martes, 13 de abril de 2010

Valencia . 1ª Parte. Del Gótico al Modernismo

Nuestra primera excursión fue a Valencia.

Una agradable guía, perteneciente a la agencia que se encarga de las excursiones, nos estaba esperando en el vestíbulo del hotel. Había otros pasajeros que había ido recogiendo el autobús en los hoteles de Playa Gandía que participan del programa del Imserso.

Recorrimos en el autobús el mismo camino que habíamos hecho al llegar, esta vez con luz;
el día era gris y con niebla, así que no pudimos apreciar las bellezas del paisaje que ofrece el valle de la Valdigna, todo lleno de naranjales a uno y otro lado del camino.

Lo que si se podía ver, por estar al lado de la carretera, era una horrible y desproporcionada, por el tamaño de los edificios, urbanización de las que trepan por la montaña, a medio construir y en estos momentos parada.

Al cabo de una hora, aproximadamente, llegamos a Valencia.

La comarca que rodea la ciudad se conoce como la Huerta de Valencia. Debía de estar llena de ellas en otros tiempos, cada una con su barraca, vivienda característica de esta región. Ahora nos fue señalada por la guía, la única que se veía en los campos.

Ya habíamos estado en Valencia en otras ocasiones; pero siempre agrada volver a ver una ciudad tan bonita y monumental.

En esta ocasión íbamos guiados, por tanto no teníamos ni que pensar, solo seguir a nuestra guía y grupo.

Valencia es la tercera ciudad española por población, mas de 800.000 habitantes, que llegan a 1.800.000 con el área metropolitana.

Está a orillas del mar Mediterraneo y el río Turia la atravesaba, antes de ser desviado, y convertido en siete u ocho brazos, para quitarle su peligrosidad, que tantas inundaciones y disgustos dio a la ciudad.

Hoy día el antiguo cauce del río esta convertido en una zona lúdica de 6,5 km de largo

Ahora un poco de historia.

Valencia fue fundada  en el  año 138 a.C., por el cónsul romano Décimo Junio Brito Galaico, con el nombre de Valentia Edetanorum, y por tanto es una de las ciudades mas antiguas de España.

Perteneció después al reino visigodo, hasta ser conquistada por los moros en el s. VIII.

El primero que inicio su reconquista fue El Cid Campeador en el s. XI, cuando se traslado a Valencia, exiliado de Castilla por sus desavenencias con el rey Alfonso VI. Pero fue el rey Jaime I, el Conquistador, el que la reconquisto, definitivamente,  para los cristianos en el año 1.238.

  • Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador
  • Jaime I el Conquistador
El s. XV, conocido como Siglo de Oro Valenciano, vio el mayor esplendor de Valencia, tanto comercial como culturalmente.

A la muerte de Carlos II, se produce la Guerra de Sucesión de España, entre el rey Felipe V, que ya residía en España y el aspirante, Archiduque Carlos de Habsburgo.


  • Felipe de Borbón, duque de Anjou, rey de España
  • Carlos de Habsburgo, aspirante a rey de España, emperador de Austria
Valencia tomo el partido austriaco, que fue derrotado, lo que tuvo por consecuencia que perdiera sus fueros e incluso fue amenazada su capitalidad.

Sufrió, como el resto de España, la invasión napoleónica, cayendo después de un largo asedio.

También sufrió mucho durante la Guerra Civil (1.936-39), al convertirse en capital de la España republicana y ser fuertemente bombardeada durante el año 1.937.

En nuestros tiempos es una de las mas prósperas y activas ciudades de España.

Nuestro grupo visito algunos de los lugares mas importantes de la ciudad, sin que la visita fuera exhaustiva; hay muchas mas cosas que ver en Valencia, pero nos tuvimos que atener a unas cuantas.

Fuimos en primer lugar a la catedral, en la plaza de la Reina, preciosa plaza asimétrica, donde destaca el Miguelete o torre de la catedral.

La Catedral o "Seu", fue mandada a construir por Jaime I, después de la reconquista de Valencia, en 1.238 y se encuentra sobre una mezquita, que, a su vez, se había alzado sobre la antigua catedral visigótica.

