lunes, 26 de diciembre de 2011

Flan de zanahorias con avellanas

Un primer plato, que también puede servir para una cena ligera, sabroso, original y colorido.
Las zanahorias son muy convenientes para la dieta, por tener beta carotenos, protectores de la piel.

Ingredientes

Para 4 personas



  • 500 de zanahorias
  • 2 huevos
  • 3 yemas
  • 200 g de nata liquida
  • 50 g de mantequilla
  • 2 cucharadas soperas de azúcar
  • 50 g de avellanas ralladas
  • 1 ramo de perejil
  • sal, pimienta, nuez moscada
  • lechuga y ensalada variada
  • Para la vinagreta
  • 50 g de avellanas ralladas
  • 2 cucharadas soperas de jerez
  • 4 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen
  • sal, pimienta

Elaboración

Cortar las zanahorias en daditos

Dorar en el fuego durante 5 minutos, con 1 cucharada sopera de mantequilla
Añadir el azúcar y un poco de agua
Salpimentar.

Tapar y terminar la cocción durante 20 minutos a fuego lento, dejando evaporar toda el agua.

Preparar la mezcla de huevos, yemas, perejil picado, nata, sal, pimienta y nuez moscada.

Añadir las zanahorias.

Batir en la batidora eléctrica a pocas revoluciones.

Untar con mantequilla, unos moldes individuales para flan.

Espolvorearlos con avellana rallada.

Rellenar con la preparación anterior.

Poner en el horno al baño maría , a 180ºC, durante 45 minutos.

 Preparar la ensalada, disponerla en cada plato.

Regarla con la vinagreta de avellanas, preparada con los ingredientes bien agitados.

Disponer los flanecitos en cada plato así preparado.

Decorar con una hoja de perejil, algunos tomatitos cherry, y cuatro o cinco avellanas enteras, y unos rabanitos abiertos en forma de flor, o al gusto.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Navidad


FELIZ NAVIDAD

JOYEUX NÖEL

MERRY CHRISTMAS

FRÖHE WEIHNACHTEN

FELIZ NATAL

BUON NATALE

BOLDOG KARÁCSONYT

GOD JUL OCH GOTT NYTT AR

miércoles, 21 de diciembre de 2011

3er día en la isla de El Hierro. La Restinga. Mirador de Las Playas

Despues del desayuno dimos el último paseo por las instalaciones del Parador.

La mañana estaba esplendida y todas las plantas y flores del jardín, igualmente bonitas.

Ya nos despedíamos de este encantador y tranquilo lugar, pues cogíamos el avión de regreso por la tarde.

Enfilamos de nuevo, en el coche, hacia el centro de la isla y al llegar a El Pinar, cogimos hacia el sur para visitar la costa, en La Restinga.

Pero, al acabar el bosque de pinos, vimos este cartel, que nos invito a ir hacia uno de los lugares del sur de la isla preferidos por los herreños, para ir de excursión y bañarse en el precioso Mar de la Calmas, la Hoya de Tacoron.

La situación de esta diminuta cala, hace que se encuentre al abrigo de los vientos. Se han instalado varias escaleras para el acceso a la piscina natural, ya que al ser la costa volcánica, es difícil caminar por esas rocas.

Cuando llegamos a Tacoron el sol "pegaba" de lo lindo y efectivamente, no corría ni el mas leve soplo de brisa. Envidiamos a los bañistas, pues era lo que pedía el lugar y el sol, bañarse, pero... no lo habíamos previsto en nuestro quehacer turístico y nos tuvimos que conformar con sentarnos a la sombra de un chiringuito, allí instalado, que ofrece bebida y comida, mientras tomábamos agua fría.

Poco después la cala se fue llenando de excursionistas, que tienen habilitado también un lugar de sombra.

El paisaje es espectacular, como todos en El Hierro, con el brillante mar intensamente azul, en una recortada costa volcánica, y las grandes montañas de laderas rápidas, que acaban también en el lejano océano del oeste, por el otro.

Después de un rato dejamos Tacoron para seguir hasta La Restinga, punto mas al sur de la isla.

Aunque yo desconocía el significado de esta palabra, el nombre de restinga es descriptivo, ya que quiere decir punta de arena o de piedra, que se prolonga bajo el agua, a poca profundidad.

En estos momentos La Restinga está de plena actualidad por la erupción de un volcán submarino. Antes de comenzar la erupción, hubo numerosos temblores sísmicos, desde mediados del mes de julio, que no eran perceptibles mas que para los sismógrafos. De hecho, nosotros llegamos a finales de ese mes, sin que en ningún momento notáramos nada.

