viernes, 8 de febrero de 2013

Gran Canaria, 4º día: Telde


                                                                  
Tras un buen desayuno, con un día soleado y caluroso, como corresponde a finales del mes de julio, fuimos camino de Telde, por la carretera del Pico de las Nieves, con una claridad y limpieza ambiental notables.

El denso bosque de pinos se abrió a la derecha ofreciéndonos la Caldera de los Marteles, cráter volcánico de explosión, no tan conocido como otros, pero no menos espectacular.

                                                                                   
 Toda la zona es frecuentada, debido a sus numerosos senderos, por los caminantes aficionados. En este caso nuestra intención era llegar a Telde, así que proseguimos sin mas paradas.

Llegamos a Telde y dejamos aparcado el coche al lado de una de las tres iglesias de la ciudad, la iglesia de San Gregorio, titular del barrio del mismo nombre.

Una amable señora nos explicó que, antaño, este era el barrio de la gente pobre de la ciudad, relegada a las afueras, lejos de los barrios mas importantes, por el nivel social de los residentes y por sus edificios e instituciones, los barrios de San Juan y de San Francisco.

Ya que habíamos llegado a tan interesante barrio e iglesia, empezamos visitándola.

La iglesia de San Gregorio, es mucho mas moderna que las otras dos iglesias importantes de Telde, ya que su fundación data de 1.848; creada en el mismo lugar de una ermita dedicada al santo, que fue convertida en parroquia ante el gran aumento de feligreses.

Su exterior es sencillo, pero bello; delante tiene una pequeña y bonita plaza.

                                                                           
En el interior hay varios retablos neoclásicos entre los que destaca la imagen de su patrón San Gregorio, obra del escultor canario José Luján y una magnifica talla de Nª Sra. de los Dolores de finales del s. XIX.

  
Telde, es el segundo municipio mas grande de la isla, después de la capital, Las Palmas de Gran Canaria, con mas de 100.000 habitantes, siendo,a la vez, una de las ciudades mas antiguas del archipiélago.

La parte oriental del municipio es una gran llanura costera, en la que se encuentra ubicada la ciudad, mientras que la zona suroeste es una árida llanura, los Llanos de Gando, sobre la que se asienta el aeropuerto de Gando, o de Gran Canaria, cercano a la capital y único en la isla.

Los primeros europeos que llegaron a Telde fueron frailes misioneros mallorquines, en el s. XIV,  siendo la sede del primer obispado de Canarias, según la bula del Papa Clemente VI, de 1.381.

Sin embargo su fundación definitiva tuvo lugar un siglo mas tarde, en 1.482, por el capitán Cristóbal García del Castillo, que allí se asentó, después de haber participado en la conquista, levantando su casa, y diversos ingenios azucareros, dotándola de edificios, como la iglesia de San Juan y atrayendo a numerosas familias, que fueron el núcleo inicial de sus pobladores.

García del Castillo vivió y murió en Telde, donde está enterrado en la iglesia de San Juan, que él mismo había mandado edificar.

  Dos fueron los barrios creados en la ciudad tras la conquista; el que se formo alrededor de la iglesia de San Juan y su plaza, que fue habitado por las familias nobles, y el barrio de San Francisco poblado por artesanos, pequeños propietarios y monjes.

A estos dos barrios se añadiría mas tarde el de San Gregorio (de cuya iglesia he hablado mas arriba),  donde se asentó la población mas pobre, y dasarraigada, como eran los moriscos y los esclavos capturados en la costa africana y llevados a la isla para ser dedicados a la agricultura y a labores domésticas, pero que, con el tiempo, llegaría a ser la zona mas comercial de la ciudad. De sus orígenes queda un intrincado y caótico trazado urbano, hoy día corregido en parte, que contrasta con el bien organizado barrio de San Juan y con el pulcro barrio de San Francisco.

Telde escapó, sin consecuencias, de las incursiones corsarias, de entre los s.s.XVI-XVIII, que destruyeron, entre otras ciudades, Las Palmas.

Hoy día es una próspera ciudad, que ha puesto su patrimonio arqueológico y artístico en valor.