Se accede a ella por tres puertas, representantes de tres estilos diferentes


  • La puerta de la Almoina en la plaza de la Limosna, románica
  • La puerta de los Apóstoles en la plaza de la Virgen, gótica
  • La puerta de los Hierros, en la plaza de la Reina, fachada principal, barroca
Lleva el nombre de Catedral de Santa María, por deseo del rey.

Su estructura principal fue levantada entre los siglos XIII y XV, por lo cual su estilo es, principalmente, gótico, debido a que su construcción duro varios siglos mas, tiene aportaciones de románico, gótico francés, renacimiento, barroco y hasta neoclásico, añadidos y decoraciones que dejaron las sucesivas generaciones y gustos.

Después de contemplar su impactante fachada principal, la de la plaza de la Reina, pasamos al interior.

Dentro tiene tesoros de incalculable valor religioso, cultural y estético

Visitamos en primer lugar la Capilla del Santo Cáliz ; las leyendas envuelven la llegada de esta importante reliquia a la Catedral de Valencia, mientras iba pasando por diferentes manos hasta que en el año 1.437 el rey Alfonso el Magnánimo la confió a la Catedral, de donde ya no salio mas.

El Santo Cáliz, fechado con los métodos modernos en el s. I d.C., esta enmarcado por un retablo tallado en alabastro, que formaba parte de la fachada del trascoro. La capilla es toda como un relicario y es bellisíma.

En uno de los muros está el púlpito desde el que San Vicente Ferrer explicaba teología a sus alumnos, sentados en los bancos de piedra que circundan los muros de la capilla, convertida en aula de estudio.

Seguimos con nuestra visita, acercándonos al Altar Mayor, otro de los grandes tesoros de la catedral

El altar esta cubierto por una bóveda de seis nervios, enteramente cubierta de pinturas y ornamentación.

Encargadas en 1.474 a los artistas italianos Paolo de San Leocadio y Francisco Pagano, por Rodrigo Borja, que luego sería Papa con el nombre de Alejandro VI, habían sido recubiertas con una ornamentación rococó en el s. XVIII.

Por un azar, en 2.004, se descubrieron estas maravillosas pinturas que fueron restauradas como ahora las vemos.

El Retablo Mayor, de comienzos del s. XVI, es en realidad un gran armario con seis tablas pintadas por los dos lados. Realizado por dos discípulos de Leonardo da Vinci que introdujeron el Renacimiento en España, a través de Valencia.

Nos entretuvimos contemplando el cimborrio, de estilo gótico, que dota de luz natural blanca al crucero de la catedral gracias a sus ventanales translúcidos de alabastro, y al hecho de que la estructura de piedra este reducida al mínimo. Es una de las obras mas sobresalientes del templo.

Por último, en la Capilla de San Francisco de Borja, contemplamos dos magníficos cuadros de Francisco de Goya, de 1.788, relativos a la vida del santo:



  • "San Francisco se despide de su familia para ingresar en la Compañía de Jesús" y
  • "San Francisco de Borja asiste a un moribundo impenitente"
Sin duda habrá muchos mas lugares y objetos que ver en esta esplendida catedral, pero nosotros teníamos que seguir conociendo la ciudad.

Tuvimos a continuación un descanso de una media hora, que aprovechamos para tomar un chocolate en la cafetería Valor, en la misma plaza de la Reina, y reponer fuerzas para seguir nuestro recorrido

Fuimos seguidamente a visitar La Lonja de la Seda.

Esta obra maestra del gótico civil, está en el centro histórico de la ciudad. Declarada Monumento Nacional desde 1.931 y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en 1.996

La Lonja, edificio emblemático del Siglo de Oro Valenciano, fue edificada entre finales del s. XV y mediados del XVI, como muestra de la revolución comercial que se había operado en la ciudad en la Baja Edad Media y del desarrollo de la burguesía.

La Lonja fue construida como un símbolo del poder de la ciudad para atraer a los comerciantes, en tiempos que ya se vislumbraban difíciles, al desplazarse, después del descubrimiento de América, gran parte de la actividad comercial del Mediterraneo, al Atlántico.

La Sala de Contratación o Salón Columnario es bellisíma, con esas altas columnas; con un poco de imaginación de puede ver a los comerciantes de la época vestidos de terciopelo y con calzas, paseando y haciendo negocios en ese ambiente.