Pero el volcán "trabajaba" y después del aumento de la intensidad de los temblores, el 11 de octubre pasado comenzó una erupción, que no ha transformado el pueblo, ni la isla, pero que ha emitido gases, burbujeos, y lo que podríamos llamar basura de volcán, en el mar.

Por lo que parece no va a producirse ningún islote, ni siquiera una roca visible, pero para el pueblo ha sido un desastre. Ha tenido que ser evacuado mas de una vez, y por el momento el submarinismo, en sus profundas y limpidas aguas, una de sus fuentes de ingresos, ha quedado prohibido.

Supongo que el número de visitantes para ver la gran mancha de cambiante extensión y color que ha producido la erupción, habrá aumentado.

Cuando escribo estas lineas la erupción ha cesado, no se si definitivamente.

Nosotros pasamos un buen rato muy a gusto, en tiempo calmo, disfrutando del día y viendo como la gente se bañaba en la dársena del muelle, preparada para esta diversión.

Volvimos, luego, por la carretera de La Restinga a El Pinar, ocupada por una gran extensión de lavas, entre las que destacan las lavas cordadas.

Era la primera vez que veía este tipo de formaciones, y las encontré muy curiosas y sorprendentes.

Esta lava procede de coladas basálticas, como son las de esa zona. Se llaman cordadas o pahoehoe (del hawaiano, que quiere decir suave), por sus rugosidades que parecen cuerdas retorcidas, y a veces esculturas misteriosas. Se forman con el movimiento muy fluido de la lava, debida a su gran cantidad de gases, bajo una base que se va solidificando. La colada avanza como una serie de lóbulos y dedos, que rompen continuamente la superficie enfriada.

El territorio de las lavas cordadas se llama El Laijal Liso. Es un gran espectáculo; se podría estar horas mirando las distintas "esculturas".

Todo el paisaje del sur de la isla tiene numerosos conos volcánicos, además de las formaciones de lava pahoehoe.

Tras un buen rato continuamos nuestra ruta hacia El Pinar, desviándonos, en el gran bosque de pinos, cuando vimos el cartel de Mirador de las Playas, en el Monte Tájara, donde está el mas antiguo pinar de la isla, con enormes ejemplares.

Dejamos el coche a la entrada del sendero, para atravesar el bosque de pinos, todos sanos y enormes.

La vista, una vez llegados al Mirador, es sobrecogedora, como tantos paisajes herreños.

Se ve la recortada costa llamada Las Playas, el Roque Bonanza, el parador de Turismo, el mar intensamente azul, casi como una vista aérea.

Esta fue nuestra última excursión. Llegaba la hora de regresar a casa.

Ya cerca del aeropuerto vimos la isla de Tenerife que se recortaba, tenue pero claramente, en el horizonte.

Nuestra estancia en la isla de El Hierro tocaba a su fin.

Había sido un viaje muy, muy bonito, para conocer esa isla desconocida hasta entonces.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Volcán-mousse de castañas

Os presento un postre que puede servir para finalizar alguna de las comidas de estas fechas navideñas; es ligero y de sabor agradable, siempre que gusten las castañas.

Ingredientes



400 g pure de castañas
100 g de azucar
1/2 cucharadita de vainilla en polvo
2 hojas de gelatina
2 cucharadas soperas de ron moreno
100 g de nata liquida
100 g de azúcar
200 g de nata para montar
1 bote de marrón glacé

Elaboración

Prepara la víspera del día que se vaya a consumir.

Añadir el ron al puré de castañas.

Poner las hojas de gelatina a remojo en agua fría.

Escurrirlas cuando estén blandas y ponerlas a derretir con la nata liquida templada y con el azucarada.

Incorporarlas al puré de castañas.

Dejar enfriar.

Batir la nata para montar hasta que suba. Añadirla a la preparación de castañas.



Echar en moldes individuales o en una terrina rectangular.

Tapar y dejar cuajar una noche entera, en la nevera.

En el momento de servir desmoldar la mousse en un plato, o en moldes pequeños.

Rodear de crema inglesa, al caramelo, a la que se habrán incorporado trocitos de marrón glasé, marron glace enteros.



Servir.

domingo, 11 de diciembre de 2011

2º Día en el isla de El Hierro. El Tamaduste. El Pinar. El Julan. La Punta de la Orchilla. Ermita de la Virgen de los Reyes. Pozo de la Salud. Costa del Valle del Golfo

Amaneció nuestro segundo día en la isla, el primero en que nos habíamos dormido con el rumor incesante del mar, que se oye desde la habitación del Parador.

