martes, 13 de marzo de 2012

Matalascañas y Huelva


Al día siguiente teníamos la mañana libre para pasear por Matalascañas.

El tiempo era esplendido aunque frío; una luz imponente iluminaba el cielo totalmente despejado, no en vano se llama Costa de La Luz esta parte del país. Creo que no he visto ninguna otra luz, digamos, a pesar de la reiteración, mas luminosa.

Al llegar al paseo marítimo, que es larguísimo,

cogimos la derecha, que lleva, a lo que podríamos llamar el centro comercial de la urbanización, ya que en ella hay algunos comercios, algunos bares y el Museo Dunar.

La playa de fina arena blanca, es como toda la costa suroccidental, una interminable playa de 150 o mas km, que se extiende también a la vecina provincia de Cádiz por un lado y a Portugal, por el otro.

Vimos la torre caída, icono de la zona,

el faro, que se yergue como una flecha;

el sendero para pasear por las dunas fósiles, y el pequeño centro comercial.

Por la tarde teníamos proyectada una visita a Huelva, la capital de la provincia.

Salimos de buena hora después de comer, hay que aprovechar las horas de luz, que en esta época acaban hacia las siete, aunque en la zona occidental, en la que nos encontrábamos duran un poco mas, ya que los días van creciendo, un poco cada día.

Todas las ciudades tienen interés y encantos, como así es con Huelva, pero no se puede decir que sea de los lugares mas bonitos de Andalucía, excepto, quizás, por su extraordinaria ubicación en la desembocadura de los ríos Tinto y Odiel que forman una extensa marisma, que tuvo que ser bellísima. Hoy día está bastante estropeada, desde el punto de vista paisajístico, por urbanizaciones de bloques de pisos, instalaciones industriales y marítimas... y aun así luce esplendida.

Huelva, Onoba para sus fundadores, los cartagineses, se encuentra en la comarca llamada "Tierra Llana"; tiene alrededor de 150.000 habitantes.

El territorio que hoy día ocupa Huelva, ha sido cruce de culturas, habiendose hallado restos de hace mas de 3.000 años, que sitúan a Huelva como el poblamiento mas antiguo de la Península Ibérica.

Sin embargo es hacia el año 1.000 a.C. cuando se data la fundación de Onoba por los cartagineses. Allí se sucedieron posteriormente, griegos, romanos, visigodos y musulmanes, hasta ser reconquistada definitivamente para los cristianos, por el rey Alfonso X, el Sabio, en 1.262.

A partir de esta fecha sera gobernada por diversos nobles, hasta llegar, por dote matrimonial de María de la Cerda, de la Casa de Medinaceli, a la casa de Medina-Sidonia; después de una disputa por la propiedad, entre las dos casas nobiliarias, por haber muerto sin descendencia los anteriores, que duro varios siglos, Fernando el Católico, resolvió el conflicto haciendo pagar 10.000 maravedies por los duques de Medina Sidonia, a los de la casa de Medinaceli.

Huelva permanecio bajo el señorío de la Casa de Medina Sidonia desde 1.509 hasta la desaparición del régimen señorial, en 1.812.

En los últimos años del s. XV, Huelva sera, a la vez, testigo y agente de un hecho transcendental para la historia de la Humanidad: el Descubrimiento de América.

Con la llegada de Colón a La Rabida, ya con el encargo y financiación de su proyecto por parte de los Reyes Católicos, Huelva aporto gran numero de marineros. De Palos de Moguer, hoy día Palos de la Frontera partieron las tres carabelas, la Santa María, la Pinta y la Niña, que llegarían a América, el 12 de octubre de 1.492.

Mas tarde, varios onubenses participaron en el descubrimiento y conquista de nuevos territorios, como la isla Trinidad, por Alonso Pérez Nizardo, o Juan Alvarez "El manquillo de Huelva", que participo en la conquista de Méjico, además de haber dado, también, varios ilustres navegantes.

Marginada del tráfico comercial con América en beneficio de Cádiz y Sevilla la ciudad sigue desarrollándose, hasta que a finales del s. XVI, sufre un parón demográfico debido a causas diversas, entre las cuales hay que citar la gran emigración a América, los continuos ataques de los piratas berberiscos, que asolaban las costas atlánticas y mediterraneas y las epidemias de peste.

