lunes, 22 de diciembre de 2014

Cuatro propuestas de aperitivos para fiesta


Os presento esto cuatro aperitivo, dos fríos y dos calientes, que he hecho para una comida de Navidad anticipada y me han parecido muy ricos.

Bocaditos de jamón serrano y dulce de membrillo

Ingredientes



Jamón serrano en finas lonchas

Dulce de membrillo

Elaboración

Cortar las rebanadas de pan en tres trozos y cada uno de estos por la mitad.
Poner encima del pan un taquito de dulce de membrillo
                                                 
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Envolver el pan en una loncha de jamón.

Bocaditos de queso brie con mermelada de tomate
                                                                   
Ingredientes
                                                               


1 lamina de hojaldre congelado
Mermelada de tomate
Queso Brie

Elaboración

Precalentar el horno a 200ºC.
Extender la masa de un paquete de hojaldre congelado que ya viene del grosor requerido.
Con ayuda de un cortapastas o un vaso pequeño cortar porciones en número par.
Colocar los discos en una bandeja de horno, previamente untada con mantequilla con un pincel de cocina,  y barnizarlos con huevo batido .
Poner en la mitad un poco de mermelada de tomate y un trocito de queso Brie sin corteza, añadir por encima un toque de pimienta negra,si gusta,
Cubrir con el disco restante, presionando con suvidad los bordes con un tenedor.
Pintar con huevo batido y pinchar ligeramente la parte superior.
                                                         

Hornear unos 20 minutos o hasta que el hojaldre este dorado

Bocaditos de salmón ahumado
                       
Ingredientes
                                                                       

100 g de salmón ahumado
5 cucharadas de crema de queso
8 nueces
cebollino
queso mozarella
tomate cherry
Eneldo

Elaboración

Picar las nueces.
En un bol mezclar la crema de queso, las nueces picadas, el cebollino picado, y un poco de eneldo.

                                                                                   
Remover bien.
Para formar las bolas de salmón sirven muy bien los estuches de huevos de codorniz.
Untar el molde con una gota de aceite.
Forrar con una lamina de salmón, dejando que sobresalgan las puntas,
Rellenar la cavidad con la mezcla de queso y demás ingredientes, cerrar los paquetitos por las puntas.
Tapar el molde y dejar reposar en la nevera, durante varias horas.
Antes de presentarlo para el aperitivo, cortar laminas de mozarella, colocar encima de cada una, una  rodajita de tomate cherry.
                                                                     
                                                                       
Desmoldar los bocaditos de salmón y colocar uno a uno, en cada rodaja de queso y tomate.
Espolvorear con eneldo

Croquetas de morcilla de matachana

Ingredientes
                                                                                   



40 g de morcilla de matachana
20 g se semillas de sésamo
200 ml de leche
200 ml de nata
50 g de mantequilla
Pan rallado
1 o 2 huevos
abundante aceite de oliva
Pimienta y sal

Elaboración

Hacer una bechamel
Fundir la mantequilla a fuego suave.
Añadir la harina y remover.
 Añadir la leche caliente.
Añadir la morcilla y el sésamo a la bechamel y removerlo todo.
                                                                             

Poner esta preparación en una bandeja y dejar que se enfrié totalmente. Se puede dejar un rato en la nevera pues cuanto mas fría la masa, mejor se hacen las croquetas.
                                                         

Formar bolitas, envolviéndolas en pan rallado, huevo batido y nuevamente pan rallado.
Freír en abundante aceite bien caliente.
                                                                           

A ver si os gustan!

lunes, 15 de diciembre de 2014

Viaje con el Imserso a Levante: Castellón. Llegada a Peñiscola

                                                                         

A principios de este año, que ya va a terminar, hicimos nuestro viaje anual con el Imserso. Como ya he dicho voy con retraso en mis relatos, pero poco a poco iré contando lo que recorrimos y visitamos en esos días, muy interesantes como los anteriores.

En esta ocasión estuvimos dos semanas en Peñíscola, que no conocíamos anteriormente.

El traslado en avión fue vespertino, por lo cual llegamos ya de noche al aeropuerto de Valencia.

Castellón, capital de la provincia donde se encuentra Peñíscola, tiene un aeropuerto nuevo, sin estrenar cuando estuvimos nosotros allí; aunque inaugurado oficialmente en 2.011, sigue sin tener actividad comercial ninguna, ya que en él solo han  aterrizado algunos vuelos de prueba.

Creo que después de resolver innumerables tramites burocráticos y sobre todo económicos, se espera que pueda funcionar a partir de la Semana Santa de 2.015.

Hubiera sido estupendo que este aeropuerto estuviera operativo cuando nuestra visita, pues nos hubiera ahorrado las dos horas que utilizo el autobús desde Valencia a Peñíscola, y esto es solo un pequeñisimo detalle de los trastornos e inconvenientes que tiene el hacer una obra tan costosa y no utilizarla, pero, obviando este pequeño inconveniente para nosotros, llegamos a Peñíscola, al estupendo Hotel Peñíscola Plaza, donde nos esperaba una somera cena fría, ya que el bufet del comedor llevaba varias horas cerrado.

