jueves, 1 de marzo de 2018

Una semana en Grecia. 1er día: Llegada a Arachova


Había estado en Grecia hacia muchos años, y la idea de volver se me hizo irresistible; el viaje tenía una connotación religiosa. ya que se trataba de recorrer la ruta de la evangelización de Grecia por el apóstol San Pablo, recorrido que se ve en mapa de portada.

Por tanto no voy a hablar de la historia de Grecia como origen de nuestra civilización y cultura, sino mas bien del aspecto cristiano del recorrido, sin dejar de lado algunas paradas historicas muy importantes.

Emprendimos pues el viaje de Oviedo a Atenas, con un grupo homogeneo y acompañados por un excepcional guia, que conoce bien el tema religioso y es experto en lenguas y en la biblia, además de un conversador y narrador de primera.

El viaje en avión transcurrió sin ningún incidente, así que llegamos al aeropuerto de Atenas debidamente. De allí, en un autobús, atravesamos la Beocia y su paisaje,
                                                                         

durante mas de dos horas, con una parada, en la que ya tomamos nota de donde estábamos, ya que había una capilla ortodoxa de las que abundan en Grecia,
                                                       
                                                                               
llegamos a la que iba a ser nuestra primera base: Arachova.
                                                                                                                                                           
                                                                     
No es que Arachova tenga nada de particular, si se deja de lado que es una pequeña localidad entre montañas, a los pies del Monte Parnaso, patria de los poetas, y reputada estación invernal para la practica del esquí, .

Arachova cuyo nombre procede del eslavo del sur, orah, que significa nogales o lugar de nueces, debe su desarrollo, en los últimos años, a su proximidad a Delfos, que visitaríamos al día siguiente.

El paisaje desde la habitación del hotel donde descendimos para cenar y pasar la noche, se corresponde con los relatos de la mitología griega que me atraen, que me parece estar en un país, único en el mundo.
                                                                                       

El mítico Monte Parnaso de 2.457 msnm, está  poblado de olivos, que crean el paisaje mediterraneo por excelencia y forman parte de su esencia.

Así que después de tomar posesión de la habitación en el hotel y de cenar en su bonito comedor,
                                                                                 


 nos fuimos a recorrer el pueblo en compañía de parte del grupo.

Alguna de las terrazas del pueblo estaba animada, y a pesar de que ya había caído la noche, tarde pues era el mes de junio, las tiendas estaban abiertas, pero no usamos ni terrazas ni tiendas, solo paseamos para conocer un  poco el pueblo, volver al hotel para descansar, ya que al día siguiente nos esperaba un plato fuerte: Delfos.   

jueves, 22 de febrero de 2018

Sopa de pollo mejicana

                                                                                                                                                 
     
Sopa tan rica como sencilla. Reconforta en estos días de frío.

Ingredientes

                                                           
                       
1 pechuga de pollo
1l de caldo de pollo
1 cebolla
Sal
Pimienta
1 cucharada de aceite de oliva
3 o 4 cucharadas de concentrado de tomate
2 o 3 cucharadas de nata
4 o 5 cucharadas de reques´n
1 aguacate
2 cucharadas soperas de perejil


Elaboración


Cocer la pechuga de pollo en un litro de agua con la cebolla partida en rodajas durante 15 minutos.
                                                                           
                                                       

Cortar la pechuga en lonchitas.

Incorporar el tomate concentrado, el aceite de oliva, sal y pimienta al gusto y cocer a fuego lento 5 minutos.
                                                                             

Añadir la nata y el pollo cortado.
                                                       

Adornar con el requesón, el aguacate cortado en dados y el perejil cortado finamente.

Servir inmediatamente.

jueves, 15 de febrero de 2018

El gallo de oro en el Teatro real de Madrid


La segunda ópera que pude ver, esta temporada, en el Teatro Real, esta vez acompañada por mi marido, fue El gallo de oro, representada por primera vez en este teatro, en España.

El gallo de oro es una opera en tres actos del compositor ruso Nikolai Rimski-Korsakov,  con libreto de Vladimir Belski, (1.866-1.946), poeta y libretista de ópera, que tras la Revolución bolchevique emigro a Yugoslavia y Alemania, basado en un cuento en verso de Alexksandr Pushkin,(1.799-1.837), estrenada en el Teatro Solodovnikov de Moscu el 24 de septiembre de 1.909.
                                                                           

Última ópera compuesta por Korsakov, de las quince que forman su producción operística y primera en ser representada en el mundo occidental.

Nikolai Rimski-Korsakov es conocido entre nosotros, sobre todo, por algunas obras sinfónicas como Capricho español, Sheherezade, o la Obertura de La Gran Pascua rusa, pero sin embargo en su país fue una figura de primera importancia como impulsor de la creación de un repertorio operístico autóctono ruso. Maestro de importantes músicos rusos, entre los cuales destaca Stravinsky, que además de discípulo fue su yerno, ya que se caso con una de sus hijas.

Rimski-Korsakov, compositor, director de orquesta y pedagogo musical fue hijo de una familia de terratenientes, y fruto del segundo matrimonio de su padre; nació, en 1.844 en Tijvin, 140 km al norte de San Petersburgo, cuando su hermano mayor tenia 22 años.

 Sus padres tenían cierta formación, aunque poca, musical, que los llevaron a proporcionarle educación musical desde los seis años; aunque empezada con cierta indiferencia por su parte, dio lugar a que su profesor de música notara su importante talento musical y recomendara un nuevo profesor, mientras su amor por la música, con las frecuentes visitas a la ópera y a conciertos, crecía en él.