Hay numerosos yacimientos arqueológicos de la  época anterior a la conquista de la isla, aunque la mayoría está en mal estado o a punto de desaparecer, ya que las autoridades no los protegen y los habitantes y visitantes los someten a expolio y gamberrismo.

En cuanto al patrimonio histórico, cabe destacar que cada barrio originado al poco de la conquista, cuenta, como hemos visto, con su iglesia, alrededor de la cual fue creciendo.

Ya he mencionado la iglesia de San Juan, hoy día Basílica Menor, fundada por García del Castillo , a principios del s XVI, reconstruida en el XVII,

                                                                               
 que cuenta con dos importantes piezas en su interior: el Retablo Mayor mandado traer de Flandes por Cristóbal García del Castillo, y la imagen del Santo Cristo de Telde, también del s. XVI, realizada en Méjico por los indios tarascos, con diferentes elementos del millo o maíz, al que se le profesa gran devoción en toda la isla.

                                                                                 
Alrededor de la iglesia de San Juan y de la Plaza Mayor, que es a la vez la plaza de la iglesia, se sitúan los principales edificios de la ciudad, como el Ayuntamiento y el Casino.

Es una plaza encantadora, que aunque sin duda modificada, todavía conserva el encanto de las antiguas plazas canarias, con sus edificios encalados y con la piedra de lava, y sus grandes laureles, el árbol que da la mejor sombra, la mas adecuada para ese fuerte sol.

                                                                    
Después de disfrutar un buen rato de la plaza y visitar la iglesia, dimos un paseo por los alrededores, que conservan mucho sabor, y que están muy bien conservados y acondicionados

Hay un pequeño jardín, que es una verdadera delicia, cerca del Casino de la ciudad, cuya fachada principal da a la Plaza de San Juan.
                                                                           

Después nos dirigimos, andando, hasta el barrio de San Francisco, algo alejado del barrio de San Juan.

El barrio poblado por campesinos y servidores de los señores que vivían en el barrio de San Juan, se llamó en sus orígenes con el nombre descriptivo de Altozano, que cambió al de San Francisco, cuando la Orden de los Franciscanos se asentó, en 1.610, en la zona mas alta del barrio, donde fundó el convento de la Orden Tercera de frailes menores, con su iglesia.

El barrio, con sus encaladas casas bajas, de una o dos plantas, techos a dos aguas y huertas anexas, forma un entramado laberíntico de estrechas calles empedradas, que recuerdan a los cascos antiguos de los pueblos y  ciudades andaluzas.

El tráfico rodado por el barrio está limitado a los residentes, que son pocos, por lo que el sosiego y la tranquilidad se perciben con gran deleite.  El tiempo parece detenido, tanto por el cuidado y conservado aspecto del barrio como por la ausencia de actividad, en unas calles, practicamente desiertas.

Como recuerdo de su larga época franciscana hay diversas cruces del vía crucis,  que jalonan algunas calles.

El barrio es un precioso conjunto que recorrimos, todo por el exterior pues no se puede visitar ningún edificio.

La fachada principal, de sencillo diseño, tiene una torre-espadaña que sirve de campanario; la iglesia

                                                            
                                                                
da a la Plaza de los Romeros, placita encantadora, en la que muy cerca está la antigua capilla del Calvario  y un laurel de Indias, gigantesco, que constituyen uno de los mas bonitos rincones del conjunto.

Al salir del barrio de San Francico nos encontramos otros dos edificios históricos de Telde; la Iglesia Hospitalaria de San Pedro Mártir de Verona, que data del s. XVI, de estilo gótico renacentista declarada, como otros monumentos de Telde, Monumento Histórico-Artístico en los años 60 del s. XX, que actualmente es la sede del Museo de la Historia de Telde

                                                             
 y un monumento cercano como es el antiguo Hospital de la Misericordia, donde murió, nada mas llegar a Telde, el recién nombrado obispo de la diócesis, el monje benedictino Fray Alonso Ruiz de Verués, reputado seguidor de Erasmo de Róterdam, que había tenido varias disputas con el tribunal de la Inquisición, pero que, desgraciadamente, no pudo ejercer su cargo.