Cuando se había iniciado una recuperación a finales del s. XVII y principios del XVIII, el terrible terremoto de Lisboa, de 1.755, provoco estragos en todo el suroccidente de la península, sintiéndose, principalmente, en la provincia de Huelva. La fisonomía de la ciudad cambio, destruyéndose gran parte del patrimonio histórico, que desapareció, quedando otros edificios seriamente dañados.

Con la nueva división administrativa, tras la abolición del régimen señorial, pasa a ser capital de la provincia en 1.833.

En 1.873 se produce otro de los acontecimientos importantes en la provincia, como es la venta por el Estado español de las minas de Río Tinto a la compañía inglesa Río Tinto Company Limited, con lo cual la ciudad se convierte en un pequeño enclave ingles.

La ciudad cambia, enormemente, con la llegada de esta y otras compañías mineras que construyen el ferrocarril y los muelles de salida del mineral, y con los trabajadores de las mismas, tanto ingleses, como mano de obra necesaria local,  que se desplaza desde toda la provincia para trabajar en las minas.

De pequeña villa marinera, pasa a tener lujosas construciones como la Casa de Colón, el barrio ingles de Reina Victoria o Barrio Obrero, la plaza del Velódromo, la estación del tren, los nuevos muelles o las cocheras de los muelles, obras todas promovidas por los ingleses y sus necesidades, en cuanto a viviendas y transporte para el producto de las minas.

En la actualidad es una dinámica urbe, que ha conseguido gran desarrollo de los servicios que presta a sus habitantes, entre los cuales se encuentra la Universidad, segregada de la de Sevilla en 1.993, y dispersa por la ciudad y alrededores en tres campus diferentes, además de la sección situada en La Rábida, cuyos servicios centrales están en el edificio que fue convento de la Merced y posteriormente hospital.

No se si la dispersión de centros universitarios por todas las provincias andaluzas y también dentro de la misma ciudad, es una buena medida, pero esta "ordenación" de la vida universitaria es la que han elegido las autoridades políticas en Andalucía, y en otras muchas partes de España.

Salimos de Matalascañas, pues, hacia Huelva, a donde se tarda alrededor de una hora por carretera, atravesando los pinares que rodean el pueblo; pasamos delante de Mazagón, otra ciudad turística de la zona, de conformación parecida a Matalascañas, para llegar, en primer lugar, al polo industrial, enorme espacio ocupado por las empresas de transformación del petróleo, con su chimeneas, que no solo echan humo, sino fuego; enormes depósitos de la materia prima, fabricas de abonos etc.

La instalación del Polo de Promoción Industrial, fue establecida en 1.964, aprovechando la enorme producción minera de la zona y el alto grado de subdesarrollo y desempleo de la región, además de la cercanía del mar, por cuyos muelles llegan las materias primas y salen los productos.

El Polo industrial cambio la geografía, la población y la política, en muchos aspectos, y ha acabado abarcando diferentes espacios de la zona, con mas de 1.500 ha.

En suma, desarrollo por un lado y problemas ambientales y sanitarios, por otro.

Ya se veía el comienzo de la marisma de los ríos Tinto y Odiel, hoy completamente desertada por las aves, que sin duda paraban en ella en otros tiempos.

A la entrada a la ciudad recibe al visitante el Monumento a la Fe Decubridora, en la Punta del Sebo, lugar de la confluencia de los ríos Tinto y Odiel, a unos dos km de la ciudad, colocada allí antes de la creación del polo industrial, cuando era una playa, ya que la gran estatua, commemorativa del Decubrimiento de América, fue colocada en 1.929.

La escultura realizada por la artista estadounidense Gertrude Vanderbilt Whitney, fue una donación de la Fundación Columbus Memorial, realizado con piedra traída de la localidad onubense de Niebla. Representa a un fraile franciscano del Monasterio de la Rábida, debido al gran papel que esta orden y el monasterio tuvieron en el Decubrimiento y evangelización de América.

El monumento de estilo cubista es impresionante y supone una de las señas de identidad de la ciudad. Pero tengo que decir que no dejó de sorprenderme la interpretación de la escultora de un fraile franciscano, puesto que parece un guerrero, y lleva las piernas al aire.