Cruzando la acera estábamos delante del Mercado Central; edificio, como muchos similares en España, construido a principios del s. XX, en 1.914, por los arquitectos F. Guardia y A. Soler, formados en la Escuela de Arquitectura de Barcelona y seguidores de las tendencias modernistas que imperaban allí.

Desde 2.004 se ha emprendido una rehabilitación total, que ha consistido en una restauración completa del edificio y una puesta al día de la función comercial de sus instalaciones.

El edificio combina el metal, las cúpulas, el vidrio, las columnas, en suma, el modernismo.

En el Mercado Central se venden todo tipo de alimentos como pescados, mariscos, verduras, fruta, carne, embutidos, que no solo abastecen al publico en general sino a importantes restaurantes de la ciudad.

Nos paseamos por sus pasillos, que combinan el encanto de la compra tradicional, con la belleza de su arquitectura. Para utilizarlo como mercado , aunque fuera un poquito, compramos una bolsa de frutos secos al peso, muy ricos por cierto

Como se puede ver en las fotos, otra belleza de Valencia.

lunes, 5 de abril de 2010

Pimientos rellenos de carne y arroz


He hecho, a lo largo de los años, mas pimientos rojos rellenos, que verdes.

Para los primeros tengo una receta que cocinaba, con maestría, mi querida madre, pero esta vez la receta se hace con pimientos verdes.

Queda un plato completo, con verdura, hidratos y proteínas y muy rico... si gustan los pimientos.

Aquí va la receta

Ingredientes para 6 personas

  • 6 pimientos verdes medianos, preferiblemente redondos y carnosas
  • 6 cucharadas soperas de arroz redondo crudo
  • 375 g de carne picada
  • 1 diente de ajo
  • 1/4 l de aceite de oliva
  • 1 huevo
  • 1 plato con harina
  • 50 g de cebolla
  • 1 cucharada sopera de harina
  • 1 pastilla de caldo
  • 1 pellizco de azafrán en polvo
  • perejil
  • sal

Elaboración

Se prepara la carne picada, a la cual se añade ajo picado menudo, perejil y sal

Se quita la tapa alrededor del rabo de los pimientos.

Se extraen las semillas

Se salan por dentro, con poca sal

Se pone dentro del pimiento una cucharada de arroz crudo.
Se divide en porciones iguales la carne picada y se pone una porción en cada pimiento.

Se pone el aceite en una sartén a calentar

Se bate el huevo.

Se pasa la abertura de cada pimiento por harina y huevo.

Se ponen a freír de pie.

Una vez frita la abertura, se tumban y se fríen por todos lados, dandoles vueltas por todos lados

Se ponen en una cacerola amplia.


Se pela y corta menuda la cebolla

Si hay demasiado aceite se quita , y en el que queda se fríe la cebolla unos siete minutos

Se añade la cucharada de harina

Se da vueltas con cuchara de madera

Se agrega el azafrán

Se añade la pastilla de caldo

Se añade 1/2 l de agua

Se deja cocer tres minutos

Se bate con la batidora Minipimer

Se echa todo en la cacerola con los pimientos rellenos y fritos

Se cuecen despacio durante media hora.

Y ya están listos para comer.

Es un plato muy sabroso... si gustan los pimientos

Si hay mas comensales y se necesitan mas pimientos, aumentar las cantidades de relleno proporcionalmente

domingo, 28 de marzo de 2010

Un viaje a Levante con el Imserso, llegada a Gandía.

Después de mi retirada profesional (jubilación) he querido probar la oferta de viajes que ofrece el Imserso.

Creo que todo el mundo ha oído hablar de esta actividad.

Ahora que la conozco tengo que decir que está bien, muy bien organizada. No le encuentro fallos apreciables.

Hay que saber que estos viajes los organiza, aún, el Gobierno Central; digo aún, porque tantas cosas han pasado al ámbito regional o autonómico, como eufemísticamente decimos en España, que casi llama la atención que no sea así en este caso.

Grandes sectores del poder político y de la administración, de mucha mayor importancia, están ahora en manos de gobiernos regionales, con el resultado (desastroso) que todos conocemos. Al menos este, como digo, funciona muy bien.

