lunes, 13 de agosto de 2012

La Rioja. Nájera

                                                                                              



Continuo el relato del segundo día.

 Me pareció demasiado denso seguir, después de San Millán de la Cogolla, con Nájera, ya que en las dos entradas hablo, principalmente de monasterios.


Así que tras parar unos momentos en Cañas, donde hay otro monasterio, comprobamos que acababan de cerrar la visita al dicho monasterio, que quedara para otra ocasión.

Delante del muro del monasterio estaba apostado un paisano que vendía vino de su propia cosecha, y de su propia bodega. Nos ofreció la prueba, para lo cual estaba provisto de vasos, y  tras catar el vino, vimos que era bueno, un vino joven y natural, bien hecho, y compramos tres cajas. El viticultor quedo contento y nosotros también.

Seguimos pues hacia Nájera, que ya se veía a lo lejos.


Era la hora de comer, así que tomamos, mas que comida un tentempié, y pasamos luego a visitar el Monasterio que estaba enfrente de nosotros.

Nájera, ciudad de unos 8.500 habitantes, se encuentra a orillas del río Najerilla, y ha tenido un destacado papel histórico, como etapa importante del Camino de Santiago.

 Aunque ocupada desde tiempos prehistóricos por una población celtíbera, fue conquistada por los romanos, que establecieron cerca de su actual ubicación, a unos dos km,  la población de Tritium Magallum, Tricio hoy día.

Su nombre proviene del que le dieron los invasores árabes, Naxara,( lugar entre piedras),y  al río que la atraviesa Naxarilla. Como se ve, los nombres apenas han cambiado .

En el 923, el rey de León Ordoño II, junto con el rey Sancho Garcés I de Pamplona, conquistan Nájera y la Rioja Media y Alta, que queda en poder del hijo de Sancho Garcés I, García Sanchez, el cual se titula rey de Nájera, pasando a tener su residencia en esta ciudad, cuando Abderraman III destruye Pamplona en el año 924, como represalia por la conquista de la Rioja.

Después de varios reyes de la dinastía Navarra, el gran impulsor de Nájera  es Sancho Garcés III, que potencio el Camino de Santiago, favoreciendo las peregrinaciones, estableciendo albergues y hospitales que convirtieron a Nájera en punto clave de la ruta jacobea.

Tras su muerte, sus dominios son repartidos entre sus hijos, como era la costumbre de la época, costumbre que ya entonces y a lo largo de los tiempos causo innumerables conflictos, acabados muchas veces en guerras fratricidas, y otras en desastres variados.

Bien, pues Nájera le correspondió al primogénito, García Sanchez III, llamado el de Nájera por haber nacido y estar enterrado en ella.

García, el de Nájera, extendió sus dominios, conquistando la Rioja Baja, y después de la toma de Calahorra, con el producto de la conquista, fundo y mando construir el Monasterio de Santa María la Real, dotándolo de numerosas propiedades.

También favoreció con generosas donaciones los escritorios monásticos de San Millán de la Cogolla, Nájera y Albelda

Según la leyenda, en 1.044, estando el rey de caza, y siguiendo a su halcón, penetra en una cueva en la que a modo de pequeña capilla halla una imagen de la Virgen, un ramo de azucenas, una campana y una lámpara, objetos todos que le hacen ver que la Virgen quiere morar en ese lugar; toma, entonces,  la decisión de construir el monasterio de Santa María la Real, que sería consagrado en 1052, y del que hace el panteón real para él y su familia, enterramientos reales que también pasan por diferentes visicitudes, dependiendo de los hechos históricos que se van sucediendo, con distintas dinastías como la Jimena y la Abarca .

Al primitivo monasterio románico, sucedió el que vemos actualmente empezado a construir en 1.422, que no se concluiría hasta 1.453, al que se fueron añadiendo, en este mismo s. XV, la sillería del coro; el refectorio y el Claustro de los Caballeros, en el s. XVI; la portada del templo, y la incorporación del retablo barroco en el s. XVII

Así fueron transcurriendo siglos de esplendor para el Monasterio, hasta que a principios del s. XIX, tuvo lugar la invasión napoleónica, durante la cual, como en otros muchos lugares de España, sufrió ataques y saqueos, con graves destrucciones del patrimonio nacional, por parte de las tropas francesas. Una  muestra de sus tropelías son la imagenes del claustro, decapitadas  por los soldados franceses, para entretenerse.

