domingo, 1 de febrero de 2015

Peñíscola

                                                                                             

Una de las mas interesantes visitas de nuestra estancia en esta zona de Levante fue Peñíscola, donde teníamos nuestra base, aunque el hotel estaba situado en el límite con el vecino Benicarló, al que se podía llegar con una caminata o cogiendo el autobús.
                                                             
Dedicamos dos mañanas a conocer esta ciudad una por nuestra cuenta y otra con guía, que resumiré en un solo capítulo.

Peñíscola pertenece a la provincia de Castellón y a la comarca del Bajo Maestrazgo, y cuenta actualmente con algo mas de 8.000 habitantes, que se pueden multiplicar por varias cifras en verano.

Su nombre proviene del que le dieron los griegos: Quersonesos=península, que traducido al latín, paene insula=casi isla, origino su actual topónimo.
                                                                     

En invierno parece una ciudad fantasma, por la enorme cantidad de bloques de pisos, mas altos cuanto mas recientes, que están cerrados a cal y canto, como también los variados negocios que dan a la calle, bares, restaurantes, alimentación, peluquería, etc. están, asi mismo, cerrados. Suponiendo que sus dueños pueden disfrutar de ellos entre dos o tres meses al año, ya los ocupen ellos mismos, o sean para alquilar, les sale cara la segunda residencia, desde cualquier punto de vista que se mire. Pero, así se ha desarrollado el país... a base de ladrillo.

Peñíscola, como otras muchas ciudades de Castellón y de la Costa de Levante, presenta un enorme contraste entre su casco antiguo y su gran patrimonio cultural y el urbanismo, podríamos llamar salvaje, que ha provocado el desarrollo turístico.

La ciudad histórica se halla situada en un tómbolo, pequeña península rocosa unida a tierra por un istmo de arena, que hacia fácil su defensa, desaparecido hoy día debido a la construccion del puerto y a la edificación sobre él, que divide la ciudad en dos partes distintas.
                                                                                   

Se sabe de asentamientos íberos en la zona desde la antigüedad y su privilegiada situación hizo que griegos y fenicios establecieran en ella factorías comerciales.

Mas tarde pasaron por allí cartagineses, romanos, visigodos, bizantinos y musulmanes, hasta que fue reconquistada para la cristiandad por el rey de Aragón Jaime I, el Conquistador en 1.233.

En 1.251 el rey le otorgo carta puebla, que propicio la afluencia de pobladores cristianos venidos del norte, que aumentaron su demografía y su prosperidad.

En 1.294 el rey Jaime II de Aragón, que había crecido y se había educado junto a los monjes de la Orden del Temple, pilares de la reconquista del reino de Aragón y sentía gran aprecio por ellos, permuta la ciudad de Tortosa, en poder de los templarios, por Peñíscola.

Entre 1.294 y 1.307 los caballeros templarios aprovechan los restos de la alcazaba árabe, construida sobre la peña, para ampliarla y elevar el castillo que vemos actualmente.

Nada sabían los templarios de lo poco que faltaba para su desaparición, ya que, tras muchas intrigas y falsedades, el rey de Francia Felipe IV logra la disolución de la Orden del Temple, decretada por bula del Papa Clemente IV, en 1.311.

La propiedad de Peñíscola vuelve a la corona, que se la entrega a la Orden de Montesa, creada por el rey para recibir las posesiones de los templarios.

Otro acontecimiento histórico de gran importancia en este lugar, es haber sido residencia del Papa de Avignon Benedicto XIII, Pedro Martinez de Luna, conocido como Papa Luna, de noble familia aragonesa. que se autoexilio e instalo en Peñíscola desde 1.411 hasta su muerte en 1.423, teniendo allí la Sede Pontificia, ya que sostuvo hasta su muerte ser el Papa legitimo, por haber sido elegido cuando ya era cardenal, requisito tenido por obligatorio según el derecho canónico, del cual el Papa Luna era doctor.
                                                                               

Todo esto sucedió a caballo entre los s.s. XIV y XV, cuando se produjo el llamado Cisma de Occidente (1.378-1.429), en el que la cristiandad tuvo tres papas simultáneos.

Por último el Concilio de Parma destituyo a los tres, declarándolos antipapa, y se nombro a un cuarto. que volvió a Roma de nuevo.

A la muerte de Benedicto, se reunieron en Peñiscola algunos cardenales, que eligieron como sucesor a Clemente VIII, que fue Papa de 1.423 a 1.429, año en que concluyo el Cisma de Occidente por renuncia de este Pontífice.