Así, que en plan experimental, mi marido y yo nos apuntamos a este viaje a Levante, con base en Playa Gandía.

El viaje fue en avión hasta Valencia. Tuvimos la mala suerte de coincidir con la huelga solapada de los controladores aéreos, lo cual nos supuso cinco horas !!! de retraso. Para desesperarse...

Una persona, me comento, al día siguiente que las muchas horas pasadas en el aeropuerto le habían producido sufrimiento psicológico. Un poco exagerado, diría yo, pero refleja el estado de ánimo de la expedición.

Finalmente llegamos a Valencia de noche. Nos informaron de que hasta Playa Gandía había una hora de autobús. Al menos ya estábamos en tierra firme.

Llegamos al hotel pasada ampliamente la hora de retirarse el personal de cocina y demás servicios, pero nos esperaban con restos fríos de la cena, que agradecimos.

El día siguiente amaneció nublado, aunque no frío.

Tuvimos una charla sobre lo que podíamos esperar de nuestra semana larga de estancia en Valencia.
Se nos ofrecían cantidad de excursiones para visitar la región. Contratamos casi todas.

Despues fuimos a conocer el lugar en el que estábamos. Era nuestra primera visita a la zona.

El hotel, muy nuevo, está en segunda linea playa. Desde el balcón de la habitación se veía una palmera, y un trocito de mar y playa.

Teníamos lo que se llama pensión completa, con comida abundante y variada. De vez en cuando ponían paella, plato que uno desea comer en esa parte de España, bastante bien hecha. También había fruta y particularmente naranjas muy buenas.

Bien, pues fuimos andando hacia la playa, que teníamos al lado.

El panorama era amplio y despejado. Una enorme playa, tanto en longitud como en anchura, se extendía hasta perderse de vista; no se veía el principio, ni el final.

Un magnifico paseo, ancho y bien acondicionado, la recorre enteramente.

Dada la época del año, invierno, estaba tanto la playa, como el paseo, casi desiertos.

Sorprende bastante ver una playa tan grande, tan vacía; cosa bien distinta sera en el verano, cuando apenas se vea la arena, cubierta con los amantes de la playa, y sus pertenencias.

Porque la ciudad que se extiende, desde la playa hasta el interior, parece muy grande.

Enormes bloques, conté hasta 15 pisos, con enormes manzanas, configuran la linea de la playa y luego en filas que forman calles paralelas, se extienden varios kms hacia el interior.

Es una ciudad fantasma, en esta época del año. Después de una observación aquí y allá, se puede decir que el 99% de los pisos están cerrados.

Respecto a la densidad de construcción, hay pocos hoteles.

Aquí se puede ver, con toda amplitud, que el modelo de desarrollo de este país ha sido fomentar la compra de la vivienda (primaria y) secundaria.

No puede uno dejar de pensar en lo caro que le resulta a los españoles esta contribución al desarrollo. Comprar la segunda vivienda y mantenerla todo el año, para ocuparla, como mucho, contando vacaciones y fines de semana, dos meses al año. Demencial.

En consonancia la mayoría de los negocios, tiendas, bares, restaurantes, etc. estaban cerrados.
La restauración ocupa casi todos los bajos. Debe de haber una de las densidades mayores del mundo en esta actividad.

Playa Gandía es una parte de Gandía, creo que son el mismo municipio, que se desarrollo en los años 60 y 70 del siglo pasado, primeramente con veraneantes residentes de la comarca y provincia y luego con turismo del resto de España, ellos mismos lo llaman "la playa de Madrid", ya se puede suponer porqué, y de otros países.

Bien, pues hicimos buen uso del paseo caminando un gran rato

En ese mismo paseo se coge un autobús, que pasa cada veinte minutos, que lleva a Gandía.

La ciudad esta a seis kms de la playa.

Gandía, capital de la comarca valenciana de la Safor, tiene una población de unos 82.000 habitantes, llegando a triplicar este número en verano, por ser unos de los principales destinos turísticos de España.

Cuando nosotros la visitamos, estaba en el número de habitantes del censo, ya que era invierno.

Se ve que está en plena efervescencia con grandes obras públicas, con el encuzamiento del río Serpis, que desemboca en el mar Mediterraneo por allí.

