viernes, 29 de enero de 2021

Ultimo día en Londres, Royal Opera House, Cosi fan tutte, restaurante griego



El día transcurrio paseando por los lugares ya descritos en capítulos anteriores de Londres, disfrutando de esta entretenida y atrayente, ciudad.

Nos llegamos en primer lugar al barrio donde se encuentra la Royal Opera House, el Covent Garden, como es también conocido este teatro, para ver que función estaban representando, y tuvimos suerte pues era "Cosí fan tutte" la famosa ópera de W.A. Mozart, que ya conociamos, pero que nunca deja de gustar. Así que compramos las entradas para verla por la tarde.

Antes, aprovechamos para darnos una buena comida en el restaurante mejor del barrio del hotel, se trata del restaurante griego  Halepi, donde elegimos algunas de la especialidades de ese país
                                                                               

                                                                                  

Tras un buen descanso en el hotel volvimos al barrio donde está el Teatro Real o Royal Opera House, para escuchar la ópera Cosí fan tute

El teatro que vemos hoy en día es el tercero que ha ocupado el lugar; el primer teatro fue inaugurado en 1.732 y allí se interpretaron obras teatrales durante los siguientes 100 años.

Los primeros trabajos musicales se deben a la interpretación de óperas y oratorios de G.F. Haendel (1.685-1.759) compositor alemán nacionalizado inglés, una de las figuras cumbres de la música barroca.

Después de un incendio del teatro en 1.808, en el que se perdieron valiosos elementos, el teatro fue reconstruido y reinaugurado el siguiente año de 1.809, en el que siguieron dándose funciones de ópera, teatro y ballet.

El teatro fue de nuevo presa de las llamas en 1.856, siendo reconstruido en su actual forma en 1.857, diseñado por arquitecto inglés Eward M. Barry (1.830-1.880)


En los años 60 del siglo pasado se hizo evidente que el teatro necesitaba una puesta a punto, podemos decir casi total, que fue emprendida entre 1.995 y 2.000 y que supuso la demolición de, practicamente todo el edificio, y de varios edificios adyacentes, quedando totalmente preparado para su función operística.

Bien, pues en este magnifico teatro asistimos, como he dicho, a la representacion de "Cosí fan tutte", una de las mas famosas y representadas óperas de Mozart  (1.756-1-791), que ya conocíamos.
                                                                       


"Cosí fan tutte", "Así hacen todas" en español, aunque cuando se representa en España se pone siempre en italiano, es un drama jocoso, en dos actos con música de W.A. Mozart y libreto del poeta y libretista italiano Lorenzo da Ponte (1.749-1.838), autor del libreto de tres de las óperas de Mozart.  
         
                                                                       W. A. Mozart  

                                                                    Lorenzo da Ponte
El argumento, que se considero atrevido, mas en el s. XIX que cuando la ópera fue estrenada, trata de la puesta a prueba del amor entre dos parejas Dorabella y Ferrando y Fiordiligi y Guglielmo, por el cínico filosofo Don Alfonso, con la complicidad de los dos hombres que son soldados, seguros de la fidelidad de sus respectivas amadas, que aceptan la apuesta.

Don Alfonso ayudado por la criada Delpina, disfraza a los dos amantes, consiguiendo que las dos jovenes, que además son hermanas, se enamoren, cada una, del prometido de la otra.

Aunque don Alfonso triunfa demostrando su teoría de que el amor de la mujer es superficial, finalmente, aunque algo amargamente, los jovenes perdonan la ligereza de su prometidas. 

Hay una perfecta simetría en toda la obra, dos oficiales del ejercito, dos hermanas, y aunque está pensada como comedia delicada de "corte", "Cosi fan tutte" se transforma en un juicio burlesco del amor, que quiere probar la fragilidad de los sentimientos, y la debilidad que gobierna el corazón humano, aunque finalmente se perdonen unos a otros. 

Bien, pues ya estábamos dentro del extraordinario teatro que es el Covent Garden. Antes de empezar la función un miembro de la junta directiva nos explico las tremendas dificultades por las que pasaba el teatro, para la creación de las diferentes actividades, ballet y ópera, que allí se representaba; hizo bien en advertirnos, porque la escenografía y el vestuario eran tan pobres que, incluso, no se atenían a las necesidades del argumento, En efecto, como los protagonistas masculinos deben aparecer disfrazados, para no ser reconocidos, tienen que aparecer con otros ropajes y tocados, pero esta tarde en el Covent Garden, ningún personaje, ni ellos ni ellas, cambiaron de vestimenta, que por mas detalles era actual, en ninguno de los dos actos; era sorprendente que a cara descubierta el engaño funcionara, pero la "magia" de los motivos presupuestarios encubría lo evidente.
                                                                            

La maravillosa música de Mozart y el buen canto y actuación de los cantantes, suplieron esas deficiencias, y así disfrutamos de las actuaciones de la joven soprano estadounidense Corinne Winter en el papel de Flordiligi, la también joven y también estadounidense mezzo-soprano Angela Brower que interpreto a Dorabella, acompañadas por el barítono italiano Alessio Arduini como Giugelmo,  y el tenor alemán Daniel Behle como Ferrando, así mismo jovenes cantantes. que defendieron bien su papel.
                                                                         

 Delpina corrió a cargo de la soprano española Sabina Puértolas, con destacada actuación.

Todos ellos tuvieron una excelente intervención, cantando de maravilla y actuando, dentro de las limitaciones del vestuario, lo mejor que pudieron.
                                                                                                         

La dirección de la Orquesta del Teatro Real conto con Paul W. Griffiths , perteneciente al elenco del mismo, y la escenografía con el director de escena alemán Jan Gloger, que hizo lo que pudo, con los, por lo visto escasos medios de que disponía.

Disfrutamos mucho con la función; la maravillosa música de Mozart, bien desarrollada y bien cantada, lo hace todo, a su vez, maravilloso.

Ese fue la culminación de esa tarde y de nuestra semana en Londres.  

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