El pasado mes de junio tuve ocasión de volver a Salamanca.
La visita a esta magnifica ciudad siempre me resulta agradable; me trae recuerdos de cuando
viví en ella durante cuatro años. Entonces, hace muchos años, era la monumental ciudad forjada durante siglos, pero ahora ha progresado, como todas las ciudades españolas, y está muy bien mantenida y acondicionada.
Una de las reformas, ya de hace bastantes años, respecto a la época en que yo
viví allí, fue eliminar la circulación de coches de la Plaza Mayor. Ahora ese maravilloso espacio es para el disfrute de los ciudadanos y de los muchos visitantes que por
allí pasean.
Cuando llegamos, paramos delante del Co
legio Mayor
Fonseca, donde
íbamos a alojarnos;
después de tomar posesión de nuestra habitación, salimos con un amigo para sentarnos en la Plaza Mayor y tomar
allí una copa y alguna tapa, en uno de los numerosos establecimientos en ella
están instalados.
Mientras, fue cayendo la tarde, la plaza se ilumino,
ofreciéndonos otra visión no menos espectacular que la de pleno sol.
Digamos ahora dos palabras sobre el Colegio Mayor
Fonseca.
En primer lugar es un privilegio poder alojarse en él, que hoy día ofrece todas las comodidades de un buen hotel .
El Colegio tiene una larga historia.
Fue fundado en 1.519 por Alonso de
Fonseca, arzobispo de Santiago de Compostela, para que los estudiantes gallegos tuvieran un Colegio para estudiar en la Universidad, de ahí su primer nombre: Colegio Mayor de Santiago, el
Zebedeo, mas conocido como Colegio del Arzobispo, Colegio Mayor
Fonseca, y mas tarde Colegio de los Irlandeses, llamado así porque en tiempos de
Felipe II sirvió para albergar a los estudiantes de ese país que iban a estudiar a Salamanca, huyendo de la persecución inglesa a los católicos de Irlanda.
De los cuatro antiguos Colegios Mayores de Salamanca, es el único que se conserva; fue muy dañado por los franceses durante la Guerra de la Independencia, como toda España, ya que utilizaron edificios civiles y militares para hacer
fortificaciones, y reconstruido
después.
Sus arquitectos fueron Diego de
Siloe, Rodrigo Gil de
Hontañon y Juan de
Alava, grandes arquitectos del Renacimiento, en España.
Es un edificio plateresco, de tipo conventual, organizado alrededor de un claustro, de proporciones y decoración exquisitas, uno de los mas bellos patios del Renacimiento español.
Destaca
además del claustro la capilla, con retablo de Alonso
Berruguete.
La fachada es bastante sencilla, con la decoración
únicamente en la Portada, presidida por un
bajorelieve de Santiago Matamoros.
Dedicado ahora a residencia de
postgraduados y profesores residentes o visitantes.
Forma un gran complejo con el anexo edificio barroco de la
Hospedería, dedicado hoy día a Centro de
Postgraduados de la Universidad de Salamanca.
Pasear por el patio, contemplando los medallones, todos distintos, y los adornos platerescos a lo largo de las arcadas,
así como la magnifica escalera de la derecha, es una delicia; por mala suerte estaban, en esos días montando un estrado y poniendo sillas para a
lguno de los numerosos eventos que la Universidad de Salamanca celebra en este entorno.
Como he contado,
después de tomar
posesión de la habitación, que estaba al lado de la de nuestro pariente, colega y amigo, salimos hacia la Plaza Mayor, lugar que aunque uno haya visto muchas veces, no debe dejar de visitar y disfrutar, siempre que se vuelva a Salamanca.
La Plaza, corazón
neurálgico de la ciudad, punto de encuentro de amigos, residentes y visitantes, estaba bastante concurrida, como de costumbre. Nos sentamos a tomar algo.
Vale la pena decir unas palabras sobre ella.
La Plaza Mayor de Salamanca es la mas bella de España y una de las mas bellas del mundo. Es un monumento
típicamente español, exponente del barroco, que alcanzo con ella expresiones
dificilmente superables.
La Plaza Mayor fue acordada en 1.710 por el rey
Felipe V, el primer
Borbón de España, como premio a la ciudad por haber apoyado su partido, en contra del otro aspirante a la corona, el Archiduque Carlos de
Habsburgo, durante la Guerra de Sucesión Española.
La
construcción se realizo entre los años 1.729-1.755, con proyecto del arquitecto
Alberto Churriguera, ocupando el antiguo solar de la plaza de San
Martín. La pequeña, preciosa y románica Iglesia de San
Martín esta contigua ella.
Tiene planta cuadrada. El lado mas importante está ocupado por el
Ayuntamiento, obra de José
Churriguerra, coronado por la espadaña que soporta las campanas del reloj.
Mientras
estábamos sentados en una de las terrazas, tomando algo y contemplando la animación, que era como de costumbre muy grande, fue
anocheciendo y el conjunto fue tomando otro aspecto, este, si puede ser, aún mas sugestivo.
Al día siguiente
disponía de la mañana para recorrer un poco la ciudad.
