sábado, 26 de febrero de 2011

Ecuador. Capitulo VII. La Amazonia, 1er día

Anoche cuando me acosté en la habitación del hotel de Papallacta tuve una forma leve, pero molesta del mal de altura, que hasta ese momento no me había afectado. Teníamos varias mantas encima, ya que por la noche hace frío, y me pesaban.

Me dio una angustia tremenda, con dificultad para respirar, hasta el punto de que me parecía que me iba a morir. Pase así un rato de lo mas desagradable, tratando de relajarme, moverme no podía, hasta que por fin, después de un tiempo que me pareció interminable, me dormí. Por suerte, al día siguiente me desperté perfectamente, sin ninguna secuela de las desagradables sensaciones del comienzo de la noche.

Era temprano y decidí aprovechar las piscinas. Me levante y salí fuera; hacía un poco mas que fresco, pero lucía un sol esplendido y el volcán Antisana se elevaba, presidiendo el paisaje, sin nubes ni brumas.

Me metí en la piscina mas próxima a la habitación. ¡Que sensación deliciosa!.

De los miembros del grupo solo otra persona y yo tomamos este segundo baño, que bien valió la pena.

Con las maletas preparadas y el desayuno, continental en este caso, tomado, dimos una vuelta por los alrededores del hotel, contemplando el volcán, cuya cima se veía cubierta de nieve, pero no de nubes, y los montes mas cercanos, totalmente cubiertos de vegetación.

Reunido el grupo, salimos hacia nuestro siguiente destino: la Amazonía.

Íbamos con ilusión por conocer esta zona mítica.

Es muy interesante el traslado por carretera de Papallacta a la Amazonía, pues se puede ver como van sucediendose los distintos pisos ecológicos, desde los montes y la vegetación andina hasta la vegetación tropical y la llanura amazónica.

Para ello tuvimos que atravesar además de un elevado paisaje andino, el Parque Nacional de Sumaco Napo-Galeras, creado en 1.994, designado, mas recientemente por la UNESCO en 2.000, como Reserva Natural de la Biosfera, una de las Áreas Protegidas de Ecuador mas agrestes e inexploradas, ya que su vegetación enmarañada, y sus pendientes escarpadas, que se extienden hasta la Amazonía, imposibilitan todo acceso a la zona.

Estas características han permitido que el Parque conserve zonas inalteradas con flora y fauna original, con una gran diversidad biológica, ya que comprendes seis pisos ecológicos.

El Parque Nacional tiene una enorme extensión de mas de 207.000 ha, divididas en dos núcleos geográficos: al centro norte, el macizo volcánico, con el volcán activo Sumaco (3.723 m), y otras dos cumbres menores, Cerro Negro y Pan de Azúcar, donde nacen los ríos Coca y Napo, tributarios del Amazonas, el último uno de sus mas importantes y largos afluentes, sobre el cual volveremos. El otro núcleo, mas pequeño, hacia al oeste, es el sector Napo-Galeras, nombres respectivos del río y de una cordillera.

Pasamos cerca, aunque sin entrar en ellas, de las poblaciones de Baeza y Archidona, que tienen sus homónimas y primeras en Andalucía, en las provincias de Jaén y Málaga, respectivamente

Todo el trayecto es bellísimo.

Por algún lado debe verse el volcán Sumaco, que preside todo el parque; pero no nos detuvimos.

El viaje dura mas de cuatro horas y no quedaba tiempo para pararse.

La última parte transcurre ya por la llanura amazónica, y las plantas y arboles son tropicales.

La Amazonía ecuatoriana es una de las cuatro divisiones geográficas de Ecuador, que comprende casi la mitad el país.Tiene una amplitud de 120.000 km2, de exuberante vegetación, propia de los bosques húmedos tropicales.

El río Amazonas, que le da nombre, no discurre por ningún punto de la región, pero sí varios de sus mas importantes afluentes, como el citado Napo.

Hay dos regiones: la Alta Amazonía, por la cual llegamos nosotros, que pasa de los Andes a la Baja Amazonia, o Llanura Amazónica.

La Amazonía es la mayor selva tropical del mundo, donde fluye mas de un tercio del agua dulce del planeta, y que posee una enorme biodiversidad. El ecosistema amazónico, con su bosque tropical húmedo, contiene uno de los habitats vegetales y animales mas ricos y complejos del mundo.

A primera vista, la selva tropical parece un lugar extenso, húmedo y verde, pero observado con mas atención se ve que cada árbol es diferente y que hay centenares de plantas distintas en continua interacción.

Alberga, también, la mayor biodiversidad de animales del planeta por km2, con centenares de especies de anfibios, mariposas, aves, reptiles, peces y mamíferos, como anaconadas, boas, pirañas, lagartos, jaguares, osos, tapires, roedores gigantes, etc.etc.

La temperatura promedio del año oscila entre 24-25ºC.

Arboles como cedro, laurel, nombres conocidos en nuestro hemisferio, y otros mas exóticos como puca, caspi, chisputocota, capiron, tagua, etc. etc., ofrecen excelentes maderas.

Entre sus inmensos recursos naturales están el petróleo, y otros minerales valiosos, como el oro y la plata.