Siempre me despierto pronto, así que pude ver la amanecida; como el sol iba apareciendo desde detrás del acantilado, y de forma rápida, como sucede siempre, iba cambiando de color y con él todo el paisaje, hasta iluminar completamente la gran muralla montañosa, que hay desde la punta del acantilado hasta detrás del edificio. Una maravilla.

Después de desayunar muy bien, salimos a recorrer la isla.

Antes de pasar por el túnel que une con el resto de la isla, nos detuvimos para ver el Parador, su entorno y el Roque Bonanza, que por su forma característica y única ocupa, con frecuencia, la portada de los folletos turísticos de El Hierro.

Fuimos, luego, hacia la costa este, donde se anunciaban unos petroglifos grabados por los aborígenes, que no encontramos, hay que decir que tampoco nos esforzamos demasiado; en cambio llegamos a un pueblo que es considerado por los residentes como la "playa" de Valverde: El Tamaduste, antiguo pueblo de pescadores, hoy día destino turístico y vacacional.

Bien, pues aunque este pueblo pertenece al municipio de la capital, no se puede decir que este al lado; la playa es pequeña, no mas de 10 m, de arena fina, y negra, pero protegida, una especie de brazo de mar.

Es un lugar precioso, hay bastantes apartamentos para alquilar, parece agradable para veranear, o pasar algún día de vacaciones, por su tranquilidad .

El paisaje que rodea el pequeño pueblo es impresionante, murallones volcánicos sirven de telón de fondo. Dentro del pueblo destaca la Ermita de San Juan, de donde sale la fiesta en la commemoración del santo, el 24 de junio.

De allí volvimos hacia Valverde, donde cerca, en plena ladera montañosa está Tiñor, el pueblo mas pequeño de la isla, con sus pocas casas, de paredes de piedra y algunos, todavía, techos de paja, casas apenas visibles, escondidas entre el verdor de los arboles frutales y campos.

Nos habíamos desviado para contemplar este pequeñisimo pueblo, pero volvimos hacia la carretera general para seguir hasta El Pinar, uno de los tres municipios de la isla.

Sobre este particular tengo que explicar, que hasta el año 2.007, la isla solo contaba con dos municipios, Valverde y Frontera, pero a raíz de un agravio que, según los habitantes de El Pinar, se les había inflijido durante las fiestas de la Bajada de la Virgen de los Reyes, desde La Dehesa de Sabinosa, en Frontera, hasta la iglesia de la Concepción de Valverde, y por rencillas y desavenencias variadas a lo largo de casi 100 años, El Pinar logro segregarse y constituirse en municipio.

Aunque sus razones tendría, en estos momentos de crisis en que lo que se necesita es todo lo contrario, agrupación de municipios con vistas a reducir gastos, no deja de sorprender que la separación sea tan reciente.

Bien, volviendo al turismo, actividad menos conflictiva que la política, seguimos rumbo al sur.

Paramos, en primer lugar en el Mirador de Tanajara, situado en una colina de unos 900 m de altitud, provisto de una estructura de madera para poder observar el fabuloso paisaje del pueblo de El Pinar, rodeado de montes con grandes bosques de pinos, que le han dado el nombre, y con la amplia vista de la costa sur de la isla.

El Pinar esta formado por la unión de dos pueblos, Taibique y Las Casas, contando con cerca de 2.000 habitantes.

El golfo en el que acaba esta vertiente meridional, sobre la que se asienta el pueblo, mas pequeño que el del otro lado de la dorsal central, el valle del Golfo, que ya habíamos visitado, está protegido de los vientos por las estribaciones montañosas de El Julán y El Río, y se conoce como Mar de las Calmas, por el carácter pacífico de sus aguas, resguardadas de los vientos alisios, que azotan otras partes de la isla.

Por encima del pueblo se encuentra, como ya he dicho, la cumbre de El Julán, con un gran bosque de pino canario, que se extiende por km.

El Julán es una enorme y desolada vertiente, con un desnivel de 45º, una empinada ladera rayada de barrancos, que desciende desde los 1.400 m de las cumbres, hasta la costa, donde una sucesión de acantilados se desploman en el océano. No hay, en toda esta extensa ladera, ninguna población.

En su extremo occidental una aglomeración de volcanes, o bocas de volcán, que se llama gelógicamente enjambre, forma las montañas de El Pinar, en dirección N-S, hasta La Restinga. Este vértice registra la mayor concentración volcánica de la isla, con sucesivos conos y amplias zonas que ocupan las lavas, en la zona llamada Los Lajiales.

