El siguiente título de mi pequeño abono, en el Teatro Real, fue la gran ópera de RichardStrauss Salomé.
RichardStrauss, compositor alemán nacido en Munich (1.864-1.949) fue un "niño prodigio" de la música.
Compuso diversos poemas sinfónicos de temática heroica, que son los que le han hecho conocido del gran público, como "Así hablaba Zaratrusta" que encabeza la película "2001: Una odisea en el espacio", dirigida por StanleyKubrik en 1.969.
Después de escribir varios de estos poemas, gran cantidad de lieder y alguna sinfonía, Strauss dirigió su atención hacia la ópera.
Tras varios intentos sin éxito conoció el drama de OscarWilde, Salomé, traducido al alemán, que le fascinó y lo llevo a componer la ópera de mismo nombre, estrenada en 1.905.
Salomé es una gran obra maestra del expresionismo musical alemán
El escandalo acompaño al estreno, tanto por el tema bíblico del que parte, como por el tratamiento que le da Wilde y sigue Strauss.
La reacción fue apasionada y extrema, de tal manera que hasta se suspendieron las funciones en el Metropolitan Opera House de Nueva York, por la feroz critica del público. Tampoco en Europa, Inglaterra y otros cuantospaíses tuvo mejor acogida.
Al público le desagradaba tanto el tratamiento del pasaje bíblico, como la música con elementos atonales, politonales y ciertas disonancias, a las que no estaba acostumbrado.
El paso del tiempo ha puesto las cosas en su lugar y ahora crítica y público aplaudimos, sin prejuicios, la enorme calidad de esta obra.
Salomé transcurre en un único acto.
En una noche de luna llena, en el palacio del tetrarca de Judea, Herodes Antipas, se celebra un gran banquete; Salomé su sobrina e hijastra, hastiada de esas diversiones sale y oye hablar del prisionero, encerrado en una cisterna, por acusar y condenar sin descanso a su madre, Herodías, y a su padrastro Herodes por incesto.
En efecto Herodes se ha casado con la viuda de su hermano.
Fascinada por lo que oye, hace sacar a Jokanaan (san Juan Bautista) de la cisterna y trata de seducirlo.
Aunque al principio Jokanaan no sabe siquiera con quien habla, cuando se da cuenta, no solo no cae en la seducción, sino que rechaza violentamente a Salomé y la maldice.
Ella no soporta el rechazo y jura venganza.
Lo tiene al alcance cuando Herodes, que esta prendado de ella, le pide que baile para él, y que a cambio le dará todo lo que le pida.
Salome baila la danza de los siete velos y pide la cabeza de Jokanaan.
Herodes queda desolado, pues no quiere matarlo, pero finalmente cumple su promesa; el profeta es ejecutado.
Unos guardias traen su cabeza en una bandeja.
Salomé, desquiciada, le declara su amor y besa la cabeza.
Obra de una gran intensidad dramática, y música grandiosa.
Nuestro día señalado por el abono, 28 de abril, íbamos a tener ocasión de verla por segunda vez.
Esta vez en el incomparable marco del Teatro Real.
Había tenido muy buenas criticas la soprano que interpreto Salomé en el primer reparto.
A nosotros nos toco el segundo con Salomé a cargo de la soprano sueca AnnalenaPersson, que canto e interpreto muy bien, para mi gusto.
El baritono (Jonakaan) estuvo a cargo del norteamericano Mark S. Doss.
En realidad la escena que mas me gusto y sobrecogió fue el encuentro entre Jokanaan y Salomé.
Está maravillosamente expuesta la diferencia entre sus dos mundos, a través de una música y canto bellisimos.
La orquesta fue dirigida por Jesús LopezCobos, titular de la Orquesta Sinfónica de Madrid, que deja el cargo después de esta temporada, circunstancia que lamento pues me parece un excelente director. En esta obra, dada su formación germánica esta esplendido.
Hasta aquí en cuanto a la grandiosa música de Strauss y el buen reparto, todo bien.
El fallo de la representación, fallo importante porque la ópera es un espectáculo total, está en el montaje. El Director de Escena, el canadiense RobertCarsen, la ha destrozado. En primer lugar traslada el escenario a un casino de Las Vegas(?).
