sábado, 1 de noviembre de 2014

Timbal de carne duquesa

    


La carne y la patata siempre han hecho buena pareja y este plato es una prueba.
Su origen es francés, pero se ha incorporado a todas las cocinas.
Queda perfecto para una cena, tal como lo comimos nosotros recientemente en familia, ya que eramos esa noche 9 personas.

Ingredientes
                                                                         

1 k de patatas
1/ k de carne picada
4 cucharadas de aceite
50 g de mantequilla
1/4 de k de cebolla 1 diente de ajo
1 vaso de vino blanco
250 cc de leche
50 g de pan rallado
Laurel
Sal y pimienta

Elaboración

Pelar las patatas, echarlas en agua fria con sal, llevar a ebullición y cocerlas 20 minutos.
                                               
                                               
Escurrirlas y pasarlas por el pasapures.
                                                                                   

Añadirles 40 g. de la mantequilla y la leche templada

Mover para que quede el puré bien hecho, y fino.
                                                         

Freír la cebolla y el ajo picados muy pequeños, o pasados por la maquina de picar, y rehogar.

Agregar la carne picada y rehogar de nuevo.
                                   
Echar el vino, una hoja de laurel, sal y pimienta. Cocer 20 minutos
                                                                                         

En una fuente para horno, extender una capa de carne y cubrir totalmente con el puré de patatas.
                                                                         

Espolvorear con el pan rallado y unos trocitos de mantequilla y meter a horno fuerte durante 10 minutos.
                                                                                       


miércoles, 29 de octubre de 2014

Último día en Fuerteventura, Peninsula de Jandía, despedida y ferry

                                           

Hoy terminabamos nuestra estancia en Fuerteventura, pero ya que el ferry de vuelta a Tenerife salia a las cuatro, teníamos una estupenda mañana que aprovechar.

Así que nos dirigimos a la Península de Jandía, la parte mas al sur de toda la isla, de 200 km2 de extensión, de los cuales 144 forman el Parque Natural de Jandía, que pertenece al municipio de Pájara.

Desde un punto de vista geológico, en su remoto origen, Fuerteventura estaba formada por dos islas, en las cuales había tres volcanes, dos de los cuales, que estaban próximos se juntaron, pero el volcán de Jandía estaba mas distante y quedo aislado como isla.

 Durante las erupciones volcánicas de los tres, las islas de Jandía y de Fuerteventura se juntaron, para convertirse en la isla actual, formando el istmo de unión de 6 km, separado en tiempos prehistóricos por La Pared, muralla construida por los dos reinos enemigos, que constituían políticamente la población aborigen.

La última erupción del volcán de Jandía fue tan violenta, que parte del mismo se derrumbo, deslizándose hacia el mar, donde está sumergido, y quedo convertido en la media luna que es actualmente la Península de Jandía, cuya composición mineral es diferente de la de los demás volcanes de la isla.

Como sabemos por haber recorrido alguna de sus playas de Sotavento, estas se encuentran entre las mejores del mundo, tanto por su fina arena, como por su gran tamaño, como por su excelente clima durante todo el año.

La Península de Jandía tiene un gran interés paisajístico y geomorfológico, ya que se trata de uno de los entornos naturales mejor conservados de Fuerteventura.

Inmensas playas vírgenes, y, por encima, el macizo volcánico mas antiguo, donde se encuentran las mas altas cumbres de la isla, entre las que destaca el Pico de la Zarza, el mas alto de la isla con 807 m. de altura sobre el nivel del mar

En los días claros se pude ver desde allí la isla de Gran Canaria.

Ahora desde Morro Jable emprendimos una subida, con la idea de ver el otro lado de la Península, las playas de Barlovento, mucho mas salvajes y de difícil acceso, que las que conocíamos de Sotavento, lo que las hace no aptas para el turismo.