La decadencia continuo con la Desamortización del año 1.835. Los religiosos fueron expulsados y el monasterio fue abandonado, sufriendo muchos daños y perdidas, el edificio se uso como almacén, escuelas, cuartel... hasta que en 1.889 es declarado Monumento Histórico Artístico Nacional y pocos años después, en 1.895, entra en el monasterio una comunidad de monjes franciscanos, con los cuales empieza la recuperación del mismo, a la cual contribuyen aportaciones de las Diputaciones de Navarra,  País Vasco y  La Rioja, el Ayuntamiento de Nájera y  la Orden Franciscana.

Por suerte ahora podemos verla con su recuperado esplendor.

El exterior del Monasterio es una mezcla de diferentes estilos, fruto de su larga historia

Tiene bastante aspecto de fortaleza, por sus altos muros con contrafuertes cilíndricos a modo de bastiones, por las necesidades de defensivas.


Se entra al Monasterio por la Puerta de Carlos I,  gran puerta de estilo gótico flamígero, que da acceso al Claustro de los Caballeros.  

Este maravilloso claustro combina el gótico florido de las bóvedas y pilares, con el plateresco de los arcos.

Su nombre se debe a que muchos nobles eligieron sus pasillos y muros para ser enterrados en él.




En una de sus esquinas está la Capilla de la Reina de Portugal doña Mencía Lopez de Haro, con  su sarcófago del s. XIII.


Después de pasear por el claustro, admirando su arquitectura y decoración  pasamos a la Iglesia, atravesando una magnifica puerta de nogal, de estilo plateresco, del s. XVI, adornada con medallones, motivos vegetales y animales fantásticos.


El interior de la iglesia, es imponente; consta de tres naves, separadas por diez columnas .


Me impresiono el magnifico retablo mayor, de estilo barroco, instalado en el altar mayor a finales del s. XVII, con columnas salomónicas, adornadas con racimos y hojas de vid, todo ello recubierto de pan de oro


En el centro esta el camarín de la Virgen, con la talla original, rodeada de los objetos que tenía cuando la encontró el rey García III, el ramo de azucenas, la campana y la lámpara.


Hay también representaciones de los fundadores de la orden benedictina y de los reyes fundadores. Todo ello bello e impactante.

A los pies de la nave central, a ambos lados de la entrada de la cueva, se hallan los sepulcros de los reyes de Navarra, de los s.s. X, XI y XII, con dos zonas diferenciadas, el Panteón Real y el Panteón de los Infantes.

El conjunto escultórico de las arcas funerarias es muy posterior a la época de los cuerpos que los ocupan, ya que data del s. XVI.


Está precedido de dos gigantes que parecen guardar el lugar, y al fondo del mismo se encuentra la cueva donde el rey García Sanchez III encontró la imagen de la Virgen María, talla del s. XIII, que hasta la construcción del retablo mayor ocupo su lugar en la cueva, siendo hoy día una reproducción.


Hay que saber que todo el monasterio esta apoyado en la roca, y por lo tanto la cueva forma parte del complejo monacal.

Al lado de la nave central de la iglesia se halla el Panteón de Infantes, entre los que destaca el sepulcro de Blanca de Navarra, reina de Castilla, por su matrimonio con el rey Sancho III de Castilla, aunque en verdad no llego a ser reina, pues falleció antes de que su esposo subiera al trono, a este se le concedió el titulo de rey en vida de su padre Alfonso VII el Emperador, rey de Castilla y León.

 Blanca murió a la edad de 18 años, al dar a luz a su hijo Alfonso, futuro Alfonso VIII, rey de Castilla y León, cuyo panteón está en el Monasterio de las Huelgas de Burgos, que he visitado hace menos de un año.

El sepulcro de Blanca de Navarra, del s. XII, del que solo se conserva la tapa, es único original de todo el conjunto.


Nos quedaba por visitar el coro alto, al que se accede por un estrecha, aunque corta escalera de caracol.