Tras el periodo como Sede Pontificia, la propiedad de Peñíscola pasa de nuevo al rey, constituyéndose como ciudad de realengo.

Durante el reinado de Felipe II, en 1.578 se construyen las murallas renacentistas proyectadas por el arquitecto militar del rey, Giovanni Antonelli, siendo unas de las mas importantes fortificaciones del Mediterraneo.

A la muerte de Carlos II, se produce la Guerra de Sucesión entre el ya rey de España Felipe V de Borbón y el archiduque Carlos de Habsburgo; Peñíscola abraza el partido borbónico, por lo cual,  a la finalización de la guerra, es premiada con los títulos de Muy Noble, Leal y Fidelísima Ciudad, y obtiene también ventajas fiscales y administrativas.

Peñíscola y su  castillo permanecieron incólumes hasta la Guerra de la Independencia, contra el invasor Napoleón, cuyas tropas se habían hecho con el castillo.

 Los franceses habían expulsado a la población, que se refugio en la Sierra de Irta. La ciudadela fue reconquistada, en 1.814, por el general Elío, que la sometió a un implacable sitio, durante el cual fue destruida la cuarta parte del castillo, así como las viviendas cercanas a la fortaleza.

Después de las guerras carlistas del s. XIX, en las que Peñíscola defendio la causa liberal, el castillo perdió gran parte de su importancia militar.

Durante el s. XIX y principios del XX, las actividades económicas de Peñiscola fueron las tradicionales agricultura y pesca. Destacaba la elaboración de vino, que era muy apreciado y exportado a través del puerto de Benicarló. Con la epidemia de filoxera desaparecieron todas la vides, y se paso al cultivo del algarrobo, el olivo y el almendro.

Hacia mediados del s. XX, una incipiente actividad, el turismo, se vio favorecida por la elección de este extraordinario entorno y paisaje para el rodaje de dos películas, Calabuch (1.956) del director Luis García Berlanga, y la superproduccion estadounidense El Cid (1.962) dirigida por Anthony Mann, que dieron a conocer la ciudad mundialmente.

Actualmente el turismo es el principal motor económico de Peñíscola, que supone una transformación constante de la misma, con algunos inconvenientes de tipo ecológico y urbano, como ya hemos visto.

Para nuestra visita entramos por el Portal de San Pere o del Papa Luna, que lo mando construir en 1.414, gran arco rebajado de sillería, que luce, en la dovela central, el blasón de piedra de Pedro
Martinez de Luna,  y que era el acceso a la fortaleza desde el mar, función que desempeño hasta el s. XVIII .
                                                                             
                                                                                                                                                 
Subimos, pues, por esta cuesta, bordeando la muralla medieval, hasta llegar a El bufador, gran brecha natural entre las rocas, frente al Fortín del Bonete, por la que ruge el mar, que por ella proyecta agua en los días de temporal.


Un poco mas arriba y siguiendo la muralla norte llegamos al Baluarte del Príncipe, una pequeña fortificación en la propia muralla, con un algunos cañones restaurados,
                                                                             

que fue cuartel de artillería en el s. XVIII. Actualmente el recinto se ha habilitado como Museo del Mar.


Desde allí hay una estupenda vista.
                                                                                   
                                                         
Seguimos subiendo por las empinadas calles del casco histórico, entre las cuales destaca una casa vertical, toda ella tapizada de conchas, llamada, por eso, Casa de las Conchas
                                                                         

La casa fue levantada por una familia de padres y tres hijos, cuya madre, haciendo de guía turístico, cuando esta actividad comenzo en Peñíscola, hacia los años 50 del siglo pasado, por la que cobraba la voluntad, se hizo con suficiente dinero para comprar el solar, sobre el que edificaron la pintoresca casa.
                                                                           

 La afición y la paciencia de la madre, hizo que la revistieran completamente de conchas; dotaron a la casa, también, de unas lindas ventanas arabescas.

En 1.961 la Casa de las Conchas estaba acabada, y desde entonces es contemplada con admiración por los visitantes.

Ya habíamos llegado al Castillo, que visitamos ampliamente.
                                                                     
                                                                                      
El castillo está emplazado en la zona mas elevada del peñón que domina la ciudad, con su altura de 64 m sobre el nivel del mar.