Destacan la gran variedad de plantas medicinales, estudiadas y explotadas por compañías farmaceuticas multinacionales.

Bien, pues a esa prodigiosa zona nos dirigíamos, tras las cuatro horas de viaje.

Llegamos a la población de Tena, cabecera de Cantón. Su nombre completo es San Juan de los dos ríos de Tena, ya que en ella se cruzan los ríos Tena y Pano, que pocos kms mas abajo desembocan, ya unidos, en el río Napo.

Tiene poco mas de 50.000 habitantes y de ella solo vimos el embarcadero.

En efecto, fue allí donde nos embarcamos en una lancha, que nos iba a llevar a nuestro hotel "La Casa del Suizo"

Este encantador hotel, en el borde de la selva, fue creado por un aventurero suizo llamado Benny, en 1.985, en las orillas del río Napo.

Se puede llegar por tierra o navegando en una lancha, opción que fue la escogida por la organización del viaje, dando así a la visita a la Amazonia un aspecto algo mas aventurero.



Después de cargar las maletas, y a nosotros mismos en las lanchas, llegamos al hotel.

Tomamos posesión de nuestra habitación, con preciosas vistas sobre el río y sobre la lejana selva.

Nos fue presentado nuestro guía local, C., un joven indígena de etnia quichua, que ha disfrutado de una beca de varios meses en Suiza para su formación, de aire competente y agradable.

Enseguida pasamos al comedor al aire libre, donde servían la comida y la cena de buffet, aceptable.

Quedamos emplazados para la visita de la tarde a un mariposario cercano.

Las mariposas son insectos lepidopteros, que comprenden varias especies. La mayoría son nocturnas, aunque hay alguna diurna. A pesar de su frágil aspecto son bastante resistentes, tanto a los depredadores, como a las condiciones climatológicas.

Para llegar al mariposario, atravesamos el pueblo de Ahuano.

Esta población, situada detrás de la "Casa del Suizo", era el lugar de residencia de nuestro guía, así como de unos 900 habitantes mas, dedicados, en mayor o menor medida, al servicio del hotel, de diversas maneras. Tiene escuela, iglesia y servicios médicos.

En el mariposario estuvimos mas de una hora contemplando a las mariposas, con sus bonitas formas y colores, que se dedicaban a sus ocupaciones, comer, copular, volar, aunque muchas parecían en estado letárgico. Debian de ser nocturnas...

Nos fue explicado el ciclo vital de estos insectos. Pudimos ver las diferentes fases de crecimiento, y sus métodos de camuflaje contra sus depredadores naturales. Una pequeña clase magistral sobre Lepidopteros.

En el jardín que rodeaba el mariposario había gran cantidad de plantas y flores de la zona, que nos encantaron.

Volvimos mientras todavía lucia el sol.

El resto de la tarde aprovechamos las instalaciones del hotel tomando un largo baño en la piscina.

Después de la cena nos sentamos en el bar, al lado de la piscina, y tomando un coctel veíamos los resplandores lejanos de la selva, donde en un lugar u otro se deben producir tormentas eléctricas continuamente.

La temperatura, después de los fríos de Quito y Papallacta, era deliciosa.

Y por la mañana nos esperaban mas atractivos amazónicos

6 comentarios:

  1. Después de todo lo que llevo leído en tu blog sobre Ecuador, creo que es el gran desconocido (al menos para mí) de Sudamérica.
    besines

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  2. ¡Qué bonito! El mal de alturas me ha recordado lo canutas que lo pasó el enano nº3 en lo alto del Teide. A él no se le pasó el malestar sino que le subió la fiebre.

    Pregunta: ¿no tuvisteis que vacunaros de la fiebre amarilla? Este verano pretendemos ir a Manaos (en el Amazonas) y creo que nos tenemos que vacunar.

    Viendo las dimensiones del río me doy cuenta que en este país no tenemos ríos tenemos arroyuelos.

    Me ha gustado mucho el cambio de estilo de la narración al principio, parece el comienzo de una novela.

    Besos

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  3. Sí, Pulga, efectivamente no sabemos nada de Ecuador,pais muy variado y con grandes atractivos tanto naturales, como culturales. Quedamos asombrados al conocerlo.
    Besitos

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  4. No, Conguito, no tuvimos que vacunarnos de nada, y eso que los mosquitos se cebaron en nosotros, en esta región. Pero no sé lo que habrá qur hacer para Manaos.

    Los ríos, incluso los afluentes, y los afluentes de los afluentes son enormes.

    Gracias por tu último comentario,no creia yo que pareciera nada tan literario como lo que dices, pero la idea me ha gustado.

    Besitos

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  5. byron Quisupangui28 de marzo de 2013, 2:40

    Este es mi querido País,lleno de grandes riquezas en flora y fauna y unos maravillosos paisajes yo soy Ecuatoriano

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  6. Hola Byron:
    Me ha alegrado tu comentario, siempre gusta que lean lo que uno escribe.

    Coincido contigo en admiración hacia Ecuador. me gustaron sus maravilosos paisajes, sus monumentos y sus gentes, todo lo cual era desconocido para mi antes de ese viaje.

    Buena suerte y saludos

    Ana

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