Pues por este grande y largo bosque de pinos nos adentramos. Ahora las antiguas pistas forestales están asfaltadas y aunque la carretera es estrecha, la poquísima circulación la hace segura y agradable. Se suceden durante km los pinos.

Observé que ha debido de haber incendios en el bosque, pues muchos arboles tienen alguna secuela, hoy día en vías de recuperación por la portentosa capacidad de rebrotar, después de las llamas, de la especie autóctona de pino canario.

Al otro lado de la carretera íbamos viendo las pendientes de El Julán.

Bajamos para hacer un paseo y ver allá abajo la costa, y verdaderamente mirar hacia abajo da vértigo, y hasta miedo, por la pendiente y los barrancos, donde, a pesar de la inclinación, algunos pinos se han afianzado, en esas paredes casi verticales.

Después de bastantes km llegamos al final del bosque de pinos y seguimos hasta el punto mas occidental de la isla, y de España, también del municipio de El Pinar, la Punta de la Orchilla.

Hasta 1.492, antes del descubrimiento de América por Cristóbal Colón, se creía que este era el final del mundo conocido.

Desde 1.634, en que se estableció el Meridiano Cero en la Punta de la Orchilla, hasta 1.885 en que los ingleses se lo llevaron a Greenwich, después de una conferencia en Washington, el meridiano de la Orchilla figuraba en muchos mapas de los s.s. XVI y XVII como el meridiano 0.

El faro fue levantado sobre la linea imaginaria que representaba dicho meridiano.

Después de mil curvas y algunos trozos de carretera de vértigo, contemplamos desde lejos, la Punta y el faro de Orchilla, pues para llegar hasta el mismo, hay una pista de tierra, por la que no podíamos meter el coche, ya que al alquilarlo nos dijeron, expresamente, que no se podía ir con él por ese tipo de carretera, y en El Hierro hay unas cuantas.

Si quieres llegar, hay que caminar y no era el momento de otra caminata.

El faro, comenzado en 1.924 y encendido por primera vez en 1.933, está al lado de un cono volcánico y todo el paisaje es desolado y precioso. Impresiona saber que estás ...en el fin del viejo mundo.

Seguimos, luego hacia arriba para llegar a la Ermita de la Virgen de los Reyes, venerada imagen, patrona de la isla.

La Ermita se encuentra en la Dehesa de Sabinosa.

En tan corto espacio, el tiempo había cambiado totalmente, estábamos en la zona donde se deposita la humedad de los vientos alisios y todo el paisaje era gris.

La ermita levantada en el s. XVI, es un pequeño edificio encalado, con un sencillo tejado a dos aguas, rodeado de un muro igualmente blanco.

Todo el conjunto es muy "naif", tanto por fuera, como en el interior. El retablo del s. XVII muestra a la Virgen con los Tres Reyes Magos, de ahí su nombre.

Según reza una inscripción reciente, fue restaurado en el 2.010.

Cada cuatro años, desde 1.745, en el primer sábado del mes de julio, se celebra la fiesta folclórica mas importante de la isla: la Bajada de la Virgen desde La Dehesa hasta la capital Valverde, en la que desempeñan un papel fundamental los bailarines, que se van incorporando a la procesión a medida que la Virgen va pasando por los pueblos del tradicional itinerario. Las danzas son bastante complicadas.

Solo bailan hombres, ataviados con un vestido de rico colorido y distinto de los trajes típicos de las otras islas.

Cerca, pero también con el mismo impedimento, al ser una pista de tierra está el Sabinar de la Dehesa, famoso lugar donde las sabinas han tomado fantásticas formas al ser azotadas por el viento.

No subimos pues ya no teníamos ánimos para una gran caminata, tuvimos que conformarnos con esta muestra de sabina retorcida, que estaba cerca de la ermita.

Volviendo hacia Valverde, nuestra siguiente parada fue en Sabinosa.

Allí está es Pozo de la Salud, antiguamente llamado Pozo de Sabinosa.

Ante la falta de agua que asolaba con sequías la isla, durante los últimos siglos, entre 1.702 y 1.704 fue perforado, en ese lugar, un pozo para abastecerse de agua potable. A pesar de que las aguas salieron un tanto salobres, fueron aprovechadas para dar agua al ganado, y con el tiempo se comprobó que las personas que bebían de ellas mejoraban en su salud.