Destaca en todo el conjunto la sobriedad y solidez de su construcción, en el que se distinguen las estancias templarias, de las de la residencia de Benedicto XIII, en las que estuvo una de las mejores bibliotecas del mundo, en su época; desde la ventana de esa atalaya, orientada hacia el Este, donde está Italia, el Papa Luna contemplaba el mar, soñando con Roma.
                                                                      

Seguramente el mayor interés arquitectónico está en la bóveda del Cuerpo de Guardia
                                                                               
                                                                                          
 y en la Basílica de los Templarios, que fue utilizada como Basílica Pontificia por Benedicto XIII y su sucesor Clemente VIII, y en la cual reposaron los restos mortales del Papa Luna durante un tiempo.
                                                                           
                                                                                      
En el muro de la izquierda del templo me llamo la atención una placa doble que commemora los 600 años de la fundación de la Universidad escocesa de St. Andrews, la primera de Escocia, por una bula del papa Benedicto XIII, en 1.413.
                                                                             

Paseamos por el interior del castillo, atravesando el patio de armas,
                                                                   

y subiendo hasta lo mas alto, desde se contempla una bella vista.
                                                                       

Las murallas de Peñiscola , construidas en diferentes épocas rodean completamente el casco antiguo de la ciudad, sobresalen entre ellas las renacentistas ordenas construir por Felipe II, el rey constructor, como nuevas defensas con artilleria, (1.576-1.578), que fueron ejecutadas por el arquitecto Juan Bautista Antonelli (Gatteo, 1.527-1.588), con el objetivo de protegerla de los ataques de los piratas berberiscos, que asolaban el Mediterraneo, pero que no alteraron sustancialmente el castillo.
                                                                                  

Existen tres entradas a la ciudad entre las que destaca la renacentista Puerta de Sant Pere, que hemos visto mas arriba.

A la salida del castillo, y al pie de las murallas se encuentra la impresionante estatua del Papa Luna, colocada como homenaje a la figura historica, mas importante de la ciudad, Benedicto XIII, en ese emplazamiento, en 2.007.
                                                                                     

La estatua, de 2 m de altura y 700 k, fue realizada en bronce por el conocido cantante, que formo un duo con su mujer "Sergio y Estibaliz". Sergio, ademas de su carrera musical, se volco plenamente en su faceta como escultor, en la que tras veinticinco años esculpiendo en bronce, se consolido como uno de los mejores escultores figurativos, principalmente de personajes históricos.

El Papa Luna es unos de los puntos fotograficos, casi ineludible, para los muchos turistas que transitan por alli.

Muy cerca de la estatua de Benedicto XIII, adosada al castillo se encuentra la Ermita de la Virgen de la Ermitana; aunque su origen es medieval, la iglesia que podemos contemplar hoy en dia, fue mandada a construir por Sancho de Echevarria, gobernador militar de Peñiscola, en premio a la fildelidad borbonica de la población durante la Guerra de Sucesión entre el ya rey de España Felipe V de Borbón y el pretendiente archiduque Carlos de Habsburgo.

El templo, construido entre 1.708 y 1.714 tiene claras caracteristicas defensivas
                                                             

Seguimos bajando hasta el casco antiguo, con escalinatas irregulares, flores de vivos colores en las macetas de las ventanas o esquinas, empedrado firme, una calle dedicada al sol, la calle Mayor. otra dedicada al olvido.
                                                                                   

En medio del casco antiguo nos encontramos con la Iglesia Parroquial de Santa Maria de Peñiscola, con elementos arquitectónicos románicos y tracería gótica del s. XV en parte de ella, y torre campanario de silleria, de mas de 17 m
                                                                           
.
                                                                             

 Habiamos llegado a la parte baja de la ciudad, por el lado opuesto al que habiamos entrado. Nos detuvimos un buen rato en el Parque de Artillería, con vistas al mar Mediterraneo.
                                                                 

Precioso lugar, con interesante historia que nos gusto mucho. mas en esos momentos de invierno, en que las playas, los paseos e incluso la ciudad tiene pocos visitantes y menos veraneantes y se ven sin trabas.                                                                                       

jueves, 29 de enero de 2015

Mousse de yogurt y naranja

                                                                           

Deliciosa versión de la mousse de yogurt, con aroma a naranja

Ingredientes
                                                                     
3 huevos
1 naranja grande
100 ml de miel
25 g de gelatina
1 o 2 cucharadas de Cointreau
600 ml de yogurt

