartolomé se encuentra en la parte central de la isla, en una fértil zona protegida por los Morros, la Montaña Guaticea al oeste, y por la montaña Mina al este.
                                                                        

Su buena situación y su fertilidad agrícola hicieron que después de la conquista, se ubicaran allí colonos, por lo que a finales del s. XVII ya contaba con una parroquia y varias casas señoriales.

A destacar el poder que tuvo en el s. XVIII la familia Guerra, principalmente el Mayor Guerra, don Francisco Guerra Clavijo y Perdomo, teniente coronel del Regimiento Provincial de las Milicias de Lanzarote, en la mitad del s. XVIII. Este personaje que llego a ser dueño de una gran extensión de fincas, detento anteriormente funciones gubernativas y de administración de justicia, y cuando llego a Mayor Guerra quiso, incluso, cobrar un impuesto.

Por otro lado promovió la creación de la parroquia de San Bartolomé, de la cual fue el primer párroco Cayetano Guerra, uno de sus hijos 

En la actualidad el numero habitantes de la localidad es de mas de 6.000

Desde los años 60 del s. XX la nueva economía de San Bartolomé ha derivado hacia el turismo, que ha configurado el panorama social y urbano de la población. De este municipio es la zona costera de Playa Honda, muy cercana al aeropuerto, con varias playas adecuadas para la practica del windsurf debido al viento constante que hay allí.
                                                                       

Paseamos por la Plaza León y Castillo, donde se encuentra la iglesia de San Bartolomé, así como el edificio Consistorial, ambos de fuerte sabor isleño, que en esos momentos estaba muy animada por la salida de la misa del domingo.
                                                                 

La iglesia fue construida en el s. XVIII cerca de la antigua capilla, que había quedado pequeña ante el aumento de la población.

En 1.796 la iglesia se convirtió en la parroquia independiente de San Bartolomé, ya que había conseguido separarse de la Villa de Teguise.

Tras esta corta visita seguimos hasta la costa, a un lugar habitado, con construcciones turísticas,  pero en el cual aun se puede abstraer uno y contemplar la naturaleza salvaje de la isla: La Santa.
                                                                             

La Santa, villa de la costa noroeste de Lanzarote, perteneciente al municipio de Tinajo, es, entre otras cosas, un importante centro deportivo internacional, en especial del surf, debido a sus fuertes olas y mareas que atraen a surfistas experimentados, que pueden dominarlas.
                                                           

Lo que fuera un pueblo de pescadores es, desde 1.968, un lugar turístico y deportivo de primera linea.

El origen del mismo empezó cuando, a instancias de Caja Canarias, se construyó allí un resort, con cerca de 400 apartamentos, que no fueron acabados entonces, debido a la crisis económica de aquellos tiempos, sino que fueron abandonados durante mas de diez años.

El pastor evangélico y empresario danés Ejlif Krogager, (1.890-1.992), gran promotor turístico de viajes destinados a ciudadanos nórdicos, conocido como "el párroco de Tjaerbord", donde desarrollo su actividad religiosa, vio una gran oportunidad para ampliar sus negocios turísticos y convertir el lugar al deporte, adquiriendo en 1.978 el abandonado resort.

En 1.983 el  nuevo complejo, con el nombre Tjaerbord Travel abrió sus puertas por primera vez como "La Santa Sport".

Aunque el nuevo enfoque deportivo tardo en despegar, de tal manera que hasta 1.995 no se obtuvieron beneficios, estos no han cesado de aumentar desde entonces. La Santa es un lugar visitado por deportistas y gentes de todo el mundo.

Actualmene el Club La Santa es administrado por los descendientes de Krogager, en concreto por su nieto Rune Knude.
                                                                     

Dimos un paseo por el entorno, verdadero malpaís y por tanto de difícil transito, contemplando mas que las instalaciones, el salvaje paisaje; había llegado la hora de descansar y tomar algo, para lo que nos paramos en lo que podíamos llamar un bar de carretera con aspecto aceptable y terraza externa, en el camino de vuelta a nuestra base en Costa Teguise.

viernes, 15 de marzo de 2019

Tarta de galletas con crema de fresas y chocolate blanco

                                                                   

 Deliciosa tarta para niños... y mayores, que se hace sin horno. Propia para el estreno de la primavera

Ingredientes

                                                                         

200 g de galletas tipo maría
200 g de fresas
150 g de chocolate blanco
125 g de nata de montar
100 g de azúcar

unas cuantas gominolas
unas cuantas fresas cortadas
unas virutas de chocolate

Elaboración


Empezar por hacer la crema de fresas

Calentar la nata en un cazo o el microondas y cuando este bien caliente añadir el chocolate blanco partido en trozos y batir hasta obtener una crema homogenea.