Decidí visitar el Convento de San Esteban, que no
veía de cerca desde hacia tiempo.
Allí me encamine,
recorriendo el trayecto entre nuestra residencia, el Colegio
Mayor Fonseca, y el Convento, por la calle de la Clerecía, viendo, al pasar algunos de los muchos e importantes monumentos de la ciudad como la iglesia del Convento de las Ursulas, que estaba cerrada, el Palacio de Monterrey, propiedad de la Duquesa de Alba, la Casa de las Conchas y el imponente edificio, antiguo convento de Jesuitas, hoy día sede de la
Universidad Pontifica, de la Clerecía.
Siguiendo la misma dirección, hay luego una calle en cuesta, la calle de Jesús, que
lleva hasta el Convento de San Esteban.
Lo primero que llama la atención es la enormidad del conjunto, y el frente de la Iglesia del Convento, a modo de retablo mayor en piedra, de alguna catedral.
Este frente, labrado con escenas bíblicas, adornos, pilares
volutas etc, está realizado en la maravillosa piedra de la localidad salmantina de
Villamayor, piedra que reune todas las cualidades, pues se deja tallar bien y siendo ya de bonito color dorado, el tiempo la consolida en ese color y la endurece para que pueda lidiar con el duro clima de Salamanca,
Aunque los dominicos se instalaron en esta ciudad entre 1.255-56, el actual convento data de 1.524, debido a la iniciativa del cardenal Fray Juan
Alvarez de Toledo. La
construcción se
extendió hasta 1.610.
Lo extenso de sus años de edificación hace que,
considerandolo como un magnifico ejemplo del estilo plateresco, sea una mezcla de otros estilos que van desde el gótico hasta el barroco, este último poco apreciable en la arquitectura, pero bien presente en el imponente Retablo Mayor de la iglesia, obra de José de
Churriguerra.
Según la
tradición, en el convento, se alojo
Cristóbal Colón cuando
estuvo en Salamanca para defender, frente a los
geógrafos de la Universidad, la posibilidad de llegar a las Indias navegando hacia
Occidente.
Como ya he comentado la portada, un bello ejemplo del plateresco, está concebida como portada-retablo, formando un arco de triunfo, cuya
bóveda de medio
cañón despliega
abundante decoración de este estilo.
En centro se representa
el martirio de San Esteban y encima hay un Calvario,
ambos de
Cerroni, de comienzos del s.
XVII.
La iglesia, de cruz latina, es imponente; aunque los estilos que resaltan son el gótico tardío y el renacentista, el enorme Retablo Mayor, es de estilo barroco, como ya he recordado.
El Claustro, donde se mezclan los estilos gótico y
renacentista,
también es sobresaliente.
Alrededor del Claustro están los
Capítulos, lugar de reunión de los monjes.
Hay dos: el "Capitulo antiguo" oscuro y modesto, del s.
XIV, donde están enterrados
destacados miembros del convento, y el "Capitulo Nuevo", mas grande, monumental y mejor iluminado, del s.
XVII, el mismo siglo, y estilo en el que se construyo la
Sacristía, de gusto clásico, donde esta enterrado, en un gran
túmulo Fray Pedro de Herrera, obispo de
Tuy, su patrocinador.
Otro elemento
arquitectónico destacable, que pude admirar durante mi paseo por el convento, es la Escalera de Soto, mandada a construida entre 1.553-56, por Fray Domingo de Soto,
catedrático de la Universidad y confesor de Carlos I.
El arquitecto Rodrigo Gil de
Hontañon, empleo una
técnica nueva y revolucionaria, pues la escalera no se apoya en ningún soporte,
ascendiendo adosada a los muros, creando un espacio
diáfano, pues parece sostenerse
milagrosamente.
Todo el entorno rememora la gran importancia y poder que tuvo en España y en Europa y América, la Orden de Predicadores de los Dominicos, fundada por el español Santo Domingo de Guzmán, en Toulouse en 1.215 y aprobada por el Papa Honorio III un año después.
Entre sus mienmbros destacados, que fundaron la Escuela de Salamanca de Teología, Filosofía y Economía y habitaron el convento de San Esteban, están Francisco de Vitoria, Tomás de Mercado y Domingo de Soto, que en su época hicieron unos planteamientos inusuales sobre los problemas de la sociedad.
Volcados en la Evangelización de América, los Dominicos hicieron una importante labor, generando varios defensores de la población indígena que han dejado sus huellas en la historia, como Fray Bartolomé de Las Casas, Fray Antonio Montesinos y algunos otros.
Después de recorrer despacio, todo el recinto, admirando y disfrutando de tanta belleza ...e historia, tuve que volver al Colegio Fonseca, para cambiar mi vestimenta de turista por algo más formal.
Mi marido había formado parte de un tribunal de tesis doctoral, y el doctorando nos ofrecía, tanto al tribunal como a los amigos y acompañantes un banquete en Ledesma.
El lugar elegido para la comida es muy bonito y la fiesta universitaria y lúdica también fue muy bonita y agradable.
Excelente broche final para esta corta, pero interesante nueva visita a Salamanca.