Elaboración

Poner los 100 ml de miel liquida en un cazo. Colocarlo en un baño maría
Añadir las 3 yemas y la ralladura de media naranja.
Remover hasta que la mezcla espese.
Exprimir la naranja.
Añadir la gelatina al zumo.
Poner al baño maría hasta que la gelatina este completamente disuelta.
Agregar esta preparación a la mezcla anterior.
                                                     

Dejar reposar hasta que este fría, pero sin cuajar todavía.
Batir las claras a punto de nieve,
Añadir el yogurt y el Cointreau a la mezcla de yemas y luego, con una cuchara de metal, cucharada a cucharada las claras a punto de nieve.
Poner todo en una fuente de 1 l. o en moldes individuales.
Dejar reposar, al menos 2 horas en la nevera hasta que cuaje.
Desmoldar para servir.
                                                                                             

jueves, 22 de enero de 2015

El Delta del Ebro

                                                                       
   
Una preciosa tarde de invierno acompaño nuestra excursión al Delta del Ebro.

Salimos pronto después de comer, ya que el día es corto en esta estación y hay que aprovechar la luz.

La primera parte de la excursión fue en el autobús, recogiendo pasajeros, también, de Vinaroz.

Llegamos al cabo de poco a la provincia de Tarragona, limítrofe con la de Castellón, donde se encuentra este extraordinario accidente geográfico, obra del gran río Ebro.

Fuimos atravesando, después de dejar atrás la última aglomeración urbana de importancia, San Carlos de la Rapita, por otros pueblos mas pequeños y por los campos, que mas adelante, en primavera seran fértiles arrozales. hasta llegar al embarcadero, donde nos subimos en un catamaran para dar un paseo de tres cuartos de hora, hasta la desembocadura.

Sepamos ahora algo de todo este gran entorno.

El Delta del  Ebro es el tercer gran humedal de Europa y el segundo de España, tras la Camarga en Francia y Doñana en España.

Su gran importancia ecológica contrasta fuertemente con la gran humanización de gran parte de su superficie, y con su intenso uso agrícola, circunstancias dificiles de armonizar en muchos casos. Para tratar de encontrar puntos de acuerdo,  se ha creado el Parque Natural del Delta del Ebro, a instancias de los habitantes de la zona, en 1.983, ampliado en 1.986, que comprende mas de 11.000 k2, entre los dos hemideltas.

El río Ebro, el mas caudaloso de la Península Ibérica, a la cual ha dado nombre, es el "creador" de este entorno, ya que aporta los materiales arrastrados desde su cabecera en el norte, hasta llegar al Mediterraneo. Los sedimentos que deposita en su desembocadura proceden de los Pirineos, el Sistema Central y Cantabria, donde nace.

Todo este material ha formado una superficie de mas de 320 km2, que comprende muy variados habitats. La actual forma del delta es una punta de flecha, que penetra cerca de 22 km en el mar, creando el tercer gran delta del Mediterraneo después del del Nilo y del del Ródano.
                                                                 

El paisaje del delta es muy caracteristico. Es una zona muy llana donde hay cultivo de frutales y de hortalizas, pero sobre todo extensos arrozales, de aspecto cambiante según las estaciones, terrosos en invierno, inundados por el agua en primavera y verdes en verano.

El cultivo del arroz, hoy día el mas importante del delta, fue introducido a mediados del s. XIX. lo cual produjo riqueza y un gran aumento demográfico, al mismo tiempo que cambiaba la zona. Las actividadades anteriores, la pesca y la salinas, que venian de la Edad Media van bajando, y ya quedan pocas; en cuanto a la pesca se mantiene algo, pero es minoritaria.

Hoy día viven en el delta mas de 50.000 personas. Esta intensa actividad humana tiene que convivir con el cuidado medioambiental, lo cual origina algunos problemas.

Otro problema no menor, son las grandes presas hidroeléctricas en el cauce del río, que han frenado el crecimiento del delta, lo han hecho retroceder varios metros por año, y hacen hundirse la zona mas próxima a la desembocadura, así como otros cuantos desastres mas.

En las orillas hay grandes lagunas rodeadas de cañizales y juncos, donde viven gran cantidad de aves, y en la periferia largas playas de arena blanca, y dunas coronadas de plantas adaptadas al medio halófilo. Todo ello de una gran belleza, como pudimos ver durante nuestro paseo en barco.
                                                                     
                                                     
Llegamos finalmente a Deltebre, última población, donde se coge el barco para un paseo fluvial de 45 minutos hasta la desembocadura del río.
                                                                                   

El paseo fluvial, por el centro del río, permite admirar la belleza de los contrastes del agua y ofrece una panorámica privilegiada del tramo final del río.