Llegados a la ciudad, después de un paseo en autobús por el centro, pudimos ver la Catedral, aunque solamente por fuera.

La Catedral, iglesia parroquial de la Merced, fue elegida entre las iglesias de Huelva como sede catedralicia, cuando la ciudad fue elevada a diócesis en 1.953.

El antiguo Convento de la Merced, hoy día sede de la Universidad de Huelva, adyacente a la catedral, fue fundado por el VII duque de Medina Sidonia, Alfonso Pérez de Guzmán, en 1.605.

El Convento, y la iglesia sufrieron diversas catástrofes, como el terremoto de Lisboa de 1.755, la invasión napoleónica de 1.811, que asolo la región, como otras muchas partes de España, y la Desamortización de Mendizabal, de 1.835, por lo que su aspecto actual difiere, del que, sin duda, tuvo en principio,

También vimos el barrio Reina Victoria, con sus casas de estilo inglés, mientras nos iban explicando, sucintamente, la historia de la ciudad.

Fuimos directamente al Santuario de Nuestra Señora de la Cinta, patrona de Huelva, la "Virgen Chiquita", como la llaman los onuebenses cariñosamente, levantado en una elevación o cabezo, denominado El Conquero, donde probablemente hubo otros establecimientos religiosos mas antiguos.

La ermita fue visitada por Cristóbal Colón antes y después de su viaje, para pedir y agradecer a la Virgen de la Cinta, su protección.

Precedido de un patio, creado en 1.901 por un obispo, del cual lleva el nombre, "Patio Obispo González Moralejo", se encuentra el edificio principal de estilo gótico-mudéjar, del s. XV, aunque con numerosas tranformaciones y reformas, la última de las cuales data de 1.956.

En el interior destacan la serie de azulejos realizados en 1.920 por Zuloaga, que relatan escenas de la visita de Colón al Santuario.

La imagen de la Virgen con el niño, tabla del s. XVIII, preside el altar; las vidrieras relatan, en imagenes los milagros de la Virgen de la Cinta, a la que veneran los onubenses.

A la derecha del Santuario, se encuentran diversos edificios religiosos.

En el centro se encuentra la Plaza de los Capellanes, con una rosa de los vientos en el medio, una pequeña escultura de la Virgen, y un mirador a la ría de Huelva, con bonito paisaje, que ya está siendo abordado por los nuevos barrios.

Tras un buen rato empleando en recorrer la ermita y sus alrededores, bajamos al centro de la ciudad, donde, delante de otro de los inmuebles edificados en tiempos de los ingleses de la compañía minera, la Casa de Colón, nos dejo el bus y también la guía, que nos dio un buen rato para conocer lo que pudiéramos del resto de la ciudad.

Así que nos pusimos a andar por una calle peatonal con palmeras a ambos lados, en la cual se encuentra el Ayuntamiento, que data de 1.949. Anteriormente se utilizaban diferentes casas y palacios de la ciudad para albergar los servicios municipales.

El Palacio Municipal, en la Plaza de la Constitución, proyectado por los arquitectos F. Serrano y M. Gaya, ejecutado por Alejandro Herrero, es de estilo neoherreriano y recuerda algunos edificios de Madrid.

Siguiendo la calle llegamos a uno de los puntos neurálgicos de Huelva, la Plaza de las Monjas, llamada así por encontrase en ella el antiguo convento de las Agustinas, del s. XVI, en el que destacan su bella cúpula y el gran conjunto.

La Plaza es muy bonita, precedida por la estatua de Cristóbal Colon,

a la que sigue un gran fuente redonda, con un entorno en que está incluido un quiosco de música, el hotel París, de 1.907, uno de los primeros hoteles fundados en la ciudad, y muchas palmeras.

En este lugar estuvieron las caballerizas del Palacio de los duques de Medina Sidonia. El lugar se consolido como espacio público en el s. XVIII, celebrándose en él diversos espectáculos como corridas de toros, y otros.

En 1.907 se hizo su remodelación, para uso publico. Después de diversos usos y tranformaciones, a lo largo de los años, en 2.011, se completo su actual diseño, añadiéndose, entonces, el Monumento a Colón.