Es una población bien cuidada, con los principales edificios restaurados y bien acondicionados.

Gandía como gran parte de las ciudades españolas tiene una larga historia. Hay pruebas arquelógicas de asentamientos en el Paleolítico Superior, y después de tan lejana edad, restos de las épocas ibérica, romana y de la ocupación musulmana.

En 1.249, ya reconquistada a los moros, fue donada por Jaime I el Conquistador a su hijo el infante don Pedro.

Convertida luego en ducado, en el s. XV, fue comprado por Rodrigo de Borja o Borgia (futuro papa Alejandro VI), para su hijo Pedro Luis.

El segundo duque, Alfonso, tuvo en Gandía una corte pequeña pero fastuosa, donde brillaron figuras literarias como el poeta Ausias March o Joanot Martorell, autor de la novela caballeresca Tirant lo Blanch, escrita en catalán y publicada en 1.490.

A esta casa pertenece San Francisco de Borja, nacido en 1.510 y canonizado en 1.671. Este duque renunció a todos sus títulos en favor de su hijo Carlos, para ordenarse sacerdote y entrar en la Compañía de Jesús.

Por todas partes de la ciudad estaba expuesto el cartel commemorativo del 500 aniversario del nacimiento del santo.

Gandía conoció tiempos de esplendor y también de miseria, como tras la expulsión de los moriscos, musulmanes bautizados de grado o por fuerza, de 1.609, que supuso la ruina de los ingenios azucareros, que ellos manejaban.

Posteriormente los duques de Gandía se trasladaron a Madrid.

En Gandía están presentes la Universidad Politécnica y la Universidad de Valencia, con distintas actividades.

Toda la comarca ha renacido en el s. XX, con la explotación agrícola, naranjas y demás cítricos y con el turismo, que la ha cambiado por completo.

El casco urbano, que recorrimos con ayuda de un folleto turístico, tiene mucho sabor.

Primeramente admiramos la Colegiata de Santa María edificada en el s. XV y muy dañada durante la guerra civil (1.936-39), en la que fue practicamente destruida, desapareciendo sus tesoros, así como su rico archivo. Hoy, restaurada, ofrece un bonito rincón, con la estatua de san Francisco de Borja en el centro de un jardincillo.

Enfrente está el Ayuntamiento, del s. XVIII, con fachada neoclásica y una inscripción que recuerda el rey coetaneo, Carlos III.

De allí paseamos hasta el ensanche con edificios modernos y alguna bonita fuente . Pasamos por el puente sobre el río Serpis, cuyas margenes, como ya he comentado, están siendo encauzadas.

Otro edificio sobresaliente es el Palacio Ducal; objeto de numerosas restauraciones, casa natal de San Francisco de Borja, cuya habitación se conserva intacta.

Tiene un bonito Patio de Armas, que me pareció de arquitectura italianizante; y la Galería Dorada, del s. XVII, con azulejos originales de la época.

Pudimos observar que es utilizado por los poderes públicos, para eventos, pues se desarrollaba uno en ese momento.

Otro edificio destacable es el de la antigua Universidad de Gandía, fundada por San Francisco de Borja, donada a la Compañía de Jesús (Jesuitas).

Durante varios siglos tuvo gran actividad universitaria y alumnos destacados. Cuando los jesuitas fueron expulsados de España, en el s. XVIII, desapareció la Universidad de Gandía.

Posteriormente paso a ser posesión de la Orden de los Escolapios, de ahí que el edificio se conozca como Escuelas Pías

Está en el mismo centro de Gandía, junto a la calle Mayor, decorado en el exterior con cinco estatuas de los miembros mas sobresalientes de la familia Borja


  • San Francisco de Borja
  • Papa Alejandro VI
  • Papa Calixto II
  • Lucrecia Borja
  • Cesar Borja
Seguramente hay cosas interesantes en Gandía que no vimos. Hay que dejar algo para conocer en otra visita. Es un sentimiento frecuente el deseo de volver cuando un lugar te ha gustado.

Volvimos al hotel.

Por la tarde dimos un largo paseo por la playa, viendo que se extendía desde el puerto de Gandía, el Grau, hasta unas dunas. Tres kms de recorrido.