martes, 18 de mayo de 2010

Albóndigas



Hoy explicare como hacemos las albóndigas en casa.

Este conocido y rico plato es de origen arabe. Ya lo cito el historiador granadino Luis del Marmól en su "Descripción general de África" de 1.573.

Así pues la palabra albóndiga procede del árabe, al-bunduqa, que quiere decir la bola .


Ingredientes para 6 personas

  • 1 k de carne picada, 3/4 de carne de vacuno y 1/4 de carne de cerdo
  • 1 rama de perejil
  • 1 diente de ajo
  • 4 cucharadas soperas de pan rallado
  • 1 huevo
  • 1/2 l de aceite
  • un recipiente con harina
  • Sal

Para la salsa

  • 4 cucharadas soperas de aceite
  • 200 g de harina
  • 2 cucharadas soperas de harina
  • 1 vaso de vino con vino blanco seco
  • 1 cubito de caldo
  • Sal
  • Agua para cubrirlas
Elaboración


  1. Se pone la carne en una ensaladera
  2. Se le añaden el ajo y el perejil muy picaditos.
  3. Se añade la sal
  4. Se echa el huevo entero.
  5. Se remueve todo hasta que quede bien repartido
  6. Se añade el pan rallado.
  7. Se remueve bien de nuevo.
  8. Se hacen una bolas con la mano y se pasan por harina.
  9. En la cacerola donde se van a hacer, se pone el aceite a calentar
  10. Se van friendo, dándoles la vuelta para que se doren por todos lados
  11. Se sacan a un plato
  12. Retirar una parte del aceite para hacer la salsa
Salsa



  1. Se pica la cebolla finamente
  2. En el aceite sobrante caliente se echa la cebolla y se dora durante cinco minutos
  3. Se añaden las dos cucharadas de harina, dando vueltas con la cuchara de madera.
  4. Se colocan encima las albóndigas
  5. Se añade el cubito de caldo y un poco de sal.
  6. Se vierte encima el vino blanco.
  7. Se completa con agua hasta cubrilas.
  8. Se dejan cocer 20 minutos.

Las albóndigas se pueden servir con numeroso acompañamientos. Aquí las muestro con arroz blanco.

Es un plato delicioso, que a mi parecer, gusta a todo el mundo.

viernes, 14 de mayo de 2010

Salomé en el Teatro Real de Madrid

El siguiente título de mi pequeño abono, en el Teatro Real, fue la gran ópera de Richard Strauss Salomé.

Richard Strauss, compositor alemán nacido en Munich (1.864-1.949) fue un "niño prodigio" de la música.

Compuso diversos poemas sinfónicos de temática heroica, que son los que le han hecho conocido del gran público, como "Así hablaba Zaratrusta" que encabeza la película "2001: Una odisea en el espacio", dirigida por Stanley Kubrik en 1.969.

Después de escribir varios de estos poemas, gran cantidad de lieder y alguna sinfonía, Strauss dirigió su atención hacia la ópera.

Tras varios intentos sin éxito conoció el drama de Oscar Wilde, Salomé, traducido al alemán, que le fascinó y lo llevo a componer la ópera de mismo nombre, estrenada en 1.905.

Salomé es una gran obra maestra del expresionismo musical alemán

El escandalo acompaño al estreno, tanto por el tema bíblico del que parte, como por el tratamiento que le da Wilde y sigue Strauss.

La reacción fue apasionada y extrema, de tal manera que hasta se suspendieron las funciones en el Metropolitan Opera House de Nueva York, por la feroz critica del público. Tampoco en Europa, Inglaterra y otros cuantos países tuvo mejor acogida.

Al público le desagradaba tanto el tratamiento del pasaje bíblico, como la música con elementos atonales, politonales y ciertas disonancias, a las que no estaba acostumbrado.

El paso del tiempo ha puesto las cosas en su lugar y ahora crítica y público aplaudimos, sin prejuicios, la enorme calidad de esta obra.

Salomé transcurre en un único acto.

En una noche de luna llena, en el palacio del tetrarca de Judea, Herodes Antipas, se celebra un gran banquete; Salomé su sobrina e hijastra, hastiada de esas diversiones sale y oye hablar del prisionero, encerrado en una cisterna, por acusar y condenar sin descanso a su madre, Herodías, y a su padrastro Herodes por incesto.

En efecto Herodes se ha casado con la viuda de su hermano.

Fascinada por lo que oye, hace sacar a Jokanaan (san Juan Bautista) de la cisterna y trata de seducirlo.

Aunque al principio Jokanaan no sabe siquiera con quien habla, cuando se da cuenta, no solo no cae en la seducción, sino que rechaza violentamente a Salomé y la maldice.

Ella no soporta el rechazo y jura venganza.

Lo tiene al alcance cuando Herodes, que esta prendado de ella, le pide que baile para él, y que a cambio le dará todo lo que le pida.

Salome baila la danza de los siete velos y pide la cabeza de Jokanaan.

Herodes queda desolado, pues no quiere matarlo, pero finalmente cumple su promesa; el profeta es ejecutado.

Unos guardias traen su cabeza en una bandeja.

Salomé, desquiciada, le declara su amor y besa la cabeza.

Obra de una gran intensidad dramática, y música grandiosa.

Nuestro día señalado por el abono, 28 de abril, íbamos a tener ocasión de verla por segunda vez.
Esta vez en el incomparable marco del Teatro Real.