Seguimos andando hasta dar con una de las iglesias mas bonitas de Huelva, la Parroquia Mayor de San Pedro Apóstol, considerada la iglesia mas antigua de la ciudad.

A lo largo de su dilatada historia ha resistido derrumbes temporales e incluso el terremoto de Lisboa de 1.755, que la dejo seriamente dañada, pero hoy día luce como un pequeña joya. No pudimos entrar pues estaba cerrada a cal y canto, pero creo que tiene algunos tesoros en pintura y escultura.

Recorrimos todo el centro, que es peatonal, muy tranquilo y agradable, con parada para tomar un café, para acabar visitando la Casa Colón.

Este emblemático edificio de Huelva, construido entre 1.883 y 1.885, surgió como un hotel de lujo destinado a albergar, principalmente, a los dirigentes, sobre todo ingleses, de la compañía
Minas de Río Tinto.

Al lado surgieron también el Hospital inglés, hoy desaparecido, y el Barrio Reina Victoria,

conjunto de viviendas unifamiliares, destinadas, también, a los miembros de la Compañía Minera; todo conformaba un extenso sector de la ciudad de claro sabor británico, que las actuales autoridades han decidido mantener.

La Casa Colón, como hotel de lujo, disponía de agua corriente, de la que la ciudad carecía, y habitaciones con retrete propio, lo que hoy en día es obligado, pero no en aquel entonces.

El complejo lo forman en total cuatro edificios con un jardín central cuadrado, que tiene una preciosa fuente, además de magníficos arboles.

En él se celebro el IV Centenario del Descubrimiento de América en 1.892. Después de diversos avatares desde 1.986 es propiedad municipal.

En 1.992, con motivo del V Centenario del Descubrimiento de América, se restauro y se construyo en el edificio del ala norte, que había caído por ruina, un nuevo edificio, que es palacio de congresos.

Menos mal que esta parte solo es visible por detrás, porque es de arquitectura moderna, que choca bastante con el resto del edificio.

Además del palacio de congresos, también tienen su sede en él, el Archivo Municipal, y el Festival Iberoamericano de Huelva.

 En su ya dilatada historia Huelva ha sido escenario de acontecimientos como la fundación, en 1.889, del primer club de fútbol del país, llamado entonces por sus promotores, los ingleses de la Compañía Minas de Río Tinto, Huelva Recreation Club, nombre que se ha conservado como Recreativo de Huelva, decano del fútbol español, que hoy día tiene un bonito estadio, en las afueras de la ciudad, el Nuevo Colombino, inaugurado en 2.001.


Por el jardín de la Casa Colón paseamos, mientras esperábamos al bus.

Nuestro paseo por Huelva había concluido.

Al pasar por la ría vimos el muelle de descarga del mineral, que construyeron los ingleses. El diseño, puntero en el s. XIX, consistía en una serie pilotes de fundición, sobre los que se asentaba la estructura del muelle y de la diversa maquinaria de carga y descarga de los vagones, con una longitud de 900 m. La parte final, en curva a la derecha, se bifurcaba en diferentes muelles.

Hoy día ofrece un curioso espectáculo, muy interesante sobre las construcciones funcionales del s. XIX, y recuerda las estructuras metálicas, como la Torre Eiffel de París

Al salir por el mismo lugar por el que habíamos entrado vimos la estatua del franciscano, con las piernas al aire, que destacaba sobre el sol poniente, al que dijimos hasta la vista.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Torrijas de brioche

La torrija es un dulce típico de la Cuaresma en cuyas fechas nos encontramos, y de la Semana Santa, en España.

Es tan antigua que ya se encuentra citada en el s. XV, por Juan del Encina, aunque las primeras recetas están en el Libro de Cozina de Domingo Hernández de Maceras, de 1.607.

Aquí va una sencilla receta de como hacerlas, con el pan indicado o cualquier otro.

Ingredientes para 4 personas


  • 8 rebanadas de pan brioche
  • 1 l de leche
  • 1 corteza de limón
  • 150 g de azúcar
  • 2 huevos
  • Canela en rama
  • Aceite
  • Azúcar y canela en polvo

Elaboración

Calentar la leche con la corteza de limón, la rama de canela y el azúcar.
Dejar enfriar.
Colar
Empapar el pan en la leche.