En una de sus orillas se encuentra el Mirador del Molino de los Mirones, que cuenta con una zona para hacer picnic.
                                                   

El Delta del Ebro es un entorno privilegiado respecto a la flora y la fauna, sobre todo de aves acuáticas.

 El humedal va cambiando de huespedes vegetales y animales, a lo largo del recorrido, sobre todo según la mayor o menor salinidad del agua. Lagunas, islas y playas van desfilando ante nuestros ojos.

Muchas mas cosas se podrían decir del delta, pero lo dejaremos en paseo maravilloso.

A la vuelta paramos para descansar un momento en San Carlos de Rápita, que no visitamos.

jueves, 15 de enero de 2015

Huevos a la reina

                                                               

Los huevos admiten muchas preparaciones; está que os presento puede servir de cena ligera y es completa, puesto que tiene pan, salsa bechamel, enriquecida con salsa de tomate y jamón.


Ingredientes
                                                                             

4 huevos
4 rebanadas de pan
 150 g de jamón serrano en taquitos
1 cebolla
1 cucharada de harina
1/4 de l de leche
1 cucharada de salsa de tomate
1 chorro de vino blanco
4 cucharadas de nata liquida
aceite de oliva
pimienta
nuez moscada
perejil
sal

Elaboración

Freír  en aceite bien caliente las rebanadas de pan en una sartén.
                                                         

Sacarlas a un plato cubierto con papel de cocina para que escurran.

Picar finamente la cebolla, dorarla en la sarten con un chorro de aceite.

Añadir el jamón  y rehogar.

Agregar la harina, dejando que se tueste ligeramente.

Incorporar el vino y el tomate concentrado,durante 2 minutos, e incorporar entonces la leche, la nata y una pizca de nuez moscada..
                                                               

 Mezclar bien, y cuando se haya espesado la mezcla, colocarla en una fuente para horno,
                                                                             

 cascar los huevos encima, salpimentar y hornear a 180ºC durante 4 o 5 minutos, hasta que cuajen
                                                             

Para servir poner el pan frito, encima la salsa y por último el huevo, espolvoreado de perejil picado al gusto

jueves, 8 de enero de 2015

Benicarló


Otro día dedicado a nuestros paseos por los alrededores de Peñíscola. Hoy toco ir andando hasta la vecina localidad de Benicarló, a la que no se tarda ni un hora desde nuestro hotel.

El paseo es agradable y llegamos a conocerlo bien.

Antes de entrar en Benicarló vamos a saber un poco de ella.

Benicarló, situada a orillas del Mediterraneo, rodeada de fértiles campos, pertenece a la comarca del Bajo Maestrazgo, en el N de la provincia de Castellón.

Existen en las afueras de  Benicarlo restos de dos poblados íberos, que tuvieron su máximo desarrollo en los s.s. V y VI a.C, cuyos restos, de la muralla que levantaron, son todavía visibles hoy

Sin embargo el origen de Benicarló, como de otros pueblos de la zona, hay que buscarlo en una alquería de Peñíscola, durante la época de dominación musulmana, llamada Beni-Gazlum.

Tras la reconquista del territorio por el rey Jaime I, el Conquistador, recibió de este rey la Carta Puebla que la convertía en municipio en 1.236, aunque siguió dependiendo de Peñíscola hasta el s. XVII; en 1.294 paso a pertenecer a la Orden del Temple, hasta la disolución de esta Orden, ordenada por el Papa Clemente V, en 1.312.

Fue entregada en 1.319 a la Orden de Montesa, iniciándose entonces un gran crecimiento económico y social.

Durante la Guerra de las Germanías Benicarló permaneció fiel a la Orden de Montesa y al rey Carlos I, lo que le valió el título de villa y diversos privilegios económicos, como una feria anual y el derecho a la importación de trigo.

Otros sucesos no tan buenos que sucedieron durante los s.s.XVI y XVII, fueron el acoso constante de los piratas turcos y berberiscos, que asolaban la costa levantina y la peste bubónica que afecto a varias poblaciones de Valencia, con gran mortalidad, y algo mas tarde la ruina total de las viñas, una de sus mayores fuentes económicas, debido a la plaga de la filoxera.