La admiración que tenia por su hermano mayor, que llego a ser almirante de la Armada Imperial Rusa, le hizo empezar una formación militar en la escuela naval de San Petersburgo a la edad de 12 años, con la que llego a ser oficial de la armada.

En San Petersburgo, cuando tenía 18 años y gracias a su profesor de música, Canille, y a pesar de su juventud entro en contacto, con destacados músicos, con los que se integro en el "Grupo de los cinco",  en el cual estaban M. Mussorsky, A. Borodin, C. Cui, M. Balakirev. reunidos para crear una música culta, con base en la cultura popular rusa

Mientras navegaba como guardamarina de la armada, durante cerca de tres años, en el buque insignia Almaz, al finalizar su formación militar, fue componiendo los tres movimientos de su Primera Sinfonía.

Al volver a San Petersburgo abandono la carrera militar, para dedicarse por completo a la música.

Una vez obtenida una cátedra en el Conservatorio y estabilizada, por tanto, su situación económica se caso con Nadezhda Purgold, a la que conocía, a través de las reuniones, en la residencia de la familia Purgold, del Grupo de los cinco. Ella era una mujer bella, inteligente y musicóloga, que lo ayudo e influyo en su producción musical.
                                                         
                                                       
Durante la revolución de 1.905 que causo disturbios, también, en la Universidad Estatal de San Petersburgo, de la cual era catedrático, tomo partido por la defensa de los estudiantes que querían reformas políticas y una monarquía constitucional, por lo cual fue destituido de su cátedra. Aunque fue restituido a la misma por un nuevo rector, los sucesos acaecidos  le llevaron a componer  su última opera: El gallo de oro, con una crítica implícita a la monarquía, al imperialismo ruso y a la desastrosa guerra Ruso-Japonesa.

La censura impidió que la opera no se estrenara en 1.909, cuando Rimsky-Korsakov ya había fallecido y en versión adaptada.

El gallo de oro es una adaptación de uno de los "Cuentos de la Alhambra" , "El astrólogo árabe" del escritor estadounidense Whasington Irving,(1.783-1.859) que Pushkin había leído traducido al ruso, convertido por él en un poema, y transformado por Rimsky en una sátira política contra el régimen zarista, en la que se muestra osado al criticar al zar Nicolas II, ridiculizado en esta ópera.

El argumento es así: un rey, despótico y perezoso, recibe de su astrólogo un gallo de oro que canta con un agudo quiquiriquí cuando un peligro acecha al rey, como pago el astrólogo recibirá lo que pida.

Cuando el gallo canta la primera vez el rey manda a sus dos hijos a enfrentarse con el enemigo, con un grupo de soldados.

Cuando canta por segunda vez, va el mismo a la guerra, y encuentra a una reina oriental que dirige el ejercito enemigo y lo seduce y por la que se apasiona hasta el punto de llevarla a su reino, y con la que vive una relación grotesca.

El astrólogo se da cuenta, y le exige que le entregue a la princesa en pago por su regalo del gallo de oro.

El rey se enfurece y mata al astrólogo, pero entonces el gallo de oro mata al rey con su afilado pico.

Una densa oscuridad cae sobre el país y cuando se recupera la luz, el gallo y la reina han desaparecido, mientras el pueblo lamenta la muerte del rey.

Entonces aparece el astrólogo, ya con el telón bajado, y explica que todas las figuras de la obra, excepto la reina y el mismo. son producto de la fantasía.

La música de esta ópera contiene alguna de las mas bellas paginas musicales de Rimsky-Korsacov; la instrumentación es grandiosa.


La puesta en escena que fue estrenada en el Theatre de la Monnai de Bruselas hace unos meses, corrió a cargo de Laurent Pelly, director de ópera y de teatro francés, ya conocido en el Teatro Real  por su direccion de "La fille du regiment", la temporada pasada.

Pelly sitúa esta fabula en un entorno onírico, lúgubre, rodeados de montañas de carbón que dominan la escena, en la que desde el primer momento se advierte la decadencia provocada por el mal gobierno de un rey déspota e indolente, que se pasa toda la función en la cama, tanto durmiendo, tanto dirigiendo su reino desastrosamente y embarcándolo en una guerra, como discutiendo con el regalo de su astrólogo, el gallo de oro.

Los súbditos del tirano no son mejores, pues se comportan como borregos y aceptan sin rechistar todo lo que dice y hace.

Bajo su apariencia engañosa de cuento fantástico, la propuesta de Pelly contiene importantes enseñanzas a un lado y otro del poder.

Laurent Pelly es también el autor de los figurines. Se mezclan con naturalidad épocas y estilos para conseguir un función critica, tal como fue ideada por el compositor y por el libretista. El espectáculo tiene brillantez y se acopla bien a la música.

Aunque bastante extravagante, me gusto.
                                                                 

El director titular del Teatro Real Ivor Bolton,  músico competente, pero poco inspirado y plano,  llevo bien la orquesta, acompañada del magnifico Coro Intermezzo, y la Orquesta Sinfónica de Madrid.

El zar Dodón fue interpretado por el bajo ruso, ya conocido en el Real Dmitri Ulianov, rotundo y sonoro, aunque monótono, tanto en lo vocal como en lo interpretativo.
                                                                         

La zarina Shemajá corrió a cargo de la soprano rusa Venera Gimadieva, que canto correctamente las fascinantes y sensuales melodías, llenas de misterio y orientalismo, cuando aparece en el segundo acto, pero no se puede decir lo mismo de su interpretación, a la que falto el carácter seductor y diabólico del personaje.
                                                                     

Los demás cantantes cumplieron correctamente con su papel.
                                                                       

Tuvimos una gran ocasión de ver esta ópera de indudable atractivo y poco representada, hasta ahora, en  nuestro país.