Cuando este mezcla temple añadir las fresas y batir de nuevo. Reservar en la nevera un buen rato.
                                                                               

Sobre la bandeja en la que vamos a presentar la tarta poner un aro de tarta y colocar dentro una capa de galletas, cubrir con la crema de fresase ir alternando estas dos capas, dejando crema suficiente para cubrir la tarta.
                                                                               

Decorar con gominolas, fresas partidas y virutas de chocolate.
                                                                         

viernes, 8 de marzo de 2019

Una semana en la isla de Lanzarote



 Lanzarote es la ultima de las Islas Canarias que hemos visitado, en este proyecto de recorrerlas todas.

Ya la conocíamos de otros viajes, pues había sido, podía decir, como un escenario de pasiones,  revisiones, reconciliaciones y otros elementos a los que hay que recurrir a lo largo de la vida, de manera que, en esta ocasión, visitamos sitios menos conocidos desde el punto de vista turístico, pasando unos días especiales.

Nuestro hotel estaba en Costa Teguise, lugar muy urbanizado, donde la mayoría de la población está formada por turistas, gentes de continuo tránsito, y naturalmente, el amplio colectivo de servicios que allí reside, para atender a la población flotante.

Desde el balcón de la habitación se tenia una magnifica vista, pues aunque no estaba al lado del mar, el océano se veía en su gran extensión, así como la cantidad de plantas del jardín.
                                                                       

Dedicamos el primer día a, podía decir, asentarnos en la zona, paseando por el hotel y por el paseo que bordea el mar.
                                                                               

Pero sepamos algo de la isla, su geografía, su geología, su historia.

Lanzarote es la mas septentrional y mas oriental de las Islas Canarias, conocida popularmente como "la Isla de los volcanes" por el manto surgido de la actividad volcánica que se produjo en el s. XVIII, que cubre gran parte de su superficie.

El clima de la isla es subtropical respecto a la temperatura, moderada por los vientos alisios y la corriente fría de Canarias, y subdesértico en cuanto a las escasas precipitaciones. El viento es practicámente constante durante todo el año.

Todo esto, erupciones, lavas, volcanes, macizos montañosos, erosión, forman una extraordinaria naturaleza, tanto con impresionantes paisajes, como en la flora y fauna, plagadas de endemismos.

Sus primeros pobladores, de origen bereber como se sabe ahora por el desarrollo de la arqueología, la lingüística y la genética, procedentes de África, de donde habían llegado unos 500 años antes de la conquista por los españoles, se llamaban asimismo majos. Estos pobladores se dedicaban al pastoreo y a una precaria agricultura.

 La isla de Lanzarote de la que no se tienen noticias certeras hasta el s. XIV, fue probablemente conocida de los romanos, a juzgar por los escritos de los clásicos, sobre todo de Plinio el Viejo
(23-79), que la llama, Canaria, el primer nombre que tuvo la isla, por la cantidad de canes que había en ella.

Los textos greco-latinos llaman a las Islas Canarias Jardín de las Hespérides, Campos Elíseos o Islas Afortunadas, bellos e imprecisos nombres .

Mas documentadas están las incursiones, a partir del s. XIV, de piratas que llegaban en busca de esclavos, tintes y pieles.

La conquista, colonización y evangelización de la isla  corrió a cargo de los mercenarios normandos    Jean de Bethancout y Gadifer de la Salle, en 1.402, vasallos declarados del rey Enrique III de Castilla (1.379-1.406), que financio la empresa.

Tras algunas escaramuzas guerreras, Bethencourt abandono la isla y la conquista prosiguió y se completo por Gadifer de la Salle, que nunca vio reconocido su importante papel en la conquista, pues  Enrique III dio el Señorío de Lanzarote a Bethencourt.
                                                                                                    
                                     
                                                                                   

Con bula del papa Benedicto XIII, el papa Luna, se erige la Diócesis de San Marcial de Rubicón, con jurisdicción en todas las Islas Canarias; este ultimo nombre era el que  habían dado Bethencourt y La Salle al lugar al que arribaron en Lanzarote, que llamaron San Marcial de Rubicón; rubicón viene del latín -rubico-, que significa rojo, alusión a la Montaña Roja, un volcán rojizo que puede verse desde el mar.