Otras guerras que afectaran a la zona fueron la Guerra de Sucesión, a comienzos del s. XVIII, y un siglo mas tarde, la Guerra de la Independencia, con la invasión de toda España por los tropas de Napoleón Bonaparte. en la que Benicarló participo activamente en contra del invasor, con la formación de guerrillas.

Las guerras carlistas que sucedieron a continuación también tuvieron protagonismo y episodios bélicos, sobre todo en la Primera, como la toma del Maestrazgo por uno de los jefes carlistas, Cabrera, que se hizo con el norte de Valencia y el sur de Cataluña. A pesar de todo, la villa de Benicarló se fue desarrollando y ensanchando con la construcción del muelle de embarque, que contribuyo a la consolidación del sector pesquero, y que hoy día sigue teniendo gran importancia.

Llegado el s. XX, durante la Guerra Civil (1.936-1.939), Benicarló fue bombardeado.

Tras años de duro sacrificio, puesto que la agricultura había decaído grandemente con la desaparición de las viñas, a partir de los años 60 vuelve a activarse, con cultivos como la alcachofa, excelente producción que ha conseguido la Denominación de Origen Europea como alcachofa de Benicarló,
                                                                             

de la que se ven muchos campos de cultivo, y
                                                                                       
                                             
los cítricos, hortalizas y otros productos de la huerta.

Bien, pues caminando como he dicho desde nuestro hotel, en el limite entre Peñíscola y Benicarló, por una calle de aceras anchas, llegamos hasta el centro histórico, pasando primeramente por delante del Parador de Turismo, construido con varios pabellones de no mas de dos pisos, en un gran terreno, acondicionado como jardín, y dando a la costa.
                                                                     

Esta costa del norte de Castellón es de arena gruesa o de cantos rodados, y todavía tienen mucho trabajo antes de convertirla en atractiva.

Para llegar al pequeño núcleo histórico tuvimos que atravesar la gran Plaza de la Constitución, en una de cuya esquinas está el Ayuntamiento de Benicarlo, y  donde ese día estaba instalado un mercadillo bastante grande.

Enseguida llegamos a la Plaza de San Bartolomé, donde se encuentra la Iglesia Parroquial del mismo nombre y principal monumento de la ciudad.
                                                                 

El templo se construyo en el s. XVIII, entre 1.724 y 1.743, aprovechando los muros de una iglesia precedente.

Su monumental fachada barroca, realizada en piedra, tiene dos cuerpos, con portada enmarcada en columnas salomónicas; en la hornacina superior está instalado el santo patrón, San Bartolomé que también lo es de la ciudad.
                                                                 

Tiene una alta torre, construida con grandes bloques de piedra labrada.
                                                                   

En esta iglesia como en otras poblaciones de la región, Culla, Cusí, Vinaroz y Benicarló, estaba instalada la exposición "Pulchra Magistri, el esplendor del Maestrazgo en Castellón", que se desarrollo de diciembre 2.013 a noviembre de 2.014.

Para poner en valor la muestra se han restaurado los principales edificios, de las cuatro sedes, con el objeto de difundir el patrimonio de esta emblemática zona.

Se exhiben mas de 300 obras, desde la Prehistoria hasta el s. XX, entre las que hay pinturas, escultura, tejido, orfebrería y documentos, correspondiendo a Benicarló, la exposición del Renacimiento y el Barroco.

Loable iniciativa de difusión de la cultura local, que sin duda dará algún fruto para los propios habitantes de esas poblaciones y como atractivo para el turismo.
                                                                                     

En el lado de la derecha, mirando la iglesia de frente se encuentra la Capilla de la Comunión
                                                                                     

añadida posteriormente y adosada a la iglesia.

Hay otros monumentos en Benicarló, pero teníamos que hacer algunas compras y regresar a Peñíscola, así que, después de las compras, volvimos por el mismo paseo por el que habíamos venido, contemplando a ratos la costa.
                                                                               

Por un lado Benicarló que se iba alejando y por otro la lejana silueta de Peñíscola que se acercaba.

jueves, 1 de enero de 2015

Año Nuevo



Empezamos hoy otro año, y yo continuo con mi blog, que es como mi memoria.

Agradezco a todos los internautas que se interesan por alguna de sus entradas su atención, y deseo a todos un buen año 2015, con la realización de algunas esperanzas, y la llegada de otras.