Había tenido muy buenas criticas la soprano que interpreto Salomé en el primer reparto.

A nosotros nos toco el segundo con Salomé a cargo de la soprano sueca Annalena Persson, que canto e interpreto muy bien, para mi gusto.

El baritono (Jonakaan) estuvo a cargo del norteamericano Mark S. Doss.

En realidad la escena que mas me gusto y sobrecogió fue el encuentro entre Jokanaan y Salomé.
Está maravillosamente expuesta la diferencia entre sus dos mundos, a través de una música y canto bellisimos.

La orquesta fue dirigida por Jesús Lopez Cobos, titular de la Orquesta Sinfónica de Madrid, que deja el cargo después de esta temporada, circunstancia que lamento pues me parece un excelente director. En esta obra, dada su formación germánica esta esplendido.

Hasta aquí en cuanto a la grandiosa música de Strauss y el buen reparto, todo bien.

El fallo de la representación, fallo importante porque la ópera es un espectáculo total, está en el montaje.
El Director de Escena, el canadiense Robert Carsen, la ha destrozado. En primer lugar traslada el escenario a un casino de Las Vegas(?).

El texto y la acción, que tiene un contexto claro y determinado, se ven distorsionados por el entorno, y merman la intensidad del espectáculo, lo banalizan y lo estropean.

El punto culminante del desastre es la famosa danza de los siete velos.

En vez de danza es una serie de gestos de dudoso gusto, coronada por la exhibición en pelota base de siete viejos, que se van quitando la ropa, hasta quedar totalmente desnudos, antes los atónitos y resignados ojos del espectador.

Comprendo que para un director de escena la danza en cuestión, es un reto de difícil solución.

Salomé, que en el texto es una jovencita, tiene que ser interpretada por una soprano muy formada, debido a la gran dificultad de la música, lo cual implica una cierta edad; por otro la cantante no tiene porque saber danzar.

Pero de eso, a la chabacanería y a someter a los espectadores a ese lamentable espectáculo , va un trecho.

Otro momento dificil de digerir se produce cuando los invitados juegan al balón con la cabeza del Bautista

Hay una corriente en la ópera actual, para desgracia de los espectadores, de renovación mal entendida. No porque sea nuevo, tiene que ser bueno.

Por otro lado, creo que el escenográfo cae en la frustración.

Dada la historia de está ópera, quisiera que el escandalo acompañara a su creación, como sucedió en el estreno de la obra, pero eso es hoy día del todo imposible.

Nada hay hoy que escandalice, realmente, a nadie.

En consecuencia, los cantantes y el director de orquesta fueron muy aplaudidos, mientras que el director de escena fue pateado y abucheado.

Me ha costado encontrar alguna foto que me guste del montaje, pero ahí va alguna mas.

Esta, por ejemplo, es Salomé cuando sale del banquete o si, se quiere fiesta, ¿a qué va vestida muy adecuadamente?












domingo, 9 de mayo de 2010

Espárragos con salsa holandesa


Esta es una de las manera más selectas de servir los espárragos.

La salsa holandesa, que es deliciosa desde mi punto de vista, tiene la dificultad de tener que evitar que se corte, para lo cual hay que hacerla despacio y vigilando.

Vayamos pues a la receta. Primero veremos como preparar los espárragos

Ingredientes:

  • 1 k de espárragos blancos, que sean gruesos
  • 1/ cucharadita de sal
  • 1 terrón de azúcar

Elaboración

  1. Lavar a fondo los espárragos.
  2. Cortar los extremos leñosos.
  3. Pelarlos con un pelador de verduras, procurando que sea de arriba a abajo
  4. Poner a hervir 2 l de agua
  5. Atarlos en un haz
  6. Poner 2 l de gua a hervir
  7. Añadir la sal y el azúcar
  8. Cuando el agua hierve poner el haz de espárragos
  9. Cocer tapado 15 o 20 minutos según el grosor de los espárragos
  10. Para cocerlos se puede emplear una olla especial, alta y con un cestillo, en la cual la punta de los espárragos queda fuera del agua y se hace al vapor al ser mucho mal blanda que el resto, o bien atados y de pie como se ve en la foto, en una olla alta, o también el una cazuela plana, donde estén bien extendidos.



Para la salsa holandesa




Ingredientes

  • 2 yemas de huevo
  • 1 cucharada de agua
  • 1 cucharadita de zumo de limón
  • 100 g de mantequilla
  • 1 pizca de sal
  • 1 pizca de pimienta blanca
  • 1 pizca de pimienta de cayena

Elaboración

  1. Batir las yemas de huevo con el agua, el zumo de limón y la sal en un tazón
  2. Ponerlo al baño maría caliente, pero sin que llegue a hervir
  3. Batir esta mezcla hasta que este cremosa, teniendo cuidado de que no cuaje el huevo, pues se estropea la preparación.
  4. Fundir la mantequilla a fuego lento
  5. Dejarla reposar sin removerla para que se separe el suero de la grasa
  6. Añadir la mantequilla fundida, sin el suero, a la crema de yema, primero gota a gota, luego a cucharaditas, finalmente a cucharadas
  7. Sazonar con pimienta y cayena


Para presentar el plato:

  1. Escurrir los espárragos entre unos paños
  2. Quitarles el hilo
  3. Servirlos en una esparraguera o sobre una servilleta
  4. Servir con la salsa holandesa



Opcionalmente se pueden añadir unas patatitas nuevas cocidas.