El hotel es una magnifica y enorme instalación donde nos fue adjudicada, no una habitación, sino una suite, es decir dormitorio, amplio saloncito e incluso terraza, que daba a una especie de patio rectangular largo y ancho. Por un lado se veía, a lo lejos, un trozo de mar y playa, y por el otro el campo de alcachofas, que estaba al otro lado de la carretera que pasa delante del hotel.

 Hay que saber que las alcachofas son actualmente el cultivo"estrella" de esta zona, con etiqueta de denominación de origen de Benicarlo, y por cierto en los días que estuvimos por allí se celebraba un festival gastronómico de tan exquisita verdura.
                                                                             
                                                                   
En efecto, el hotel está situado en una zona que, hasta la construcción del mismo, era eminentemente rural, a unos 4 km del centro de Peñíscola, muy cerca del límite de la población siguiente, Benicarlo, de la que lo separan bastantes menos kilómetros; su alta y gran silueta se eleva entre playa y campo, sin nada mas alrededor.

Por suerte y previsión del los municipios de la zona, un autobús interurbano, que pasa cada media hora por delante del hotel, va de Peñíscola hasta Vinaroz , comunicando todos los pueblos de este recorrido de la Costa Azahar.

El día siguiente también fue bastante doméstico, pues por la mañana se nos explico el programa de excursiones; en él ya pudimos comprobar que no todas las posibles estaban disponibles, ya que en enero viaja menos gente y el cupo mínimo de 30 excursionistas, no esperaba cubrirse.

El día estaba lluvioso, no escampo hasta por la tarde, en la que, después de comer recorrimos un buen trecho del paseo marítimo en dirección a Peñíscola.

Esta, como otras aglomeraciones turísticas del Levante, ofrece en casi toda la extensión del paseo, que es de aproximadamente de 4 km, desde el hotel hasta el pueblo, el aspecto de una ciudad fantasma en estas fechas; grandes edificios, que forman enormes manzanas, de seis o mas  pisos, cerrados, es como una muralla; de vez en cuando en alguno de ellos se ve una persiana subida y alguna silla en la terraza-balcón, puede que sea de un residente, habitante regular de la zona.

Todos los negocios, tiendas, bares, restaurantes, gimnasios, etc. están cerrados. El gasto que todo esto produce corre, seguramente, a cargo de los propietarios de los pisos, que sean usuarios de los mismos o los alquilen, tienen que pagar todos los gastos, impuestos, comunidad, reparaciones, para usarlos entre dos a tres meses al año, como mucho.

Pero...así se ha desarrollado el país, a base de ladrillo, cemento y compradores de apartamentos de veraneo.

Hasta hace unos cuantos años, puede que quince, la Playa Norte de Peñíscola tenía una longitud de alrededor de dos kilómetros, en la bahía que forma el pequeño istmo, donde se encuentra el casco antiguo, hasta que se amplio hasta Benicarlo, añadiendo a la costa arena, contando ahora con cerca de diez km., que forman una playa enorme y muy bien acondicionada.

Caminamos a buen paso por espacio de dos horas entre ir y venir, por el esplendido paseo marítimo, con el fondo del castillo de Peñíscola, una de las grandes atracciones del lugar, del cual hablare otro día.
                                                                     

El mar estaba en calma, había dejado de llover y el sol estaba presente, y a pesar de ser invierno sus rayos nos acariciaban y un ligero calor nos confortaba.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Tronco de Navidad de chocolate con nata, frambuesas y nueces

                                                                       

Delicioso postre que combina los varios elementos, chocolate, frambuesas, nata y nueces, de una manera agradable y ligera, y propia para las fechas navideñas que se acercan.

Ingredientes
                                                       
                                                  
Para el bizcocho

4 huevos
85 g de
azúcar
20 g de harina
10 g de maizena
20 g de cacao en polvo

Para el relleno
250 g de nata de montar
150 g de frambuesas
60 g de nueces
40 g de azúcar

Elaboración

Poner la frambuesas a macerar con un vasito de coñac, u otro licor de alta graduación.

Precalentar a 220ºC durante 15 minutos-

Separar las yemas de las claras y reservar estas últimas

Batir las yemas con el azúcar.
                                                         

Montar las claras a punto de nieve.
                                                                         

Incorporar las claras montadas a la mezcla de yemas y azúcar.

Tamizar, sobre esta mezcla la harina, el cacao y la maizena y remover

Extender la masa sobre la bandeja del horno forrada con papel sulfurizado, nivelarla y cocerla, en el
horno precalentado, 6 u 8 minutos.

Extender un paño húmedo y bien escurrido en la mesa, espolvorear con 25 g de azúcar y volcar encima la plancha de bizcocho.
                                                                                       

Despegar el papel superior, enrollar el bizcocho y dejar enfriar.
                                                           
Para el relleno:
Montar la nata.
Picar las nueces.
Mezclar con la nata montada y añadirle la tres cuartos de las frambuesas maceradas.

Desenrollar el bizcocho y extender una capa del relleno.

Enrollarlo, envolver en film y dejarlo en la nevera al menos 1 hora.

Retirar el film, espolvorear con azúcar glas y decorarlo con las frambuesas reservadas