El coro es otra de la maravillas de este templo, restaurado después de los malos tratos que recibió en el s. XIX, en el que destaca la sillería de estilo gótico, realizada entre 1.493 y 1.495, por los hermanos Andrés y Nicolás Amutio.


 Las tallas de los respaldos, así como las misericordias son todas diferentes, representando escenas religiosas, y personajes y escenas de la vida diaria de la época. Destaca en el sillón abacial el retrato del rey García el de Najera, interpretación muy posterior al rey.



Habíamos acabado la visita al Monasterio de Santa María la Real de Nájera, y a todas las maravillas que contiene.

Ahítos de arte y de historia, regresamos a nuestra base, Santo Domingo de la Calzada, donde después de un corto paseo por sus interesantes calles, tuvimos una buena cena.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Pastel de atún con mayonesa

Un rico y bonito pastel de atún, que puede servir tanto para un día de semana como para un bufé de fiesta, en este caluroso verano.

Ingredientes
 

400 g de atún fresco
125 ml de leche evaporada
4 huevos
4 cucharadas de tomate frito
4 rebanadas de pan
1 cucharada de brandy
harina
1 taza de mayonesa
1 cucharada de alcaparras
aceite de oliva
sal
pimienta

Elaboración

Precalentar el horno a 180ºC.

Limpiar el atún eliminando la piel y las espinas.

Desmigarlo.


Ponerlo en el vaso de la batidora junto con los huevos, el pan, el tomate, la leche evaporada, el brandy, sal y pimienta.

Triturar hasta lograr una crema espesa, fina y homogenea.

Untar el interior de un molde con aceite de oliva. Enharinarlo ligeramente. Ponerlo boca abajo para que caiga el exceso de harina.

Echar la mezcla y ponerlo en otro recipiente mas amplio al baño maría 45 minutos.

Pincharlo con una aguja , si sale limpia esta listo, en caso contrario dejarlos unos minutos mas.

Retirar del horno y dejar reposar 1 hora antes de desmoldarlo.

Servir frío o a temperatura ambiente.


Puede presentarse cortado en cuadros y decorado con un cordón de mayonesa, otro de aceite y las alcaparras escurridas, como se ve en la foto del que yo he confeccionado.


Tambien se puede servir entero, cubierto con una fina capa de mayonesa o salsa rosa, espolvoreado de huevo duro rfallado y decorado con gambas cocidas y peladas.

martes, 31 de julio de 2012

La Rioja. Segundo día. San Millán de la Cogolla



Nuestro segundo día en La Rioja estuvo pasado por agua, lo cual no nos impidio disfrutar de la región. Fuimos a visitar uno de los grandes monumentos de España, San Millán de la Cogolla, en cuyo Monasterio nació la lengua castellana escrita, por primera vez.

Salimos de Santo Domingo de la Calzada y en menos de media hora estábamos en San Millán de la Cogolla; al llegar, ya hizo acto de presencia la lluvia, pero... no importo demasiado pues estuvimos dentro del monasterio un largo rato.

Era a comienzos de la primavera, y todo el campo se encontraba "vestido", con el verde nuevo.


San Millán de la Cogolla, precioso pueblo de algo menos de 300 habitantes, al pie de la Sierra de la Demanda, debe su nombre al anacoreta y santo, Millán, nombre evolucionado desde el latín Emilianus, que vivió por estos pagos casi cien años, entre los s.s. V y VI (474-575) , donde fundo una comunidad monástica mixta, que con el tiempo sería uno de los mayores focos culturales del sur de la Europa medieval.


San Millán fue discípulo de otro santo anacoreta, san Felices y maestro de Santa Potamia, aristócrata que se retiro de la vida mundana, para convertirse, también, en anacoreta.

San Millán fue el patrón de Castilla hasta la unificación de Castilla y León, en que fue sustituido por Santiago, a pesar de lo cual los castellanos siguieron invocándolo como su patrón, para mas tarde en el s. XVII proclamarlo, de nuevo, patrón de Castilla y copatrón de España

Aunque el pueblo no está exactamente en el Camino de Santiago, muchos peregrinos se desplazaban hasta allí, para retomar, después, la ruta jacobea.