Telde ha sido cuna de hombres ilustres, entre los cuales el mas destacado es Fernando León y Castillo, marqués del Muni, (1.842-1918) titulo concedido en 1.900 por la reina regente María Cristina de Habsburgo-Lorena, que así le recompensó por su brillante trayectoria política, ya que llegó a ser ministro de Ultramar del gobierno de España, además de ostentar otros varios cargos.

Fernando León y Castillo, promovió varias importantes obras públicas en Gran Canaria, como el Puerto de La Luz de la capital, que supuso un gran desarrollo para la misma y para toda la isla, y el Faro de Maspalomas, entre otros.

Su casa natal es hoy día un Museo, dedicado a su vida y sus obra, que no pudimos visitar por estar cerrado.


Cuando acabamos todo este amplio recorrido el sol caía a plomo, estábamos cansados y sedientos, así que nos sentamos un buen rato en una terraza a la sombra, de las varias que se ofrecían.

Después de un descanso seguimos viaje hasta Maspalomas, pero esto será para otro capítulo.

sábado, 2 de febrero de 2013

Crepes rellenas de dulce de batata


                                                                             
Hoy día de la Candelaria, es día de crepes en mi casa, como cada año.

He hecho estas crepes rellenas de dulce de batata, un postre realmente delicioso

Ingredientes

                                                                 
250 g de harina
75 g de azúcar
Sal
250 ml leche
20 ml de nata
4 huevos

Elaboración

Poner la harina en el centro de un recipiente. Formar un  hueco para poner el azúcar, la sal y los huevos.

Mezclar estos ingredientes y añadir la nata y la leche,dando vueltas hasta conseguir una pasta lisa

Dejar reposar esta crema una hora.

En el caso de que resultara demasiado espesa aclarar con agua.

Untar una sartén con una brocha con aceite.

Calentar bastante y echar una porción de crema que cubra el fondo.

 Cuando se ve hecha se vuelve la crepe rápidamente, para tostar por el otro lado hasta quedar tostada.

Reservar en un plato para rellenar con el dulce de batata

Dulce de batata

Ingredientes

                                             

250 g de batata
150 g de azúcar
1 yema
Canela molida

Elaboración

Lavar las batatas.

Cocer 1/ hora.

                                                       
Quitar la piel con la ayuda de un cuchillo.

Reducir a puré.

Poner este puré en un cazo con el azúcar y cocer, remoc¡viendo con una cuchara de madera.

Añadir la yema y la canela.

Dejar enfriar un poco  y utilizar.

Poner una cucharada abundante de dulce de batata templado,  en medio de la crepe.

 Doblar en cuatro.

Espolvorear con azúcar glas

                                                                                           

martes, 29 de enero de 2013

Gran Canaria. 3er día: Valleseco y Teror


Tras un buen descanso en el Parador, después de una mañana bien aprovechada, fuimos a conocer uno de los lugares mas entrañables de la isla de Gran Canaria: Teror, donde se encuentra el santuario de la Virgen del Pino, patrona de la isla, cuya devoción se remonta a los años de la conquista.

 La carretera es sinuosa, como casi todas las de la isla, pero es preciosa . Transcurre entre árboles y vegetación variada y el paisaje que se entreve es muy verde.

Pasamos por la población de Valleseco, que, a pesar de su nombre, recibe una alta pluviosidad durante el año.

Valleseco con una población de cerca de 4.000 habitantes, recibe su engañoso nombre del valle, entre los Barrancos de la Virgen y de Madrelagua, donde esta ubicado, ya que es uno de los lugares mas húmedos de la isla.

                                                                      
Constituido en Ayuntamiento desde 1.842, al desgajarse de Teror, es el municipio mas joven de la isla, siendo la agricultura y la ganadería los principales recursos de estas tierras.

Nos detuvimos para ver su monumento mas importante, la iglesia parroquial de San Vicente Ferrer, que ocupa una linda plaza.

                                                                               
 Construida en 1.887, en el solar ocupado por una ermita desde el s. XVIII, destacan en ella sus tres naves y el artesonado del coro, de estilo mudéjar.