Escurrir un poco las rebanadas.
Pasarlas por huevo batido.
Freír en abundante aceite bien caliente hasta dorar por ambos lados.

Escurrir sobre papel absorbente.
Pasar por una mezcla de azúcar y canela en polvo.

Si se desea, una vez fritas las rebanadas pasarlas por almibar, para que queden mas jugosas.

Un postre delicioso

jueves, 1 de marzo de 2012

Un viaje con el Imserso al Surocciedente de la Peninsula Iberica

Este año, lo que se ha convertido en una costumbre, nuestro viaje anual con el Imserso, fue a Matalascañas, provincia de Huelva.

Después de un viaje en un avión lleno de ciudadanos asturianos, aterrizamos en Sevilla, y tras una parada para comer, llegamos a Matalascañas, cuando el sol se estaba poniendo, mas tarde que en el norte, pues estábamos en la zona mas occidental del país.

El viaje de Sevilla a Matalascañas es de una hora y media. Ya cerca del hotel atravesamos km de un bosque de pinos, que corresponden al Parque Natural de Doñana, el sol se filtraba por entre los arboles, ofreciéndonos el primer bonito espectáculo.

El hotel de nuestro destino es un enorme edificio, con vistas al pueblo por un lado y al océano por el otro. Esta vez no hubo suerte y nos toco del lado de las casas. Casas bajas, la gran mayoría de la población son chalets, que hoy día empiezan a estar rodeados de construcciones mas altas, de hasta cuatro pisos, y algunos gigantescos hoteles, que se elevan como murallas, creo que el mas alto y grande era el nuestro.

Tomamos posesión de nuestra habitación.

Salimos al exterior, comprobando que el mar estaba muy cerca. Ya era noche cerrada, pero en el paseo, que se alarga encima de la magnifica playa, hay farolas, así que caminamos hacia la izquierda, en dirección, podríamos decir, geograficamente hablando, hacia Sanlucar de Barrameda, en la provincia de Cádiz, limítrofe con Huelva, alrededor de una hora. Se oía mas que se veía el mar, que estaba en calma.

Hablemos un poco de Matalascañas, nuestra base para la siguiente semana, antes de conocerla de día.

Matalascañas es una población exclusivamente turista. En terrenos de Doñana conocidos en tiempos como Torre La Higuera, se empezó a construir, hacia 1.958, desarrollándose rápidamente, para recibir veraneantes de bastante poder económico, las partes mas antiguas son de chalets, que provenían de los alrededores y sobre todo de Sevilla, ya que es la playa mas cercana a esa capital.

Mas tarde surgieron los hoteles, edificados con gran volumen, y diversos y feos edificios de cuatro o cinco plantas, también destinados a los veraneantes.

El nombre de Torre La Higuera viene de una antigua torre, construida en el s. XVI, durante el reinado de Felipe II, como otras varias, de este y otros reinados, que había a lo largo de la costa, para defensa militar, principalmente para vigilar la llegada de piratas berberiscos, que asolaban estas costas y las del Mediterranero.

La Torre se derrumbo durante el terremoto de Lisboa de 1.755, y quedo boca abajo, por lo cual lo que vemos es su base, pasando con el tiempo a ser una especie de icono de identificación de la zona.

El Parque Nacional de Doñana rodea la población por todos lados.

Administrativamente pertenece al municipio de Almonte, que se encuentra a menos de 30 km de Matalasacañas.

Este nombre tan curioso le viene, probablemente, de las cañas y juncos, que crecían en todo el entorno, en las cercanías de las marismas del río Guadalquivir, que paso de "Mata de las Cañas" a Matalascañas.

Su población estable es de aproximadamente 1.500 habitantes, que se ven multiplicados por 100 o mas durante el verano.

La urbanización se divide en barrios, y estos en sectores, que forman un intrincado laberinto de calles, muchas de ellas sin salida.

Bien pues en este bonito, aunque desolado entorno, en esta época del año no hay allí nadie o casi nadie, íbamos a pasar unos cuantos y provechosos días; nada de playa y sol, mas que para los paseos; teníamos que conocer, o en su caso revisitar, todos los alrededores y algunos otros lugares menos cercanos.

sábado, 25 de febrero de 2012

Pollo en adobo

El pollo admite multitud de recetas y resulta facil de cocinar.