Dentro del recinto urbano se encuentra el Monasterio de San Millán, formado por dos sedes, el Monasterio de Suso, o de arriba, en castellano antiguo y el Monasterio de Yuso, o de abajo.

En otra ocasión en la que estuve por allí, hace varias décadas, solo visite el mas antiguo, el Monasterio de Suso, en el que, en su primera fundación habitó san Millán, pero esta vez, solo visite el Monasterio de Yuso, pues para visitar Suso hace falta coger hora, ya que las visitas están restringidas a la capacidad de un pequeño bus, que sale de Yuso, único vehículo de acceso permitido.

Bien, pues la visita a Yuso resulto muy interesante, tanto desde el punto de vista artístico, como cultural.

El Monasterio de San Millán de Yuso fue fundado por el rey García Sánchez III de Navarra, en el año 1.053.

El rey era gran devoto de San Millán y deseaba llevar sus restos mortales, enterrados en Suso, a su recién fundado monasterio de Santa María la Real de Nájera, con gran disgusto de los monjes del Monasterio.

Durante el traslado de los restos en una carreta tirada por bueyes, al llegar al llano, cerca del río, los bueyes se detuvieron y no hubo forma de obligarlos a caminar, hasta que el rey comprendió que aquello era un milagro, debido a la voluntad de san Millán de permanecer en aquellos lugares; fue entonces cuando mando construir el Monasterio de Yuso.

Durante un corto tiempo coexistieron los dos Monasterios, pero a partir del s. XII solo hubo una comundidad monástica benedictina, en Yuso.

Después de diversos avatares y cambios, algunos dramáticos, actualmente lo ocupa una comunidad de monjes Agustinos Recoletos.


Tras la demolición del primitivo monasterio románico del s. XI, se construyó el edificio que vemos hoy día, en el s. XVI, en estilo herreriano


Empezamos la visita por el Salón de los Reyes, que recibe este nombre debido a los cuadros que representan a cuatro de los reyes benefactores del monasterio.

En este salón lucen, en la Escalera Real, los escudos de la Abadía y de Castilla, del s. XVII.

Hay, adosado a la pared, la reproducción del códice Emilianense 60, folio 32, en la que se encuentra la frase mas larga de las Glosas Emilianenses, pequeñas anotaciones al margen de homilías escritas en latín, en diversas formas de romance hispánico, con las que el monje que las hizo pretendía aclarar el significado del texto latino, que ya no entendía la mayor parte de la población, y que probablemente datan del s. XI. Son de enorme importancia filológica, ya que se trata del primer testimonio escrito del romance hispánico, o lengua hablada por el pueblo llano.


Hoy día podemos decir que necesitamos traducción de las glosas en romance, tanto como del latín, pero...es que ha pasado mucho tiempo desde entonces.

Con una guía, que por cierto, era bastante mediocre, empezamos el recorrido por el monasterio.

Entramos en primer lugar en la iglesia, comenzada en 1.504 y acabada treinta y seis años después, de estilo gótico tardío.

La parte delantera desde el coro central, pasando por el presbiterio, hasta el sagrario estaba destinada para el exclusivo uso de los monjes, mientras que el pueblo usaba la parte trasera, desde el trascoro hasta la puerta.


Tiene un retablo del s. XVII, con pinturas de fray Juan de Ricci, que representa, en el centro, a San Millán a caballo, en la batalla de Hacinas, contra los moros.


En el trascoro, zona como he citado, destinada al pueblo, hay una impresionante puerta de separación de la zona de los monjes, de estilo rococó, realizada en 1.767, por Francisco Bisou , decorado con esculturas de los santos que aparecen en el entorno de San Millán, como San Braulio, su biógrafo, san Felices, su maestro, algunos discípulos, etc.


En esta zona hay un magnifico púlpito plateresco del s. XVI, que admiramos detenidamente.


Pasamos, después, a la Sacristía, que es una de las mayor valor artístico de España.

Arquitectonicamente data del s. XVI; en un principio fue Sala Capitular de los monjes, para pasar a usarse como sacristía a finales del s. XVII . También a finales de este siglo se le añaden doce cobres en las cajoneras, hasta llegar mas tarde a veinticuatro.


El retablo barroco, está presidido por una talla de Nuestra Señora Reina de los Ángeles.