En el s. XIX, su fama se extendió por otras islas, desde donde llegaban enfermos necesitados de mejoría, hasta que un desterrado político, el médico Leandro Pérez, comprobó las propiedades curativas de dichas aguas, para dolencias digestivas y circulatorias.

En 1.843-44 fueron declaradas aguas minero-medicinales. Se recogían, entonces, en garrafones y eran exportadas hasta Cuba y Puerto Rico.

A mediados del s. XX construyo allí un balneario, el ingeniero militar don José Ángel Rodrigo-Vallabriga, que registró el nombre de "Aguas de Sabinosa"; el balneario funciono hasta su muerte en 1.965, en que fue abandonado y quedo en ruinas.

En los años 90 se construyo el actual hotel-balneario, que gestionado por el Cabildo de El Hierro funciona, tanto como hotel convencional, como balneario para tomar las aguas.

Para acabar la excursión recalamos en el litoral del Valle del Golfo, después de pasar el municipio de Frontera, donde paramos a tomar unas tapas, por cierto ricas y baratas, en un bar de la carretera.

Esta zona de salvaje belleza tiene varios puntos de interés; en primer lugar, cerca del aparcamiento el Charco de los Sargos, pequeña cala que aparece como colgada de una abrupta pared, dando origen a diversos charcos, que han sido habilitados para el baño, como ya habíamos visto en otras partes de la isla.

El Charco de los Sargos está situado entre otras piscinas del pueblo de La Maceta y otro charco marino, el Charco Azul.

Las tres piscinas naturales de La Maceta, también han sido acondicionadas para el baño.

Es un lugar espectacular.

Tiene facilidades, pues el año pasado se ha hecho un paseo recubierto de madera, para poder caminar, sin temor a caerse, en el difícil terreno de la lava, con pérgolas, también de madera, para resguardarse del sol, que resulta muy cómodo y bonito.

Las vistas, que se pueden disfrutar a lo largo de la costa, son únicas, llena de extrañas formaciones, arcos, peñones, siempre con el resplandeciente mar al lado, sobre el que daba, cuando paseamos por él, el sol del ocaso.

Del otro lado hacia la montaña se ven las paredes del malpais, y muchos, muchos líquenes, prueba biológica de la ausencia de contaminación.

También hay estas pequeñas y coloridas plantas, que soportan la sal del agua y el viento, en los alrededores.

El paseo llamado de Las Puntas tiene tres km. y es una delicia.

Regresamos cuando ya caía la tarde al Parador, donde un merecido descanso, seguido de una buena cena, completo este intenso día.

martes, 6 de diciembre de 2011

Besugo relleno al aroma de hinojo

Ahora que se aproxima la Navidad, os presento esta receta de uno de los pescados mas tradicionales para la cena de Nochebuena, con un toque distinto, el hinojo. El dulzón sabor del hinojo le va bien a los pescados, aunque en España no es demasiado utilizado.

He hecho esta receta en otras ocasiones con bulbo de hinojo fresco, pero esta vez no lo he encontrado. Por eso lo he sustituido por la semillas de hinojo que, practicamente, le dan el mismo sabor.

Por otro lado y como seguramente sabéis, el besugo es un pescado muy apreciado por su agradable sabor y la calidad de su carne. Es una buena fuente de proteínas de alto valor biológico; además es uno de los pescados mas magros que existen, por lo que su contenido en grasa es muy bajo.

El único, podríamos decir, inconveniente que tiene es su elevado precio... pero en Navidad se debe dar uno  un gusto, si se puede.


Ingredientes

  • 1 besugo grande
  • 100 de miga de pan
  • 2 cucharadas soperas de anís
  • 1 cucharadita de zumo de limón
  • 1/ hoja de laurel
  • tomillo
  • 4 chalates
  • 2 dl de caldo de pescado
  • 2 dl de vino blanco seco
  • sal, pimienta
  • aceite de oliva
  • semillas de hinojo

Elaboración

Preparar el caldo corto de pescado con la espina del besugo, que se habrá pedido al pescadero que separe, o como sustituto un cubito de caldo de pescado.

Salpimentar el pescado.

Mezclar la miga de pan con las semillas de hinojo machacadas, el anís, el zumo de limón y el tomillo.

Rellenar el besugo con esta preparación y atarlo con unos palillos.

Untar con mantequilla una besugera.

Echar en el fondo las chalotas finamente picadas.

Posar el besugo encima .

Regarlo con aceite de oliva.

Añadir el caldo y el vino blanco.

Poner a horno caliente a 210ºC durante un cuarto de hora, regando el pescado de vez en cuando.



Servir acompañado de patatas al vapor.