Para estos días de invierno, os propongo una receta agradable y calentita, para apreciar la salsa.
Ingredientes




Para 4 personas

  • 1 1/2 K de pollo en cuartos
  • 3 cucharadas de harina
  • 250 g de tocino fresco
  • 3 cebollas grandes
  • 1-2 dientes de ajo
  • 40 g de mantequilla
  • 3 cucharadas soperas de aceite de oliva
  • 1 tira de corteza de naranja
  • 2 clavos
  • 1 ramillete de hierbas, formado por 2 ramitas de tomillo, 4 de perejil y dos hijas de laurel. Si no se tiene tomillo fresco, se puede poner una cucharadita de tomillo seco.
  • Sal gorda.
  • Pimienta negra molida.
  • 150 ml de vino tinto

Elaboración

Calentar el horno a 170 ºC.
pasar por harina los octavos de pollo.
Cortar el tocino en tiras de 1 cm de grueso
Picar la cebolla en trozos grandes.
Aplastar los dientes de ajo con un cuchillo..
Poner la mantequilla y el, aceite en una cazuela grande y salear en ella las tiras de tocino hasta que estén doradas y crujientes.
Sacar de la cazuela las tirar y reservar.
Incorporar la cebolla picada a la cazuela y freírla a fuego lento, hasta que este transparente.
Retirar y reservar.
Poner los trozos de pollo en la cazuela, en dos tandas y saltearlos a fuego mediano, hasta que estén dorados por todas partes.

Echar de nuevo en la cazuela, los trozos de tocino y la cebolla reservados.
Añadir los dientes de ajo, la piel de naranja, los clavos, el ramillete de hierbas, sal y pimienta al gusto.
Añadir el vino .
Cocer durante 35 minutos o hasta que el pollo este tierno.
Sacar los trozos de pollo a un plato.
Quitar y tirar la piel de naranja.
Batir la salsa hasta que quede suave.
Volver a colocar los trozos de poolo dentro de la olla.
Dar un hervor de 1 minuto.
Servir inmediatamente.

domingo, 19 de febrero de 2012

Programa doble en el Teatro Real de Madrid: Iolanta y Persephone

La función siguiente en el Teatro Real, para mi, fue un programa, doble, Iolanta de Tchaikovski y Persephone de Stravinsky; programa ruso como se puede ver.

Además del origen geográfico de ambos compositores, y de la gran admiración que el segundo sentía por el primero, el tenue elemento de relación entre estas dos obras, es la luz, entendida como metáfora, como vehículo de metamorfosis espiritual. Al menos esas son las explicaciones, un tanto rebuscadas, que ha ofrecido el director artístico del Teatro Real, Gerard Mortier

En la primera, la protagonista, ciega, ve, al fin, la luz, y Persephone baja a los infiernos para remontar, después, a la luz.

Pero no adelantemos argumentos.

Iolanta, es la última ópera compuesta por Tchaikovsky, estrenada en el Teatro Mariinski de San Petersburgo en diciembre de 1.892.

El libreto, del hermano del compositor, Modest Tchaikovski, está inspirado en una pieza teatral del escritor danés Henrik Hertz, "La hija del rey Renato" adaptada, a su vez, de un cuento medieval

La puesta en escena de esta ópera es una primicia mundial, pues hacia mucho tiempo que no se interpretaba, a pesar de su evidente belleza, y calidad musical.

Puede que el simbolismo, que subyace en el argumento, en boga en el s. XIX, pero no en el XX, haya contribuido a su "olvido".

Otro hecho, como su duración, que es de hora y media y de un solo tirón, corta para ópera, pero larga para ser corta, puede haber contribuido a su escasa puesta en escena. De ahí que, en esta ocasión, se haya hecho un programa doble.

Iolanta, hija del rey Renato de Provenza, es ciega de nacimiento.

Su padre ha ordenado que se le oculte esta discapacidad, y la tiene aislada en el palacio, con prohibición de entrar en él, bajo pena de muerte.

Todos sus servidores y acompañantes se dedican a la tarea de ocultarle su desgracia, de manera que ella nunca ha sido consciente de su ceguera, y no ha conocido la nostalgia o el dolor.