Tiene el techo decorado con frescos, del s. XVIII, formando todo un conjunto armónico y bello .


A continuación visitamos la biblioteca del Monasterio, uno de los lugares importantes del mismo, donde tienen una colección de Cantorales del s. XVII, realizados a mano en pergamino. Contienen todos los cantos que la comunidad monástica utiliza a lo largo del año. Es una de las cuatro colecciones completas de cantorales, que hay en Epaña.

Hay, también, en la biblioteca, una excelente colección de facsímiles.

Entre ellos se encuentran el códice 46, que contiene todo el saber de la época, una especie de diccionario enciclopédico, con mas de 20.000 artículos, y el códice 60, en el que están las Glosas Emilianenses, con las primeras frases en romance hispánico, así como una de las obras del primer escritor en castellano, de nombre conocido, Gonzalo de Berceo, que fue educado en el Monasterio de Suso, y mas adelante profeso como monje en el de Yuso.

Todos estos códices, obras y facsímiles se produjeron en el Escritorio de San Millán, fundado y protegido por los reyes de Pamplona, que se distinguió por el número y la calidad de las miniaturas de alguno de sus Beatos, y fue un foco cultural en la Europa altomedieval.

Después de contemplar estas maravillas, vimos el austero claustro procesional, empezado a construir en 1.549, de estilo gótico y renacentista, en la planta baja, y clasicista en el segundo piso.


Nos quedaba, aun, el pequeño museo donde tienen expuestas la dos arquetas con las reliquias de San Millán y San Felices.

Entre los años 1.067 y 1.081 el abad Dom Blas encargo realizar un arca lo mas rica posible, para guardar las reliquias de San Millán. Para el interior se emplearon las mas finas telas, mientras el exterior del arca de madera era recubierto con laminas de oro, plata, piedras preciosas y tarjetas de marfil tallado, tanto en el arca relicario de San Millán como en la destinada a las reliquias de San Felices, siendo en total veinticuatro marfiles, 11 en cada arca y uno en el frontispicio de cada una.

Así permanecieron en el monasterio hasta 1.809, en que durante la invasión francesa, los soldados de Napoleón, arrancaron las placas de oro y piedras preciosas, así como los marfiles, con el consiguiente destrozo, igual a los desastres de todo tipo, tanto arquitectónicos, como artísticos que se produjeron en otros muchos lugares de España, durante este terrible episodio de invasión del país.

En el año 1.944 se hizo una reconstrucción de las arcas, con los marfiles recuperados en diferentes lugares del mundo, que son quince de los veinticuatro originales, y que podemos ver hoy día, en el pequeño museo.

Aquí acababa la visita guiada. Salimos por la magnifica puerta renacentista., sobre la cual se halla el relieve de San Millán a caballo, y que tiene en ángulo la iglesia del monasterio, dedicada a Nuestra Señora de la Asunción.

Es interesante conocer que en el año 1.977 se celebro en el Salón de la Lengua, inaugurado en el Monasterio, el Milenario de la Lengua Española, con una serie de actos oficiales y conferencias. El Salón de la Lengua está decorado con los escudos y banderas de los países hispánicos y de Filipinas, además de un busto de Gonzalo de Berceo, primer escritor de nombre conocido del castellano.

El Monasterio de San Millán de la Cogolla es considerado la cuna del español, debido al monje del s. XI que escribió las Glosas Emilianenses, primer escrito en romance hispánico.

En el año 1.997 los Monasterios de Suso y Yuso fueron declarados Patrimonio de la Humanidad.

En él se desarrollan congresos y conferencias dedicadas a estudios lingüísticos, apoyados por diversas fundaciones, asociaciones y centros de investigación.

Cuando salimos había dejado de llover y lucia un tímido sol. Todavía había nieve en lo alto de las cumbres y el paisaje era magnifico.


Seguimos nuestra ruta camino de Nájera.

Entre San Millán y Nájera se encuentra el Monasterio de Cañas, pero llegamos cuando estaban cerrando y decidimos dejarlo para otra ocasión, ya que bien merece una visita.

Dejare Nájera para la siguiente entrada, pues también hay mucho que decir y comentar sobre esta ciudad.