El texto y la acción, que tiene un contexto claro y determinado, se ven distorsionados por el entorno, y merman la intensidad del espectáculo, lo banalizan y lo estropean.
El punto culminante del desastre es la famosa danza de los siete velos.
En vez de danza es una serie de gestos de dudoso gusto, coronada por la exhibición en pelota base de siete viejos, que se van quitando la ropa, hasta quedar totalmente desnudos, antes los atónitos y resignados ojos del espectador.
Comprendo que para un director de escena la danza en cuestión, es un reto de difícil solución.
Salomé, que en el texto es una jovencita, tiene que ser interpretada por una soprano muy formada, debido a la gran dificultad de la música, lo cual implica una cierta edad; por otro la cantante no tiene porque saber danzar.
Pero de eso, a la chabacanería y a someter a los espectadores a ese lamentable espectáculo , va un trecho.
Otro momento dificil de digerir se produce cuando los invitados juegan al balón con la cabeza del Bautista
Hay una corriente en la ópera actual, para desgracia de los espectadores, de renovación mal entendida. No porque sea nuevo, tiene que ser bueno.
Por otro lado, creo que el escenográfo cae en la frustración.
Dada la historia de está ópera, quisiera que el escandalo acompañara a su creación, como sucedió en el estreno de la obra, pero eso es hoy día del todo imposible.
Nada hay hoy que escandalice, realmente, a nadie.
En consecuencia, los cantantes y el director de orquesta fueron muy aplaudidos, mientras que el director de escena fue pateado y abucheado.
Me ha costado encontrar alguna foto que me guste del montaje, pero ahí va alguna mas.
Esta, por ejemplo, es Salomé cuando sale del banquete o si, se quiere fiesta, ¿a qué va vestida muy adecuadamente?
Esta es una de las manera más selectas de servir los espárragos.
La salsa holandesa, que es deliciosa desde mi punto de vista, tiene la dificultad de tener que evitar que se corte, para lo cual hay que hacerla despacio y vigilando.
Vayamos pues a la receta. Primero veremos como preparar los espárragos
Ingredientes:
1 k de espárragos blancos, que sean gruesos
1/ cucharadita de sal
1 terrón de azúcar
Elaboración
Lavar a fondo los espárragos.
Cortar los extremos leñosos.
Pelarlos con un pelador de verduras, procurando que sea de arriba a abajo
Poner a hervir 2 l de agua
Atarlos en un haz
Poner 2 l de gua a hervir
Añadir la sal y el azúcar
Cuando el agua hierve poner el haz de espárragos
Cocer tapado 15 o 20 minutos según el grosor de los espárragos
Para cocerlos se puede emplear una olla especial, alta y con un cestillo, en la cual la punta de los espárragos queda fuera del agua y se hace al vapor al ser mucho mal blanda que el resto, o bien atados y de pie como se ve en la foto, en una olla alta, o también el una cazuela plana, donde estén bien extendidos.
Para la salsa holandesa
Ingredientes
2 yemas de huevo
1 cucharada de agua
1 cucharadita de zumo de limón
100 g de mantequilla
1 pizca de sal
1 pizca de pimienta blanca
1 pizca de pimienta de cayena
Elaboración
Batir las yemas de huevo con el agua, el zumo de limón y la sal en un tazón
Ponerlo al baño maría caliente, pero sin que llegue a hervir
Batir esta mezcla hasta que este cremosa, teniendo cuidado de que no cuaje el huevo, pues se estropea la preparación.
Fundir la mantequilla a fuego lento
Dejarla reposar sin removerla para que se separe el suero de la grasa
Añadir la mantequilla fundida, sin el suero, a la crema de yema, primero gota a gota, luego a cucharaditas, finalmente a cucharadas
Sazonar con pimienta y cayena
Para presentar el plato:
Escurrir los espárragos entre unos paños
Quitarles el hilo
Servirlos en una esparraguera o sobre una servilleta
Servir con la salsa holandesa
Opcionalmente se pueden añadir unas patatitas nuevas cocidas.