Su padre consulta con un afamado médico árabe sobre la posible curación de Iolanta, ante la inminente visita del duque Roberto de Borgoña, al cual está prometida desde la infancia, y que desconoce que ella es invidente.

El duque y su escudero Vaudémont, llegan de incógnito al palacio, y arrostrando la prohibición, entran en el jardín, donde Iolanta duerme.

El duque entona una larga canción donde cuenta que se ha enamorado de la condesa Matilde, y no desea cumplir el compromiso que tiene con Iolanta, pero... su escudero Vaudémont, a la sola vista de la durmiente Iolanta, queda prendado de ella, perdidamente enamorado.

El todavía no sabe que es ciega, y tarda un buen rato en enterarse, mientras ambos sostienen un duo amoroso, pues Iolanta corresponde a su amor, y se muestran presas de un arrebato sexual, que no es necesario para que los espectadores comprendamos que se aman, y que no va con el devenir de la ópera, ni con su acusado misticismo .

Estas expresiones sexuales, son un ingrediente, practicamente habitual, en la puesta en escena de cualquier ópera, en la actualidad.

Debe ser una de las maneras de "modernizarla", según los directores de escena, pero también, habitualmente, sobra, no añade nada, mas que quizás, algo de molestia para el sufrido espectador.

Desvelado al fin el hecho de la ceguera, Vaudémont le relata lo maravilloso que es ver. Iolanta, entonces, desea curarse, y el médico árabe lo consigue, puesto que ella pone de su parte todo lo necesario, en cuanto a voluntad.

Aunque el rey esta indignado por la profanación del palacio y del secreto, cuando se produce la curación de su hija, perdona a todos y recibe a su nuevo hijo con gran placer.

Este bonito cuento de hadas, está lleno de lirismo y hermosas melodías surgidas del genio de Tchaikovski; por iniciativa del director musical se ha intercalado el Himno de los Querubines, perteneciente a la Liturgia de San Juan Crisóstomo, que Tchaikovski compuso para otra ocasión y que además de una afrenta a la partitura original, supuso un corte en la tensión dramática de la obra, y desbarato el canto a la divinidad con que Tchaikovski, quería acabar su ópera.

No entiendo como se permiten añadir o quitar, en fin modificar la partitura original, pero visto lo visto, esperemos que no se haga habitual esta mala práctica.

El causante de esta "incrustación" y de la dirección de la orquesta es el joven director griego, residente en Rusia, Teodor Currentzis, que resulto irregular, como sin acabar de arrancar, aunque a veces, solo a veces, sonaba bien y adecuadamente.

Los cantantes fueron todos rusos, excepto el jamaicano Willard White, que interpreto al médico árabe, con muy buena voz.

Iolanta estuvo a cargo de la soprano rusa Ekaterina Scherbachenko, que tiene una voz muy adecuada al personaje, aunque algo débil en algunos momentos, y da muy bien el tipo de la princesa ciega.

Me gusto Vaudémont, interpretado por el tenor Pavel Cernoch, que actúa tan bien como canta. Hizo un precioso dúo con Iolanta.

El duque Roberto fue el barítono Alexej Markov, que cumplió bien con su papel.
Los demás cantantes, cada uno en su personaje, así como el coro, que fue de lo mejor, estuvieron bien.

Una de las estrellas de función prometía ser el director de escena, el norteamericano Peter Sellars; pero en estos tiempos la austeridad se impone, por lo cual resolvió de manera económica la escenografía conjunta para Iolanta y Persephone, con un montaje de dinteles, coronados con esculturas que parecían cabezas de pájaros o pájaros sin cabeza. Sin embargo las luces me parecieron muy adecuadas y que ayudaban mucho.

Tras el descanso hubo muchas deserciones del respetable. Una de las explicaciones que ha ofrecido el Teatro Real, es un tanto traída por los pelos: el público no quería, después de la maravillosa música de Tchaikovski, que le quitaran el buen sabor de boca con otra producción. Quizás sea uno de los motivos, aunque pude haber otros, no tan bonitos.

La segunda parte fue Persephone, de Igor Stravinsky.