La carretera asfaltada pronto se convierte en una pista, al principio mas o menos recta, pero luego, con subidas y curvas continuas;
                                                                     

es aconsejable hacerlo en un coche todoterreno, aunque este no era nuestro caso, ya que disponíamos solamente de  un coche corriente, de tal manera que al llegar al punto mas alto, desde el que se inicia el descenso al norte de la península, desistimos de seguir y nos conformamos con la magnifica vista de la costa, llamada Paya de Cofete, una maravillosa playa, aparentemente virgen, resguardada por sus condiciones naturales del turismo.
                                                                                     

En lo alto se encuentra el Mirador Degollada Agua Oveja, desde donde hay una visión impresionante de la playa de Cofete, de cerca de veinte km de largo.

 El viento soplaba tan fuerte, que temíamos que nos tirara al suelo, así que tras contemplar las maravillas del lugar, dimos media vuelta y bajamos por la pista.

Todo lo que nos rodeaba era extremadamente árido, con  su propia belleza.
                                                                                     

Ya abajo dimos un paseo hasta acercarnos al otro lado de la costa, donde también hay playas, pero no llegamos hasta ellas.

Por allí había varios burros, que nos miraban con la resignación propia de su condición; no se que utilidad tienen, porque ninguno estaba "trabajando".
                                                                   

Una vez vueltos a Morro Jable, nos dirigimos al muelle, donde en un café tomamos algo de comer, mientras llegaba el momento de embarcar. Nos esperaban la seis horas de navegación, con parada en Las Palmas de Gran Canaria, como a la ida.

El viaje fue agradable; llegamos ya de noche a Santa Cruz de Tenerife, a descansar de días tan aprovechados y tan bonitos

miércoles, 22 de octubre de 2014

5º día en Fuerteventura. Playas de Jandía. Playa del Risco.Tarajalejo

                                                                     

Tras el intenso día de ayer, tanto desde el disfrute de la Naturaleza en Isla de Lobos como en la parte histórica y cultural de Fuerteventura, cuando visitamos La Oliva, optamos por otro de los grandes atractivos de Fuerteventura: otra de las Playas de Jandía, la Playa del Risco del Paso, continuación de la ya visitada Playa de la Barca.
                                                                         

Esta gran playa, de aproximadamente 700 m, es una de las mas bonitas de toda la isla, con su gran arenal, sus barras de arena que forman lagos, el mar cristalino, sus plantas halófilas que soportan la salinidad del agua de mar, y el entorno de montañas redondeadas por la erosión y cubiertas de arena, como si de un  glaseado se tratara.
                                                                   

Es mas accesible en coche, pues se puede aparcar bastante cerca del arenal, y sin desnivel.

Aunque suele soplar un viento fuerte tuvimos mucha suerte pues no había mas que una ligera brisa, igual que cuando estuvimos en su vecina playa de la Barca.

Pasear y bañarse allí es una autentica delicia, pues el agua está a la temperatura adecuada, no tan caliente como en la costa levantina, ni tan fría como en el Mar Cantábrico.

Así que después de un buen paseo tomamos un prolongado baño; el mar estaba casi en calma y se podía nadar.

Como en la otra playa de Sotavento que ya habíamos disfrutado, parte de la tercera edad sobre todo alemana se paseaba desnuda a todo lo largo de la playa. No es un  espectáculo agradable, pero.... si ellos disfrutan.

La tarde la destinamos a otro paseo en el cercano pueblo de Tarajalejo, también del municipio de Tiuneje, otro de los núcleos urbanos nacido y crecido con el turismo.
                                                                             

Después de la construcción enfrente de la playa de un confortable hotel, en 2.007 Tarajalejo ha crecido en importancia y categoría.

En esa parte de la costa de Fuerteventura las playas, en pequeñas bahías como sucede en Gran Tarajal y otras, son de arena negra y protegidas por montañas que ayudan a conservar el buen tiempo. no son tan esplendidas, ni bellas, como las de las de Jandía, pero tienen, en cambio el encanto de estar en un pueblo, con los servicios que este ofrece, bares, restaurantes, comercios, que no hay en las playas salvajes.

Paseamos por su bonito paseo marítimo,
                                                                                       

 mientras el ocaso iluminaba con su dorada luz el entorno,
                                                                             

para después regresar a nuestra base en Costa Calma.