El yacimiento arqueológico de esta primera instalación europea en las Islas Canarias está ubicado en el municipio de  Yaiza

Lanzarote paso luego de mano en mano, durante un largo periodo, pues el descendiente y heredero de Bethencourt, su sobrino Maciot Bethencourt vendió la isla al conde de Niebla, Enrique de Guzmán (1.391-1.436) que, a su vez, la vendió a Guillén Peraza(1.422-1.447) hidalgo castellano y conquistador que participo en la conquista de las Islas Canarias en 1.430, y este, a su vez, en 1.455, a Hernán Peraza (1.450-1.488), otro hidalgo castellano, y conquistador de las Islas Canarias

Muerto el heredero varón de Peraza, la propiedad de la isla paso a su única hija Inés Peraza de las Casas (1.423-1.503), que caso con Diego García de Herrera (1.417-1.485), tambien hidalgo castellano y conquistador, convirtiéndose ambos en señores de la isla.

Esta situación se mantiene hasta la abolición del Señorío por las Cortes de Cádiz en 1.812.

Durante los s. XVI, XVII y XVIII Lanzarote fué objeto de ataques piratas tanto de corsarios europeos, como el inglés Walter Raleigh, y berberiscos, como Amurat, que invaden y saquean todo lo que encuentran.

En 1.730, la isla sufre la mayor erupción volcánica del s. XVIII, que arrojo lavas y escorias durante, nada menos que seis años, transformando la geografía por completo, enterrando pueblos y cubriendo con lava y cenizas mas de  un cuarto de la isla.

Hasta mediado el s.XVIII la economía de Lanzarote fue exclusivamente cerealista; luego se introdujo el cultivo de la barrilla, planta que sirve para fabricar jabón, que fue seguida por los cultivos de la cochinilla, de la patata, del tomate y de la uva.

A mediados de los años 60 del s. XX comenzó el desarrollo turístico, con los dos primeros hoteles en el Puerto del Carmen, actividad que ha supuesto la mayor transformación de Lanzarote a lo largo de su historia, ya que se ha convertido en una potencia turística de primer orden, que recibe a mas de dos millones de visitantes al año, acompañado de un fuerte aumento demográfico.

Conseguida esta prosperidad, los retos de Lanzarote son como compaginar este desarrollo en construcción y en turistas, con la conservación de la naturaleza y los paisajes isleños.

En esta última visita se me ha hecho evidente la masiva edificación por todas partes y la consiguiente destrucción del paisaje y de la naturaleza.

 No se si los promotores de la construcción, los agentes turísticos y los políticos, pararan de llenar la isla de casas, y de instalaciones hoteleras, pero a pesar de los grandes esfuerzos del conocido artista lanzaroteño César Manrique, que volvió a su isla en 1.966, después de muchos años de ausencia, y trato de hacer un desarrollo viable y respetuoso; una vez desaparecido él, no parece que se controle debidamente este importante asunto.

Nosotros estábamos dispuestos a pasar unos agradables y tranquilos días.
                                                       

viernes, 1 de marzo de 2019

Canelones con carne picada y bechamel

                                                                             

Receta de origen italiano, incorporada hace tiempo a nuestra cocina. Parece un poco laborioso de hacer, pero, aunque lleva un rato es fácil, y muy rico; gusta a mayores y medianos y niños.

Ingredientes

                                                                          

1 caja de canelones precocidos
125 g de carne picada
50 g de jamón
50 ml de vino blanco
60 g de mantequilla
1 cucharada de cebolla picada
3 cucharadas de aceite
4 cucharadas de harina
50 g de queso rallado
1/ 2 l  de leche
1/2 k de tomates
2 cucharadas de pan rallado

Elaboración


Poner los canelones en agua caliente y seguir las instrucciones del paquete.

Hacer el relleno en primer lugar.

Poner un poco de mantequilla en una sartén y sofreír la cebolla finamente picada.dejar a fuego bajo unos 5 minutos, hasta que empiece a dorarse, añadir el jamón, la carne y rehogar otros 5 minutos, añadir el pan rallado y el vino blanco y una cucharada de queso rallado, Dejar enfriar y reservar.
                                                                             

Hacer la salsa de tomate

En una cacerola se pone aceite y cuando este caliente echar los tomates pelados y cortados en trozos y dejarlos freír un cuarto d hora. Pasarlos por la batidora cuando enfríen un poco. Reservar

Para la bechamel:

Poner en un cazo 30 g de mantequilla y la harina, poner al fuego y cocer sin que tome color. Añadir poco a poco la leche muy caliente y mover sin parar para que no se formen grumos. Dejar cocer 3 minutos.

Para preparar los canelones:
                                                                       
Cubrir el fondo de la fuente con la salsa de tomate.
Poner una cucharada del relleno en el centro de cada placa, enrollar cada canelo e irlos poniendo a medida que se van haciendo,  encima de la salsa de tomate

Cubrir con la salsa bechamel y espolvorear con el queso rallado.
                                                           

Meter a horno precalentado un cuarto de hora.

Servir en la misma fuente.