Persephone fue estrenada en la Opera de París el 30 de abril de 1.934, después de que un año antes, la actriz y bailarina rusa, Ida Rubinstein, se la encargara al compositor.

Basada en un texto de André Gide, se inscribe en el gusto por la Antigüedad que se impuso en los locos años 20 y 30 del siglo pasado. Gide a su vez se inspiro en el pseudohómerico Himno a Demeter, del s. VII a.J.

Las relaciones entre Stravinsky y Gide no fueron demasiado fluidas, tropezaban en sus ideas, ya que el compositor era un convencido anticomunista, mientras Gide era de tendencias socialistas.

El mito griego de Phersehone es una representación de las estaciones. La tierra "muere", cae en la oscuridad, durante el invierno y, renace a la vida y la luz, en primavera.

Persephone hija de Zeus y Demeter es raptada por Hades y llevada a los Infiernos, pero cuando es liberada, desciende otra vez a los mismos, de forma voluntaria. Alternancia entre la luz y la oscuridad.

En realidad Persephone no es, propiamente dicho, una ópera, sino como la definió el mismo Stravinsky, un melodrama en tres escenas, para recitante, tenor, coro mixto, coro de niños, bailarines y orquesta; una pequeña pieza de algo menos de una hora de duración.

Un bonito broche para este doble programa ruso.

El escenario es el mismo que para Iolanta, lo único que cambiaba era la iluminación, que está, en verdad, muy conseguida.

Los personajes son la actriz francesa Dominique Blanc, que declama el texto, con cierta ampulosidad anticuada y empalagosa, con la ayuda de micrófono, que lo hace bastante insoportable, y el tenor Peter Groves, que no estuvo mal, interpretando al sacerdote Eumolpe.

Otros personajes colectivos son el coro, magnífico, como siempre, el coro de niños que se desenvolvió adecuadamente, y un conjunto de cuatro bailarines camboyanos, que en explicaciones de Mortier, representan también el renacer, pues fueron casi aniquilados por el sanguinario dirigente comunista Pol Pot, al comienzo de su dictadura en Camboya, y ahora comienzan su arte, de nuevo.


Resulto una nota exótica en el contexto clásico.

Los bailarines son un desdoblamientode los personajes que concurren en el mito, Persephone, Plutón, Mercurio, Demeter.


De esta pequeña pieza me gusto todo, incluidos los bailarines, excepto la declamación de la actriz, y su micrófono.

Considero una suerte haber podido ver estas dos infrecuentes piezas.

lunes, 13 de febrero de 2012

Sopa de guisantes

Viene bien esta sopa en este tiempo invernal, frío y desapacible, pues se puede tomar bien caliente y es contundente.

La sopa de guisantes es uno de los platos nacionales de la cocina holandesa, y también de las cocinas alemana y sueca.

Existen muchas variedades en los diferentes países, aunque todas tienen como elemento básico el guisante, que luego de cocido se tritura, para quedar como una crema.

El color varía del verde grisáceo al amarillo dependiendo del tipo de guisante, y los otros componentes de la sopa.

Hoy os propongo esta receta.

Ingredientes



Para 4 personas

  • 350 g de guisantes congelados
  • 2 patatas medianas, cortadas en dados
  • 1 cebolla grande, picada
  • 60 g de mantequilla
  • 850 ml de caldo de pollo caliente
  • 2 yemas de huevo, batidas
  • 150 ml de nata
  • Sal

Elaboración

Poner los guisantes congelamos, las patatas en dados y la cebolla picada en una olla con tapa.
Añadir la mantequilla y 150 ml de caldo de pollo, dándole unas vuelta a todo.
Cubrir y dejar que "suden"las verduras durante 5 minutos.

Quitar la tapadera y dejar cociendo, sin que se lleguen a pegar al fondo hasta que estén tiernas, 10 minutos, añadiendo caldo de vez en cuando para que siempre estén cubiertas.
Pasar las verduras por la batidora.

Poner al baño maría las yemas con la nata, hasta que espesen.
Incorporar entonces el puré de verduras y el resto del caldo.

También se pueden espesar en el microondas, con lo cual la yema no cuaja nunca, y añadir dentro de la batidora, dándole 20 segundo de batido.

Servir inmediatamente.

Es una sopa, muy rica, sana y nutritiva.