                                                                      
 Tiene un notable órgano del s. XVIII, procedente de Teror, restaurado, recientemente, en el 2.005.

                                                                                
Después de esta breve parada llegamos enseguida a Teror, que está situado en una cota mas baja que Valleseco.

Una vez llegados a Teror, tuvimos otra vez la desagradable experiencia de ver la plaza donde se levanta el santuario de la Virgen del Pino ocupado por una banda de jazz, según declaraban los carteles del anuncio de tal concierto. La banda en cuestión se encontraba instalada en la misma puerta de la iglesia y armaba bastante bulla.

¿Será que no tienen ningún otro lugar para festejar o ninguna buena idea para hacerlo, sin molestar a nadie?

Pasemos a conocer algo de Teror, sin mas comentarios al margen.

Teror, conocido también como Villa Mariana de Teror, actualmente con unos 13.000 habitantes,  es uno de los mas antiguos municipios de la isla.

La historia de Teror está unida a la aparición de la imagen de la Virgen del Pino, en 1.481, que según la tradición se apareció en la copa de un  alto pino, que estaría situado cerca de, donde años mas tarde, se elevaría la actual basílica.

Teror se desarrolló en el antiguo bosque de Aterura, que cubría la zona norte de la isla de Gran Canaria y siempre estuvo vinculado a la devoción mariana hacia la Virgen del Pino.

Su localización a barlovento de la isla condiciona su clima, con precipitaciones, y presencia de nieblas y frecuente rocío durante el  otoño y el invierno, siempre dentro del clima benigno del archipiélago.

Su desarrollo está ligado a la devoción y a las peregrinaciones marianas, que se efectuaron desde la aparición de la imagen de Nuestra Señora del Pino en el s. XV, hasta la actualidad, al que hay que añadir ciertas actividades agrícolas y ganaderas.

La mayor romería en honor de la Virgen del Pino se celebra el día 8 de septiembre, con gran afluencia de peregrinos de toda la isla de Gran Canaria.

En el s. XVIII se produjo un impulso económico, con la creación de un mercado en la plaza, que hizo aumentar la población, con el consiguiente incremento de la riqueza, que conllevo la edificación de la mayoría de los edificios emblemáticos de la villa como son la Basílica de la Virgen del Pino, el Palacio Episcopal, hoy día Casa de la Cultura, la casa de los Patronos, etc.

Aunque el casco antiguo de la villa es muy bonito e interesante, destaca como elemento arquitectónico la Basílica de Nuestra Señora del Pino, que ocupa la plaza del mismo nombre.

                                                                             
El templo actual se levanto en 1.767, seguramente sobre una ermita que hacia tiempo se había quedado pequeña, dada la afluencia de peregrinos, que acudían a venerar a la Virgen del Pino, y ha sido restaurado en varias ocasiones.

                                                                                 
Se trata de una iglesia de tres naves con arcos de medio punto sostenidos por pilastras y columnas. La fachada tiene tres puertas, y hay también dos entradas laterales. Ventanales, con preciosas vidrieras, dan luz al interior.

En el Retablo Mayor se encuentra el camarín de la Virgen del Pino, vestida, adornada y coronada con toda solemnidad.


Dentro hay también valiosos retablos y obras de arte.

La Plaza de Nuestra Señora del Pino es el centro neurálgico de la Villa; en ella se encuentra la Casa de los Patronos, residencia de varios Patronos de la Virgen, entre los que destacan los Manrique de Lara y el antepasado de la que sería esposa de Simón Bolívar, Mª Teresa Rodriguez del Toro, hoy día casa museo, con exposición de objetos antiguos, religiosos y étnicos.


La calle que sale de la Plaza del Pino es un buen ejemplo de casonas canarias, con sus característicos balcones.

Con la humedad del contorno, algunos tejadillos de los balcones están colonizados por los "berodes", plantas muy típicas de los lugares húmedos y neblinosos de las islas.

Pasamos una agradable tarde en Teror, y cuando el sol declinaba ya, volvimos a nuestro refugio, el Parador, en lo alto de los riscos.